miércoles
PAULO FREIRE
EDUCACIÓN Y ACCIÓN CULTURAL
(Antología de 5 artículos del pedagogo brasileño)
OCTAVA ENTREGA
INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN DEL “TEMA GENERADOR” – REDUCCIÓN Y CODIFICACIÓN TEMÁTICAS (IV)
Al “emerger” de la situacionalidad, gana de ella una visión crecientemente lúcida. Se prepara así para liberarse de las cadenas en que estaba y de las cuales apenas tenía difusa conciencia. Se capacita para insertarse en la realidad. La inserción es entonces un estado mayor de situacionalidad, y mayor que la emersión. Es la propia conciencia histórica.
De ahí que sea la concientización, el profundizamiento de la toma de conciencia, que caracteriza toda emersión. En este sentido, toda investigación temática que prepara el camino para la inserción se hace pedagógica. De la misma forma, toda educación que no sea un acto de consumir ideas depositadas, sino de producirlas, se hace investigación del pensar.
Cuanto más investigo el pensar del pueblo con él, más nos educamos juntos. Cuanto más nos educamos, más seguimos investigando. Educación e investigación temática, en la concepción problematizadora de la situación, se torna así una sola cosa, o momentos de un mismo proceso.
Al reconocer la interacción hombre-mundo, de la cual resulta la conciencia de éste y la del yo, la concepción problematizadora sitúa el pensar del pueblo, que no puede ser un pensar en el vacío, como núcleo expresivo de su temática. Investigar este pensar, teniendo al pueblo como sujeto, es ya educar al pueblo y educarse con él.
Mientras que, en la concepción “bancaria” de la educación (antidialógica por excelencia, por ello no comunicativa) el educador deposita en el educando el contenido programático que él mismo hace; en la educación problematizadora, dialógica por esencia, este contenido, que jamás es depositado, es la expresión de la realidad mediatizadora de los polos educador-educando; educando-educador. Esta es la razón por que este contenido tiene que estar siempre renovándose.
La tarea del educador es trabajar en equipo interdisciplinario ese universo temático, recogido en la investigación y disolverlo, como problema, no como disertación, a los educandos.
Si la educación problematizadora y de la comunicación, en la etapa de la alfabetización, busca e investiga la “palabra generadora”, en la post-alfabetización, busca e investiga el “tema generador”.
En una visión humanista, no más “bancaria” de la educación, los temas generadores ya no pueden involucrar finalidades que deben ser impuestas al pueblo, sino, por el contrario, deben reflejar sus anhelos y esperanzas. De ahí, la investigación de la temática como punto de partida del proceso educativo, como punto de partida de su dialogicidad. De ahí, también el imperativo de ser concientizadora la metodología de esta investigación.
¿Qué hacer, si tenemos la responsabilidad de coordinar un plan de educación de adultos en un área campesina, que revele un alto porcentaje de analfabetismo?
El plan incluiría la alfabetización y la post-alfabetización, dentro de una perspectiva crítica, esto es, estaría preocupando con ambas etapas como proceso de integración del hombre (lo que no significa su adaptación) a su realidad existencial de la cual lo profesional y lo técnico son dimensiones.
Se impondría entonces la investigación tanto de la “palabra generadora” como del “tema generador” o de la temática significativa.
El primer trabajo del investigador, al lado del educador, será delimitar el área en la cual actuará con el pueblo y que, en seguida visitará. (11)
En este empeño, que implica un reconocimiento personal del área, de su paisaje físico y humano, que exige su mirada crítica, encuentros informales, paseos, etc., ubica las instituciones populares que existen en el área. Clubs recreativos, de fútbol, cooperativas, sociedades, sociedades benéficas, sindicatos, etc.
Observa el tipo de trabajo del área, las herramientas empleadas, etc.
Desde este momento, el investigador debe ser un observador “simpático”. En su libreta de notas, como Wright Mills sugiere, irá registrando todas las cosas aparentemente más sin importancia. La forma de ser de las gentes, su modo de conversar, su comportamiento en el culto religioso, en el trabajo. Va registrando expresiones del pueblo, su lenguaje, sus palabras, su sintaxis, que no es propiamente la pronunciación defectuosa, sino la forma de construir su pensamiento.
Estas notas, que van fijando las observaciones del equipo de investigadores y registrando las maneras de ser de los hombres del área son fundamentales para los estudios en torno a la temática que será investigada.
Es indispensable que un dibujante o un fotógrafo, o ambos, formen parte del equipo de investigación. Es imprescindible que estén al tanto de los objetivos de la labor y que tengan sensibilidad social.
