jueves

OSHO / LA SEMILLA DE MOSTAZA



Capítulo 21 (I)

Vuélvete Jardinero



VIGESIMO PRIMER VERSICULO


Jesús dijo:"Si hacen brotar aquello dentro de ustedes, aquello que tienen los salvará.
Si no tienen aquello dentro de ustedes, aquello que no tienen los matará".

Jesús dijo: "Dejen que aquél que busca, no cese de buscar hasta que encuentre".

"Y cuando encuentre, será perturbado, se maravillará, y reinará sobre todo".

Y dijo: "Quien sea que encuentre la explicación de estas palabras no probará de la muerte".


La búsqueda es la de uno mismo. En cualquier cosa que buscas, en el fondo te estás buscando a ti mismo. Por eso es que toda la búsqueda de lo externo demuestra ser inútil en última instancia. Puedes estar buscando riqueza, pero te estás buscando a ti mismo. Cuando logres la riqueza entonces te darás cuenta de lo inútil de eso; la riqueza es obtenida pero tú permaneces insatisfecho. No era exactamente la riqueza lo que estabas buscando, la dirección estaba errada: elegiste ir más lejos de ti mismo, y querías encontrarte a ti mismo.

¿Exactamente, qué busca un hombre que está buscando riqueza? El está buscando vida a través de la riqueza, más vida, abundante vida. La mente dice: "¿Sin riqueza, cómo puedes vivir?". La mente dice: "¿Sin riqueza, cómo puedes estar seguro?". La mente dice: "¿Sin riqueza, cómo te protegerás de la muerte?". La riqueza es una protección contra la muerte, la búsqueda es por la vida. Pero cuando logras la riqueza, repentinamente te es revelado que la riqueza no puede protegerte. Y si la riqueza no puede protegerte de la muerte, entonces, ¿cómo puede darte más y abundante vida? No, estuviste buscando en una dirección errada.

Otro hombre está buscando poder, prestigio. ¿Qué está buscando? Está buscando ser omnipotente, o está buscando ser tan poderoso que la muerte no lo pueda destruir. Pero eso es en lo profundo, y él ni siquiera está consciente de eso. Cuando logre el poder, entonces la pobreza le será revelada.

De ahí la paradoja de que cada vez que triunfas en este mundo, sientes el más grande fracaso. Digo una y otra vez que nada fracasa tanto como el éxito. Si no tienes éxito, entonces la ilusión puede ser mantenida, entonces piensas: "Algún día tendré éxito y lo lograré". Pero si tienes éxito, ¿cómo puedes continuar manteniendo la ilusión? Has tenido éxito y el vacío interno continúa igual. Más bien, al contrario, ahora lo puedes sentir más contra su opuesto: la riqueza está en todo tu alrededor, y adentro está la pobreza; la luz está en todo tu alrededor, y adentro la oscuridad; la vida está en todo tu alrededor, y adentro la muerte. Por eso es que cada vez que la sociedad llega a ser afluente, rica, de pronto la religión se vuelve significativa.

En una sociedad pobre la religión no puede ser significativa, porque la gente todavía no ha fracasado. Su búsqueda aún tiene significado, su búsqueda de lo externo. Piensan que si pueden conseguir una buena casa, todo estará bien; piensan que si pueden conseguir un poco de dinero, entonces todo estará bien. Un hombre pobre puede vivir en ilusiones, pero no un hombre rico. Y si ves un hombre rico también viviendo en ilusiones, recuerda bien, el aún es pobre, todavía no ha triunfado.

Un Buda deja su palacio, un Mahavira deja su reino. Ellos han triunfado, y el triunfo los ha hecho fracasar. Ellos se han dado cuenta de que toda la dirección ha estado errada. Así que dieron media vuelta; se dirigieron en la dirección totalmente opuesta: eran reyes, se volvieron mendigos; ellos vestían las ropas más costosas posibles, ellos se desnudaron. Se volvió una conversión: el triunfo fracasa y el fracaso llega a ser una conversión.

