martes

C. G. JUNG / RICHARD WILHELM - EL SECRETO DE LA FLOR DE ORO



VIGESIMOSÉPTIMA ENTREGA

TRADUCCIÓN DEL
TAI I GIN HUA DSUNG DSCHÏ

3

CURSO CIRCULAR DE LA LUZ Y PRESERVACIÓN DEL CENTRO (1)

El maestro Lü Tzu preguntó: ¿Cuándo fué revelada la expresión "curso circular de la Luz"? Fué revelada por los "verdaderos hombres del comienzo de la forma" (Guan Yin Hi). Cuando se deja correr la Luz en círculo, se cristalizan todas las fuerzas del Cielo y de la Tierra, de lo luminoso y de lo oscuro. Eso es lo que es designado por pensar germinal, por depuración de la fuerza, o por depuración de la idea.

Cuando se comienza a aplicar esta magia es como si en medio del ser hubiera algo que no es; si entonces, con el tiempo, el Trabajo finaliza y más allá del cuerpo existe un cuerpo, es como si en medio del no-ser hubiera algo que es. Sólo después de un Trabajo concentrado de cien días será auténtica la Luz, sólo entonces se torna fuego-espíritu.

Después de cien días nace por sí mismo en medio de la Luz un punto del auténtico polo de Luz (yang). De repente nace entonces la perlasimiente.

Es como cuando hombre y mujer se unen y tiene lugar una concepción. Entonces se debe estar completamente tranquilo, para esperarla. El curso circular de la Luz es la época del fuego.

En medio del primordial devenir está el brillo de la Luz (yang Guang), lo decisivo. En el mundo físico es el Sol, en el hombre es el ojo. La irradiación y dispersión de la conciencia espiritual se pone en marcha principalmente cuando está dirigida hacia afuera (fluye hacia abajo). Por lo tanto, el Sentido de la Flor de Oro reposa sobre el método retrógrado.

El corazón del hombre está bajo el signo del fuego. La llama del fuego empuja hacia arriba. Cuando ambos ojos contemplan las cosas del mundo, es con visión dirigida hacia fuera. Si ahora se cierra los ojos y la mirada se revierte, dirige hacia dentro y contempla el espacio de los antepasados, eso es el método retrógrado.

La fuerza de los riñones está bajo el signo del agua. Cuando las pulsiones de agitan, fluye hacia abajo, dirigida hacia afuera, y engendra niños. Si en el momento de la liberación no se la deja fluir hacia fuera, sino que se la conduce de vuelta mediante la fuerza del pensar, de manera que puje hacia arriba en el crisol de lo Creativo y refresque y nutra corazón y cuerpo, eso es de igual manera el método retrógrado. Por lo tanto, se dice: el Sentido del Elixir de Vida reposa completamente sobre el método retrógrado.

El curso circular de la Luz no sólo es un curso circular de la flor-simiente del cuerpo individual, sino que directamente es un curso circular de la verdadera fuerza formativa, creativa. No se trata de una momentánea fantasía sino, por cierto, del agotamiento del curso circular (de la migración del alma) de todos los eones. Por lo tanto, una pausa respiratoria significa un año -según el tiempo del hombre- y una pausa respiratoria significa cien años -medidos por la larga noche de los nueve senderos (de las reencarnaciones).

Una vez que el hombre tiene tras sí el tono uno de la individuación, nace hacia fuera en correspondencia con las circunstancias y, hasta la vejez, no mira una sola vez en forma retrógrada. La fuerza de lo luminoso se agota y escurre; ello conduce al mundo de las nueve tinieblas (de las reencarnaciones). En el Libro Len Yeng se dice: "Por concentración de los pensamientos se puede volar, por concentración de los deseos se cae." Cuando un aprendiz cuida poco de los pensamientos y mucho de los deseos llega al sendero de la perdición. Sólo mediante la contemplación y el reposo nace la verdadera intuición: para ello se tiene necesidad del método retrógrado.

En el Libro de las Correspondencias Secretas se dice: "La liberación está en el ojo". En las Simples Preguntas del Soberano Amarillo12 se dice: "La flor-simiente del cuerpo del hombre debe concentrarse hacia arriba en el espacio vacío." Esto se relaciona con aquello. En esa frase está incluída la inmortalidad, y también incluido el vencer al mundo. Ésta es la meta común de todas las religiones.

La Luz no está sólo en el cuerpo, tampoco está empero (sólo) fuera del cuerpo. Montañas y ríos y la gran Tierra son iluminados por Sol y Luna: todo esto es esa Luz. Por lo tanto, no está solamente en el cuerpo. Entendimiento y claridad, discernimiento e iluminación, y todos los movimientos (del espíritu) son igualmente todos esta Luz; por lo tanto, tampoco es algo fuera del cuerpo. La Flor de Luz de Cielo y Tierra colma los mil espacios todos. Pero también la Flor de Luz del cuerpo individual atraviesa igualmente el Cielo y cubre la Tierra. Por lo tanto, así que la Luz está en curso circular, simultáneamente con ella están en curso circular también Cielo y Tierra, montañas y ríos, todos.

Concentrar arriba en el ojo la flor-simiente del cuerpo humano, ésta es la gran clave del cuerpo humano. ¡Niños, consideradlo! Si no cuidáis un día de la meditación, esta Luz fluye afuera, quién sabe adónde. Si sólo cuidáis de la meditación por un cuarto de hora, podéis así acabar con los diez mil eones y mil nacimientos. Todos los métodos desembocan en el reposo. No se puede elaborar con el pensamiento este prodigioso medio mágico.

