jueves

OSHO / LA SEMILLA DE MOSTAZA


Capítulo 11 (1)


VIGESIMOPRIMERA ENTREGA


Tú Eres el Blanco, Tú Eres la Meta


DECIMO PRIMER VERSÍCULO


Jesús dijo:"Una ciudad que es construida en una montaña alta, fortificada, no puede caer ni puede ser jamás escondida". Jesús dijo:"Lo que escuches con tu oído y con el otro oído, aquello pregónalo desde los techos de las casas; porque nadie enciende una lámpara y la pone bajo un barril, ni tampoco la pone en un lugar escondido, sino que la instala en un poste para que todos los que vengan y los que vayan puedan ver su luz". Jesús dijo:"Si un ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo". Todo el problema humano consiste en elegir entre lo momentáneo y lo eternal. Si eliges lo momentáneo estás construyendo tu casa sobre la arena -va a caer. Si eliges lo eternal, entonces algo que va existir por siempre y por siempre es logrado. Y nada menos puede satisfacerte, sólo lo eternal puede satisfacerte. Lo momentáneo no puede satisfacerte. Más bien al contrario, te hará más hambriento y más sediento. Es como si alguien echara mantequilla al fuego para apagarlo... se volverá comida para el fuego y el fuego aumentará. Lo momentáneo es tal como la mantequilla en el fuego de tu mente -deseo; lo ayuda, es su comida. Sólo lo eternal puede saciar la sed. No hay otra forma. Pero cuando digo: "Si escoges lo eternal, sólo entonces estás construyendo tu casa en la cima de la montaña, en algo rocoso que se mantendrá ahí y tu esfuerzo no será desperdiciado". ¿Qué quiero decir cuando digo: "Si escoges lo eternal"? Porque lo eternal no se puede escoger. Si escoges, escogerás siempre lo momentáneo; la elección es de lo momentáneo. Entonces, ¿qué quiero decir cuando digo: "Escoge lo eternal"? Quiero decir: si puedes entender que lo momentáneo es inútil -al siguiente momento, estarás con sed de nuevo, y esta agua no va a destruir tu sed; si entiendes esto, lo momentáneo se extingue -se vuelve inútil, simplemente llegas a entender su falta de significado. Simplemente se extingue y lo eternal es elegido -tú nunca lo eliges. Cuando se deja lo momentáneo, lo eternal entra en tu vida. Pero lo momentáneo debe volverse absolutamente estéril, sin ningún significado; con lo momentáneo tu fracaso debe ser total. "Bienaventurados son aquellos que fracasan en este mundo" -esta bienaventuranza debe ser agregada en las otras bienaventuranzas de Jesús. ¡Sé un fracaso en este mundo! Estás tratando justamente lo opuesto: de triunfar en él. Si triunfas, ese será el fracaso real, porque entonces permanecerás con lo momentáneo -pero nadie jamás triunfa. Afortunados somos, porque nadie jamás triunfa. A lo más puedes ir posponiendo el fracaso, eso es todo. Puedes posponerlo hasta una vida futura, puedes posponerlo por millones de vidas, pero nadie jamás triunfa en este mundo, porque ¿cómo puedes triunfar con lo momentáneo, con aquello que es transitorio? ¿Cómo puedes construir una casa ahí? Aquello que está pasando momento a momento, saliendo de la existencia, ¿cómo puedes hacer una casa, una residencia ahí? Para cuando la casa esté lista, el momento habrá pasado. Por eso es que en cada momento te sientes frustrado -pero otra vez comienzas a hacer la misma cosa. Parece que no estuvieras consciente, parece que no estuvieras alerta de lo que estás haciendo -parece que no has aprendido nada de la vida. Has permanecido ignorante de la vida, no has logrado ninguna experiencia. Puedes tener mucho conocimiento, puedes saber cómo construir la casa -puedes ser un ingeniero, un arquitecto- pero no has aprendido a través de la experiencia que sobre lo momentáneo la casa no puede ser construida. Esto es la primera cosa que dice Jesús: Jesús dijo: "Una ciudad que es construida en una montaña alta, fortificada, no puede caer ni puede ser jamás escondida". Muchas cosas: primero, "Una ciudad... construida en una montaña alta...". ¡Siempre haces algo en el valle! Estos son símbolos: "valle" significa la noche oscura; "cima alta" quiere decir más consciencia, cuanto más consciente estás, más alto vas. Cuando te vuelves perfectamente consciente, estás en el Everest. Por eso es que los hindúes han estado diciendo que Shiva vive en el Gourishankar, la más alta cima: Shiva es la consciencia más alta; Shiva no es una persona, Shiva significa la consciencia perfecta. La consciencia perfecta vive en el Gourishankar, la cima más alta. Cuando estás inconsciente caes al valle oscuro -tu noche es un valle, tu dormir es un valle. Cuando estás consciente comienzas a ir hacia la altura; cuando estás completamente inconsciente, ese es el punto más bajo de la existencia. Las rocas están existiendo ahí, en el peldaño más bajo, porque las rocas son perfectamente inconscientes. No están muertas -tienen vida, crecen; se vuelven jóvenes, luego envejecen, mueren. Pasan a través de todas las fases que tú pasas, pero no tienen consciencia -el peldaño más bajo de la escalera. Eres como una roca: cuando estás durmiendo profundamente, ¿cuál es la diferencia entre tú y una roca? Cuando ni siquiera un solo rayo de consciencia está presente; ¿cuál es la diferencia entre tú y la tierra? Has retrocedido. Cuando duermes vas hacia el valle. "Pecador" quiere decir alguien que vive constantemente durmiendo; "santo" quiere decir alguien que no duerme, aun cuando duerme. Krishna le ha dicho a Arjuna que: "Cuando todo el mundo duerme, el yoghi aún está despierto. Cuando todo el mundo está dormitando, el yoghi aún está alerta". La