¿Pero por qué fracasa el éxito? Fracasa porque no estabas buscando la riqueza, no estabas buscando el poder, estabas buscando seguridad; no estabas buscando una casa, estabas buscando alguna otra cosa. Estabas buscando el hogar eterno donde ibas a permanecer. Estabas buscando un descanso eterno, estabas buscando la paz que dura por siempre, no temporal. Eso es lo que es la búsqueda: una búsqueda por el hogar. No es una búsqueda por ninguna casa externa; es una búsqueda por un estado del ser en el cual te sientes en casa. No estabas buscando riqueza, estabas buscando protección contra la muerte; estabas buscando una vida que la muerte no pueda destruir.

Esta vida va a ser destruida. En cada momento el miedo está presente. ¿Cómo puedes vivir esta vida cuando existe como si estuvieras parado al borde de un volcán? En cualquier momento la explosión, en cualquier momento puedes ser empujado a la muerte. Puedes vivir cien años, pero temblarás por cien años.

Hace tan sólo unos cuantos años, los científicos empezaron a pensar sobre este problema, porque ahora existe la posibilidad de que la vida del hombre pueda ser extendida tanto como se desee. Dentro de este siglo será posible cambiar los códigos de los cromosomas en la célula básica. Y entonces podrás cambiar la célula básica para que el cuerpo pueda vivir trescientos años, y entonces el cuerpo vivirá trescientos años. En la actualidad vives setenta años porque tu padre y tu madre vivieron casi setenta años; inconscientemente han alimentado esto en la célula... La célula lleva un código para que dentro de setenta años mueras. Si podemos cambiar el código en la célula, entonces el hombre podrá vivir tanto como quiera. Este ha sido uno de los sueños más grandes: ganarle a la muerte, prolongar la vida tanto como uno quiera.

Tan sólo hace unos años los científicos tropezaron con este hecho. Ahora puede ser realizado, dentro de este siglo llegará a ser posible. Pero un nuevo problema ha surgido: pensaron que si esto podía ser hecho, entonces todo el mundo estaría feliz y el miedo a la muerte desaparecería, la ansiedad sobre la muerte desaparecería. Pero ¡no! Cuando investigaron el problema, se dieron cuenta de que si un hombre vive setenta años, tendrá temor a la muerte por setenta años. Si vive trescientos años, tendrá temor a la muerte por trescientos años. El miedo aumentará, no disminuirá. ¿Cómo puede desaparecer el miedo? Puedes vivir tres mil años, no hay diferencia sólo que por tres mil años estarás en el volcán, en cualquier momento podrá erupcionar y el miedo continúa.

La búsqueda es por la existencia inmortal. Y esa existencia está dentro de ti, tú estás dentro de ti. Por eso es que no puedes tocarte a ti mismo: las manos no pueden moverse hacia adentro, se mueven hacia afuera, han sido creadas para manipular el mundo externo; las piernas no pueden ir hacia adentro, no hay necesidad, no hay espacio para caminar; los ojos no pueden ver hacia adentro, no hay necesidad porque tu ser ha creado todo este mecanismo para existir con las cosas, con las personas, con el exterior.

Adentro nada es necesario. Adentro eres perfecto. Adentro nada hay qué hacer, todo es como debe ser, ya es así.

La búsqueda es de este ser interno y ese ser interno es omnipotente. Ningún poder puede sustituirlo. Puedes llegar a ser un Napoleón o un Hitler o alguien que te imagines, pero permanecerás impotente. A menos que llegues a ser un Buda o un Jesús, no podrás llegar a ser omnipotente, no podrás ser todopoderoso. Puedes llegar a ser un Einstein o un Bertrand Russell, pero no podrás ser omnisciente. Podrás acumular tanta información como puedas, pero tu ignorancia interna permanecerá igual, a menos que llegues a ser un Jesús, un Zoroastro entonces llegarás a ser omnisciente.

