TRIGESIMOCUARTA ENTREGA
5 / SÍMBOLOS EN UN ANÁLISIS INDIVIDUAL (X)
Jolande Jacobi
Cómo se desarrolló el análisis
A pesar del escepticismo y la resistencia iniciales, Henry comenzó a tomar vivo interés en los sucesos internos de su psique. Evidentemente, estaba impresionado por sus sueños. Parecían compensarle su vida consciente de forma significativa y darle profundos conocimientos profundos de su ambivalencia, su vacilación y su preferencia por la pasividad.
Después de algún tiempo, aparecieron sueños más positivos que mostraban que Henry ya estaba “en el buen camino”. Dos meses después de que hubiera comenzado su análisis, contó el siguiente sueño:
Es el puerto de un pueblecito, no lejos de mi casa, y en la orilla de un lago de las cercanías, están extrayendo del fondo del lago locomotoras y furgones que habían sido hundidos en la última guerra. Primeramente sacan un gran cilindro, como la caldera de una locomotora. Luego un furgón enorme y lleno de herrumbre. Toda la escena tiene un aspecto horrible pero pintoresco. Las piezas recuperadas tienen que ser transportadas por las vías y con cables de la estación cercana de ferrocarril. Entonces el fondo del lago se transforma en un verde prado.
Aquí vemos qué notable avance interior ha hecho Henry. Las locomotoras (probablemente símbolos de energía y dinamismo) habían sido “hundidas” -es decir, reprimidas en el inconsciente- pero ahora son sacadas a la luz del día. Con ellas hay furgones en los que puede transportarse toda clase de energía valiosa (cualidades psíquicas). Ahora que esos “objetos” vuelven a estar al alcance de la vida consciente de Henry, puede empezar a darse cuenta de cuánta fuerza activa podría estar a su disposición. La transformación del oscuro fondo del lago en prado, subraya su capacidad para la acción positiva.
Algunas veces, en el “viaje solitario” de Henry hacia la madurez, él también recibe ayuda de su lado femenino. En su sueño vigésimo cuarto, se encuentra con una “muchacha jorobada”:
Voy camino de una escuela en compañía de una señorita desconocida de aspecto pequeño y delicado pero desfigurada por una joroba. Otras muchas personas van entrando en la escuela. Mientras otras se distribuyen por diversas aulas para lecciones de canto, la muchacha y yo nos sentamos ante una mesa cuadrada. Ella me da una lección particular de canto. Siento lástima de ella y, por tanto, la beso en la boca. Sin embargo, me doy cuenta de que con ese acto soy infiel a mi novia, aun cuando pueda ser excusable.
Cantar es una de las impresiones inmediatas de los sentimientos. Pero (como hemos visto) Henry les tiene miedo a sus sentimientos; los conoce sólo de una forma adolescente idealizada. No obstante, en este sueño le enseñan a cantar (la expresión de los sentimientos) ante una mesa cuadrada. La mesa, con sus cuatro lados iguales, es una representación del motivo “cuádruple”, que, generalmente, es un símbolo de completamiento. De ese modo, la relación entre el cantar y la mesa cuadrada parece indicar que Henry tiene que integrar su lado “sentimental” antes de que pueda alcanzar el completamiento psíquico. De hecho, la lección de canto conmueve sus sentimientos, y besa a la muchacha en la boca. Por lo cual, en cierto sentido, se “desposa” (de no ser así, no se habría sentido “infiel”); ha aprendido a relacionarse con “la mujer interior”.
Otro sueño demuestra la parte que esa señorita jorobada ha desempeñado en el desarrollo interior de Henry:
Estoy en una escuela intermedia desconocida. Durante la hora de clase me introduzco, a escondidas, en la casa aunque no sé con qué fin. Me escondo en la habitación tras un pequeño armario cuadrado. La puerta del pasillo está entreabierta. Temo que me descubran. Un adulto pasa sin verme. Pero entra una muchachita jorobada y me ve inmediatamente. Me empuja y me saca de mi escondite.
No sólo aparece en los dos sueños la misma muchacha, sino que, ambas apariciones son en una escuela. En ambos casos, Henry tiene que aprender algo que le ayuda en su desarrollo. Verosímilmente, él desearía satisfacer su deseo de saber mientras permanecía inadvertido y pasivo.
La figura de una muchacha deforme aparece en numerosos cuentos de hadas. En esos cuentos la fealdad de la joroba suele esconder una gran belleza que se descubre cuando el “hombre adecuado” viene a libertar a la muchacha de su mágico encantamiento, generalmente con un beso. La muchacha del sueño de Henry puede ser un símbolo del alma de Henry la cual también tiene que ser librada del “hechizo” que la ha afeado.
Cuando la muchacha jorobada trata de despertar los sentimientos de Henry por medio del canto, o le saca de su oscuro escondite (obligándole a afrontar la luz del día), ella se muestra como guía útil. En cierto sentido, Henry puede y debe pertenecer, simultáneamente, a su novia y a la muchachita jorobada (a la primera, como representante de la mujer real, exterior, y a la segunda como encarnación del ánima psíquica interior).
