CATÓLICOS Y MASONES:
ACTUALIDAD DE UN ENFRENTAMIENTO ENTRE FE Y LIBRE PENSAMIENTO
(reportaje recuperado del programa En Perspectiva, Radio el Espectador, 29 / 05 / 2012)
SEGUNDA ENTREGA
¿Hoy cómo es la relación entre masonería e Iglesia Católica? ¿La Iglesia sigue considerando a la masonería una secta?
Todo depende de lo que entendamos por Iglesia. Sí, hay documentos que siguen hablando de secta; desde el punto de vista de la historia creo que no es acertada esa expresión, porque ¿qué es una secta? Secta es una falsa religión en la óptica de la Iglesia Católica , y desde el momento en que la masonería no es una religión, difícilmente puede ser una secta. El punto de partida puede ya plantearnos dudas o incluso incomprensiones.
¿Cómo se define la masonería? Tengo aquí un folleto de la propia institución, y dice: La masonería es una asociación universal, científica, filosófica y progresista que agrupa a todos los seres humanos que se sienten unidos por el vínculo de la solidaridad, resultante de los principios de amor a la humanidad y a la verdad. En ella se estimula y practican: 1) el estudio de la moral, de las ciencias y de las artes para mejorar la condición social del hombre por todos los medios lícitos, y especialmente poe la instrucción, el trabajo y la abnegación; 2) la tolerancia, ejercida para hacer más solidos los lazos de unión entre los semejantes, extinguiendo los antagonismos de nacionalidad, de opinión, de razas y de intereses partidistas; 3) el librepensamiento, sin deprecio de ninguna idea, en la seguridad de que es el raciocinio humano lo que rige los destinos del mundo. Las masonería reconoce la existencia de un principio creador superior, ideal y único cuya interpretación es personal y absolutamente libre para cada hombre. La idea de un único y común origen de los seres humanos es el fundamento en el que se basan los conceptos sociales de igualdad y fraternidad, y, consecuentemente con ellos, el derecho de los pueblos a ser libres y gobernados democráticamente.
Más que una definición, es una declaración de principios. Las definiciones tienen que ser cortas. Es una declaración de principios, y en este caso se adapta en muchos puntos a lo que dicen otras masonerías.
Y luego cuando se la define como institución aparece expresamente la precisión que usted formulaba hace un rato: la masonería no es una religión.
Exactamente. En cada país no es que haya una masonería, sino que puede haber incluso varias masonerías. Por ejemplo en Francia incluso hoy en día hay hasta 15 masonerías diferentes, como en España, entonces cada masonería puede tener una orientación más particular o más concreta. Esta me figuro que es la que refleja la masonería de aquí de Uruguay, la actual. Entonces es correcto, y como usted verá allí no hay ningún enfrentamiento con la Iglesia , aunque hay algunos principios que puedan ser interpretados por la Iglesia de otra forma. Sobre todo cuando se habla de librepensamiento, que tiene toda una trayectoria y que es necesario saber comprender y situar en cada momento de la historia y en cada país.
Pero viniendo a cuál es la situación hoy día, la masonería durante muchos años estuvo prohibida, y no solamente prohibida, sino condenada con la pena de excomunión por la Iglesia Católica. Esto se recogía en el primer Código de Derecho Canónico de 1917. Este Código de Derecho Canónico recopilaba toda la legislación previa que habían dado los diferentes papas a lo largo de la historia, y especialmente los previos a la fecha de 1917. Esos papas son Pío Nono y León XIII. Solamente estos dos pontífices, que son los que están involucrados en la lucha del Vaticano contra los patriotas italianos que están intentando unificar la península italiana y que son los que más se oponen a esta, porque el papa Pío Nono, sobre todo, estaba convencido de que si no tenía un poder temporal tampoco podía tener un poder espiritual. Entonces la defensa de los estados pontificios frente a los ejércitos de Víctor Manuel o de Garibaldi por el sur que están intentando conquistar y unificar Italia.
Aquí ya tenemos otro problema a añadir, que es el problema político de la unificación. Por eso no es de extrañar que Pío Nono y León XIII, solamente ellos dos, que son los protagonistas de ese problema, dieran 2.200 documentos condenando a la masonería, por la identifican con los carbonarios, con las sociedades patrióticas, con todos aquellos que están luchando por la unificación italiana. Y no es de extrañar que el código que se promulga inmediatamente después recoja toda esa situación. ¿Qué nos dice el Canon 2335? Que los que dan su nombre a asociaciones que maquinan contra la Iglesia y los poderes civiles legítimamente establecidos incurrirán en la pena de excomunión ipso facto, cuya pena está reservada al Sumo Pontífice, excepto en los casos de muerte.
