PAPEL ROBADO EN SPINETTALANDIA

HUGO GIOVANETTI VIOLA
Con el trabajo adulto de Luis Alberto Spinetta -el máximo maestro prolijamente radiado por los aplausos fáciles- sucedió más o menos lo mismo que con el de Wolgfang Amadeus Mozart.

Fue tan increíble la precocidad del autor de Muchacha (ojos de papel) o Fermín o Plegaria paraun niño dormido en aquel primer LP adolescente de Almendra, que a medida que sus años le fueron amontonando un talento más alto y menos oportunista, el reino del revés le ofreció desinterés.

Hasta ya en los 80 al Flaco se le había hecho evidente, como lo demuestra el texto de Barro talvez, de que el mundito prefería borrarlo.

Y en el muy posterior making-off de la grabación de ese tema junto a la Negra Sosa, el autor de Muchacha reconoce alegremente que ya puede morirse.

Junto al cantautor uruguayo Gonzalo Varela compuse un tema que figuró en su CD Naranjas encelo, editado cerca de 2000, inspirado en una profundísima prosa donde el Flaco analiza aquel texto fundador que ofreció al numen de la Inmaculada posado en una infanta.

Robé una muchacha / con ojos blindados / tuve que hipnotizarla / para que se durmiera / con el alma desnuda / le libé su maná.

Pero después que pude / desangrarme en su gruta / la humanidad entera / se nos vistió de novia / y ella voló llorando entre perlas de arroz.
Y en la segunda frase del estribillo intertextualicé al ya crucificado ídolo juvenil que recuerda los tiempos de la ilusión terrestre:

Y yo grito: / SOCORRO A LOS DAMNIFICADOS POR LA INCERTIDUMBRE DE ESTAR SOLO / socorro a los palidecidos por los pequeños pasos del rayón sin alba.

Robé una muchacha / con pechos vendados / tuve que descorcharla / para que renaciera / sobre un altar desnudo / le clavé la verdad.

Pero después que pude / incendiar su castillo / la intemperie del mundo / nos empapó de tiza / y ella murió cantando / entre granos de Dios.
Ahora Luis Alberto Spinetta ya sobrevuela todo el barro venenoso con su inmaculada gracia palomar.

Él nunca se quejó de ninguna incomprensión.

Aplaudan, manadas sordas.