EDICIÓN FACSIMILAR DE 52 MANUSCRITOS AL CUIDADO DE JUAN FLÓ Y STEPHEN M. HART CON ESTUDIO PRELIMINAR DE JUAN FLÓ Y NOTAS DE STEPHEN M. HART
PRIMERA ENTREGA
RICARDO SILVA-SANTISTEBAN / EDITOR GENERAL
La Pontificia Universidad Católica del Perú ofrece por vez primera una nueva y autorizada edición de las obras de César Vallejo. Para ello las primeras ediciones y manuscritos se han reexaminado escrupulosamente. Las distintas facetas del gran poeta se presentan mediante sendas introducciones a cada volumen que ofrecen toda la información pertinente sobre el contexto e interpretación de las mismas. Además, cada volumen ofrece importante material iconográfico y documental con textos de difícil acceso acerca de la recepción de las obras.
Esta edición facsimilar publica los cincuenta y dos autógrafos de César Vallejo descubiertos recientemente en el archivo Ángel Rama de Montevideo. Cada poema aquí incluido constituye el borrador autógrafo que Vallejo evidentemente usó para luego crear la versión mecanografiada de poemas tales como “Los desgraciados” de Poemas humanos y “¡Cuídate, España, de tu propia España!...” de España aparta de mí este cáliz. La viuda de Vallejo descubrió estos manuscritos entre los papeles de su marido cuando éste murió en 1938, pero decidió no publicarlos; se limitó a publicar solamente las versiones mecanografiadas de los poemas (César Vallejo: obra poética completa, edición con facsímiles, Lima, Moncloa, 1968). Ángel Rama, sin embargo, tuvo acceso a estos autógrafos en los años setenta, y sacó copia fotostática de los mismos, guardándola entre sus papeles personales. La reproducción de los facsímiles de nuestra edición está basada en estas mismas copias fotostáticas. Por primera vez los lectores podrán ver de cerca los manuscritos originales de la mayoría de los poemas póstumos de Vallejo. La edición también contiene dos ensayos de Juan Fló -uno de los cuales explica cómo descubrió los manuscritos, el otro evalúa la originalidad de la poesía vallejiana- y un ensayo de Stephen M. Hart, el cual analiza y compara las varias etapas de composición del poema vallejiano.
Cubierta: César Vallejo, bronce de José de Creeft.
La copia de los manuscritos publicados en este libro pertenece al Archivo Ángel Rama y su propietaria, Amparo Rama, ha autorizado la publicación de los mismos.
JUAN FLÓ / NOTA SOBRE LA HISTORIA DE LOS MANUSCRITOS (1)
El título de estas páginas es algo engañoso; no es estrictamente una historia sino, en todo caso, una ‘petite histoire’, y, más que ser la historia de los manuscritos que se reproducen en este libro, es la historia de las fotografías que documentan dichos manuscritos. Creo que, a pesar de las limitaciones, ese relato merece ser contado como adelanto del que podrá algún día escribirse acerca del extraño destino póstumo que tuvo la obra de Vallejo, en particular en lo que hace a las innumerables y ásperas polémicas a las que dio lugar, y al talante a veces muy peculiar de sus críticos. En la producción de ese clima fueron decisivas la personalidad de Georgette Vallejo y -señalémoslo para ser ecuánimes- la de Juan Larrea, del que conviene leer, para tener medida de su uso sistemático del delirio, sus anotaciones de los años 1926-32 publicados a partir de una versión que, precisamente Vallejo, dactilografió en esos mismos años (1).
La conducta de Georgette, en lo que respecta a los manuscritos de las poesías de Vallejo quedaron en su poder, no es fácil de explicar. Los hechos que se relatan a continuación son un episodio significativo de esa extraña conducta, que culminó, quizá, con la destrucción de los manuscritos que aquí quedan documentados.