Aquí están hablando de masonería que se identifica con sociedades que maquinan contra la Iglesia y los poderes civiles legítimamente establecidos. El papa era el poder civil legítimamente establecido y era la Iglesia , según esta legislación. Y estamos por lo tanto identificando una institución con un problema político-social o político-militar italiano del momento.
Pero mucho más cerca en el tiempo, hace pocas décadas, yo he escuchado hablar a católicos, quizás católicos con una ubicación ideológica a la derecha, de la conspiración judeo-masónica, por ejemplo.
Judeo-masónico-comunista.
En algunos casos la conspiración judeo-masónico-comunista. Estoy hablando del siglo XX.
Sí, se lo puedo explicar muy bien porque tengo un libro titulado “El contubernio judeo-masónico-comunista”. Es un reflejo de una mentalidad de extrema derecha que necesita culpabilizar a alguien para poder salvarse ellos mismos.
Quisiera cerrar el tema de la situación jurídica actual. El Canon 2335 desaparece con la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico, que tiene lugar en 1982, y el Canon 2335 va a ser sustituido por el 1374, que dice: “Los que dan su nombre a asociaciones que maquinan contra la Iglesia incurrirán en una pena justa, y aquellos que las dirigen en la pena de entredicho”. Es decir que han desaparecido las palabras “masonería” y “excomunión” y la expresión “los que maquinan contra los poderes civiles legítimamente establecidos”. Es decir lo que era una situación concreta del siglo XIX en el siglo XX ha desaparecido.
¿Y cómo se traduce en términos prácticos esa nueva norma?
Si hay masonerías que maquinan contra la Iglesia incurren en esa pena, pero si hay masonerías que no incurren difícilmente pueden caer.
Pero por ejemplo, en el libro de Fernando Amado “En penumbras. La masonería uruguaya 1973-2008”, un libro del año 2008…
Hay que añadir la reacción que luego hubo y la nota de prensa que salió en L’Osservatore Romano a continuación. Supongo que se refiere a eso.
No, me refiero a que aparecen declaraciones de monseñor Pablo Galimberti, obispo de Salto, que entiende, a propósito de la posibilidad de ser masón y católico: “No es posible, tal como la masonería hoy se presenta debo decir que la Iglesia Católica ya ha tenido su pronunciamiento en cuanto a que son concepciones filosóficas diversas y antagónicas”. Y cuando le preguntan si le daría la comunión a un masón, contesta: “No, no le daría la comunión. Porque yo creo que él mismo se ha colocado en una zona en la cual está afirmando su pertenencia a una asociación cuyos principios filosóficos a lo más que llegan simbólicamente es a un Supremo Arquitecto, pero la Iglesia no sostiene a un Supremo Arquitecto como una cuchara con un ojo”.
Es una interpretación que respeto como espero o desearía que él respetara otras interpretaciones. Yo le podría citar otras muchas de otros obispos o incluso cardenales que no son tan radicales ni coinciden, sino más bien diría que están en otra situación muy diferente.
¿Usted dice que dentro de la Iglesia Católica la norma vigente promulgada por el Vaticano se interpreta de maneras diferentes?
Siempre ha sido así, ¿no? De todas formas la norma jurídica está muy clara, la norma jurídica no habla de masonería ni habla de filosofía de la masonería. Y esta interpretación que me acaba de leer todo lo basa en una interpretación filosófica, pero ¿de qué masonería habla? ¿Y de qué filosofía, si la masonería no tiene filosofía?
Por lo tanto, si venimos al año 2012, en el que nos encontramos, ¿cómo define usted la relación entre la Iglesia y la masonería? ¿Hay que hablar de “relaciones”?
De relaciones y de iglesias, porque ¿quién es la Iglesia ? En cada diócesis la Iglesia es el obispo, ¿no? En Brasil hay 360 obispos. No sé si necesita más explicación. Yo tengo experiencias de Brasil de estar dando conferencias en diferentes ciudades, llegar a una ciudad y el obispo decir que no fuera nadie a escucharme porque no, y al día siguiente el obispo de la diócesis siguiente llamarme para que hable a los sacerdotes y a las monjas de su diócesis en su propio palacio episcopal. Afortunadamente la Iglesia tiene una variedad que es lo que la enriquece.
Pero institucionalmente entre la Iglesia Católica y la masonería ¿hay vínculos?