La búsqueda es por la omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia. Recuerda estas tres palabras. Ellas se derivan de la raíz sánscrita AUM. En sánscrito, AUM es el símbolo de todo el universo. Lleva los tres sonidos básicos: A U M. A través de estos tres sonidos básicos, todos los demás sonidos han sido desarrollados. Así que AUM es el sonido básico, la síntesis de todas las raíces básicas. Por eso es que los hindúes han estado diciendo que AUM es el mantra secreto, el mantra más grande, porque involucra a toda la existencia.

Las tres palabras en inglés, omnipotente, omnisciente, omnipresente, son derivadas del AUM. Significa alguien que haya llegado a ser tan poderoso como el AUM, alguien que haya llegado a ser tan sabio como el AUM, alguien que haya llegado a estar tan presente como el AUM alguien que haya llegado a ser universal, alguien que haya llegado a ser el todo. Y a menos que el todo sea logrado, no podrá haber plenitud, no podrá haber una profunda y suprema satisfacción. Permanecerás como un mendigo y continuarás mendigando de vida en vida; irás como un mendigo, no podrás ser un emperador.

Ahora, trataremos de penetrar en estas bellas palabras de Jesús. Está diciendo cosas muy extrañas.

Jesús dijo: "Si hacen brotar aquello dentro de ustedes, aquello que tienen los salvará. Si no tienen aquello dentro de ustedes, aquello que no tienen los matará".

¡Muy extraño! El dice: "Si hacen brotar aquello que ya está dentro de ustedes; si permiten que crezca, si ayudan a que se manifieste, a que se despliegue, aquello que ya está ahí la semilla de mostaza, la semilla de lo divino, la semilla del reino de Dios ya está ahí presente si lo ayudan, si permiten que crezca, aquello que tienen los salvará. Ustedes ya lo tienen, aquello los salvará. Pero si fallan, si no tienen aquello dentro de ustedes, aquello que no tienen los matará".

Si fallas como les dije, la palabra "pecado" en hebreo significa fallar el blanco si fallas en hallarte a ti mismo eres un pecador. Ya está ahí, llevas la semilla de mostaza; pero no la pones en la tierra, en la tierra apropiada, no la riegas, no te has vuelto jardinero. Llevas la semilla muerta, encerrada en la celda, no la pones en la tierra. Tienes miedo que la semilla pueda morir. El miedo es verdadero en un sentido: la semilla tendrá que morir, sólo entonces podrá nacer el árbol. Cada despliegue es una muerte y un nacimiento. El pasado tiene que morir, lo viejo tiene que morir, sólo entonces nace lo nuevo. La semilla tendrá que morir por eso es que tienes miedo y proteges la semilla.

Escuché que sucedió una vez: Un rey estaba confundido porque tenía tres hijos, y todos eran inteligentes, fuertes, talentosos, y era difícil decidir a quién el padre debería dar el reino, quién debería ser el sucesor. Y el rey envejecía día a día. Era difícil decidir porque todos eran iguales en todas formas; eran igualmente talentosos. Así que le pidió consejo a un sabio. El sabio sugirió, planeó y le dijo al rey: "Haz un peregrinaje". De acuerdo al sabio, el rey llamó a sus tres hijos y les dio ciertas semillas de unas flores muy hermosas, y les dijo: "Conserven estas semillas tan cuidadosamente como les sea posible. Porque todas su vidas dependen de ellas. Cuando yo regrese tendrán que darme un reporte de lo que les sucedió a las semillas". Y el rey se fue.

El primer hijo, el mayor, pensó -era el mayor, era más experimentado en los quehaceres del mundo, más astuto y más calculador- pensó que la mejor manera sería guardar las semillas en una caja de seguridad, porque cuando el padre regrese preguntará por las semillas. "Exactamente como me las ha dado, se las devolveré. Y mucho depende, según parece, en esto". Así que tomó mucho cuidado para encontrar la mejor de todas las cajas de seguridad. Guardó con llave las semillas y mantuvo las llaves consigo las veinticuatro horas del día, porque toda su vida podía depender de las semillas.

