una blognovela de
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
HUGO GIOVANETTI VIOLA
adaptada para el cine por
ÁLVARO MOURE CLOUZET
73 / FRONTIÑÁN
Se enciende la parte derecha del escenario y Alma y Micaela se sientan a la mesa junto con Francisco y Begoña.
Francisco: Otra suculenta cena surtida por la pulpería del campamento portugo. Si fuera por el nuevo orden artigueño ya nos hubiésemos vuelto tasajo con patas o cazadores de avestruces para guisar con saltamontes y avispas en almíbar.
Se enciende la parte derecha del escenario y Alma y Micaela se sientan a la mesa junto con Francisco y Begoña.
Francisco: Otra suculenta cena surtida por la pulpería del campamento portugo. Si fuera por el nuevo orden artigueño ya nos hubiésemos vuelto tasajo con patas o cazadores de avestruces para guisar con saltamontes y avispas en almíbar.
Ca: y bautizaríamos charrúas para que se salvaran de nuestro crujir de muelas. ¿Qué me contáis del barril de cognac Frontiñán a cinco pesos con tres reales, ña Begoña?
Begoña vuelve a llenarse la copa sin contestarle.
Francisco: Y qué tertulias chuscas que nos damos desde que el Protector de los pueblos idólatras llenó todo de sangre. Pardiez: bastó que su Majestad el blandengue nos ordenara ser libres para que termináramos despilfarrando la galanura y el comercio y la paz. Y a brindar por los corsarios cimarrones de nuestro Pepe Botella, que desvalijan a los embajadores del progreso hablando en jacobino.
Micaela: Nuestro Señor Jesucristo también nos ordenó ser libres, padre.
Begoña: Y morar en la purificación.
Francisco: Pues para eso recibimos a Lecor bajo palio, señoras. Para crucificar a los falsos mesías que adornan los escudos del País con vinchas de charrúas piojosos.
Begoña hace fondo blanco y se vuelve a llenar la copa.
Francisco (dedicándole una reverencia burlona a Alma): Y ahora que ya no damos más tertulias porque Maldonado es una tumba de médanos y todavía te apetece escaparte con los Caribes del Sur yo te voy a ordenar que bailes, mandinguita. Un pericón. Hala, haz por escucharlo que te quedarás esclava mientras los realistas sigamos siendo los dueños de la decencia.
Alma se levanta y sube la cabeza con los ojos cerrados hasta que empieza a soñar el Pericón de José Pierri Sapere.
Micaela: Una tertulia no es una toraida, padre. Dejadla en paz.
Begoña: Esta casa está muerta.
Francisco (grita): Oxte, locas. Y que la yegua madrina baile ya o se la vendo al Mayor de las tropas de Gorriti y antes traigo a la infantería lusitana para que la embanderillen. Y que baile con los colmillos en flor, como si se los estuviera ofreciendo a los Borbones y a los Braganza juntos.
Alma baila el pericón tratando de sonreír y Francisco la va rodeando con ojos enamorados, mientras Begoña vuelve a hacer fondo blanco.
Begoña (arrastrando la lengua): ¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será / cuando yo diga de vero: vivo ya porque no muero?
Francisco: Y pensar que la teología asegura que las bichas no tienen alma. Me voy a emborrachar a la pulpería de los guardianes de los derechos hispanos.
Alma: ¿Lo espero con el agua de jazmines, señor?
Francisco: No. Contemplad la nieve con ña Begoña, que hoy tiene mucho Frontiñán para soñar otra invasión británica.
74 / RENUNCIAR
-Y mirá que no es que odie de verdad a Santa Teresa -machacó el Rey al otro día, cicatrizando bocabajo del aquelarre místico. -Y mucho menos a Onetti.
-Me imagino. Te sabés de memoria los pedazos de los libros lo mismo que el León y Juana y Lucía. Y la negra se los debe saber, también. Son como tragas en un liceo de giles donde nadie les pone nota.
-Eso lo saqué del blog, enfermo. Todavía me puedo memorizar una canción en media hora.