Pero cuando uno se pone al Trabajo, debe avanzar de lo manifiesto a lo profundo, de lo basto a lo fino. Todo depende de que no haya ninguna interrupción. Principio y fin del Trabajo deben ser uno. Entre medio hay momentos más fríos y más cálidos, eso es evidente. Pero la meta debe ser alcanzar la amplitud del Cielo y la profundidad del mar,
que todos los métodos aparezcan completamente fáciles y evidentes; sólo entonces se llega a ella.

Todos los santos se han transmitido, unos a otros, que sin contemplación (Fan Dschau, reflexión) nada es posible. Cuando Kungtsé dice: "El conocer lleva a la meta", o Sakya lo llama: "La vista del Corazón", o Laotsé dice: "Ver interno", todo es lo mismo.

Pero de la reflexión puede hablar cada uno, mas no la recibe en las manos si no sabe lo que la palabra significa. Lo que debe ser revertido por la reflexión es el corazón consciente de sí mismo, que debe dirigirse al punto donde el espíritu de la formación todavía no se ha manifestado. Dentro de nuestro cuerpo de seis pies de alto debemos esforzarnos hacia la figura que existió antes de la fundación de Cielo y Tierra. Si la gente de hoy se sienta y medita sólo de una a dos horas, y sólo contempla su propio yo, y llama a eso reflexión (contemplación), ¿cómo ha de salir de eso algo?

Ambos fundadores del budismo y taoísmo han enseñado que se ha de mirar la punta de la nariz. Pero no han dado a entender que mientras el ojo mira la punta de la nariz los pensamientos han de concentrarse sobre el centro amarillo. Adonde se dirige el ojo, allí se dirige también el corazón. ¿Cómo puede ser dirigido simultáneamente hacia arriba (centro amarillo) y hacia abajo (punta de la nariz), o, alternativamente, ora hacia arriba, ora hacia abajo? Todo esto es confundir con la luna el dedo con el que se señala hacia la luna.

¿Qué se da realmente a entender con eso? La palabra punta de la nariz está muy hábilmente elegida. La nariz ha de servir al ojo de línea directriz. Si uno no se guía de acuerdo con la nariz, abre los ojos ampliamente y mira a la lejanía de manera que no ve la nariz, o los párpados bajan demasiado, de manera que los ojos se cierran y tampoco ve la nariz. Pero si uno abre los ojos demasiado ampliamente, comete la falta de que se dirijan hacia afuera, con lo que se es fácilmente dispersado. Cuando se los cierra demasiado, comete uno la falta de que se corran hacia dentro, con lo que fácilmente se cae en una ensoñación absorbente. Sólo cuando se baja los párpados en la correcta medida intermedia, uno ve llanamente bien la punta de la nariz. Por lo tanto, se la toma como línea directriz. Importa sólo que uno baje los párpados de la manera correcta y deje entonces irradiar la luz hacia dentro por sí misma, sin fatigarse en querer concentradamente que la Luz radie hacia dentro. La observación de la punta de la nariz sirve sólo para el comienzo de la concentración interna, para que traiga los ojos a la correcta dirección del mirar y se mantenga con ello en la línea directriz; entonces se lo deja estar. Es igual a como suspende su plomada un albañil. Tan pronto la ha suspendido se dirige en su trabajo según ella, sin que se preocupe constantemente en mirarla.

La contemplación fijativa es un método budista que de ningún modo es transmitido como secreto. Contemple con ambos ojos la punta de la nariz, siéntese derecho y cómodo, y fije el corazón al centro en medio de las condiciones (al polo en reposo en la fuga de los fenómenos). En el taoísmo se lo llama el centro amarillo, en el budismo el centro en medio de las condiciones.

Ambos son lo mismo. Esto no significa necesariamente el centro de la cabeza. Solamente se trata de fijar el pensar al punto que está exactamente en medio de ambos ojos. Entonces está bien. La Luz es algo extremadamente móvil. Si se fija el pensar al centro entre ambos ojos, la Luz radia dentro por sí misma. Uno no tiene necesidad de dirigir especialmente la atención al castillo central. En estas pocas palabras está contenido lo más importante.

"El centro en medio de las condiciones" es una expresión muy fina. El centro es omnipresente, todo está en él incluído; se relaciona con la liberación del proceso íntegro de la creación. La condición, eso es el portal de entrada. La condición, esto quiere decir que el colmar esta condición forma el principio, pero no trae lo restante consigo con inexorable necesidad; la significación de estas dos palabras es muy fluida y fina.

La contemplación fijativa es indispensable, produce la consolidación de la iluminación. Solamente que no se debe permanecer rígidamente sentado si aparecen luego los pensamientos mundanos, sino que se debe investigar dónde se halla este pensamiento, dónde ha nacido, dónde se extinguió. Pero con empujar más allá la reflexión no llega uno al final.

Uno debe limitarse a ver dónde ha nacido el pensamiento, y no debe buscar más allá, por sobre el punto de origen; pues no es posible encontrar el corazón (conciencia) (entrar con la conciencia detrás de la conciencia). Queremos poner en reposo conjunto los estados del corazón, eso es la correcta contemplación. Aquello que lo contradice, eso es falsa contemplación. No conduce a ninguna meta. Si la fuga de los pensamientos continúa incesantemente, cada vez mayor, interrúmpase y entre en contemplación. Contemple, y luego instituya otra vez la fijación. Esto es la doble cultura de la consolidación de la iluminación. Esto quiere decir curso circular de la Luz. Curso circular es fijar. La Luz es la contemplación. Fijación sin contemplación es un curso circular sin Luz. Contemplación sin fijación es Luz sin curso circular.

¡Notad esto!

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+