TRIGESIMOPRIMERA ENTREGA
VIVENCIAS CONFIRMATIVAS DURANTE
EL CURSO CIRCULAR DE LA LUZ
El Maestro Lü Dsu dijo: Hay muchas clases de vivencias confirmativas. Uno no ha de contentarse con reducidas pretensiones, sino alzarse al pensamiento de que todo ser viviente debe ser redimido. No se debe ser de corazón ligero y negligente, sino esforzarse por que la palabra sea demostrada a través de hechos.
Cuando durante el reposo el espíritu tiene, en ininterrumpida duración, la sensación de una gran alegría, como si estuviera borracho o recién bañado, éste es un signo de que el principio luminoso es armónico en el cuerpo íntegro; ahí comienza a despuntar la Flor de Oro.
Cuando luego, más adelante, todas las aberturas están quietas y la Luna de plata está en medio del Cielo y tiene uno el sentimiento de que esta gran Tierra es un mundo de Luz y lucidez, éste es un signo de que el cuerpo del corazón se abre a la claridad. Éste es un signo de que la Flor de Oro se abre.
Además se siente el cuerpo integro firme y fuerte, de modo que no teme tormenta ni escarcha. Cosas que otros hombres consideran nada regocijantes, no me pueden turbar la lucidez del espíritu-simiente cuando tropiezo con ellas. Oro amarillo llena la casa, jade blanco forma los peldaños. Las cosas corruptas y hediondas sobre la tierra, que toman contacto con un hálito de la verdadera fuerza, se tornan de inmediato vivas nuevamente. La sangre roja se torna leche. El frágil cuerpo carnal es oro vano y piedra preciosa. Éste es un signo de que la Flor de Oro se cristaliza.
El Libro de la Contemplacióra Exitosa (Ying Guan Ging) dice: "El Sol se hunde en la gran agua y surgen mágicas imágenes de árboles en filas." El ocaso del Sol significa que el cimiento es puesto en el caos (el mundo antes de la manifestación, el mundo inteligible): éste es el estado libre de polos (Wu Gi). El bien supremo es como el agua, pura y sin manchas. Éste es el señor de la gran polaridad, el dios que avanza en el signo de la conmoción (Dschen). La conmoción tiene como imagen la madera, por lo tanto nace la imagen de las filas de árboles.
Una séptuple fila de árboles significa la Luz de las siete aberturas del cuerpo (o aberturas del corazón). En el noroeste está la dirección de lo Creativo. Cuando se mueve un lugar más, está ahí lo Abismal. El Sol que se hunde en la gran agua es la imagen de lo Creativo y Abismal. Lo Abismal es la dirección de la medianoche (ratón, Dsï, norte). Para el solsticio de invierno el trueno (Dschen) está enteramente oculto y cubierto en medio de la Tierra. Sólo cuando es alcanzado el signo de la conmoción, avanza de nuevo sobre la tierra el polo de Luz. Ésta es la imagen de las filas de árboles. Lo demás se deja revelar correspondientemente.
La segunda sección significa erigir el cimiento sobre esto. El gran mundo es como hielo, un mundo vitroso de joyas. El brillo de la Luz se cristaliza paulatinamente. Por lo tanto, nace una alta terraza y sobre ella aparece, con el correr del tiempo, el Buda. Cuando el ser de oro aparece, ¿quién podría ser aparte de Buda? Pues el Buda es el santo de oro de la gran Iluminación. Ésta es una gran experiencia confirmativa.
Hay ahora tres experiencias confirmativas que uno puede probar. La primera es que cuando uno ha entrado en el estado de meditación, los dioses están en el valle. Se oye hablar a los hombres como a una distancia de algunos cientos de pasos, a cada uno de ellos clara e individualmente. Pero las voces suenan todas como un eco en un valle.
Se los oye siempre, uno nunca se oye a sí mismo. Esto se llama la presencia de los dioses en el valle.
A ratos se puede experimentar lo siguiente: así que se está en reposo, comienza a alzarse en llamas la Luz de los ojos, de modo que delante de uno todo se torna enteramente lúcido, como si se estuviera en una nube. Si se abre los ojos y uno busca su cuerpo, no se lo encuentra más. Esto se llama: "En el aposento vacío se hace la lucidez."
Todo dentro y fuera, es igualmente lúcido. Éste es un signo muy favorable.
O cuando se sienta uno a meditar, el cuerpo carnal se torna enteramente brillante, como seda o jade. El sentarse resulta difícil, se siente uno tirado hacia arriba. Esto quiere decir: "El espíritu retorna y presiona contra el Cielo." Con el tiempo se puede vivenciar que realmente uno flota hacia arriba.
Ahora ya se puede hacer esas tres experiencias. Pero no se puede expresar todo eso. En correspondencia con los talentos de los hombres, diferentes cosas aparecen a cada uno. Cuando se experimenta, ahora, las cosas justamente mencionadas, ello es un signo de una buena disposición.
Con estas cosas es como cuando se bebe agua. Uno mismo observa si el agua es cálida o fría. Y del mismo modo debe uno convencerse de tales experiencias; sólo entonces son reales.
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