jueves

OSHO / MÁS ALLÁ DE LA PSICOLOGÍA - CHARLAS DADAS EN URUGUAY (PUNTA DEL ESTE)


CHARLAS DADAS EN URUGUAY (PUNTA DEL ESTE)

Capítulo 3



Simplemente, Contando las Vacas de los Demás

Amado Osho,
¿Son el papa y los obispos plenamente conscientes de cómo están timando a su gente? No me puedo imaginar que simplemente sean un montón de delincuentes sin ningún respeto por la verdad.

Los Líderes religiosos están tan dormidos como la gente a la que guían. La única diferencia entre los guías y los guiados es teórica. Los líderes tienen muchos conocimientos teóricos, todos ellos prestados: no son parte de su experiencia, pero les dan una gran autoridad sobre la gente que ni siquiera tiene conocimiento prestado. Y estos líderes están siempre poniendo de relieve un hecho: «Sois pecadores, sois ignorantes. Nosotros somos santos, nosotros somos los que sabemos.»

Las pobres masas no pueden distinguir entre el conocimiento auténtico y el conocimiento prestado. Incluso los líderes -papas, obispos, shankaracharyas, ayatolas- son inconscientes de la distinción. Sólo conocen un tipo de conocimiento, el conocimiento prestado. No son en absoluto conscientes de otra dimensión del saber, por lo que cualquier cosa que hagan la hacen profundamente dormidos. No engañan a la gente conscientemente.

No puedes engañar a la gente conscientemente.

La consciencia te impedirá hacer algo tan horrible como timar, engañar, aparentar, ser hipócrita, condenar a los demás por pecadores y agrandar tu ego de gran santo. No, no se hace conscientemente!

Nunca sospecho, ni por un momento, de sus buenas intenciones. Hagan lo que hagan, esta gente actúa con buenas intenciones; pero la cuestión no son las buenas intenciones, la cuestión es: ¿Cuáles son los resultados? Puedes asesinarme con buenas intenciones, pero tus buenas intenciones no justifican mi asesinato.

He entrado en contacto con lodo tipo de eruditos religiosos, y en cierto sentido todos son iguales, sean hindúes, mahometanos, cristianos o judíos. El Punto es que están perfectamente, se sienten muy bien con lo que hacen: están haciendo el trabajo de Dios y están extendiendo la verdad. Ni siquiera conocen el significado de la palabra sabiduría. Nunca han probado nada parecido; han oído hablar de ello, han leído sobre ello, han estudiado cientos de escrituras.

Esto me recuerda un suceso histórico... Cuando Alejandro Magno invadió India, su maestro no era otro que Aristóteles, el padre de la lógica en el hemisferio occidental. Y le había pedido: «Cuando vuelvas, tráeme los cuatro Vedas de los hindúes. Ha habido rumores durante cientos de años de que esos libros contienen todo el conocimiento del mundo; si se conocen los cuatro Vedas, se conoce todo. Por eso, tráeme esos cuatro Vedas.»

Alejandro dijo: «Eso es muy simple.» Pero en aquellos días los Vedas no estaban impresos. Los hindúes se resistieron a imprimirlos durante cientos de años, después de que se inventara la imprenta. Nunca quisieron que sus fuentes de sabiduría se imprimieran y fueran vendidas en el mercado.

El conocimiento no puede venderse y la sabiduría no puede comprarse. Y si compras los cuatro Vedas en una librería te estarás engañando. Esas palabras están muertas.

Alejandro iba preguntando porque pensaba que sería fácil conseguirlos, pero era muy difícil. Sólo algunas familias de brahmanes muy prominentes tenían copias de los Vedas, y ese era su gran tesoro. Pero finalmente encontró a un anciano brahmán... la gente le dijo: «Él tiene una de las copias más auténticas de los Vedas. Y es un anciano, los podrás conseguir de él».

Alejandro fue al anciano. Y el anciano le dijo: «No hay problema, pero, por tradición, sólo podemos dar los Vedas cuando el sol está ascendiendo. Has venido en un mal momento, el sol se está poniendo. Ven mañana por la mañana, justo antes del amanecer, en el momento en que el sol comienza a ascender, y yo te entregaré los cuatro Vedas.»

