lunes

SYLVIA PLATH (1932 – 1963)


3 POEMAS PÓSTUMOS

(traducción de Wilfredo Carrizales)


Místico

El aire es un molino de ganchos-

Preguntas sin respuesta,
Lustroso y borracho como moscas
Cuyos besos pican inaguantablemente
En los fétidos úteros de negro aire bajo pinos en verano.

Yo recuerdo

El muerto olor de sol en las cabinas de madera,
La rigidez de las velas, la larga sal de las mortajas.
Una vez que uno ha visto a Dios, ¿cuál es el remedio?
Una vez que uno ha estado apresado

Sin una parte sobrante,

Ni un dedo del pie, ni un dedo de la mano, y usado,
Usado totalmente, en las conflagraciones del sol, las manchas
Que se prolongan desde antiguas catedrales
¿Cuál es el remedio?

La píldora de la tableta de Comunión,

¿El paseo cerca de agua inmóvil? ¿Memoria?
O hurtando los brillantes pedazos
De Cristo en las caras de los roedores,
Las mansas cortadoras de flores, las únicas

Cuyas esperanzas son tan bajas que ellas son confortables-

La giba en su pequeña, lavada casucha
Bajo los rayos de las clemátides.
¿No hay gran amor, sólo ternura?
¿El mar

Recuerda al caminante de él?

Significa grietas de las moléculas.
Las chimeneas de la ciudad respiran, la ventana suda,
Los niños brincan en sus cabañas.
El sol florece, es un geranio.

El corazón no se ha detenido.

1 de febrero, 1963


Bondad

La bondad se desliza alrededor de mi casa.

¡Señora Bondad, ella es tan agradable!
Las joyas azules y rojas de sus aros humean
En las ventanas, los espejos
Están llenos con sonrisas.

¿Qué es tan real como el grito de un niño?

Un grito de un conejo puede ser tan salvaje
Pero no tiene alma.
El azúcar puede curarlo todo, así dice la Bondad.
El azúcar es un necesario fluido,

Sus cristales un pequeño emplasto.

¡Oh, bondad, bondad
Dulcemente picando pedazos!
Mis sedas japonesas, desesperadas mariposas,
Pueden ser prendidas con alfileres en cualquier minuto, anestesiadas.

Y aquí tú vienes, con una taza de té

Rodeada de vapor.
El chorro de sangre es poesía,
No hay detención a él.
Tú pones en mis manos dos niños, dos rosas.


1 de febrero, 1963


Borde

La mujer está perfeccionada.

Su muerto

Cuerpo muestra la sonrisa de la consumación,

La ilusión de una necesidad griega

Fluye en las volutas de su toga,

Sus desnudos

Pies parecen estar diciendo:

Nosotros hemos venido de tan lejos, estamos acabados.

Cada niño muerto enrollado, una blanca serpiente,

Uno en cada pequeño

Jarro de leche, ahora vacíos.

Ella los ha doblado

Dentro de su cuerpo como pétalos

De una rosa que se cierra cuando el jardín

Se atiesa y los olores exudan

Desde las dulces, profundas gargantas de la flor de la noche.

La luna no tiene nada de qué entristecerse,

Mira fijamente desde su capucha de hueso.

Ella ha usado a este tipo de cosas.

Sus negros crujidos y arrastres.



5 de febrero, 1963

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