totalidad del yoghi nunca duerme. Un punto de consciencia siempre permanece; él presencia su propio sueño. Cuando duermes caes, cuando estás consciente te elevas alto. Cuando nada duerme en ti, cuando la totalidad de tu consciencia se vuelve una luz, cuando ni siquiera un solo fragmento está inconsciente, cuando tu ser completo está lleno de luz -eso es lo que quiere decir ser un Buda, ser un Cristo: no existe la inconsciencia- éste es el pico más elevado. De ahí el significado simbólico: "Una ciudad construida en una montaña alta". Tú estás construyendo tus ciudades, tus casas en un valle, y el sueño común no es suficiente para ti, buscas drogas para dormir más profundamente; buscas métodos de hipnosis para que te de más sueño, más inconsciencia -porque la consciencia es un dolor, es una angustia. ¿Porque es una angustia? Y Buda y Jesús dicen que es ¡la más grande bienaventuranza posible! Para ti, ¿por qué la consciencia es dolorosa? ¿Y por qué quieres olvidarte de todo? ¿Por qué la consciencia es dolorosa? Es dolorosa si sólo uno por ciento de ti se vuelve consciente y el noventinueve por ciento restante permanece inconsciente, entonces ese uno por ciento sufre viendo el caos en todo el rededor. Viendo ese noventinueve por ciento en un estado de locura, ese uno por ciento de consciencia sufre, ese uno por ciento de consciencia busca el alcohol, las drogas, el LSD, la marihuana o cualquier otra cosa -el sexo, música o un mantra- para crear una autohipnosis. Así que ese uno por ciento retrocede y se vuelve parte del resto. Entonces no estás preocupado porque no hay nadie a quién conocer, entonces no hay nadie que esté alerta y consciente -entonces no hay problema. Esto es lo que llaman la lógica de la avestruz. Cada vez que la avestruz ve que un enemigo está viniendo, mete la cabeza en la arena. Cuando ya no ve, su lógica es: "Si ya no puedo ver al enemigo ¿cómo puede estar el enemigo ahí?". El avestruz parece ser un ateo perfecto; eso es lo que los ateos han estado diciendo. Ellos dicen: "Si no podemos ver a Dios ¿cómo puede estar ahí? Sólo cuando vemos, algo entonces existe", -como si la existencia dependiera de tu capacidad de ver, si tú no ves, entonces la cosa desaparece. La avestruz esconde su cabeza, cierra sus ojos e inmediatamente se le quita el miedo, porque el enemigo ya no está. Pero el enemigo no cree en tu lógica. Al contrario, estás jugando en sus manos cuando tus ojos están cerrados; estás jugando en las manos de tu enemigo, te estás volviendo una víctima por ti mismo. Podrías haber escapado, pero ahora no hay escape, porque piensas que no hay enemigo. Puedes sentir una felicidad momentánea porque el enemigo no está presente -no es que el enemigo no esté presente, sino que tú así lo sientes... Es así como cuando te vuelves inconsciente usando drogas y sientes una felicidad momentánea: no existen problemas; todos los enemigos han desaparecido, no hay ansiedad -porque para que haya ansiedad necesitas estar alerta, consciente. Cuando el cien por ciento de tu ser se vuelve consciente, entonces hay bienaventuranza porque el conflicto desaparece -Buda está correcto. Tú también estás correcto porque tu experiencia te dice que cuanto más alerta estás, más sientes los problemas a tu alrededor. Así que es mejor permanecer en una larga somnolencia: durmiendo toda la vida. Por eso es que construimos nuestras ciudades en los valles y no en las cimas de las montañas. Luego, hay otra razón. "Una ciudad que es construida en una montaña alta, fortificada, no puede caer ni puede ser jamás escondida". Construimos nuestras ciudades de tal modo, en tan fugaz existencia, en lo momentáneo, en lo temporal, que para el momento en que están listas ya se están cayendo; en el momento en que están listas ya se han vuelto ruinas. ¿Por qué? Porque sólo lo momentáneo podemos ver, no tenemos una visión total. Podemos ver sólo lo que está más cerca, sólo lo muy cercano. Sólo el momento está cerca -ves un momento, luego pasa, entonces otro momento, después pasa. Ves los momentos que pasan, no puedes tener una visión total. Para la visión total es necesaria una consciencia perfecta. Con una visión total puedes ver la vida en su totalidad; no sólo toda la vida, sino también todo el mundo. Eso es lo que quieren decir los jainas cuando dicen que cuando Mahavira se iluminó, él podía ver el pasado, el presente y el futuro -todo el tiempo. ¿Qué es lo que quiere decir? Quiere decir que la totalidad de la existencia se vuelve clara para ti, y cuando la totalidad es clara, sólo entonces puedes hacer una ciudad fortificada. De otro modo, ¿cómo la puedes hacer? No sabes lo que va a suceder en el momento próximo. Cualquier cosa que hagas, al momento siguiente lo puedes deshacer -y cualquier cosa que hagas dependía en lo momentáneo, no en la totalidad. La totalidad puede rechazarlo, puede volverse absolutamente insignificante en la totalidad. Había una vez un Maestro chino que tenía un discípulo norteamericano. Cuando el discípulo estaba por irse, el Maestro le dio un obsequio, una pequeña cajita de madera tallada, y le dijo: "Hay una condición que siempre debe ser cumplida; si le das la cajita a alguna otra persona, entonces la condición tiene que ser cumplida. ¡Promételo! Porque esta promesa la he estado cumpliendo -y esto no es algo nuevo, es algo muy antiguo y por muchas generaciones la condición ha sido cumplida". El discípulo dijo: "¡La cumpliré!". Era un cosa tan bella, tan valiosa, tan antigua, que dijo: "Cualquiera que sea la condición...". El Maestro dijo: "La condición es simple: tienes que ponerla en tu casa en la dirección Este. Y esto siempre ha sido hecho, y sé respetuoso con la tradición". El discípulo dijo: "Eso es muy simple, lo haré". Pero cuando puso la cajita en la dirección Este, entonces se dio cuenta de que era muy difícil; porque todo el arreglo en su cuarto de dibujo, parecía absurdo. Esa cajita orientada al Este no concordaba. Así que tuvo que cambiar todo el arreglo del cuarto de dibujo para que esté en armonía con la cajita. Pero entonces toda la casa quedó absurda; entonces tuvo que cambiar toda la casa. ¡Entonces el jardín quedó absurdo! Entonces él quedó extenuado. Escribió al Maestro: "¡Esta caja es peligrosa! Tendré que cambiar todo el mundo -porque si también cambio mi jardín, entonces la vecindad...". Y él era un hombre de mucha sensibilidad, por eso es que lo sintió. Si haces tu vida sobre lo momentáneo vas a estar en dificultades con la totalidad porque nunca concordará. Nunca estará armoniosa, alguna cosa u otra siempre estará mal. El todo debe ser observado antes de que hagas tu ciudad, antes de que hagas tu residencia; la totalidad tiene que ser consultada y tomada como referencia. Con la visión de la totalidad deberías crear tu vida y el patrón de tu vida; deberías vivir con la visión de la totalidad. Sólo entonces tu vida será una armonía, una melodía -de otro modo siempre estarás de alguna forma ridículo, excéntrico. Todo hombre es excéntrico. Esta palabra es hermosa: "excéntrico" quiere decir fuera del centro, en alguna forma desequilibrado, no exactamente como debería ser. ¿Por qué todo hombre es excéntrico, fuera del centro, fuera de foco, fuera de ritmo con la vida? Porque todo el mundo está tratando de hacer la vida de acuerdo al momento, y el momento no es la totalidad. El momento es un fragmento, un pequeño y trivial fragmento de la eternidad. ¿Cómo puedes armonizar con la eternidad si haces tu vida de acuerdo al momento? Por eso es que Jesús dice: Haz tu vida, crea tu vida de acuerdo a la totalidad, a lo eternal, no a lo momentáneo". "Una ciudad que es construida en una montaña alta, fortificada, no puede caer ni puede ser jamás escondida". Tu ciudad siempre se caerá, tu ciudad siempre estará en ruinas. ¡Así es! No necesitas preguntarle a Jesús, simplemente puedes observar tu vida: es una ruina; antes de que la hayas construido, ya es una ruina. Eres una ciudad en ruinas. ¿Por qué está sucediendo? Por lo momentáneo. Ten una visión de lo eternal, de lo que no pertenece al tiempo. ¿Cómo vendrá esa visión? Cuanto más alta es tu consciencia, mayor es tu visión; cuanto más baja es tu consciencia menor es tu visión. Anda y párate en la calle bajo un árbol y observa: tienes una visión -puedes ver la esquina más cercana de la calle, luego se da la vuelta y ya no puedes ver. Entonces anda, súbete al árbol y mira desde el árbol -entonces tienes un visión mayor. Luego ve en un aeroplano -entonces tendrás la visión de un pájaro, de toda la ciudad. A mayor altura mayor visión; cuanto más bajo menor es la visión. Hay peldaños en la escalera de la consciencia. Si estás en el pico de tu consciencia, mira desde ahí: la eternidad es revelada. ¿Has observado un pequeño detalle? Estás parado bajo un árbol, mira hacia el Este -no ves nada. Alguien está sentado sobre el árbol y dice: "Ahí viene una carreta". Tú dices: ¡No hay carreta! No la puedo ver -y si no la puedo ver ¿cómo puede estar ahí? La carreta está en el futuro para ti, pero para el hombre que está sentado sobre el árbol la carreta está en el presente. Así que no creas que el presente significa lo mismo para todo el mundo. Tu presente está limitado a ti, no puede ser el presente para mí; mi presente está confinado a mí, no puede ser presente para ti. Depende de la escalera de la consciencia. Para Buda todo es presente, porque no hay futuro -su visión es completa. Para Jesús todo es presente: no hay pasado porque él puede ver, no hay futuro porque él puede ver. Desde el pico más alto de la consciencia, la totalidad es visible, así que nada es pasado, nada es futuro; todo está en el aquí ahora. El futuro existe por tu visión limitada, no porque el futuro sea una necesidad en el mundo, en la existencia. Simplemente demuestra que tienes una visión estrecha: algo que sale de tu visión se vuelve pasado, aquello que todavía no ha entrado en tu visión se vuelve futuro. Pero las cosas en sí mismas están en la eternidad. El tiempo es tu invención porque vives en el valle. De ahí que todas las tradiciones en el mundo hayan estado enfatizando que cuando entras en samadhi, en éxtasis, en meditación profunda, el tiempo desaparece. ¿Qué quieren decir? Quieren decir que el pasado, el presente, el futuro, su división desaparece. La existencia es, pero sin divisiones -sin tiempo. Haz tu ciudad en lo que no pertenece al tiempo, no la hagas en lo momentáneo. De otro modo siempre será un ruina, porque el presente es fugaz y se convierte en pasado. ¿Qué quiero decir cuando digo que será una ruina antes de que siquiera la hayas construido? Porque el momento en que la construyes, ese momento ya ha pasado, y se ha ido ¡ya no está en tus manos! La tierra bajo tus pies está moviéndose continuamente. "Una ciudad que es construida en una montaña alta, fortificada...". Tal como estás, en el valle, siempre con miedo, con inseguridad, siempre en peligro... El valle está lleno de fantasmas, de sombras, de enemigos a tu alrededor, de