Alejandro dijo: «No pensaba que sería tan simple, ¿no me pides nada a cambio?».

Él dijo: «No, el hecho de que difundas los Vedas en el ancho mundo es suficiente. Ven temprano por la mañana.» Pero aquel anciano era muy listo...

Durante toda la noche, él y sus cuatro hijos estuvieron sentados junto a un fuego. Él les dijo: «Leed una página del libro que os he dado.» Distribuyó los cuatro Vedas entre sus cuatro hijos, según sus edades. El mayor obtuvo el Rigveda, la escritura más antigua. «Lee en alto una página para que pueda oír que la dices correctamente, y después recuérdala y tírala al fuego. Por la mañana los cuatro Vedas tienen que haber ardido y vosotros cuatro tenéis que convertiros en mis cuatro Vedas. Os voy a ofrecer a Alejandro Magno.»

En la antigua India, la memoria se ejercitaba de una manera especial. Todas las universidades y escuelas superiores siguen dependiendo todavía del cultivo de la memoria. Se engañan a sí mismos y al público pensando que eso es inteligencia. La memoria no es inteligencia, porque puede formar parte de un ordenador que no tiene consciencia, que no tiene inteligencia. Tu mente también es un bioordenador natural. La memoria simplemente recuerda sin comprender; comprender es algo completamente diferente. La memoria necesita una mente muy mecánica y la comprensión necesita una mente muy poco mecánica. De hecho sus caminos son diametralmente opuestos.

Por la mañana, cuando apareció Alejandro, se quedó anonadado. Los cuatro Vedas habían ardido y el anciano le dijo: «Ahora puedes llevarte a mis cuatro hijos. Tienen una memoria perfecta, Repetirán los Vedas exactamente. No podía darte los Vedas porque eso nunca se ha hecho, pero puedo darte a mis hijos. Les he enseñado a memorizar durante toda mi vida. Basta con repetir una cosa para que se quede grabada en su memoria como si estuviera escrita en piedra.»

Alejandro fue derrotado por el anciano. No podía llevarse a los cuatro hijos porque no conocía el significado de lo que decían; ellos no podían explicar nada. La lengua era diferente y no podían traducir, no sabían griego. ¿De qué le serviría llevárselos?

Pero todos vuestros eruditos religiosos y líderes no son más que memorias, memorias, entrenadas. No saben lo que dicen, pero lo dicen correctamente. Su lenguaje es correcto, su gramática es correcta, su pronunciación es correcta, su acento es correcto, pero todo ello es en vano, porque no entienden el significado, nunca lo han vivido. El significado se revela viviéndolo, experimentándolo. Pero ellos seguirán estando engañados y extenderán el engaño a los demás.

Por eso yo digo: los papas, los obispos; los shankaracharyas no cometen ningún crimen intencionalmente. Están profundamente dormidos; ¡no pueden hacer nada intencionalmente! Están viviendo una vida inconsciente. Sus palabras son muy hermosas, las han reunido de las fuentes más bellas, pero no han crecido dentro de su ser. Las palabras no son parte de su vida. Son tan ignorantes como las personas a las que enseñan.

Sócrates solía decir que hay un conocimiento que es ignorancia y una ignorancia que es conocimiento.

El conocimiento prestado es ignorancia.

La verdad experimentada te da conocimiento, pero te hace humilde. Cuanto más la conoces, menos afirmas conocerla. El día que la conoces perfectamente, sólo puedes decir: «Estoy en la ignorancia más completa. Sólo soy un niño recogiendo conchas en la playa. No sé nada.»

Sólo un hombre que sabe perfectamente puede decir «no sé.»

La gente que dice: «Sabemos», son personas totalmente ignorantes aunque sus memorias estén repletas. Esas memorias están muertas porque de ellas no ha nacido ninguna experiencia propia.