Según Georgette, el poeta destruía habitualmente sus borradores (carta a Ángel Rama del 12 / 6 / 78). Sin embargo, sobrevivieron muchos que corresponden mayoritariamente a sus poemas póstumos. En 1968 Georgette publicó la edición facsimiliar de buena cantidad de manuscritos dactilografiados y corregidos por el autor, y también la de algunos autógrafos, pero ninguno de estos últimos corresponde a una versión anterior a la que proporcionan las versiones escritas a máquina. No obstante, un año antes de su edición, en una selección de poemas traducidos al francés (París, Seghers, 1967), facilitó la reproducción facsimilar de la primera página de un poema en una versión autógrafa, que es un estado previo al que aparece en la edición de 1968 en versión dactilográfica. Y en 1969, en el número de Homenaje de Visión del Perú (Lima julio de l969), publicó otro manuscrito autógrafo que también corresponde al estado del texto previo a la versión dactilográfica mencionada.
Por otra parte estaba probando que existían otros manuscritos autógrafos anteriores a la copia, puesto que Georgette indicó la fecha de alguno de los poemas que no están fechados en la copia dactilográfica, y la justificó aduciendo que la había extraído del manuscrito correspondiente. Pero Georgette nunca proporcionó información explícita sobre esos manuscritos autógrafos y la comunidad de los vallejistas nunca tuvo conocimiento de que algún estudioso hubiese tenido acceso a ellos.
Después de la muerte de Georgette en 1984, el archivo de su propiedad fue donado al Hogar Clínica San Juan de Dios, en Lima. Algún tiempo después Américo Ferrari, que preparaba la edición crítica de la Obra poética de Vallejo para la colección Archivos revisó ese material en búsqueda de los manuscritos autógrafos hasta ese momento tan celosamente preservados de toda mirada. En la nota introductoria a los Poemas póstumos, que figura en la edición mencionada, después de aludir a otros materiales que no aparecen en la papelería de Vallejo legada por Georgette, Ferrari dice que desaparecieron ‘las primeras versiones manuscritas a las que nos hemos referido y la libreta de apuntes del poeta, de donde Georgette decía haber extraído la lista de títulos o temas arriba mencionada. No hemos podido averiguar el paradero de esos papeles. Un testigo fidedigno nos declaró que Georgette los destruyó antes de morir. Sea por lo que fuere, las razones por las que la viuda legó cerca de un centenar de textos a una institución y disperso o destruyó el resto es un enigma que por el momento nos es imposible descifrar.’
Sin embargo, por lo menos a partir de 1976, Georgette había admitido, o sugerido, la publicación de los manuscritos autógrafos de existencia tan fantasmal. En esos actos estuvo a punto de cuajar un proyecto de edición facsimilar de los manuscritos como parte o complemento de la edición de la Obra poética de Vallejo que publicó la Biblioteca Ayacucho de Venezuela en 1979. Aunque, al fin de cuentas, el proyecto se frustró por razones que luego veremos, gracias a esa iniciativa sobrevivió una copia fotográfica de los mismos.
El primer testimonio público de la existencia de esos manuscritos -que comporta una sumaria descripción de los mismos, algunos documentos gráficos, poco legibles pero probatorios, y la consideración de algunas variantes de interés- no tuvo ninguna resonancia a pesar de la autoridad de su autor y de que el artículo, para que no quepan confusiones, se titula ‘Los manuscritos del escritor Vallejo’.
Es probable que uno de los factores de esa invisibilidad fuese que la información no se difundió a través de una publicación académica sino por medio de un artículo periodístico, pero no fue ésa la única causa. La dificultad de comunicación en el seno de la comunidad académica que trabaja sobre temas latinoamericanos tiene una parte esencial en ese desconocimiento. Un indicio persuasivo de ello es la escasa resonancia que tuvo, casi veinte años después de la publicación del artículo de Rama, mi intento de hacer conocer las fotografías de los manuscritos. Y ello a pesar de que la publicación, en este caso, fue hecha en una revista vinculada a una universidad importante e incluye cuatro facsímiles que revelan notables peculiaridades en la composición de los correspondientes poemas. (2)
Por mi parte, conocí el artículo de Rama, de manera accidental, varios años después de su publicación, en un momento en que trabajaba sobre la emergencia de la novedad en las artes, y en el que la poesía de Vallejo me interesaba como un paso paradigmático de ruptura con el contexto de producción y recepción.
