UN VOYEUR OBSESIVO
Aparte del trabajo que viene desarrollando hace años con el colectivo multimedia Buceo Invisible, Diego Presa ha comenzado a presentarse solo, con su voz y su guitarra.
En 2010 fue invitado por el cantautor argentino Juan Ravioli para abrir su show en la Sala Zavala Muniz del Teatro Solís así como también en sus presentaciones en La Plata y Buenos Aires.
En julio del mismo año, actuó en la avant première del largometraje El Cuarto de Leo (Director: Enrique Buchichio) en la Sala Movie Center interpretando Irreal, canción de su autoría incluida en la banda sonora del film.
A fines del 2010, participó en la Antología Casa tomada de la librería La Lupa, disco en el cual fue incluida su canción Venime a buscar.
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¿Qué les recomendarías a la cantidad de muchachos adolescentes que sueñan con ser cantautores en este momento?
Si bien cada camino es distinto, creo que es fundamental resistir y comprometerse cada vez más con la vocación.
En mi caso el proceso de autoconvencimiento, el aceptar que la composición e interpretación de canciones era mi oficio, mi verdadero trabajo, llevó unos cuantos años.
Pero la ficha va cayendo, y cuando cae, todo lo demás (las dudas producidas por la dificultad de compatibilizar la vocación con la subsistencia, el pánico a la crítica feroz y a la incomprensión) se debilita, se va desvaneciendo.
La otra punta que creo muy importante es la formación, que va más allá de lo estrictamente técnico-musical. Me refiero a escuchar de todo, ver mucho cine, leer siempre y ser un buen voyeur.
Esta pregunta se la hicieron a Silvio Rodríguez: ¿cómo encarás el proceso compositivo en las canciones donde sos autor de la letra y la música? Silvio contestó que prefería hacerlo todo a la vez pero que, por falta de tiempo, sólo podía hacer eso con el diez por ciento de su producción. En general tiene que optar primero por escribir el texto.
Primero que nada, qué animal que es Silvio Rodríguez, ¿no? Su capacidad melódica, letrística, interpretativa, en fin. Ahora recuerdo Vida y otras cuestiones, una canción absolutamente hermosa.
Pero bien, el proceso de composición de mis canciones es muy diverso. No tengo método, y no siempre compongo solo. En Buceo Invisible disfrutamos mucho del trabajo colectivo, si bien en general la composición de las canciones o de los poemas nacen de un laburo solitario, a veces la colaboración aparece desde el inicio del proceso.
En ocasiones surge primero una melodía, o un fragmento armónico en la guitarra, o un verso, o una imagen. Y a partir de ahí se desencadena todo.
Y sí, en otras ocasiones irrumpe todo de golpe, como un flash.
Ya debe hacer por lo menos una década que venís trabajando junto a la primera guitarra del actual Buceo Invisible, Andrés Fernández. Y han llegado a generar un dialogado casi sistémico, lo que no es demasiado habitual, lamentablemente, en nuestra música popular. ¿En el colorido y las verticales imaginarias de tu trabajo compositivo ya estás soñando de alguna manera en lo que podría aportar él?
Es cierto, hace unos trece años que trabajo con Andrés. Y es un privilegio, porque es un gran guitarrista.
En Buceo Invisible normalmente tocamos a tres guitarras eléctricas o acústicas (Andrés, Fabián Cota y yo). Y tratamos de generar un entramado, si se quiere, horizontal. Cada uno aporta su sonido particular, su capacidad técnica y su función al servicio del clima requerido por la música, por la canción.
Por supuesto que paralelamente al nacimiento de muchas de las canciones ya estoy pensando en el aporte de Andrés. Y también de los demás músicos de la banda, que seguramente enriquecerán lo que propongo.
¿Cómo compartís la obsesión artística con tu esposa y tus hijas?
Bueno, es mi trabajo, y mi vocación. Está presente en mi vida cotidiana de incontables maneras. Como bien decís, es una obsesión.
Y me siento muy acompañado y comprendido por las tres. Soy muy afortunado en ese sentido.
3 CANCIONES INCLUIDAS
EN EL NUEVO CD DE BUCEO INVISIBLE:
DISFRACES PARA EL FRÍO
era su cumpleaños
nunca vi a patti smith
pero tuve un amigo que sí.
dijo que era antigua, oscura
y nueva, nueva, nueva.
nunca vi a natalie
pero tuve un amigo que sí.
dijo que era linda y olía bien,
que tomaba peyote en el camino
era su cumpleaños, el de natalie
mi amigo, por supuesto, durmió en su cuarto
el de natalie
era muy tarde, en el auto de patti smith
montreal estaba fría, pero ella no.
nunca decía que no.
yo no las vi, ni a patti ni a natalie
pero mi amigo sí.
se fue de madrugada
dejó un pozo en mí.
ahora nunca más
puedo entrar en el cuarto de patti
se fue de madrugada
dejó un pozo en mí.
ahora nunca más
puedo entrar en el cuarto de patti
ni en el auto de natalie.
mi vida es más pobre
dejó un pozo en mí.
una mujer que sueña con pájaros
sos un soñador que duerme con hombres
sos un hacedor de hermosas costumbres
sos liberador que alumbra mi noche
soy una mujer que sueña con pájaros
que se enamoró de tus manos tristes
que no espera más tu sombra en el cuarto
sé que preferís lo amargo a lo dulce
que te desvestís sin miedo a la muerte
que me hacés mejor con sólo mirarme
venime a buscar
las ventanas abiertas a la noche
de enero de mi barrio
suavizan el infierno.
si me pierdo, venime a buscar.
ningún perro de ojos negros
va conmigo en esta calle
la luna se oculta.
si me pierdo, venime a buscar.
hoy de mañana me miré al espejo,
pero vi a otro que no sé quién es,
era alguien vencido y viejo.
si me pierdo, venime a buscar.
un amigo se fue volviendo loco,
su auto nuevo brilló en la oscuridad,
nunca dijo:
si me pierdo, venime a buscar.
cuando casi alcanzaba a tocar
la luz de tu espalda
di la vuelta y corrí.
si me pierdo, venime a buscar.
por favor,
si me pierdo, venime a buscar.
2 comentarios:
El privilegio es mío. Desde el momento en que Marcos me hizo escuchar una cinta con canciones de Diego (en el 97 si mal no recuerdo), dije: Quiero tocar con él, y en eso estoy todavía….. y pienso seguir.
Lo interesante es que el proceso de aprendizaje del que habla Diego lo fuimos compartiendo durante unos cuantos años, y fuimos creciendo juntos como artistas.
Andrés Fernández
Gracias por tu comentario Andrés, un abrazo.
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