El Buda Gautama solía decir: «Yo conocí a un hombre, era mi sirviente. Sentado a la puerta de mi casa solía contar las vacas que salían al amanecer a pastar al prado o que iban al río.» Las contaba, casi era algo automático para él. Su deber era estar sentado a la puerta de Gautama Buda por si necesitaba algo; si no surgía nada se pasaba todo el día sentado allí. Y cuando volvían las vacas... Es uno de los momentos más hermosos. En los pueblos indios que aún no están modernizados, el momento de la puesta de sol tiene un nombre especial, goadhooli. Goa significa vaca y dhooli significa polvo: las vacas vuelven levantando polvo. El sol se pone, los pájaros vuelven a sus nidos, es un momento de mucha paz.

En el momento del goadhooli volvía a contar las vacas que retornaban a casa. Y se preocupaba mucho si faltaba alguna, si la cuenta no era tan exacta como debía ser. Más tarde, cuando Gautama Buda se convirtió en un gran maestro, empleaba la historia de este hombre y su hábito para explicar algo muy significativo.

El dijo: «Yo solía preguntarle a aquel pobre hombre, "¿tienes una vaca?". Y él contestaba: "Soy tan pobre que no tengo ni una vaca." Y yo le decía: "Entonces por qué sigues contando miles de vacas por la mañana y también por la noche? Y si falta una de ellas, o te equivocas al contar, te quedas preocupado y no puedes dormir. No son tus vacas, ¡no tienes que preocuparte por ellas!"».

Buda solía decir a sus discípulos: «Todo conocimiento que no sea vuestro no os atañe. Estáis contando las vacas de otros; estáis perdiendo tiempo innecesariamente. Es mejor tener una vaca propia que os alimente.»

Todos vuestros eruditos y doctores sólo cuentan las vacas de los demás. Y están haciendo mucho daño sin saberlo, porque están ayudando a la gente a convertirse en conocedores sin serlo realmente. Éste es el daño más grande que puedes hacer a un hombre, darle la sensación de que sabe, cuando en realidad no sabe nada. Has destruido su vida, has destruido la oportunidad que tenía de conocer, de experimentar, de vivir. Le has quitado todas sus oportunidades, todas sus posibilidades, de crecer.

Estoy en contra de todos estos eruditos no porque sus intenciones sean malas, sino porque el resultado de sus buenas intenciones es desastroso. Han destruido a miles de personas en la Tierra; no les han permitido crecer, les han dado la falsa impresión de que ya sabían. Eso es puro veneno.

George Gurdjieff solía contar una historia... Había un mago que tenía muchas ovejas. Y resultaba problemático reunirlas en el bosque y devolverlas a casa cada noche. Había por allí animales salvajes y se estaban perdiendo muchas ovejas. Finalmente tuvo una idea: «¿Por qué no uso mi experiencia, mi magia?».

Hipnotizó a todas sus ovejas y les dijo cosas distintas. A una de ellas le dijo: «Eres un león. No tienes que tener miedo; eres el rey de los animales.» A otra le dijo: «Eres un tigre», y a otra: «Eres un hombre.» Y les dijo a todas ellas: «Nadie os va a cazar porque no sois ovejas, no tenéis por qué tener miedo cuando volvéis a casa. Pero debéis volver tempra¬no, antes de que caiga la noche.»

Y desde aquel día no faltaba ninguna. De hecho, desde aquel día ninguna oveja se comportaba como una oveja: unas rugían como leones, otras actuaban como personas, y ninguna temía que la cazaran, que la mataran; ni se lo planteaban. Y el mago las descuartizaba y se las comía todos los días. Podían rugir como leones, pero no importaba porque después de todo eran ovejas.

Al mago le iba muy bien. Tras haber dicho a una oveja que era un león, no tenía que temer que escapara cuando veía que las demás eran cazadas. Había ovejas que morían, pero esta oveja decía: «Soy un león, no soy una oveja. ¡Es normal que mueran las ovejas!». Y cuando ésta moría, las demás pensaban: «Era sólo una oveja, nosotras somos personas. Y no sólo era una oveja, sino una oveja alocada que pensaba que era un león, a pesar de lo que le decíamos nosotras. Se lo dijimos muchas veces: "Eres una oveja. Nosotras somos personas y sabemos más. Deja de rugir porque eso no te va a servir de nada.» Pero el mago seguía controlando toda la situación.