El artículo de Rama fue publicado en El Universal de Caracas, en sus páginas culturales, el 23 de abril de 1978 en ocasión del cuadragésimo aniversario de la muerte del poeta. Rama, en dicho artículo, contrapone la literatura crítica sobre Vallejo en los años 60 y 70 -que, según él, realiza un trabajo riguroso sobre los textos- con las lecturas unilaterales de sus primeros comentaristas que lo interpretaron a partir de su militancia política, o de su léxico cristiano, o de sus referencias al Perú indígena, o de la novedad radical de su lenguaje poético, para definirlo por su comunismo, su cristianismo, su indigenismo o su surrealismo. Como ejemplos de la nueva bibliografía crítica, Rama menciona los trabajos de Meo Zilio, de Higgings, de Paoli, de Neale-Silva, de Jean Franco.
También menciona la edición a cargo de Georgette en 1968, para aludir a las copias dactilográficas reproducidas en ella, cuyas correcciones lo llevan a sostener que en un escritor ‘vivíparo’ como Vallejo -según la distinción que hizo Unamuno- había también una tendencia ‘ovípara’ que lo llevaba a trabajar sus versos hasta encontrar una solución definitiva.
Pero es en la parte final de dicho artículo en la que encontramos la información que en ese momento pasó inadvertida y que representa la primera noticia terminante acerca de la existencia de un número significativo de manuscritos autógrafos y una sumaria descripción de los mismos. Transcribo in extenso el pasaje correspondiente:
A manera de aportación a este cuadragésimo aniversario, me parece preferible al artículo forzosamente convencional, informar de la más reciente bibliografía sobre el poeta y aportar fotocopias de manuscritos originales hasta ahora desconocidos. Son conocidas las copias mecanografiadas y corregidas, pero no lo son las primeras redacciones de las composiciones de Poemas humanos y de España, aparta de mí este cáliz, que conserva su viuda Georgette. Las escribió César Vallejo en tres afiebrados meses de trabajo (setiembre, octubre y noviembre de 1937) en que pudo descargar su agonía de España. Georgette ha historiado el silencio creativo del poeta en esos años, que repentinamente dio paso a una tarea febril: ‘Y bruscamente surge de Vallejo el monólogo de meses interminables. En tres meses escribe 25 poemas, últimos de Poemas humanos y dirige a la misma España su ruego y su exceso de desesperación.’
Este borbotón repentino de poesía, fue registrado por él en un cuaderno escolar de los que editaba el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de la República Española bajo el título de ‘Cartilla Escolar Antifascista’. Simples cuadernos de hojas rayadas que servían para que los niños de la zona republicana hicieran sus habituales ejercicios de clase, uno de ellos fue llenado por Vallejo sus originales llenos de tachaduras, enmiendas y ampliaciones. Todos los textos están cuidadosamente datados, al día, como en un diario íntimo. Si en el silencio y la agonía el poeta engendró ‘vivíparamente’ estos poemas y los dio bruscamente a luz, luego se aplicó a ellos en un acucioso esfuerzo de fijación de formas.
De algunos, como del redoble ‘Redoble fúnebre a los escombros de Durango’, hay diversiones versiones, las que van procurando el ritmo exacto de la salmodia, las estratégicas repeticiones del ‘pantum’, los crecimientos de intensidad con los cuales se rematan los significados buscados. Otros permiten avizorar, a través de las versiones alternativas, el próposito central del autor. Así, los dos versos del poema, ‘Un hombre pasa con un poema al hombro…’, que fueron interpretados como de oposición al surrealismo (‘Un cojo pasa dando el brazo a un niño / ¿voy, después, a leer a André Breton?’) están más ampliamente dirigidos a la aséptica función del intelectual por cuanto en su primera versión censuran a quienes imitan la escritura de Paul Valèry. (3)
Notas
1) Juan Fló, ‘Acerca de algunos borradores de Vallejo: reflexiones sobre el surgimiento de la novedad’, Nuevo Texto Crítico, vol. 8, núm. 16-17 (1995-1996), 93-127.
2) Ángel Rama, ‘Los manuscritos del escritor Vallejo’, El Universal (Caracas) (23 de abril de 1978).
3) Una copia de esta carta de Rama a Georgette fue enviada por Rama a Antonio Cortejo Polar en ocasión de pedirle consejo sobre los problemas que le planteaba la edición de las Obras poéticas de Vallejo. Ella integra la correspondencia enviada por Rama a A. Cornejo Polar cuya copia tuvieron a bien suministrar al Archivo A. Rama, Jorge Cornejo Polar y el Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar.
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