El segundo hijo pensó que las semillas tenían que ser preservadas: "Pero si las encierro como mi hermano mayor, puede suceder que en la caja de fierro se pudran, y mi padre podrá decir: 'Estas no son las semillas que te di. Se han podrido, se han vuelto inservibles', -así que ¿qué hacer?". Fue al mercado y vendió las semillas que eran de flores exóticas y pensó: "Esta es la mejor manera: venderlas, guardar el dinero, y cuando mi padre regrese, comprar las semillas de nuevo, y ¿quién sabrá la diferencia? Las semillas son semillas. Las semillas nuevas se las podré dar a mi padre, estarán frescas, con vida. ¿Para qué preocuparse de estas semillas viejas? Y nadie sabe cuándo regresará mi padre un año, dos años, tres años no ha dado ninguna fecha, así que puede tomar muchos años. No necesito preocuparme por las semillas". Las vendió y guardó el dinero.

El tercer hijo pensó: "Me han dado semillas debe haber algún significado en esto". Era el más joven, el menos entrenado en los quehaceres del mundo, un poco tonto, inocente. Pensó: "La función de las semillas es crecer. La misma palabra 'semilla' quiere decir crecer, la misma palabra; no es una meta, es un puente. La propia palabra quiere decir llegar hacia algo. Una semilla en sí misma no tiene ningún significado a menos que crezca, a menos que llegue a ser algo. Una semilla es tan sólo una fase pasajera, no es la meta. No es el estado final, es tan sólo como un puente por el cual tienes que pasar". Así que se fue al jardín y plantó las semillas.

Después de un año regresó el padre y le preguntó a sus hijos. El primer hijo estaba muy contento porque pensó: "El menor las ha destruido. ¿Cómo podrá devolver las semillas, las mismas semillas? ¿Cómo podrá devolverlas? Ahora se han vuelto plantas y están floreciendo. Y el segundo también ha fallado porque ha vendido las semillas y ahora ha comprado unas nuevas. Fue al mercado y compró unas semillas nuevas".

El segundo hijo pensó: "El primero fallará porque sus semillas ya se habrán podrido, estarán inútiles, muertas, y el tercero ya ha fallado porque las semillas no fueron preservadas exactamente, literalmente y no las ha preservado. ¡Yo voy a ganar!".

Pero el tercero nunca pensó en ganar, no estaba interesado en victoria alguna. Simplemente estaba interesado en una cosa: "Mi padre dijo que preserve las semillas. Y las semillas son una fase, no una meta. La única manera de preservarlas es permitirlas crecer. Y ahora las flores han brotado y pronto las semillas saldrán en millones". Y estaba feliz de que su padre estaría feliz.

Después vino el padre y le dijo al primer hijo: "Eres estúpido. Las semillas no son para guardarlas en cajas de seguridad, no son para preservarlas en bancos, porque si guardas una semilla la matas. Una semilla sólo puede ser preservada si se le permite morir en la tierra y renacer".

Le dijo al segundo hijo: "Actuaste mejor que el primero, porque entendiste que las semillas viejas morirían. Pero la cantidad permanece la misma. Y una semilla, si se siembra, se multiplica un millón de veces; si una semilla es sembrada, se multiplica un millón de veces. Actuaste mejor que el primero pero también has errado".

Y luego le preguntó al tercer hijo, quien llevó al padre al jardín y le dijo: "No las he guardado en la caja de seguridad, no las he vendido en el mercado, las he tirado en la tierra. Estas son las semillas, pero ahora se han convertido en plantas, y las plantas están floreciendo, y pronto habrá muchas semillas. Si quieres semillas, te devolveré un millón de veces más".

El padre dijo: "¡Tú has ganado! Tú serás el rey de este reino, porque la única manera de conservar la semilla es permitirle que muera de tal forma que renazca".

Eso es lo que Jesús dice:

"Si hacen brotar aquello dentro de ustedes, aquello que tienen los salvará. Si no tienen aquello dentro de ustedes, aquello que no tienen los matará".

Pero tú no has mirado en absoluto dentro de ti, ni siquiera has dado un solo vistazo. Así que cualquier cosa que tengas te va a destruir, no podrá salvarte. Puedes tener riqueza, puedes tener poder, puedes tener muchas cosas de este mundo, pero nada va a salvarte. Al contrario, ese peso del mundo te va a ahogar. Has acumulado mucho peso, y eso es lo que ya te está ahogando, tu bote ya está medio hundido. Tampoco puedes abandonar el bote, porque todas tus posesiones están ahí, tienes que llevarlas hasta la otra orilla. Pero las posesiones pertenecen a esta orilla, y no pueden ir a la otra orilla. Nadie jamás ha sido capaz de llevar nada de este mundo al otro mundo.

Cuando mueres, ¿cómo puedes llevar algo de este mundo al otro? Cuando mueres abandonas el cuerpo. Todo lo que se puede llevar, sólo puede ser llevado a través del cuerpo, y todo lo que posees es poseído a través del cuerpo. Cuando se deja el cuerpo, ese medio, el mismo vehículo se abandona. Entonces no puedes llevar nada de este mundo, es imposible. Por eso es que mucha gente astuta piensa: "No acumules objetos del mundo, tan solo acumula conocimiento, porque el conocimiento puede ser llevado". Recuerda bien: El conocimiento tampoco puede ser llevado porque cuando se deja el cuerpo, se deja el cerebro, y el cerebro es el acumulador del conocimiento.

Tu cerebro es el computador en el cual se acumula el conocimiento, la información. También está afuera: si se le saca el cerebro a Einstein, será un idiota común, porque sin el cerebro el conocimiento desaparece. Pero si se le saca el cerebro a Jesús, no habrá ninguna diferencia. Permanecerá siendo el mismo, porque Jesús acumula consciencia, no conocimiento.

Así que hay tres tipos de gente: la orientada hacia lo más externo -ellos coleccionan cosas, pero aquellas cosas no podrán ser llevadas a la otra orilla. Luego el segundo tipo la que no está tan orientada hacia afuera, pero aun así está hacia afuera ellos coleccionan conocimientos, escrituras, teorías, filosofías. Son más listos pero de todas maneras estúpidos, porque los conocimientos son acumulados en el cerebro y el cerebro es parte del cuerpo -la parte más interna, pero de todas maneras es parte del cuerpo. Y cuando se deja el cuerpo, también se deja el cerebro. Luego está el tercer tipo, el que acumula consciencia, que cultiva consciencia, cuya meta de toda su vida es ser más y más consciente.

Esta consciencia es tu ser más interno. Sólo esta consciencia llega a la otra orilla, sólo esta consciencia pertenece a la otra orilla. En este cuerpo existen ambos mundos: éste y aquél, el de materia y el de consciencia. Y entre estos dos mundos existe un eslabón. Ese eslabón es tu conocimiento. ¡Abandona las cosas y abandona el conocimiento! Simplemente crece más y más en consciencia, vuélvete más y más alerta. Cuanto más alerta seas, más llevarás de este mundo al otro; no irás como un pobre, irás enriquecido. En este mundo puedes parecer pobre, como un Buda, como un mendigo, un bhikkhu, pero en el otro mundo serás como un rey, porque sólo te llevarás a ti mismo.

Sucedió en Pompeya, cuando estaba siendo destruida por una erupción volcánica. Toda la ciudad estaba en llamas en medio de la noche, los edificios se derrumbaban y la gente estaba escapando. Todo el mundo cargaba alguna cosa, porque la ciudad era muy rica. Y la gente llevaba las cosas más valiosas: algunos llevaban su oro, algunos sus diamantes; los eruditos llevaban sus escrituras, sus libros cualquier cosa que pudieran salvar, la llevaban. Pero sólo había un hombre que no llevaba nada, solamente su bastón. Y aquellos que llevaban cosas estaban muy perturbados, preocupados, todas sus vidas estaban siendo destruidas. Sólo este hombre caminaba en medio de la muchedumbre como si estuviera yendo en su paseo matutino. Esa era su rutina usual: a las tres de la madrugada solía dar un paseo y ésta era la hora.

Todo el que lo veía le decía: "¿Por qué? ¿No pudiste salvar nada? ¿Perdiste todo?".

El hombre dijo: "No tenía nada, y todo lo que tengo lo estoy llevando".

"Entonces, ¿por qué estás caminando como si fueras de paseo? ¡Estamos en tal crisis, vidas enteras destruidas, la gente en ruinas!".

El hombre sonrió y dijo: "Porque cualquier cosa que hayas acumulado pertenece a este mundo la muerte lo arruina, el fuego lo quema. Yo he acumulado sólo consciencia. Puede ser una crisis para ti, para mí es la hora de mi paseo matutino".

Este hombre es el místico, este hombre es el yoghi, este hombre es aquél de quien hablaba Jesús.

"Si hacen brotar aquello dentro de ustedes, aquello que tienen los salvará. Si no tienen aquello dentro de ustedes, aquello que no tienen los matará".

Si eres pobre adentro, puedes ser rico afuera, pero vas a ser destruido por tus propias posesiones. Si eres rico adentro, entonces no te preocupes. Entonces ya sea que tengas algo o no, la muerte no podrá arrancar nada de ti. Sólo la consciencia transciende la muerte; ese es el único rayo de luz en la vida humana que trasciende la muerte. ¿Puedes morir completamente consciente? Eso es lo único, todo el asunto. ¿Pero si no has vivido completamente consciente, ¿cómo puedes morir completamente consciente? Aun en la vida eres tan inconsciente ¿cómo puedes ser consciente en la muerte?

Recuerda que cada vez que hay demasiado dolor, el cuerpo tiene un mecanismo automático para empujarte a la inconsciencia, porque de otro modo sería insoportable. Los doctores han inventado la anestesia demasiado tarde; la naturaleza conoce la anestesia, siempre ha conocido la anestesia. Siempre que llegas a un punto donde hay demasiado dolor, de pronto te vuelves inconsciente, te desmayas, porque sería insoportable. Así que el cuerpo tiene un termostato interno. Puedes estar diciéndole a la gente: "Es insoportable, mi dolor es insoportable", pero estás errado, porque si fuera insoportable, estarías inconsciente.

No existe ningún dolor que pueda llamársele insoportable. Todos los dolores son soportables, todos los sufrimientos son soportables. Por eso es que permaneces alerta, de otro modo te desmayarías. Y la muerte es la cosa más dolorosa. Cuando la muerte llega, es la más grande cirugía posible, porque todo tu ser tiene que ser cortado, separado del cuerpo con el cual te has identificado tanto. No es cortar un dedo, no es cortar una mano, no es extirpar la apéndice es sacarte todo el cuerpo de ti. Ningún doctor puede hacer eso todavía. Todo el cuerpo es quitado, separado. Y has vivido con este cuerpo setenta años, ochenta años; no sólo has vivido con él, has vivido identificado con él: tú creías que eras el cuerpo. El dolor es tal que te hará inconsciente.

Toda la vida es una preparación para estar consciente en la muerte. Eso es lo que un sannyasin debería hacer, eso es lo que un buscador debería hacer: ¡Alístate! no pierdas un solo momento, porque una vez perdido no puede ser recuperado de nuevo. Y la única riqueza que puedes lograr en la vida es estar más consciente. Haz cualquier cosa, pero hazlo estando alerta, consciente. Sus vidas pueden ser diferentes pero su búsqueda interna no puede ser diferente, es la misma.

Puedes ser un hombre de negocios, puedes ser un profesor, puedes ser un doctor, un ingeniero, o un trabajador, pero no hay ninguna diferencia: la búsqueda interna es la misma, y consiste en hacerse más y más consciente. Llegará un punto en que estarás tan consciente que aun la muerte no podrá hacerte inconsciente. Esto es lo que Jesús quiere decir: Haz brotar aquello dentro de ti. Si tienes aquello serás salvado, si no tienes aquello te ahogarás.

Y en otro dicho Jesús dice algo muy extraño. Dice: "A aquellos que tienen, a ellos debería dársele más. Y a aquellos que no tienen, aun aquello que tienen se les quitará". ¡Parece absurdo! Jesús dice: "A aquellos que tienen, a ellos debería dársele más. Y a aquellos que no tienen, aun aquello que tienen se les quitará".

Esto lo dice acerca de la consciencia, porque la consciencia atrae más consciencia. Te haces consciente, entonces te vuelves capaz de ser más consciente, cada paso que das te hace avanzar un paso más en la dirección que estás. Si no estás consciente, entonces cada paso te aleja más.

Escuché una historia: Mulla Nasruddin tocó la puerta a las tres de la madrugada. Estaba ebrio. El dueño de casa abrió la ventana, miró hacia abajo y dijo: "Nasruddin, te he dicho muchas veces que ésta no es tu puerta, que ésta es la puerta equivocada. Anda a tu casa y toca ahí -estás tocando en la puerta equivocada".

Nasruddin miró hacia arriba y dijo: "¿Cómo es que estás tan seguro? De repente estás mirando desde la ventana equivocada. ¿Cómo estás tan seguro?".

El estado de ebriedad del hombre es tal, que es imposible que pueda pensar: "Yo estoy errado". Los demás son los que están errados. Si sufres en tu vida, sufres porque de alguna forma estás perdiendo tu consciencia: estás errado, pero piensas que el otro puede estar mirando desde la ventana equivocada, que tú siempre estás tocando la puerta correcta.

Tú siempre has estado tocando la puerta equivocada, porque todas las puertas en este mundo están equivocadas -a menos que toques la puerta interna, la cual no es parte de este mundo. Va contigo, pero no es parte de este mundo. Llevas algo dentro de ti que no pertenece a este mundo. Ese es tu tesoro, y esa es tu puerta desde la cual puedes llegar a Dios. Jesús dice: "Crece en aquello que ya estás llevando". El rayo ya se ha dado: no estás consciente, sólo un poquito; una consciencia nebulosa, una luz débil, muy débil -no puedes ver. Pero eso ha ocurrido, por eso es que estás más alto que los animales, ni siquiera eso está en los animales.

El primer rayo de consciencia ha penetrado en ti, pero ese rayo de consciencia es sólo una semilla de mostaza, tienes que ponerla en la tierra. ¿Cuál es el terreno para ella? Los hindúes han llamado a ese terreno satsang. Acércate a aquellos que han crecido más que tú, simplemente estate cerca a ellos, en su presencia, y tu rayo de consciencia se hará más y más alto -necesita un reto. Pero la tendencia común de la mente es ir siempre donde los inferiores, ir siempre con la gente que está aun menos alerta que tú. ¿Por qué? Porque allí te sientes superior, allí te sientes que eres alguien.

Todos buscan lo inferior y a través de esta búsqueda se vuelven inferiores. Cada vez que llegas donde un hombre como Jesús, te perturbas, porque aquí no puedes afirmar tu superioridad. Tú eres inferior, no es un complejo de inferioridad; simplemente que eres inferior al lado de un Jesús, porque tu consciencia no es nada. Y él es una luz tan tremenda que te vuelves casi oscuro a su lado, aun ante su parpadeo, tu único rayo de consciencia no parece ser nada. Tiene que ser así: sacas tu pequeña lámpara de aceite en pleno sol del día, ¿y qué sentirás? La lamparita de aceite, la llama, como si se hubiera vuelto oscura ante la luz del sol... Lleva tu pequeña lamparita a un cuarto oscuro y se vuelve el mismo sol.

De ahí la tendencia de la mente a buscar lo inferior. Es como el agua: así como el agua siempre busca un nivel más bajo y más bajo, así también la mente siempre busca lo inferior. A un esposo no le gustaría casarse con una mujer que es más sabia que él, no. El no se casaría con una mujer que sea más alta que él, no. No se casaría con una mujer que sea varios años mayor que él, ¡no! ¿Por qué?