La historia que contaba Gurdjieff era sobre vuestros líderes religiosos. Se las han arreglado para deciros que sois cosas que en realidad no sois. Se las han arreglado para convenceros de que sabéis cosas que no sabéis. Y ese es el mayor crimen que puede cometerse. Pero no podéis llamarles criminales, porque no lo están haciendo para dañaros. Tratan de ayudaros, de serviros.

Como las religiones han estado haciendo lo mismo, todo el mundo está bajo cierta hipnosis. ¿Y por qué tengo tantos enemigos? Por el simple hecho de que os digo que vuestro conocimiento no es conocimiento, es una tapadera. Sois totalmente ignorantes. No sabéis nada y creéis que sabéis. ¡Y eso duele!

Yo retiro vuestro conocimiento, yo me llevo vuestra virtud, yo me llevo vuestra moralidad. Yo me llevo todo lo que pensabais que era un gran tesoro, todo lo que os es tan querido, todo lo que habéis alimentado y protegido porque creíais que teníais los verdaderos secretos de la vida, que conocíais los verdaderos misterios de la vida. Cuando uno aparta estas cosas de la gente puede estar seguro de que se va a crear enemigos.

Éste es un mundo extraño. Los enemigos son los papas, los arzobispos, los shankaracharyas, los ayatolas, que son los respetados del mundo, y el amigo parece el mayor enemigo. Los enemigos parecen amigos y los amigos parecen enemigos. La humanidad trata mal a sus amigos y da todo el respeto a sus enemigos. Y esa es la razón por la que todo el mundo es miserable: habéis escuchado a vuestros enemigos y habéis destruido a vuestros amigos.

Y seguís con la misma historia.

He hablado con mucha gente sabia y me he dado cuenta de que toda su sabiduría es sólo memoria. No hay ni siquiera un poco de esa sabiduría que les sea propia; toda procede de los demás. Y es fundamental darse cuenta de ello: la verdad sólo puede ser experimentada. No hay otra forma de obtenerla. Puedes tener todas las mentiras que quieras. Hay supermercados por todo el mundo: cristianos, judíos, hindúes, mahometanos, budistas; todo tipo de mentiras; de todos los colores, de todas las formas y tamaños, puedes elegir las que prefieras. Están a tu disposición y se adaptan a ti. No es que tú te adaptes a ellas, ellas se adaptan a ti. Es muy fácil. Están hechas para ti, hechas a medida.

La verdad es una cuestión totalmente distinta.

Tú tendrás que adaptarte a ella.

La verdad no pacta con nadie.

Tú tendrás que cambiar para adaptarte a ella. Tendrás que sufrir una transformación. Por eso voy creando enemigos, no es algo que ocurra sin más. La razón está muy clara. También tengo unos pocos amigos pero esos pocos amigos tienen que pasar la prueba de fuego; Tienen que abandonar su falsa personalidad, su ego, su conocimiento: todo lo que tienen. Tienen que hallarse preparados para estar totalmente desnudos y vacíos. Sólo entonces están en el punto adecuado del viaje, el viaje hacia la verdad. Desnudos, vacíos, y solos...

Pero es tan alegre, y cada momento es tan glorioso, tal paraíso, que una vez que has probado un momento en el camino hacia la verdad, nunca volverás a mirar a todo lo que dejas atrás. Es una gran descarga, es una libertad.

Ahora puedes abrir tus alas al cielo. Todo el cielo es tuyo.

Amado Osho,
Has dicho que lo nuevo conseguirá la victoria. ¿Será realmente lo nuevo, o será lo viejo abrillantado por aquí y por allá? Ahora hay publicaciones en Alemania que Te utilizan. Algunos mencionan que son citas tuyas, pero otros te utilizan y no te mencionan, o incluso te condenan. Tengo mucho miedo de esta gente. ¿Cuál es su intención? ¿Puedes, por favor, despejar este miedo?