Después de un tiempo prudencial en el área, ya con varios aspectos de su realidad registrados en sus libretas, se reunirán los miembros del equipo investigador para discutir entre sí sus observaciones. Solamente en esta especie de seminario uno sabe lo que el otro anotó (12). En este diálogo en torno de sus anotaciones justificarán las razones porqué este o aquel hecho, esta o aquella escena, esta o aquella palabra o información les han desafiado. Probablemente, muchas de estas observaciones coincidirán. Otras, no. Lo importante está en que el equipo tiende a homogeneizarse en su mirada hacia la realidad.
Después de este encuentro, el equipo decidirá cuáles serán las situaciones existenciales que deberán ser fotografiadas o dibujadas. Un momento en el mercado. Una escena del culto. Un velorio, un entierro. Un borracho en la calle. Hombres trabajando. Un baile de cueca, etc.
Estas escenas, pedazos de existencia colectiva del área, irán a constituir lo que llamamos, por faltarnos una mejor expresión, “codificaciones neutras”, cuya descodificación permitirá al investigador iniciar su trabajo de investigación de la temática significativa de los hombres del área.
Elaborando este trabajo, volverá el investigador al área para intentar el primer diálogo, conforme indique la realidad, con la directiva de las instituciones del área previamente ubicadas.
En este primer encuentro, interpretará a la directiva de estas instituciones los objetivos del plan que será desarrollado. Explicará, en su interpretación que, si éste no llega a ser un plan de los hombres del área, fallará, que su éxito -el de la alfabetización como el de la post-alfabetización- dependerá no solamente de uno de sus polos, sino de los dos. Que, si los individuos no llegan a descubrir en el plan una razón de ser, no podrá ser hecho.
Si las directivas de las instituciones aceptan el diálogo, el investigador les hablará, entonces, de las posibilidades de realizar encuentros, no solamente con ellas, sino con otros miembros de la institución. Encuentros en que hará, en grupo, la discusión sobre algo concreto.
Determinada la fecha de la reunión para el primer encuentro, el investigador, en ese día, propone al grupo, como tema de discusión, una de las escenas dibujadas o fotografiadas que, como vimos, reflejan formas de existencia del área.
Ahora bien, el investigador y los individuos, todos reunidos en una postura dialógica en torno de una misma situación problemática, se irán haciendo sujetos de su análisis. La investigación no comienza con la formulación de preguntas establecidas por el investigador, sino con la “descodificación” de la “codificación” de una situación concreta, vivida por los individuos del área.
La tendencia de estos es, en un primer momento, meramente la de describir la situación. En seguida, sin embargo, pasan de la descripción de la situación a un análisis de los detalles al cual sigue, finalmente, la crítica de la situación propuesta. Pero, como la situación existencial, terminan por hacer la crítica de la existencia (15).
Durante la discusión, además de la grabación que estará siendo hecha, un auxiliar del investigador en el fondo, investigador también, debe ir registrando las expresiones más significativas. En la medida en que los participantes del grupo van manifestándose en relación a la situación que les es peculiar, irán haciendo afirmaciones indicadoras de su visión del mundo.
Visión del mundo que, todo indica, no siempre será particular de un miembro del grupo, sino de éste el cual a su vez, estará reflejando la visión del mundo de los hombres del área. (14)
El investigador experimentado, sin embargo, reconocerá puntos de vista que sean más personales o individuales y que, por ello, pueden no reflejar la visión general. Estos puntos de vista, con todo, tienen gran importancia en el proceso de la investigación. Deben ser problematizadas al grupo que, discutiéndolos, puede rechazarlos o incorporarlos. Cuando estos puntos de vista son radicalmente diferentes de las posiciones del grupo pueden sugerir al investigador algunas hipótesis. Es probable, por ejemplo, que ellos partan de individuos recién llegados a la Zona, con otra experiencia existencial más o menos rica. Es probable, también, que indiquen la mayor lucidez o claridad de algunos en su enfrentamiento a la realidad.
Cabe al investigador, porque está en el diálogo con el grupo, no solamente oírlo, sino desafiarlo cada vez más, problematizando, por una parte la situación existencial (codificación neutra) que está siendo presentada, y por otra, las propias respuestas que el grupo vaya dando, en su descodificación.
Si un miembro del grupo declara, por ejemplo, mientras discute la situación presentada -una situación de trabajo en el campo- que no hay nada que hacer frente a lo que, inclusive, llega a considerar injusto, sino que sólo queda tener paciencia (lo que puede llegar a manifestar una de las fases de la conciencia “opaca”), cabe al investigador problematizar, ahora, la actitud de paciencia sugerida.
En este sentido, devolvería al grupo la respuesta, en forma de nueva pregunta:
¿Quién más piensa así? ¿Por qué?, etc.
De esta manera, estará profundizando la toma de conciencia de la realidad.
En la medida en que el investigador vaya problematizando la situación y problematizando la propia descodificación que hacen los individuos, estos irán “extroyectando”, por la fuerza catártica del método, una serie de sentimientos de opiniones, de sí, del mundo y de los otros, que posiblemente no “extroyectarían” en circunstancias diferentes.