5 / SÍMBOLOS EN UN ANÁLISIS INDIVIDUAL (X)
Jolande Jacobi
Cómo se desarrolló el análisis
A pesar del escepticismo y la resistencia iniciales, Henry comenzó a tomar vivo interés en los sucesos internos de su psique. Evidentemente, estaba impresionado por sus sueños. Parecían compensarle su vida consciente de forma significativa y darle profundos conocimientos profundos de su ambivalencia, su vacilación y su preferencia por la pasividad.
Después de algún tiempo, aparecieron sueños más positivos que mostraban que Henry ya estaba “en el buen camino”. Dos meses después de que hubiera comenzado su análisis, contó el siguiente sueño:
Es el puerto de un pueblecito, no lejos de mi casa, y en la orilla de un lago de las cercanías, están extrayendo del fondo del lago locomotoras y furgones que habían sido hundidos en la última guerra. Primeramente sacan un gran cilindro, como la caldera de una locomotora. Luego un furgón enorme y lleno de herrumbre. Toda la escena tiene un aspecto horrible pero pintoresco. Las piezas recuperadas tienen que ser transportadas por las vías y con cables de la estación cercana de ferrocarril. Entonces el fondo del lago se transforma en un verde prado.
Aquí vemos qué notable avance interior ha hecho Henry. Las locomotoras (probablemente símbolos de energía y dinamismo) habían sido “hundidas” -es decir, reprimidas en el inconsciente- pero ahora son sacadas a la luz del día. Con ellas hay furgones en los que puede transportarse toda clase de energía valiosa (cualidades psíquicas). Ahora que esos “objetos” vuelven a estar al alcance de la vida consciente de Henry, puede empezar a darse cuenta de cuánta fuerza activa podría estar a su disposición. La transformación del oscuro fondo del lago en prado, subraya su capacidad para la acción positiva.
Algunas veces, en el “viaje solitario” de Henry hacia la madurez, él también recibe ayuda de su lado femenino. En su sueño vigésimo cuarto, se encuentra con una “muchacha jorobada”:
Voy camino de una escuela en compañía de una señorita desconocida de aspecto pequeño y delicado pero desfigurada por una joroba. Otras muchas personas van entrando en la escuela. Mientras otras se distribuyen por diversas aulas para lecciones de canto, la muchacha y yo nos sentamos ante una mesa cuadrada. Ella me da una lección particular de canto. Siento lástima de ella y, por tanto, la beso en la boca. Sin embargo, me doy cuenta de que con ese acto soy infiel a mi novia, aun cuando pueda ser excusable.
Cantar es una de las impresiones inmediatas de los sentimientos. Pero (como hemos visto) Henry les tiene miedo a sus sentimientos; los conoce sólo de una forma adolescente idealizada. No obstante, en este sueño le enseñan a cantar (la expresión de los sentimientos) ante una mesa cuadrada. La mesa, con sus cuatro lados iguales, es una representación del motivo “cuádruple”, que, generalmente, es un símbolo de completamiento. De ese modo, la relación entre el cantar y la mesa cuadrada parece indicar que Henry tiene que integrar su lado “sentimental” antes de que pueda alcanzar el completamiento psíquico. De hecho, la lección de canto conmueve sus sentimientos, y besa a la muchacha en la boca. Por lo cual, en cierto sentido, se “desposa” (de no ser así, no se habría sentido “infiel”); ha aprendido a relacionarse con “la mujer interior”.
Otro sueño demuestra la parte que esa señorita jorobada ha desempeñado en el desarrollo interior de Henry:
Estoy en una escuela intermedia desconocida. Durante la hora de clase me introduzco, a escondidas, en la casa aunque no sé con qué fin. Me escondo en la habitación tras un pequeño armario cuadrado. La puerta del pasillo está entreabierta. Temo que me descubran. Un adulto pasa sin verme. Pero entra una muchachita jorobada y me ve inmediatamente. Me empuja y me saca de mi escondite.
No sólo aparece en los dos sueños la misma muchacha, sino que, ambas apariciones son en una escuela. En ambos casos, Henry tiene que aprender algo que le ayuda en su desarrollo. Verosímilmente, él desearía satisfacer su deseo de saber mientras permanecía inadvertido y pasivo.
La figura de una muchacha deforme aparece en numerosos cuentos de hadas. En esos cuentos la fealdad de la joroba suele esconder una gran belleza que se descubre cuando el “hombre adecuado” viene a libertar a la muchacha de su mágico encantamiento, generalmente con un beso. La muchacha del sueño de Henry puede ser un símbolo del alma de Henry la cual también tiene que ser librada del “hechizo” que la ha afeado.
Cuando la muchacha jorobada trata de despertar los sentimientos de Henry por medio del canto, o le saca de su oscuro escondite (obligándole a afrontar la luz del día), ella se muestra como guía útil. En cierto sentido, Henry puede y debe pertenecer, simultáneamente, a su novia y a la muchachita jorobada (a la primera, como representante de la mujer real, exterior, y a la segunda como encarnación del ánima psíquica interior).
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