odio. Escuché de una mosca que pasaba por un supermercado. En una vitrina se estaban exhibiendo insecticidas. Leyó un gran aviso en letras rojas que decía: "Nuevo atomizador ¡garantizado en matar moscas inmediatamente!". La mosca leyó el aviso y conforme se alejaba murmuró para sí misma: "Hay demasiado odio en el mundo!". Vives en el mundo del valle. Ahí todo está garantizado en matar -inmediatamente. Vives en el valle de la muerte -nada más se garantiza ahí, sólo la muerte se garantiza. ¿Has observado el hecho de que en la vida todo es incierto excepto la muerte? Podría ser de otra manera, pero la única certeza es que tienes la garantía de morir, eso es todo. Eso es todo lo que puede ser dicho en el valle: que morirás, por lo menos eso es cierto. Todo lo demás es incierto y accidental -puede suceder, puede no suceder. ¿Qué tipo de vida es ésta donde sólo la muerte es garantizada? Pero es así, porque en la oscuridad sólo la muerte puede existir; en la inconsciencia sólo la muerte puede existir. La inconsciencia es el camino hacia la muerte. Cada vez que quieres ser inconsciente quieres morir. Un profundo impulso a morir hay en ti, de otro modo comenzarías a ir hacia las alturas. Freud, en la última fase de su vida, tropezó con un hecho muy profundo: lo llamó "thanatos" -el deseo hacia la muerte. Toda su vida él había estado pensando en torno al "libido"- una teoría que dice que el hombre existe como un deseo de vivir; pero cuanto más penetraba en el deseo de vivir, más se volvía incierto. Cuanto más comenzaba a entender el deseo de vivir, encontró que en lo profundo, hay un deseo de morir. Fue muy difícil para Freud, porque él era un pensador lineal -unidimensional, y era un aristotélico, un lógico. Esto era muy contradictorio, que detrás del libido -las ansias de vivir, la voluntad de vivir- existe la voluntad de morir "thanatos". Se puso muy perturbado. Pero eso es lo que Buda ha estado diciendo por siempre y por siempre, eso es lo que Jesús ha estado diciendo: que tal como estás, eres tan inservible, toda tu vida es tan inútil, sólo llena de frustraciones, quisieras morir. Cuando tomas algo que te hace inconsciente, el deseo de morir está presente -porque la inconsciencia es una muerte temporal. No puedes vivir sin dormir ni siquiera por unos cuantos días, porque dormir es un tipo de muerte temporal. Lo necesitas, lo necesitas muy profundamente. Si no puedes morir todos los días por ocho horas, no serás capaz de vivir el próximo día -porque toda tu vida es tal caos, y ser no es una bienaventuranza, al contrario, no ser parece ser bienaventuranza. Así que donde sea que puedas perderte te sientes bienaventurado. Si te puedes perder en un movimiento político, si puedes llegar a ser un nazi y te puedes perder en una muchedumbre, te sientes bien porque esto es una muerte, -ya no estás presente, sólo la multitud existe. Por eso es que los dictadores triunfan -por tu deseo de morir. Aun en el siglo veinte los dictadores triunfan, porque te dan una oportunidad de morir tan fácilmente. Por eso es que las guerras han existido siempre y van a continuar existiendo, porque no estás cambiando en ninguna forma. El hombre no se está transformando a sí mismo. Las guerras existirán porque son un profundo deseo de morir. Quieres matar y quieres que te maten. La vida es tal carga que el suicidio parece ser la única solución. Si no has cometido suicidio hasta ahora, no creas que eres un amante de la vida. ¡No! Simplemente tienes miedo. No eres un amante de la vida, porque un amante de la vida siempre irá hacia las alturas -porque cuanto más alto el pico, más vida. De ahí que Jesús pueda prometer: "Ven a mí, ¡y te daré vida en abundancia!". De ahí que Jesús diga: "Soy vida, gran vida. ¡Ven a mí!". Pero ir donde Jesús es muy difícil porque tienes tantas inversiones en el valle, en los oscuros caminos de la vida, y tienes tanto temor a estar vivo. Haces muchos arreglos para no estar demasiado vivo, existes con el mínimo de vida. Existes como un autómata, todo lo conviertes en algo mecánico de tal forma que no necesites preocuparte por eso -no necesitas vivir en eso. Las guerras continuarán, la violencia continuará, y los hombres continuarán matándose entre sí. Y todo el esfuerzo ha sido en crear un mecanismo que pueda convertirse en un suicidio global, ahora lo hemos descubierto -la bomba H. ¿Para qué están trabajando los científicos continuamente, dedicando todas sus vidas en crear artefactos destructivos? Porque ese es el deseo más profundo en el hombre: morir, morir en alguna forma. Este deseo no es muy consciente porque si se vuelve consciente comenzarás a transformarte. Muchas veces afirmas: "¡Habría sido mejor si no hubiera nacido!". Se dice que un filósofo griego Philo, dijo: "La primera bienaventuranza es no haber nacido; la segunda bienaventuranza es morir tan pronto como sea posible". Y dice que sólo estas dos son las únicas bienaventuranzas. Primero no haber nacido -pero nadie es tan afortunado porque todos ya han nacido. Así que sólo la segunda está disponible, morir tan pronto como sea posible. El mismo Philo vivió hasta los noventisiete años. Alguien le preguntó: "¿Pero cómo es que no has cometido suicidio?". Así que él dijo: "He estado soportando la vida para pasar el mensaje a otros -el mensaje de que morir es la única solución". El suicidio es un instinto profundamente enraizado. Apenas sientes que algo anda mal, inmediatamente sientes el deseo de cometer suicidio, de destruirte