En una investigación realizada en Santiago, cuando el grupo residente en un conventillo discutía una escena en que aparecían un hombre borracho y tres jóvenes en una esquina, conversando, los participantes, de modo general, afirmaban que: “ahí es solamente productivo y útil a la nación el borracho que viene volviendo para su casa, después del trabajo, en el cual gana poco, preocupado con su familia a cuyas necesidades no puede atender. Es el único trabajador decente, como nosotros, que también somos borrachos”.
El interés del investigador, Patricio López, era estudiar aspectos del alcoholismo. Posiblemente no habría conseguido estas respuestas si, con una ruta de investigación elaborada por él mismo, se hubiera dirigido a aquellos individuos. Tal vez, al ser preguntados directamente, habrían negado incluso que tomaban trago de cuando en cuando. Puestos, sin embargo, en una relación dialógica, al frente de una situación existencial, empatizados, hablaron.
Hay dos aspectos importantes en la declaración de estos hombres, Por una parte, la relación expresada entre ganar poco y beber, emborracharse. Emborracharse como una especie de fuga de la realidad, como tentativa de superación de la frustración de su no poder actuar (15). Una solución, en el fondo auto-destructiva, necrófila. Por otra, la necesidad de valorar al que bebe. Era “el único útil a la nación, porque trabajaba, mientras los otros lo que hacían era hablar de la vida ajena”. Y, después de la valorización del que bebe, su identificación con él, como trabajadores que también beben. Trabajadores decentes.
Imaginemos, ahora, lo que podría acontecer con la labor de un educador del tipo que Niebuhr (16) llama “moralista”, que fuera de hacer prédicas a estos hombres contra el alcoholismo, tomando o poniendo como ejemplo la virtud, exactamente lo que, para ellos, no era manifestación de virtud.
El único camino, desde el punto de vista pedagógico, en este como en otros casos, sería la concientización de la situación que debe ser intentada desde la etapa de la investigación temática, concientización, es obvio, que no para en el reconocimiento de carácter puramente subjetivo de la situación, sino, por el contrario, prepara al hombre, en el plano de la acción, para la búsqueda de su afirmación como persona. Para su humanización.
Observamos, en una experiencia de la cual participamos en el nordeste brasileño, en una zona campesina, que durante toda la discusión de una situación de trabajo, la tónica del debate era la reivindicación salarial y la necesidad de la creación de su sindicato para esta reivindicación, no para otra. De vez en cuando, sin embargo, hablaban del riesgo que corrían buscando la unión, “porque esto, decían, parecía al patrón obra del comunismo”. Discutieron tres situaciones en este encuentro y la tesis fue siempre la misma: reivindicación salarial y sindicato para atender a esta reivindicación.
Un programa de educación para estos individuos no podría dejar de lado estos puntos. Constituían indiscutiblemente temas generadores para ellos. Imaginemos un educador que organizara un programa para aquellos hombres y en lugar de la discusión sobre sindicato, sobre sus objetivos, su organización, les propusiera la lectura de textos en los cuales se hablara de que “el ala es del ave”…
Y esto es lo que se hace, en términos preponderantes, porque no se toma en cuenta que la dialogicidad de la educación comienza en la investigación temática.
Cualquiera que sea la acción que tengamos que realizar siempre que sea con hombres, no puede prescindir del análisis de su visión del mundo. De ella retiramos el contenido de nuestra acción.
No resultan los esquemas rígidos y prefijados para una realidad en devenir como la humana.
Para actuar en el tiempo histórico, no podemos hacerlo como cuando nos sometemos al tiempo del calendario, que es cronológico. El tiempo histórico es tiempo de los hombres, de acontecimientos, de quehaceres.
Notas
11) Es indispensable que el equipo consulte estudios -si los hay- en torno del área.
12) En caso de ser posible, además de estas notas, será ideal el uso de grabadoras portátiles ya en esta etapa de la investigación.
13) Tuvimos recientemente, en New York, oportunidad de observar un comportamiento idéntico del que se verificó en Chile y que citamos en nuestro trabajo Educación como práctica de la libertad. Asistimos, a un “círculo de cultura” (en nuestra terminología) de una excelente experiencia educativa realizada allá por el “Institute for Human Development”, en las zonas pobres de Nueva York, donde oímos decir a uno de los participantes: “Me gusta dicutir sobre estas cosas porque, aunque viva así (y señalaba una de ellas) no llego a percibirlo, mientras vivo. Ahora, al discutir, veo cómo vivo”.
14) El equipo de INDAP, de la oficina de educación, empieza algunas investigaciones de ese tipo, cuyos resultados serán publicados en su oportunidad.
15) A propósito de la frustración del no poder actuar, ver Fromm, Erich: El corazón del hombre.
16) Niebuhr: El hombre moral en una sociedad inmoral.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario