H. G. V.
Pensamos que Federico García Lorca escribió uno de sus máximos versos en el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías:
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Durante la tercera edición de Belleza Uruguaya que se celebró el 26 de junio en Fundación Unión nos quedó más claro que nunca que, como profetizaron Juan Carlos Onetti y Torres García en la década del 40, el arte uruguayo va a terminar de levantarse inderrumbablemente si se atreve durar en este charco traidor donde todavía se ignora lo que significó nuestra Purificación comunitaria.
Y esta es una tarea gravísima, para hablarlo en Vallejo.
En uno de sus más agónicos y dorados alaridos, Kierkegaard nos recordó que un hombre puede morirse considerando que su vida fue justa solamente si fue vivida frente a la eternidad.
En 2006, cuando fundamos elMontevideano Laboratorio de Artes con Álvaro Moure Clouzet, nos propusimos terminar de obeliscar para siempre en Tontovideo una especie de bestia pop digna del theatrum sacrum barroco, que logró hacer proliferar popularmente la espiritualidad amenazada por la ya galopante sequedad de la filosofía burguesa.
Hoy podemos confirmar que recién un siglo después del surgimiento de la fundacional generación del 900, la necesidad de construir un axis mundi celeste volvió a emerger en el mundial de Sudáfrica.
Y se pudo.
El miércoles 26 de junio conjuntamos el trabajo del plástico Horacio Herrera, el guitarrista clásico Pablo Novoa y los cantautores Guillermo Wood y Diego Presa, y solamente quien estuvo allí sintió que en aquella atmósfera no cabían ni el trepadurismo ni la mediocridad.
Volvemos a García Lorca, aunque esta vez desde su agonía en Yanquilandia: No duerme nadie por el cielo. Nadie. Nadie. / No duerme nadie. / Pero si alguien cierra los ojos, / ¡azotadlo, hijos míos, azotadlo! / Haya un panorama de ojos abiertos / y amargas llagas encendidas. / No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. / Ya lo he dicho. / No duerme nadie. / Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes, / abrid los escotillones para que vea bajo la luna / las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.
Así que prometemos seguir poniendo el mapa de Sudamérica con la verga para arriba y seguir rezando (angustiadamente alegres) la frase más perfecta de toda la obra onettiana: se puede hacer cualquier cosa con pureza.
O el koan atribuido al Negro Jefe: Si le empatamos a la realidad, le ganamos a cualquiera.
Los artistas que nos acompañaron en Belleza Uruguaya 3 oscilan entre los 22 y los 38 años, y tiene que haber muchos más como ellos que no aceptan viajar en la bodega del barco fingiendo ver estrellas: el futuro lo dirá.
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