a ti mismo. Un hombre religioso es alguien que se vuelve alerta sobre eso -que un deseo profundo por la muerte está escondido ahí. ¿Por que está ahí? Tienes que traer más luz al hecho, para que puedas ser consciente de los recovecos donde se está escondiendo la muerte carcomiéndote continuamente. No es que repentinamente muero un día -lentamente en setenta años vas muriendo. La muerte no es un fenómeno que llegue al final, comienza con el nacimiento. Entonces cada aliento y cada momento, no es nada sino simplemente una continuidad de morir, morir y morir. Se completa en setenta años porque es un proceso muy lento. Pero has estado muriendo, y en lo profundo estás esperando ser liquidado -cuanto antes mejor. No has cometido suicidio porque tienes mucho temor, miedo: ¿qué sucederá? Así que toleras la vida, no la estás disfrutando como un regalo de Dios. Simplemente la estás tolerando, simplemente la estás cargando de alguna manera, esperando el momento para cuando te puedas bajar del tren. Sucedió una vez: Thomas Edison fue invitado a una cena. Se habían reunido algunos amigos, él era un hombre de pocas palabras y siempre se perturbaba cuando había una multitud. Él era un trabajador solitario en su laboratorio; era un investigador, un hombre contemplativo; la presencia de otros siempre era una perturbación. Y había mucha gente y estaban tan ocupados en comer, en chismear, en discutir, que sintió que: "Ahora es el momento en que me puedo escapar!". Así que justo había comenzado a buscar la puerta por la cual podía escaparse -cuando fue sorprendido. El anfitrión lo sorprendió y le preguntó: "Señor Edison, ¿en qué está trabajando ahora?". Y él respondió: "¡En la salida!". Pero todos están trabajando en la salida. ¡Estate alerta sobre eso! Pero, ¿por qué no puedes disfrutar de la vida, la cual es un regalo? No la has ganado, por eso es que digo que es una gracia. La existencia te la ha dado -puedes llamarla Dios- es un simple regalo, puro regalo; no has hecho nada para lograrla, para ganarla. ¿Por qué no puedes estar bienaventurado, agradecido y gozarla? Deberías de gozarla bailando. Pero ¿cuál es el problema? Porque para disfrutar la bienaventuranza, es necesario una consciencia mayor; para sufrir la angustia, no hay necesidad de estar consciente. Para sufrir la angustia, es necesaria más oscuridad; menos consciencia es necesaria -la noche es necesaria, no el día. Pero para gozar de la bienaventuranza, más consciencia es necesaria. Así que si ves a un santo que está triste, sábelo bien que no es un santo. Porque la consciencia le dará un estado de bienaventuranza, la consciencia le dará una risa más profunda a todo su ser, la consciencia le dará algo... se volverá como niño: puede correr siguiendo una mariposa, puede disfrutar de la comida simple, puede disfrutar de las cosas comunes de la vida -tanto que todo se convierte en un regalo. Todo se vuelve una gracia de Dios y puede estar agradecido momento a momento -aun por su respiración. Puede disfrutar aun de su respiración, de su simple respiración -¡es tal bienaventuranza! Si encuentras a un santo que está triste, sábelo bien que algo anda mal... él aún vive en el valle, no ha ido al pico. De otro modo habría un brillo, una ingravidez, un goce de niño, despreocupado, sin miedo... Está fortificado en su consciencia. ¿Por qué la consciencia te fortifica? Porque cuanto más consciente te vuelves, más sabes que no puedes morir, que no hay muerte. La muerte existe sólo en los valles oscuros y si estás fortificado contra la muerte estás verdaderamente fortificado. Cuanto más consciente eres, más sabes que eres lo eterno, lo divino. En este momento no sabes quién eres. Este es el valle de la ignorancia y ahí sólo ocurre la muerte, nada más; y vives temblando, sacudiéndote de miedo. Si miras hacia adentro encontrarás sólo miedo y nada más, porque a tu alrededor sólo hay muerte, nada más. Así que esto es natural: la muerte por todas partes, el miedo adentro es una contraparte natural. Si vas a las alturas, el amor estará adentro y la eternidad en todo el rededor. No habrá miedo -no puede haber, porque tú no puedes ser destruido, eres indestructible. No hay posibilidad de tu muerte, eres inmortal. Esta es la fortificación sobre la cual habla Jesús. "Una ciudad que es construida en una montaña alta, fortificada, no puede caer ni puede ser jamás escondida". Esto es muy paradójico: en el valle constantemente caes, en la cima nunca. Esto es paradójico porque vemos caer a la gente desde arriba. En el valle ¿por qué tendría que caer uno? Uno está caminando en un terreno plano, la gente cae de las alturas -¡eso es un mito! En el mundo interno nadie cae de las alturas; una vez que la altura interna es lograda, uno nunca cae de ahí. Nada se te puede arrebatar si lo has logrado en tu interior. Afuera, tu mito es verdadero. La gente cae cada vez que está en lo alto, pero esas alturas pertenecen al valle, no son verdaderas alturas. Si tienes fama, puedes estar seguro que tarde o temprano serás difamado; si estás en el trono, tarde o temprano serás destronado. Cualquier cosa que logres en este mundo te será arrebatada. Pero en el mundo interno, cualquier cosa que logres, la logras para siempre, no te puede ser arrebatada. Lo que has conocido no puede desaparecer; una vez logrado, se vuelve parte de ti. No es algo que poseas, -se vuelve tu ser y no puedes dejar de saberlo. Una vez que sabes que eres inmortal ¿cómo puedes dejar de saberlo? No hay manera de