ZIZEK EXPLICA EL MUNDO A TRAVÉS DE LA PELÍCULAS Y HABLA DE UNO DE SUS MAYORES TEMORES:“EL FUTURO SE PUEDE PARECER A LA PELÍCULA ‘BRASIL’: UN FASCISMO DE BUFONES”
EL FILÓSOFO MARXISTA SLAVOJ ZIZEK USA PELÍCULAS PARA EXPLICAR EL MUNDO, Y RECREA SUS FILMES FAVORITOS PARA CUESTIONAR LA IDEOLOGÍA CAPITALISTA GLOBAL.
EL FILÓSOFO MARXISTA SLAVOJ ZIZEK USA PELÍCULAS PARA EXPLICAR EL MUNDO, Y RECREA SUS FILMES FAVORITOS PARA CUESTIONAR LA IDEOLOGÍA CAPITALISTA GLOBAL.
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Slavoj Zizek considera que James Bond, Batman y Titanic pueden explicar cómo funciona el mundo. El filósofo estrella está en la cama, vestido con un pijama barato. Es exactamente como aparece en las fotos que he visto de él: barba cenicienta, color de piel fantasmal. Me acerco y frunce el ceño. “¡No, estás equivocado!” susurra. “Mis sueños no eran en realidad míos. Por eso yo quería renacer”.
Estamos en un estudio cerca de Dublín trabajando en Guía de Ideología para Perversos, una película donde el filósofo marxista, exitoso y provocador, se interpreta a sí mismo, aunque en una serie de recreaciones caseras de escenas de películas. Lo que se remeda ahora es un momento clave del clásico Seconds de 1966, que trata de un ejecutivo desdichado que asume una nueva identidad. Zizek hace el papel de Rock Hudson.
Hasta que una mujer grita. “Ok, gracias, Slavoj. Repitámosla – pero ¿podrías acercarte más esta vez?”. La voz pertenece a la documentalista británica Sophie Fiennes, que también dirigió la aclamada Guía de Cine para Perversos de 2005, donde Zizek presenta relecturas inspiradas en películas clásicas, que sugieren en definitiva que el cine puede llegar a ser en verdad más real que el mundo fuera de la sala en penumbras. A Fiennes se le ocurrió la idea de presentar de nuevo las películas de las que Zizek hablaba y ponerlo a él. Esta vez, sin embargo, el tema no es el cine sino la ideología.
“Todos aceptamos el capitalismo democrático progresista, incluso en medio del desastre pan-europeo actual”, dice Zizek. “Tímidamente preguntamos: ¿Podemos tener algunos derechos más para las minorías? ¿Un poquito más de atención médica? Pero nadie cuestiona el marco. Y ese es el verdadero triunfo de la ideología”.
El cine sigue siendo, no obstante, su vehículo. Llevó a cabo las reconstrucciones de Nacido para matar , Taxi Driver , la creación de la propaganda estalinista The Fall of Berlín , la película de ciencia ficción Están vivos y La Novicia Rebeld e, donde el protagonista apunta contra el fetichismo de los productos básicos vestido con sotana. De todos modos, más allá del vestuario, la constante, para Zizek, es su análisis y el contexto correspondiente presentados a un ritmo vertiginoso, derramados en un torrente de lapsus, términos mal pronunciados y frenéticos gestos con las manos. Es el mismo Zizek brillante y caricaturesco que ha llegado a un público numeroso con su escritura (más de 50 libros) y sus espectáculos en vivo.
Mientras Fiennes mira la reproducción de la escena en un monitor, Zizek se levanta arrastrando los pies en su pijama. “Sophie, tiene que quedarnos tiempo hoy para que yo vuelva a entrar en el tanque”. Observo, en un rincón, un alto tanque de agua. Ayer lo usaron para recrear Titanic , con Zizek en un bote salvavidas.
Fiennes, alta e imperturbable, me aclara que su protagonista decidió que el final de la película debe ser bajo el agua. “Está desesperado, quiere que sea una película como corresponde con un final feliz como corresponde”, sonríe. “Pero todavía no sabe cuál es”.
Satisfecho al saber que tendrá tiempo para darse un chapuzón, Zizek reanuda el monólogo que mantiene cuando hay gente. Estar cerca de él es ponerse al tanto de un discurso gregario y de final abierto sobre, bueno, elija: Shostakovich, la informática de la nube, la banda de rock industrial Rammstein, la producción de algodón en Malí, la ficción policial islandesa, la obra de 1.200 páginas sobre Hegel que recién terminó de escribir, todo salpicado con chistes verdes sobre parejas casadas en la ex Yugoslavia.
Como era de esperar, pese a estar basados en pasajes de sus libros, los soliloquios de Zizek frente a cámara saltan para cualquier parte. Hoy, no obstante, están trabajando contrareloj. Aparte de Seconds y Titanic , está prevista una recreación de El Caballero de la Noche , con Zizek hablando con Batman en una sala de interrogatorios de Ciudad Gótica. Mientras el equipo técnico se prepara, les regala chistes sobre estimulación sexual balcánica (el hombre esgrime una piedra). A continuación, silencio y acción.
Mirando fijo a un cruzado suplente con capa, comienza: “En el tratamiento psicoanalítico, es crucial que el analista y el paciente no estén cara a cara – porque el psicoanálisis sabe que la cara es una mentira”. Y de ahí pasa a mencionar el vistazo que echó George Bush al “alma” de Putin y a criticar La profecía , luego de lo cual analiza el uso de las mentiras piadosas entre colegas.
Las conexiones no paran de surgir. Analiza la lógica brutal de la guerra en Irak, el silencio de los economistas ante el colapso financiero – y después se desliza nuevamente a la película de Christopher Nolan. “La implicación más grave de El Caballero de la Noche es que eleva la mentira a principio de la sociedad, pues para que la sociedad funcione tiene que haber una mentira, como si decir la verdad significara el caos”.
A los 62 años, Zizek se cansa. Pero incluso en la pausa sigue mirando el tanque de agua. Se podría pensar que la muerte del capitalismo global ya le dio a este marxista su escena de cierre perfecta. Dice que no: “Yo soy comunista, pero no soy idiota. Para mí, lo trágico de estos hechos –que dan múltiples orgasmos a los izquierdistas anticuados– es ¿dónde hay algún principio concreto de reorganización? ¿Qué hay de nuevo? Porque eso es lo que se necesita. Pero no lo veo. El capitalismo democrático progresista se está acercando a su límite y en su lugar necesitamos grandes acciones sociales coordinadas. De lo contrario, el futuro se parecerá a una de mis películas favoritas, Brasil de Terry Gilliam: un fascismo de bufones.”
Por Danny Leigh (Para THE GUARDIAN)
Fuente: Ñ
Más información: www.revistaenie.clarin.com/
Estamos en un estudio cerca de Dublín trabajando en Guía de Ideología para Perversos, una película donde el filósofo marxista, exitoso y provocador, se interpreta a sí mismo, aunque en una serie de recreaciones caseras de escenas de películas. Lo que se remeda ahora es un momento clave del clásico Seconds de 1966, que trata de un ejecutivo desdichado que asume una nueva identidad. Zizek hace el papel de Rock Hudson.
Hasta que una mujer grita. “Ok, gracias, Slavoj. Repitámosla – pero ¿podrías acercarte más esta vez?”. La voz pertenece a la documentalista británica Sophie Fiennes, que también dirigió la aclamada Guía de Cine para Perversos de 2005, donde Zizek presenta relecturas inspiradas en películas clásicas, que sugieren en definitiva que el cine puede llegar a ser en verdad más real que el mundo fuera de la sala en penumbras. A Fiennes se le ocurrió la idea de presentar de nuevo las películas de las que Zizek hablaba y ponerlo a él. Esta vez, sin embargo, el tema no es el cine sino la ideología.
“Todos aceptamos el capitalismo democrático progresista, incluso en medio del desastre pan-europeo actual”, dice Zizek. “Tímidamente preguntamos: ¿Podemos tener algunos derechos más para las minorías? ¿Un poquito más de atención médica? Pero nadie cuestiona el marco. Y ese es el verdadero triunfo de la ideología”.
El cine sigue siendo, no obstante, su vehículo. Llevó a cabo las reconstrucciones de Nacido para matar , Taxi Driver , la creación de la propaganda estalinista The Fall of Berlín , la película de ciencia ficción Están vivos y La Novicia Rebeld e, donde el protagonista apunta contra el fetichismo de los productos básicos vestido con sotana. De todos modos, más allá del vestuario, la constante, para Zizek, es su análisis y el contexto correspondiente presentados a un ritmo vertiginoso, derramados en un torrente de lapsus, términos mal pronunciados y frenéticos gestos con las manos. Es el mismo Zizek brillante y caricaturesco que ha llegado a un público numeroso con su escritura (más de 50 libros) y sus espectáculos en vivo.
Mientras Fiennes mira la reproducción de la escena en un monitor, Zizek se levanta arrastrando los pies en su pijama. “Sophie, tiene que quedarnos tiempo hoy para que yo vuelva a entrar en el tanque”. Observo, en un rincón, un alto tanque de agua. Ayer lo usaron para recrear Titanic , con Zizek en un bote salvavidas.
Fiennes, alta e imperturbable, me aclara que su protagonista decidió que el final de la película debe ser bajo el agua. “Está desesperado, quiere que sea una película como corresponde con un final feliz como corresponde”, sonríe. “Pero todavía no sabe cuál es”.
Satisfecho al saber que tendrá tiempo para darse un chapuzón, Zizek reanuda el monólogo que mantiene cuando hay gente. Estar cerca de él es ponerse al tanto de un discurso gregario y de final abierto sobre, bueno, elija: Shostakovich, la informática de la nube, la banda de rock industrial Rammstein, la producción de algodón en Malí, la ficción policial islandesa, la obra de 1.200 páginas sobre Hegel que recién terminó de escribir, todo salpicado con chistes verdes sobre parejas casadas en la ex Yugoslavia.
Como era de esperar, pese a estar basados en pasajes de sus libros, los soliloquios de Zizek frente a cámara saltan para cualquier parte. Hoy, no obstante, están trabajando contrareloj. Aparte de Seconds y Titanic , está prevista una recreación de El Caballero de la Noche , con Zizek hablando con Batman en una sala de interrogatorios de Ciudad Gótica. Mientras el equipo técnico se prepara, les regala chistes sobre estimulación sexual balcánica (el hombre esgrime una piedra). A continuación, silencio y acción.
Mirando fijo a un cruzado suplente con capa, comienza: “En el tratamiento psicoanalítico, es crucial que el analista y el paciente no estén cara a cara – porque el psicoanálisis sabe que la cara es una mentira”. Y de ahí pasa a mencionar el vistazo que echó George Bush al “alma” de Putin y a criticar La profecía , luego de lo cual analiza el uso de las mentiras piadosas entre colegas.
Las conexiones no paran de surgir. Analiza la lógica brutal de la guerra en Irak, el silencio de los economistas ante el colapso financiero – y después se desliza nuevamente a la película de Christopher Nolan. “La implicación más grave de El Caballero de la Noche es que eleva la mentira a principio de la sociedad, pues para que la sociedad funcione tiene que haber una mentira, como si decir la verdad significara el caos”.
A los 62 años, Zizek se cansa. Pero incluso en la pausa sigue mirando el tanque de agua. Se podría pensar que la muerte del capitalismo global ya le dio a este marxista su escena de cierre perfecta. Dice que no: “Yo soy comunista, pero no soy idiota. Para mí, lo trágico de estos hechos –que dan múltiples orgasmos a los izquierdistas anticuados– es ¿dónde hay algún principio concreto de reorganización? ¿Qué hay de nuevo? Porque eso es lo que se necesita. Pero no lo veo. El capitalismo democrático progresista se está acercando a su límite y en su lugar necesitamos grandes acciones sociales coordinadas. De lo contrario, el futuro se parecerá a una de mis películas favoritas, Brasil de Terry Gilliam: un fascismo de bufones.”
Por Danny Leigh (Para THE GUARDIAN)
Fuente: Ñ
Más información: www.revistaenie.clarin.com/
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