No hay necesidad de temer a esas personas. Esto está ocurriendo en todas las lenguas, en todos los países del mundo. La gente toma mis frases sin mencionar mi nombre. Esto es inocuo, porque lo importante no es el nombre; lo importante es la frase. Aunque esa gente esté robando, no hace ningún daño. Esas frases pueden activar algo en alguien, lo que estas personas no pueden hacer por sí mismas. Esas afirmaciones pueden iniciar un proceso en alguien que tendrá que venir a la fuente original.

No mencionan mi nombre por dos razones. Una es que les gusta parecer originales y la segunda es que si mencionaran mi nombre se les condenaría; su libro no recibiría alabanzas, no sería respetado.

Pero no temas a esa gente, sean cuales sean sus razones. Cualquier cosa que tomen de mí es fuego y no importa cómo llegue el fuego al corazón de la gente. Las personas que hacen cosas así no pueden ser grandes escritores, poetas ni pensadores creativos; en tal caso no robarían. Son gente de tercera.

Si han tomado algo de mí va a sobresalir en su libro como algo separado, aislado, fuera de contexto. Cualquiera que sea un poco inteligente verá que esa parte no procede de la misma persona que ha escrito el resto del libro, porque el libro tiene un sabor de tercera clase; no hay originalidad, no hay comprensión de los problemas más profundos de la vida, y no hay valor para decir la verdad tal como es. Por eso, sea lo que sea lo que hayan robado para decorar su libro, para hacerlo valioso, eso mismo lo destruirá inadvertidamente. Han robado fuego y lo han puesto en su libro.

En India, una emisora de radio leía mis discursos durante diez minutos por la mañana sin mencionar mi nombre..., pasajes de mis libros, historias. Me llegaron cientos de cartas: «esta gente te está robando tus libros.»

Yo dije: «No os preocupéis. Lo significativo no es mi nombre, sino mi mensaje. Son cobardes, o quizás me quieran, pero son funcionarios de Gobierno.»

En India, la radio y la televisión son estatales. Si utilizaran mi nombre podrían perder sus puestos de trabajo. Y ciertamente, durante aquella serie de programas que duró seis meses, incluso ministros, miembros del Gobierno y la primer ministro citaban mis declaraciones pensando que no tenían nada que ver conmigo. Pero la gente que escuchaba sabía que aquellas afirmaciones no venían de Indira Gandhi -no podía ser porque no eran relevantes para ella-, habían sido robadas. Y comenzaron a buscar de dónde habían sido tomadas.

Finalmente conocí a la persona, al director de la emisora. Él me amaba y me comentó: «Estoy condenado. Me han llegado miles de cartas diciéndome: "Estás robando. No estás mencionando el nombre de Osho." Pero si menciono tu nombre la serie acabaría ese mismo día. Seguiré adelante hasta que me descubran...».

Y en el momento en que se descubrió, la serie acabó inmediatamente y el hombre fue reemplazado. Me dijo: «Ha sido por esa serie. La gente empezó a escribir cartas a la primer ministro diciendo: "Este hombre está robando pasajes de Osho"».

La primer ministro misma había estado robándome. Me enviaron sus discursos y comprobé que me había copiado párrafos enteros, palabra por palabra. Pero siempre he mantenido la misma posición: dejar que la verdad llegue a la gente por cualquier medio, a través de cualquier persona.

He pensado que si los grandes y poderosos gobiernos del mundo tienen tanto miedo que no me permiten entrar en su país, como turista por tres o cuatro semanas..., si son tan impotentes que no me dejan ni pasar una noche en el aeropuerto, a lo que legalmente tengo derecho...



En Inglaterra mi avión se quedó inmovilizado en el aeropuerto porque los pilotos estaban obligados a descansar. Según la ley, después de un período no pueden volar más y tienen que esperar a la mañana siguiente. Yo tenía todo el derecho a estar en el vestíbulo del aeropuerto, pero se negaron, ¡como si tuvieran que aplicarme leyes diferentes!

Uno de los amigos que viajaba conmigo vio por casualidad el informe que llevaba el hombre que nos salió al paso, porque se fue al baño dejándolo sobre la mesa. Mi amigo lo miró y se quedó sorprendido, eran instrucciones gubernamentales... Aunque acababa de llegar, el informe ya estaba preparado, diciendo que si trataba de pernoctar, no se me debía permitir pernoctar en primera clase, sino que se me debía llevar a la cárcel; soy una persona peligrosa.

Estaba en la sala del aeropuerto y no podía entrar en el país... no se puede pasar al país desde la sala del aeropuerto. Disponían de todo tipo de instrucciones respecto a cómo tratarme. En Inglaterra tuvimos que pasar la noche en la cárcel, sin haber cometido ningún crimen, simplemente porque los pilotos no podían volar durante más tiempo. Y el Gobierno estaba preparado de antemano. No fue una decisión espontánea, todo estaba muy bien preparado.

También hay países que han decidido en sus parlamentos que no debían permitirme el acceso. Y en el parlamento europeo... El otro día me informaron que en el parlamento europeo -que es un cuerpo combinado de todos los parlamentos de Europa- está considerando la posibilidad de no dejarme aterrizar en ningún aeropuerto europeo.

Hoy hacen esto en Europa, América ya lo ha hecho. Mañana lo harán en Asia, en Australia, en África. Es posible, muy posible, que si me tienen tanto miedo, comiencen a prohibir mis libros. Y puede que haya que publicarlos sin que figure mi nombre, sin ningún nombre, ¡como el espíritu santo!

El nombre no es lo importante. Pero el mensaje tiene que llegar.

No tiene precedentes. Todo el mundo en contra de un solo hombre, de un hombre que no tiene poder, ni armas nucleares, que no puede hacer daño a nadie. Todo el mundo está en guerra con una sola persona. Esto simplemente demuestra que estoy golpeando en su misma raíz.

No tenéis que preocuparos. Si alguien ha tomado un pasaje, el pasaje valdrá más que el resto del libro junto. Y me gustaría que más escritores, poetas, productores de cine robaran todo lo posible, porque la verdad no es propiedad mía, no soy su dueño. Que llegue de la forma que sea, con cualquier nombre, de cualquier forma, pero que llegue.

Amado Osho,
Estas palabras, «hacerte responsable de ti mismo», me confunden.
Soy un individualista y me gusta estar a mi aire. Si hago lo que me hace sentirme bien para apoyarme a mí mismo, ¿no estoy alimentando mi ego? ¿Dónde está el límite entre hacerse responsable de uno mismo y alimentar el ego satisfaciendo sus tendencias?

Hacerte responsable de ti mismo no tiene límites. Esta pregunta ha surgido... y no sólo esta pregunta, también hay muchas otras que surgen porque piensas en ellas; no son experiencias existenciales para ti. Si te haces responsable de ti mismo no puedes ser egoísta, porque ser egoísta significa que estás profundamente dormido y no puedes hacerte responsable de nada.

La responsabilidad viene con la consciencia, con la alerta.

Estás planteando una pregunta intelectual como: «Cuando llevamos luz a una habitación, ¿qué pasa con la oscuridad? ¿Dónde la tiramos?». Intelectualmente es correcto. Hay oscuridad en la habitación y dices: «Al traer luz a esta habitación, surge la pregunta, "¿Dónde tiene que ir la oscuridad? ¿Dónde hay que ponerla? ¿Cómo se hace?"». Pero no es algo existencial. Simplemente intenta poner luz y no habrá más preguntas sobre la oscuridad, ¡No habrá oscuridad!

La responsabilidad es vigilia, alerta, consciencia.

El ego es inconsciencia.

No pueden coexistir.

A medida que te haces más consciente vas creciendo hacia la luz, y cualquier cosa que pertenezca al mundo de la oscuridad desaparece. El ego no es más que oscuridad.

Por eso recuerda una cosa: intenta plantear preguntas existenciales. Las preguntas intelectuales pueden parecer lógicas, pero son completamente absurdas. Prueba la responsabilidad, y siendo responsable tendrás que ser consciente y estar alerta.

Haciéndote responsable crearás la luz que disipará automáticamente la oscuridad del ego.

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