Biológicamente sería mejor si un esposo se casa con una mujer que sea por lo menos cinco años mayor que él, porque entonces ellos podrán morir al mismo tiempo -porque la esposa va a vivir cinco años más que el hombre, ella tiene un límite de vida mayor. Y entonces no habrían viudas en el mundo -y esto es una cosa muy triste. Biológicamente sería el método correcto que un joven de veinte se case con una mujer de veinticinco, pero el ego se siente herido. Tampoco te gustaría casarte con una mujer más alta, porque el ego se siente herido; no te casarías con una mujer más sabia, ¡no!

La mente siempre busca lo inferior, mira a tus amigos; ¿por qué los has escogido? En lo profundo, encontrarás que ésta es la causa: que son inferiores a ti, al lado de ellos te vuelves una gran luz; de otro modo eres una llama común en una lamparita de aceite. La mente busca lo inferior para probarse que es superior. La gente incluso dice amar a los animales; la gente que no puede amar a los seres humanos, ¿cómo puede amar a los animales? Pero es que un perro te secunda tan hermosamente, como ningún hombre lo podría hacer. Si lo maltratas o le das la bienvenida, no hay diferencia; el sigue moviendo la cola, el siempre te da la bienvenida. El siempre va contigo dondequiera que vayas, no podrás encontrar un seguidor mejor que un perro. ¿Por qué la gente disfruta de la compañía de un perro? Lo inferior ayuda, sientes que eres superior.

Mulla Nasruddin estaba jugando cartas con su perro. Un hombre los vio y quedó sorprendido -el perro estaba realmente jugando. Así que le dijo a Nasruddin: "Nasruddin, realmente tienes un perro muy extraño y sabio".

Nasruddin dijo: "Nada de eso -no es tan sabio como parece, porque cada vez que le toca buenas cartas mueve la cola. ¡No es tan sabio como parece!".

La mente siempre está buscando lo inferior... Y aun llega un punto en que a veces un perro puede ser superior a ti. ¡En muchas formas lo es! Es más fuerte -si peleas con él, desaparecerás. Luego la gente continúa cayendo, entonces busca cosas, entonces un carro se vuelve su objeto amado -haz cualquier cosa que quieras hacer y el carro no puede hacer nada- luego una casa, luego cosas, posesiones. Al lado de las cosas te sientes una persona muy superior.

Satsang quiere decir: elige siempre la compañía de lo superior. La mente te inducirá a elegir la compañía de lo inferior. Estate alerta y evita esto, porque con lo inferior te vuelves inferior. Tu rayo de consciencia se perderá más y más en la oscuridad.

Siempre elige lo superior, dirígete hacia lo superior. Pero tu ego se sentirá herido. El ego debe ser abandonado. Satsang, quiere decir vivir contra el ego, trascender el ego, siempre buscar lo superior. Y tú quieres encontrar a Dios... y no estás feliz encontrando a Jesús y a Buda. ¿Cómo es posible entonces? Porque Dios es la luz suprema, el clímax de toda la existencia, el florecimiento de toda la vida. Si eliges siempre lo inferior, ¿cómo puedes realmente desear entrar al reino de Dios? Estás siguiendo un camino errado.

Recuerda esto, y sólo un punto tiene que ser continuamente recordado, y ese es: en tus círculos, con gente, con amigos, con libros, siempre recuerda que algo superior esté presente, para que puedas dejar caer a tu ego; para que puedas sentirte inferior y abandonar el ego. Siempre busca lo superior. Poco a poco, un paso, otro paso... serás capaz de encontrar a Jesús. Y sólo si puedes encontrar a Jesús serás capaz de encontrar a Dios.

Este es el significado cuando Jesús dice: "Si no es a través de mí, no podrán alcanzar a él". Este es el significado: si no pueden venir al encuentro conmigo, ¿cómo pueden pensar en ir al encuentro de lo supremo? Si encuentras al hijo, entonces se da la posibilidad de que puedas ser capaz de encontrar al padre, porque el hijo es tan sólo un representante. Avatars, Budas, Teerthankaras, ellos son tan sólo los representantes, son una luz desde lo supremo. Si no puedes ir al encuentro de ellos, si no puedes vivir con ellos, si tu ego no puede permitir que existan contigo, entonces no hay posibilidad para la verdad última, final.

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