desaprenderlo -ya lo has aprendido. Y sólo eso es el conocimiento real, el que no puede ser desaprendido. El que puede ser desaprendido es solamente memoria, no conocimiento; el que puede ser olvidado, es sólo memoria, no conocimiento. Conocimiento es aquello que nunca puedes olvidar, no hay manera de olvidarlo. Se ha vuelto tu ser, es parte de ti, tu misma existencia. No necesitas recordarlo -necesitas recordar sólo aquellas cosas que no son parte de ti. "Fortificada, una ciudad que es construida en una montaña alta no puede caer ni puede ser jamás escondida". Y no la puedes esconder. Una ciudad construida en la cima será conocida -por la eternidad será conocida, no puedes esconderla. ¿Cómo puedes esconder a un Buda? ¡Es imposible! ¿Cómo puedes esconder a un Jesús? ¡Es imposible! El fenómeno es tan tremendo, la existencia es tan penetrante que el impacto perdurará. Puedes crucificar a un Jesús pero no puedes ignorarlo. Y aquellos que lo crucificaron todavía sufren por esa crucifixión. Tan solo un hombre, el simple hijo de un carpintero fue muerto -nada de importancia. Los judíos deben haber pensado en esta forma. Nadie se preocupó: si matas al hijo de un carpintero, y lo matas de acuerdo a la ley, no hay problema. Pero los judíos han sufrido por dos mil años a causa de esa crucifixión, generación tras generación. Han permanecido crucificados, sólo por este hombre. Parece muy ilógico, y los judíos siguen diciendo: "!No hemos hecho nada!". En cierto modo tienen razón porque aquellos que lo hicieron murieron hace mucho. Pero una persona como Jesús pertenece a lo sin tiempo. En lo que respecta a Jesús, la crucifixión va a permanecer por siempre y por siempre. No está en el pasado, porque una persona como Jesús nunca está en el pasado -es un hecho de este momento: el está crucificado. Los judíos pueden pensar que: "Lo hicimos en el pasado, y aquellos que lo hicieron ya no existen. Y nosotros nunca lo hicimos -podemos pertenecer a aquellos que lo hicieron, ¡pero nosotros mismos nunca lo hicimos!". Pero la crucifixión de Jesús va a ser ahora un acto eterno. Ahora no puede ser borrado del pasado, va a estar como una herida viva; la herida va a permanecer ahí en el corazón. Y los judíos han sufrido, han sufrido demasiado, así parece, porque tan solo por un hombre millones de judíos han sido muertos en estos veinte siglos. Sólo por un hombre ¿millones de judíos? Parece injusto. Pero tú no conoces a este hombre, por eso es que parece injusto. Este hombre vale más que millones de hombres. El día en que crucificaron al hijo del carpintero estaban jugando con un inmenso fuego. Trataron de esconderlo, pero no puede ser escondido. Trataron de esconderlo: no existe ningún registro oficial en el cual Jesús haya sido crucificado. Existen registros cristianos, pero los judíos no han hecho el registro del hecho aun cuando fue crucificado. Pero no lo puedes esconder, y los judíos comenzaron a desaparecer, sufrieron, porque trataron de cerrar los ojos ante el sol. Y ésta es la desgracia de todo el asunto: que ellos dieron nacimiento a Jesús. Jesús fue judío y permaneció siendo judío hasta el último momento -nunca fue cristiano. Y los judíos habían estado esperando a este hombre por muchos miles de años. Sus profetas en el pasado les habían dicho: "Un hombre vendrá, quien los redimirá. Pronto vendrá un hombre que será su salvación". Desde los techos de las casas, por miles de años los profetas habían estado anunciando a los judíos y los judíos estaban esperando y esperando. Oraban y esperaban y esperaban -y ésta es la ironía: cuando el hombre llegó ¡lo rechazaron! Cuando el hombre llegó y tocó a sus puertas le dijeron: "¡No! Tú no eres el hombre prometido". ¿Por qué? Es fácil esperar para la mente, porque la mente puede seguir esperando, deseando, soñando. Pero cuando Dios toque a tu puerta, recuérdalo, tú también lo rechazarás. Puedes haber estado orando -pero cuando Dios toque a tu puerta ¿cuál es el problema? ¿Por qué lo rechazas? Porque solamente uno puede existir en la casa. Cuando Dios toque a tu puerta, tú tienes que desaparecer -ese es el problema. Esperando tú existes, tu ego existe. Los judíos fueron muy egocéntricos sobre el hecho de que el hombre prometido iba nacer en su raza. Ellos eran los escogidos. Dios los ha escogido y el hijo de Dios va a nacer en una familia judía -el ego se sintió muy bien. Pero cuando el hombre escogido llegó y tocó la puerta y dijo: "He venido a cumplir la promesa", ellos dijeron: "No, ¡tú no eres el hombre escogido! Y si intentas decir que tú eres ¡te mataremos!". ¿Cuál fue el problema? El problema es humano. El problema es: que si Jesús existe, entonces tú tienes que desaparecer, tú tienes que disolverte en él -tienes que entregarte. Era bueno para el ego pensar que el hombre prometido vendría a nosotros, la raza escogida del mundo, pero fue muy difícil aceptarlo cuando el hombre llegó. Mataron a Jesús, pero ni siquiera lo han registrado. Quisieron olvidar todo el asunto para poder seguir esperando de nuevo -y aún están esperando. Los judíos aún están esperando al hombre prometido. Y te lo digo, si vuelve a venir -no vendrá, porque debe haber aprendido por experiencia- si vuelve a venir, lo crucificarán de nuevo. Y han sufrido mucho sólo porque trataron de ignorar la ciudad construida en la cima. Trataron de esconder una ciudad construida en la cima, trataron de esconder el sol -trataron de esconder la verdad. Crucificaron la verdad. Pero la verdad no puede ser