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EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LECOR / UNA HISTORIA DE ADORACIÓN


por HUGO GIOVANETTI VIOLA

un webguión seccionado en 40 episodios y escrito como base para una miniserie televisiva que producirá elMontevideano / Laboratorio de Artes

DUODÉCIMA ENTREGA

EPISODIO XII

Magdalena Pena de Mendoza se confiesa con el Vicario, Dámaso Antonio Larrañaga, antes de trasladarse a la quinta del Paso Molino. Edward Harley, invitado por Selva Primavera y Julia para asistir al baile de esponsales, pasa por su casa a recogerlas.

PRIMERA HISTORIA 1 / INT. DÍA

Magdalena se confiesa en la catedral con el Vicario Dámaso Antonio Larrañaga.

Magdalena: Necesito purificarme, padre.

Larrañaga: Hay que repetir mucho la segunda jaculatoria del rosario. Y sin caer en rutina.

Magdalena: Para mí la rutina es el crujir de dientes. Pero este verano parece que no hubieran pasado once años desde que llegaron los ingleses y vivo escuchando el ruido a huevo aplastado del cráneo de Jesusito. Sin parar. Sin parar.

Larrañaga: ¿Y no hay nada que la alivie?

Magdalena: Sí. Pero eso es lo peor.

Larrañaga: Depende de cómo sea la mirada del hombre que la alivia.

Magdalena: ¿Y usted cómo pudo ver tan rápido en mi alma?

Larrañaga: Yo ya estoy me estoy quedando sin ojos, pero después que el Señor me mandó a visitar el Cuartel General de Artigas y agradecí los cueros llenos de pulgas que nos abrigaron en Mercedes aprendí a descifrar los ruiditos que hacen las vértebras cuando hay consolación.

Magdalena: Pero esto es amor, padre.

Larrañaga: Todo lo que es abrigo es amor. Y el amor no es pecado.

SEGUNDA HISTORIA 1 / INT. DÍA

Julia le abre en persona a Edward Harley y el hombre patilludo le besa la mano con los ojos cerrados.

Harley: Todavía me parece una indiscreción que me hayáis invitado al baile de la quinta.

Julia: Mi madre es la madrina de Paloma Mendoza.

Selva Primavera (recibiéndolos en el patio y entregándole el mate a una esclava para aplaudir): Bravó, Míster librero.

Harley se aplasta los chorros de sudor de la frente con los ojos muy prensados.

Selva Primavera: ¿Os halláis indispuesto?

Harley: Es que a mí este calor seco me mata.

Julia: Mientras no se le seque la fe no estamos en apuros.

Harley: Cierto. Los que supieron transformar la desesperación en música escrutan mejor las ciénagas que los otros mortales.

Julia: Venga. Basta de lisonjas y sentaos de una vez.

Harley: No olvidéis que yo invadí Maldonado, señorita.

PRIMERA HISTORIA 2 / INT. DÍA

Magdalena: Odio a mi hija.

Larrañaga: Los celos se disfrazan de odio muy a menudo.

Magdalena: ¿No son lo mismo?

Larrañaga: No. Los perros son celosos pero jamás nos odian.

Magdalena: ¿Y qué diferencia existe entre el amor que nos abriga y el que nos arrebata?

Larrañaga: La forma en que Vuestra Merced acaba de declararlos ya está diferenciándolos con total claridad.

Magdalena: ¿Y por qué yo me siento abrigada y arrebatada al mismo tiempo, Santidad?

Larrañaga: Porque Satanás no duerme.

Magdalena: Yo no duermo del todo ni cuando me emborracho.

Larrañaga: Y es en esas duermevelas que él nos confunde. A todos.

Magdalena: ¿A usted también?

Larrañaga: A todos.

SEGUNDA HISTORIA 2 / INT. DÍA

Selva Primavera (haciéndole una seña a Julia para que le agarre un brazo a Harley y ayudándolo a sentarse entre las dos): Usted recibió órdenes de invadirnos, usía. No os culpéis.

Harley: Pero nadie jamás dio órdenes de violarlas. Y os juro que no hay quien pueda contener a una tropa de ocupación.

Julia: Eso ya lo sabemos.

Harley: En Maldonado le llegaron a hacer un orificio a la Virgen para poder saciarse.

Selva Primavera: Le traigo un poco de agua.

Harley: No puedo respirar.

Julia: Deme la mano.

Harley (arrancándose el frac y la chupa y la camisa y saltando como un gorrión): Me muero.

Julia (grita): Deme la mano. Y os advierto que si se muere lo mato yo después.

Harley (recogiendo la ropa): Mil perdones. Ya pasé esta vergüenza varias veces.

Selva Primavera: Y va a seguirla pasando toda la vida, Míster. Menos cuando se muera de verdad.

