H. G. V.
El 3 de setiembre se presentará en la Sala Zitarrosa el tercer CD del colectivo multimedia Buceo Invisible: Disfraces para el frío.
Y esta vez nuestra primera gran banda del siglo XXI construyó una irrupción de belleza completa y refundacional que sólo puede compararse a la del primer LD de Zitarrosa y el Zurcidor de Darnauchans.
Estos sacudones pasan muy pocas veces, lamentablemente.
Porque los imprescindibles brechtianos no se fabrican con recetas pedantes, y hace falta durar a solas en el viaje infernal del segundo talento (Onetti y Álvaro Pierri dixit) hasta parir una nueva dimensión del ser digna del mundo entero.
Por el camino se muerde mucho polvo (Boccanera dixit) y hasta se puede cargar en la espalda la pasión (hecha pozo) de algún hermano volado hacia el estrellerío. Los Redondos lo saben.
Este trabajo agrupa trece texturas (tres de ellas leídas y una puramente instrumental) que genera una ondulante mística gaudiana tan honda como perfecta.
La base rítmica de mesurada insistencia rockero / minimalista cimenta un arcoiris de transición (carrilero, en el fútbol) de pulidísimos floreos arpegiados y una guitarra líder que dialoga sistémicamente con el superdotado grano vocal de Diego Presa.
No pensamos discutir con nadie que en el futuro se va a hablar, a nivel de solistas decisivos, de los tiempos de Alfredo, del Darno y de Diego.
Por otra parte, la poesía que entrelazan el propio Presa y Marcos y Santiago Barcellos es un lomo de iceberg cimentado por Vallejo, Lorca, Dylan Thomas, Manzi, el Darno, el Indio Solari y otros grandes poetas letristas o libristas. Hay un métier recontralaburado.
Elegimos como consigna dos versos de Santiago: me mostraste, casi en secreto, / el sol llorando entre tus manos.
Y el lanzazo final de Marcos: y es que hay / dos mensajes nuevos en la casilla / concursos de baile para almas rotas / cuatro o cinco macacos haciendo buches de muerte / veinte ratas duras en farándula sonriendo / haciendo más absurdo y menos necesario este dolor.
Diego Presa, además, con su unipersonal Venime a buscar (que le agarra una mano a Dylan Thomas y otra a Bob Dylan, simétricamente) graba sobre la piedra lo que será, sin duda alguna, nuestro Blowing in the wind.
Y el resto del colectivo merece retratarse abrazado junto con la selección que se viste de celeste.
El 3 de setiembre se presentará en la Sala Zitarrosa el tercer CD del colectivo multimedia Buceo Invisible: Disfraces para el frío.
Y esta vez nuestra primera gran banda del siglo XXI construyó una irrupción de belleza completa y refundacional que sólo puede compararse a la del primer LD de Zitarrosa y el Zurcidor de Darnauchans.
Estos sacudones pasan muy pocas veces, lamentablemente.
Porque los imprescindibles brechtianos no se fabrican con recetas pedantes, y hace falta durar a solas en el viaje infernal del segundo talento (Onetti y Álvaro Pierri dixit) hasta parir una nueva dimensión del ser digna del mundo entero.
Por el camino se muerde mucho polvo (Boccanera dixit) y hasta se puede cargar en la espalda la pasión (hecha pozo) de algún hermano volado hacia el estrellerío. Los Redondos lo saben.
Este trabajo agrupa trece texturas (tres de ellas leídas y una puramente instrumental) que genera una ondulante mística gaudiana tan honda como perfecta.
La base rítmica de mesurada insistencia rockero / minimalista cimenta un arcoiris de transición (carrilero, en el fútbol) de pulidísimos floreos arpegiados y una guitarra líder que dialoga sistémicamente con el superdotado grano vocal de Diego Presa.
No pensamos discutir con nadie que en el futuro se va a hablar, a nivel de solistas decisivos, de los tiempos de Alfredo, del Darno y de Diego.
Por otra parte, la poesía que entrelazan el propio Presa y Marcos y Santiago Barcellos es un lomo de iceberg cimentado por Vallejo, Lorca, Dylan Thomas, Manzi, el Darno, el Indio Solari y otros grandes poetas letristas o libristas. Hay un métier recontralaburado.
Elegimos como consigna dos versos de Santiago: me mostraste, casi en secreto, / el sol llorando entre tus manos.
Y el lanzazo final de Marcos: y es que hay / dos mensajes nuevos en la casilla / concursos de baile para almas rotas / cuatro o cinco macacos haciendo buches de muerte / veinte ratas duras en farándula sonriendo / haciendo más absurdo y menos necesario este dolor.
Diego Presa, además, con su unipersonal Venime a buscar (que le agarra una mano a Dylan Thomas y otra a Bob Dylan, simétricamente) graba sobre la piedra lo que será, sin duda alguna, nuestro Blowing in the wind.
Y el resto del colectivo merece retratarse abrazado junto con la selección que se viste de celeste.
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