Todo depende de lo que se considere como vínculo. La masonería no es una religión; al no ser una religión no tiene por qué tener un vínculo con una religión concreta. Los vínculos son ya más personales, si un masón tiene problemas de conciencia y es católico, lo lógico es que acuda o bien a su párroco, a su confesor o a su obispo y que intente clarificar el tema, porque esa es la norma. Lo que ocurre –y quiero decirlo para evitar luego falsas interpretaciones– es que cuando se promulga este Código de Derecho Canónico, el mismo día el entonces cardenal Ratzinger dio una nota de prensa en L’Osservatore Romano diciendo que aunque en el nuevo Código de Derecho Canónico no se mencionaba a la masonería, la actitud de la Iglesia permanecía invariable respecto a esta institución y por lo tanto todos los masones estaban en estado de pecado mortal y no podían acceder a los sacramentos.
¿Cómo se entiende eso?
Es difícil de entender. Yo le podría hablar desde el punto de vista histórico, no desde el punto de vista ideológico. Hay un punto de partida que creo que es falso. En muchas de estas interpretaciones eclesiásticas se identifica a la masonería con una religión, y no lo es. Esto viene ya de una declaración de los obispos alemanes de los años 80, que es la que luego se ha intentado introducir. Le voy a dar un dato: la víspera de la promulgación del Código de Derecho Canónico, en la Comisión Pontificia de Derecho Canónico, que estaba integrada por más de 50 entre cardenales, arzobispos y expertos, se discutió si se mantenía o no la excomunión a los masones, se estuvo discutiendo este tema. Un tema que llevaba 20 años, porque el Código de Derecho Canónico tardó 20 años y le puedo decir que yo seguí paso a paso porque incluso en alguna ocasión tuve que participar en alguna consulta.
¿Qué pasó en esa votación? Que los que pedían que se mantuviera la excomunión perdieron la votación en una proporción de 30 y tantos frente a 15 o 16. Por lo tanto en el nuevo Código de Derecho Canónico no se habla de masonería ni de excomunión. Ahora, si usted me dice quiénes son los que votaron a favor de que se mantuviera la excomunión yo le podría decir que entre ellos estaba el cardenal Ratzinger, que es el que luego da la nota al día siguiente. Y es la nota que hoy día se mantiene. Pero de entonces a hoy no se ha vuelto a hablar de ese tema, excepto cuando las diferentes conferencias episcopales de los países más involucrados con el tema de la masonería, como podían ser Estados Unidos, Brasil, los países escandinavos, donde el cardenal Sepe, que es el antecesor de Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe , había autorizado en el año 1972 que los católicos pudieran ser masones de aquellas masonerías que no atentaran contra la Iglesia Católica.
Entonces no es cierto que la actitud de la Iglesia sea invariable, hubo cambios, si se mantiene invariable el decreto del cardenal Sepe y la norma que existía inmediatamente o la norma que existía en el siglo XIX. Es complejo, sobre todo cuando lo ves desde la historia y analizando los documentos y cómo se crean esos documentos, porque muchas veces el documento es frío, pero cuando tú analizas en los archivos cómo se llegó a ese documento, entonces puedes ver que la cosa no es tan sencilla.
(*) Puntualización de Emiliano Cotelo:
José Antonio Ferrer Benimeli es también sacerdote jesuíta. Sin embargo, hoy solicitó que ese dato no fuera mencionado. Me lo planteó en los minutos previos a la entrevista, cuando ingresó al estudio. Amable pero terminantemente, argumentó que él se encontraba en Montevideo en su condición de historiador y especialista en temas de la Masonería y no como integrante de la Compañía de Jesús. Yo le expliqué que era casi imposible soslayar ese dato que le otorga un valor agregado a su análisis sobre Masonería e Iglesia Católica, que está incluído en todas sus biografías disponibles en Internet y que, además, había sido citado en la radio en las promociones del reportaje. Por eso, sostuve, lo lógico sería indicarlo- aunque fuera brevemente- en la presentación inicial del invitado, tras lo cual, por supuesto, él podría formular las aclaraciones que entendiera pertinentes. Ferrer Benimelli se mantuvo en su negativa y añadió que una situación así le resultaría muy incómoda. Como a esa altura de la conversación la pausa comercial se había agotado y ya no había margen para producir un contenido periodístico alternativo, yo opté, contrariado, por aceptar la restricción.
Ahora dejo constancia de estos hechos ya que considero que esa condición, formulada a último momento, alteró de manera significativa la entrevista. En efecto, privó a muchos oyentes de una información relevante para dar contexto a los dichos del experto y a mí me obligó a prescindir de dos o tres preguntas que se imponían como elementales.
Ahora dejo constancia de estos hechos ya que considero que esa condición, formulada a último momento, alteró de manera significativa la entrevista. En efecto, privó a muchos oyentes de una información relevante para dar contexto a los dichos del experto y a mí me obligó a prescindir de dos o tres preguntas que se imponían como elementales.
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