crucificada, no la puedes matar; es eternal, es inmortal. Y hasta ahora no se han hecho conscientes de por qué han sufrido tanto. ¡La culpa! Aún se sienten culpables en lo profundo, un judío nunca se siente sin culpa -la culpa lo sigue como una sombra. La culpa es que cuando vino el hombre prometido lo rechazaste. Y los judíos saben en lo profundo que han cometido el más grande pecado que es posible: rechazar a Dios cuando toca tu puerta. Y él no va a satisfacer tus expectativas -cuando sea que venga será un extraño. Porque si satisface tus expectativas, entonces ya no es un Dios, Dios es siempre un extraño, siempre lo desconocido tocando la puerta de lo conocido. El no puede venir en la forma de lo conocido, no es posible -permanece siempre como lo desconocido, lo misterioso. Te gustaría que venga de acuerdo a una fórmula. No, él no sigue ninguna fórmula, él no está muerto -sólo la materia muerta sigue fórmulas. La vida vive como un misterio. "Una ciudad que es construida en una montaña alta, fortificada, no puede caer ni puede ser jamás escondida". Jesús dijo: "Lo que escuches con tu oído y con el otro oído, aquello pregónalo desde los techos de las casas; porque nadie enciende una lámpara y la pone bajo un barril, ni tampoco la pone en un lugar escondido, sino que la instala en un poste para que todos los que vengan y los que vayan puedan ver su luz". Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que hayas escuchado ve y pregónalo desde los techos de las casas, para que los otros lo puedan escuchar porque... nadie enciende una lámpara y la pone bajo un barril, ni tampoco la pone en un lugar escondido...". Jesús dice: "¡Ve y da las buenas nuevas! Ve y di que lo desconocido ha entrado en lo conocido; ve y di que en el mundo de rutina ¡lo misterioso ha ingresado! Ve y di desde los techos de las casas para que la gente pueda oír, y la gente pueda venir y saber y ser beneficiada ¡no seas tímido sobre eso!". Hay un profundo problema. Es muy difícil -debe haber sido difícil para los discípulos de Jesús, siempre es así- decirle a los demás que el hijo de Dios ha venido. ¡Muy difícil! Porque la gente se reirá, dirán que te has vuelto loco. No creerán que Jesús es el Cristo -creerán que estás loco. Si dices: "Jesús es el Dios", pensarán que te has vuelto completamente loco: "Necesitas un psicoanálisis -ve y visita a un doctor, ¡toma unas medicinas, descansa y relájate!", -porque piensan que hay algo mal, ¡que algo te está fallando! Es muy difícil decirle a la gente que alguien ha llegado a realizarse. ¿Por qué? Porque cada vez que alguien llega a realizarse se vuelve una profunda herida en ti, se vuelve una llaga profunda -tú podrías haber llegado a lo mismo, pero has fallado. Surge la comparación, tu ego se siente herido: "Ese Jesús, ¿es el hijo de Dios? -¿y por qué yo no lo soy? El caso debería haber sido de otro modo. Yo era... ¿Cómo es que Jesús se ha vuelto el hijo de Dios?". Y es más fácil negarlo que tener que cambiar tu ser y volverte hijo de Dios. Es más fácil, porque no es siempre lo más fácil del mundo: no tienes que hacer nada, dices no ¡y se acabó el asunto! Si dices sí todo comienza, nada está acabado. No es siempre el fin, sí es siempre el comienzo. Si dices: "Sí, Jesús es el hijo de Dios", entonces tienes que transformar tu ser. Entonces no puedes permanecer con este sí, tienes que moverte, tienes que hacer algo. Si dices no, el problema se resuelve. Entonces cualquier cosa que seas, dondequiera que estés -en el valle, en la oscuridad, en la muerte- estás tranquilo. Jesús crea intranquilidad en ti; Buda va entre ustedes y crea intranquilidad, y nos vengamos -porque si un hombre puede alcanzar tal altura, ¿cómo es que tú has fallado? Es mejor decir que no hay altura, que nadie jamás la ha alcanzado. Entonces estás tranquilo en tu oscuridad, entonces puedes estar cómodo. Los Jesuses y los Budas son grandes tensiones porque te sacan de raíz del valle, te sacuden de tus sueños y te dicen: "¡Muévete, éste no es lugar para quedarse!". Hay un dicho de Jesús: "Este mundo es sólo un puente ¡Avanza! Este no es lugar para que hagas tu casa. Crúzalo y no te detengas en él. Nadie hace una casa en el puente". Este mundo es tan solo un puente y tú has hecho una casa en él. No te gustaría saber el hecho de que éste es un puente, porque entonces ¿qué le pasaría a todos tus esfuerzos y trabajo, y a toda tu inversión y a toda tu vida dedicada a hacer esta casa? Y ahora alguien viene, un vagabundo, y dice: "Qué estás haciendo? ¡Este es un puente!". Así que es mejor no mirar hacia abajo, al río. ¿Por qué es un puente? Porque Jesús, o la gente como Jesús, nunca usa ni una sola palabra sin un significado profundo. Es un puente porque está sobre un río, y el río es de lo momentáneo. El tiempo es sólo un río momentáneo -continúa fluyendo y fluyendo. Heráclito ha dicho: "No puedes pararte en el mismo río dos veces" -porque si vienes a pararte la segunda vez, el río ya se ha ido; es otra el agua que está fluyendo ahora, la misma agua ya no está. El río te da la apariencia de que es el mismo río, pero no existe nada como el río. Un río significa cambio -está yendo y yendo, fluyendo. ¿Por qué Jesús llama a este mundo un puente? Porque está hecho en lo temporal: el tiempo, el río del tiempo, todo fluyendo. ¡Sal de este puente! Este no es lugar para hacer una casa. Pero si alguien viene y te dice... y por cincuenta años has estado haciendo la casa y ahora está casi lista -y recuérdalo, siempre