viernes

SEIS POEMAS DE JORGE BOCCANERA (1952)


incluidos en Bestias en un hotel de paso (2006)


MADRE (FOTOGRAFÍA UNO)

¿Cuántas llaves su boca?
Candados que la visten, la roban de la luz, escondida, entregada.
Ladran perros de trapo en cajones saqueados por el polvo.
Todos los movimientos de mis manos la dibujan.

¿Cuántas llaves su boca?
Días ajados flotan sobre palabras rancias, en el mismo rincón,
donde mi edad es un ruido y una canción de vidrios
sucios quiere hacerme dormir.
Ella respira venenos.

Esa señora vive a dos pasos de nadie, replegada.
Y vuelvo a ser un niño hecho de sed y ella el agua
escondida entre las piedras.
¿Cuántas llaves su boca?
¿Cuántas vueltas de llave?


EL ALEBRIJE

Entre la burla y el escarnio
barro contra los ojos, boca de carnaval
el alebrije paga una culpa antigua anterior al pecado,
y es remoto por donde se lo mire.
“Toda piel es disfraz” sentencias a ratos, briago.
En guerra con él mismo
-cuerpo de dos cabezas sacándose los ojos-
sueña perfumes dulces que le comen el alma,
caga prolijamente rayas de presidiario.

Entre la repulsión y la piedad: el alebrije.
Prisa de pato en salmo de tortuga, perro metido a pájaro,
y la sangre a lunares bajo el lomo quemado, achicharrado.
El globo de los ojos a punto de estallar, las alas atrofiadas,
lenguas partidas serpenteando entre los dientes
carniceros.

Son pocos los que han visto un alebrije.
No hay follaje que disimule este rencor, ni piedra
que lo oculte, ni una rama que acepte un parecido.
Son pocos los que han visto un alebrije.
Y pocos vivirán, para contarlo.

Algunos escucharon un verso en su saliva: “el corazón
de la mariposa es una garra”.
Otros creyeron ver una sentencia entre sus restos
de comida: “si hueles mi excremento sabrás
que alguna vez me comí al diablo”.

Mascota de llorar.
Dragón que habita la piecita del fondo de una gallina
tonta.
Cola de espinas que asoma por debajo del vestido
de novia.

Lo suyo es el espanto.
Lo suyo, es una guerra personal.


MADRE (FOTOGRAFÍA DOS)

Madre,
yo vi al perro en la leche.
Si lo hubieras visto, tu cara se habría escapado de tu cara.
No, Madre,
vi al perro del amor.
Si hubieras visto eso, tendrías una piedra adentro de la lengua.
Madre, te juro, vi
al perro de la luz, lo vi de cerca.

La madre inclina la cabeza, llora por él, por todos.


NADIE TIENE UNA CASA DE BUENA PIEDRA

Tenía razón el viejo Pound.
En el país de los ciegos
todo cuesta un ojo de la cara.


CUCHARA

Nace del verbo dar,
como si el corazón tuviera mango.
Está hecha de lo que le falta y jamás se guarda
nada para sí.
Podría medir el mundo, acunarlo, transportar
su misterio, sus campanarios de agua de una orilla
a la otra.
Más humana que un perro.
Más a mano que Dios.


LABIOS DE RAMAS QUEBRADAS

Sabemos que el ruido de un río
es el ruido del río,
y que no tiene nombre,
y lo reconocemos.
Es igual que ese nombre
que llamamos tu nombre,
y lo reconocemos,
y es el ruido de un río.

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