PREPARACIÓN DEL LLANO
No es puro ejercicio de esperanza
este poema,
ni excusa ni equilibrio
ni suplencia del árbol o las ramas
del sol
cuando anochece.
Como todo suceso se hace o se endereza en la mirada,
donde el ojo resiste en sus funciones,
no hay luz sin consecuencias.
pero la poesía
no es la desventura del deseo
o un repliegue del afecto
sobrante
de recuerdos
sino un único corte de jugadas
con nociones de aliento
(o de acierto)
La ilimitada participación del aire las veces favorables,
o la separación de la tristeza
en incontables fracasos
que individuales
no suman el pasado,
son el final previsible donde acaban:
el reposo del viento
no puede describirlo.
Dónde está ahora?
Qué geometría construye
el cruce simultáneo
de estación y herencia
la edad de las campanas
del presente
en el acto de un verso o una mano?
Sierpe de lo real,
la geografía en Molles
era toda la tierra que bastaba.
Las permanencias y las transformaciones a un día de intervalo,
en cualquier fecha;
padre: hoy los pájaros no vuelan
se alejan,
pero ya es imposible
que puedan encontrarles la distancia
que atente el nictémero o tus huellas.
Porque la libertad es una práctica de acuerdo con la vida
y siempre ha sido,
hoy,
la reunión del mundo
con su propia existencia
nuestro día primero su eternidad restante,
un objetivo para objetivar:
eso es lo real
la realidad que aún pueda preparar o preservarse,
o sucederse;
el tiempo,
inaugurado entonces
en su lugar preciso
-que no cuenta-,
aprendemos que la noche
nunca ha sido exterior
a un limitado sesgo de la especie
o una duración autónoma sin,
padre,
sin pájaros, sin hijos.
De modo que la soledad
resulta un artificio innumerable,
no tiene cantidad que lo resuelva
ni ciclo necesario:
aunque fueras el último y seguro
de las celebraciones del silencio
igual valdrá la pena,
el alba preservada,
acumulado el llano,
que sea comprendido,
anticipados
vencimos las derrotas,
que no hay suma parecida
ni tiempo suficiente
que pueda separarnos.
No acabo la poesía.
Abro un lugar en el mundo.
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