está casi lista, ¡nunca está lista! No puede estarlo, no es su naturaleza. Cuando está casi lista y justo estabas a punto de descansar de todo el esfuerzo y tensión de construir la casa, este hombre viene y te dice: "Esto está en el río", en vez de creer a este hombre y mirar hacia abajo, te gustaría decir: "¡Fuera de aquí, eres un tonto!". O si este hombre insiste, como Jesús iba insistiendo, martillando, te dará cólera. De ahí que fuera crucificado -era demasiado problema. Sócrates fue envenenado, porque todo Atenas estaba incómoda por este hombre. Él te detenía en cualquier parte, en el mercado, y te hacía preguntas incómodas y destruía tus cómodas mentiras. ¡Se volvió tal molestia! En el valle, un Buda siempre es una molestia. Creó tanta angustia y ansiedad que la gente no podía dormir, no podía hacer su trabajo bien, porque sembró dudas. Decía: "¿Qué estás haciendo? Este es un río y éste es un puente -y éste es el mercado- ¿y estás construyendo tu casa aquí? ¡Busca lo eternal, la verdad!". Se volvió tal molestia que tuvieron que envenenar a Sócrates. En el valle, eso ha estado sucediendo siempre. Si un hombre con ojos va al pueblo de los ciegos, ellos lo matarán -o si son generosos le sacarán los ojos. Pero harán algo porque ese hombre simplemente al ir ahí ¡los hace ciegos! Creían que no eran ciegos -no lo sabían- y este hombre viene y les dice: "¡Están ciegos, están locos!". Los hace conscientes de cosas sobre las que no quieren estar conscientes. Esas cosas crean ansiedad. Jesús les dice a sus discípulos: "¡Vayan y desde los techos de sus casas griten!". ¿Por qué desde los techos? Porque la gente está casi sorda, no oyen, no quieren oír. Aun cuando oyen no quieren escuchar, están en algún otro sitio. Aun cuando asienten están simplemente aburridos. Pueden tolerarla, pero nunca gozan de la verdad. Porque la verdad siempre te hará sentir incómodo, tiene que ser así -porque vives en el valle de las mentiras. Toda tu vida es tal mentira: has estado mintiendo a otros, a ti mismo, y has hecho mentira a todo tu alrededor. Y ahora alguien viene y dice la verdad. Un hombre que creía que estaba sano, pero que tenía todo tipo de enfermedades, y entonces alguien viene y le dice: "¡Qué tonteras estás hablando -estás enfermo!". Ese hombre piensa: "Este hombre es un mal presagio -me está enfermando. Estaba absolutamente bien". El ponerte alerta, el hacerte consciente de la verdad, destruye tus castillos, tus castillos de naipes. Jesús dice: "Ve y todo lo que me has escuchado decir... pregónalo desde los techos de las casas; porque nadie enciende una lámpara y la pone bajo un barril", -¡no seas tímido y no tengas miedo! La luz está ahí, ahora no la escondas- ni tampoco la pone en un lugar escondido, sino que la instala en un poste para que todos los que vengan y los que vayan puedan ver su luz". Este siempre ha sido un problema: Buda, Mahavira, Lao Tse, Jesús, Mahoma, Zoroastro, siempre tienen que insistir continuamente para que los discípulos vayan y le digan a los demás, porque la oportunidad no estará para siempre. Jesús no estará ahí en su cuerpo físico por siempre. Y si no lo puedes reconocer cuando aún está en su cuerpo físico, ¿cómo vas a ser capaz de reconocerlo cuando ya no esté? Si su presencia física no puede ser una revelación para ti, ¿cómo puede ser una revelación cuando haya desaparecido en lo universal? Sólo raramente uno llega a la iluminación, sólo raramente la oscuridad de uno desaparece. Y es un fenómeno tan raro y no va a durar por siempre -de ahí que Jesús siempre esté con prisa. Lo sabe bien. Y Jesús tuvo el tiempo más corto sobre la tierra. Murió cuando tenía treinta y tres años. Comenzó a predicar cuando tenía treinta, murió cuando tenía treinta y tres, sólo tres años. Tenía mucha prisa. Sabía qué iba a suceder, que la crucifixión iba a suceder, así que dijo: "Vayan y hagan alertas y conscientes a tanta gente como sea posible. La puerta está abierta ahora, pueden entrar a lo divino". Pero los discípulos siempre permanecieron vacilantes. Sólo cuando Jesús murió comenzaron a predicar -eso siempre sucede- porque cuando Jesús desapareció, sólo entonces se dieron cuenta de lo que había sucedido en sus vidas. Cuando Jesús está presente te acostumbras a la luz que es Jesús; cuando desaparece -entonces la oscuridad, y sientes qué luz has perdido- entonces vas pregonando desde los techos de las casas. Pero cuando Jesús estaba ahí algo era posible; ahora nada es posible. Continúas por siglos -la iglesia está haciendo eso: en todo el mundo van predicando, predicando que Jesús es la luz. Pero ahora no puede ser muy útil; la puerta ha desaparecido, ahora Jesús se ha hecho invisible. Puede ayudar, pero si no lo puedes ver cuando está visible... ¿cómo puedes verlo cuando Jesús se ha hecho invisible? Si no puedes entrar por la puerta cuando está abierta justo frente a ti, ¿cómo será posible que entres por una puerta que no es visible en absoluto? ¡Difícil! Pero los mismos discípulos se vuelven más alerta cuando la luz desaparece. Entonces comienzan a gritar y a llorar, y entonces saben. Porque sólo a través del contraste puedes llegar a saber; te haces consciente de que estabas vivo sólo cuando estás muriendo, cuando llegas al momento de la muerte, entonces te haces consciente de lo que fue la vida y cómo la has ido perdiendo. Se dice que sólo cuando la gente muere llega a darse cuenta de que ha estado viva -de otro modo no.

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