PRIMERA HISTORIA 3 / INT. DÍA

Magdalena: Pero sigo sin entender cuál es la diferencia entre el abrigo y el arrebatamiento. ¿A usted le pasa?

Larrañaga: Claro.

Magdalena: ¿Con las mujeres?

Larrañaga: Claro.

Magdalena: Quién lo hubiese pensado.

Larrañaga: A la gente no le gusta hablar de la verdad.

Magdalena: ¿Y por qué la verdad puede parecerse tanto al pecado?

Larrañaga: La adoración va más allá del bien y el mal. Ve más. El problema es cuando dos se adoran al mismo tiempo.

Magdalena: Eso es lo que le pasa a Paloma con el mismo hombre al que yo adoro.

Larrañaga: Y por eso Vuestra Merced siente que odia a Paloma.

Magdalena: Pero también le pasa con mi marido, desde que era una cría.

Larrañaga: Es algo muy común.

SEGUNDA HISTORIA 3 / INT. DÍA

Harley: Y pensar que ayer me desperté enamorado del dolor y me sentí feliz por primera vez en cuarenta y ocho años.

Julia: Y ahora tiene que tener fe en que va a volver a sentirse feliz en cualquier momento. Es ley.

Harley: Me transfiguré tanto que decidí afeitarme en la plaza. Nunca había necesitado adorar a cielo abierto. Y cuando la vi pasar a usted por la vereda me di cuenta que la Providencia me regalaba la visión del lucero de mi alma.

Selva Primavera: ¿Los dejo solos?

Harley: No. Pero podría ofrecerme un matecito dulce.

Selva Primavera: ¿Todavía no le llegó el Emilio disfrazado?

Harley: Sí. Y tenía razón Mariano Moreno cuando dijo en que en materia de religión el famoso Jean-Jacques Rousseau deliraba. A pesar de que el mismo Moreno lo mandó traducir, aunque no toda la obra. Porque la Profesión de fe de un vicario saboyano es más peligrosa que todo Voltaire junto.

Selva Primavera: ¿Y de Sade no llegó nada nuevo?

Harley: Sí. La filosofía en el tocador. Y terminé quemándola en el hornillo y demoró dos horas en consumirse y superó a la podre de los perros deslenguados que habían quedado enfrente.

Julia: ¿Volvió a arreciar la Inquisición?

PRIMERA HISTORIA 4 / INT. DÍA

Magdalena: ¿Entonces es común ver a la divinidad?

Larrañaga: Pero no en los altares.

Magdalena: ¿Cómo que no?

Larrañaga: Yo cato más a la divinidad en las flores y en los insectos que en cualquier catedral o santuario o altar. Por eso estudio con tanta avidez a la madre naturaleza. Es como ver un trono vacío pero que brilla más que si estuviera Dios. A ese fenómeno se le llamó el deslumbramiento hetimasíaco hace ya muchos siglos. Y sin que haya pizca de panteísmo.

Magdalena: ¿Y qué piensa de Artigas?

Larrañaga: Que ve a Dios en las tierras ubérrimas de humanidad. Pero el egoísmo es ciego. Van a demorar siglos en comprender a ese hombre. Es un santo, señora. Y a los santos no les importa nada más que sembrar las primicias del reino. Dios no elige a los capacitados sino que capacita a los elegidos.

Magdalena: ¿Y por qué su Excelencia recibió al invasor bajo palio?

Larrañaga: Eso lo ordenó el Cabildo. Ellos odian a Artigas. Yo fundé la biblioteca del Fuerte con el mayor júbilo del mundo.

Magdalena: ¿Y por qué yo soy tan mala?

Larrañaga: Porque quiere, señora.

SEGUNDA HISTORIA 4 / INT. DÍA

Harley
: Yo sería capaz de volver a inventar las tristísimas hogueras de la Inquisición para prohibir que circulen obras como La filosofía en el tocador del Marqués de Sade. ¿Ve? Ya volví a sudar.

Selva Primavera: ¿Pero será que ese hombre tocó el fondo del mal?

Harley: El mal no tiene fondo. Y es muy fácil pensar que ese hombre estaba enfermo. Pero estaba más que enfermo.

Julia: ¿Y en qué creía?

Harley: Nada más que en el placer que termina en el crimen. El soldado que le hizo el orificio a la Virgen de San Fernando para refocilarse era un hombre como Sade.

Selva Primavera: Una bestia.

Harley: No, señora. Las bestias cazan para comer.

Julia: Pero la humanidad no va a seguir ese camino.

Harley: ¿Qué? Es el que está siguiendo. Y veremos cataclismos provocados por la perversidad mucho peores que cualquier terremoto. Os lo aseguro.

Selva Primavera: Yo no soy tan pesimista.

Harley: Yo creo que el mismísimo Jesucristo nunca pasó de ser un optimista trágico

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