-Y yo hoy tengo un milagro pipicucú para que os refociléis antes de la lectura -se frotó las tetillas casi emocionado el gnomo. -Ayer llegué temprano al ensayo y me tiré a sestear en la cucheta de Zen y de golpe oigo a Juana que viene hablando por teléfono y se para en el corredor y suelta al gato.
-La dama de los coágulos.
-Y fue justo en ese momento que se animó a largarle al novio lo de la baraja luminosa que le repartió la vida cuando Leonardo renunció a firmar con Maldito y ella se decidió a escribir sobre Ana Gasquén.
-El alma cimarrona.
-Y ahí parece que el tipo le preguntó si estaba muy fumada y la mina levantó presión como la Julianne Moore en Freedomland y se las cantó todas. ¿Mucho porro? ¿Y qué tiene que ver? ¿Vos te creés que te podés enamorar del reino por un porrito de mierda? La cosa es ser libre, Seba. ¿O nunca oíste hablar de Artigas? No, soberbia un carajo. Los que se sienten dueños de la verdad y de las Casas Blancas y las cumbres son otros. Nosotros les queremos mostrar las estrellas a los que se están muriendo de hambre y de miedo, loco. Y mirá que te llamé porque al final no pienso acompañarte a Buzios a filmar turistas con burbujitas y a hablar del Evangelio de Judas con los que creen en la nada. Chau. Y eso no quiere decir que no te quiera, además. Lloro lo que se me canta. Igual no vas a creerme y vas a seguir odiando a Leonardo Regusci y a Zen y a la banda y al Laboratorio y a San Juan de la Cruz y al cabezazo que le encajó Zidane al diablo. Porque vos elegiste ser del mundo, loco. Te molesta mi amor. Te molesta mi amor. Te molesta mi amor.
-Pobrecita. Lástima que también me tenga que odiar a mí.
-No te pongas marica.
-Hace tiempo que elegí ser un marica en lugar de un Federico. ¿Sabés que me gustaría conocer a Ojos de Plata? Porque esa debe ser la única apóstol de laTorre capaz de no despreciarme la lepra.
-Bueno, esperá porque todavía me falta contarte lo increíble -se le pusieron las tetillas más radiantes que coloradas a Franco. -¿Vos podrás creer que recién después que Juana apagó el celu me di cuenta que el gato me había estado chupando leche invisible durante toda la conversación y yo lo acariciaba, nomás?
-Y cómo te sentiste.
-Como si me quisieran.
75 / CANÍBALES
Salen Francisco y Micaela mientras se apaga la parte derecha del escenario y se ilumina la reja. Alma coloca el botellón mediado y dos copas en el banquito y se sienta en el sillón. Begoña avanza con inseguridad de velero hasta dejarse caer en la mecedora.
Begoña (después que Alma llena una copa y se la alcanza): Salud, azúcar moreno. Por su majestad la nieve y los esclavos que nos disfrazamos de libres.
Alma (sirviéndose): Hoy brindo con un dedito.
Begoña (alargando la copa hacia la ventana): Cata la diferencia entre llevar un pericón atrancado en el buche y esa Torre del Vigía en el coño. Para siempre.
Alma: Para siempre ni el diablo.
Begoña (carcajeando histéricamente): Ayer soñé que era la reina de las nieves y que un bufón más feo que el diablo escribía un romance sobre mí.
Alma: Y que ladren los que ladran, como le place decir a mi novio.
Begoña: Cuando invadieron los ingleses había una pulpería frente al Marco. Y venía siempre una garza rosada a custodiar a la patro. La patro era tan santa que de camino a misa las palomas se le paraban en el sombrero y en los hombros.
Alma: ¿Y nunca la cagaban?
Begoña: Ni de coña, mujer. Y en la armada de los herejes había tres oficiales católicos: dos escoceses y un irlandés. Y apenas vieron el ángel rosado haciendo guardia en el Marco entendieron que la pulpera era la santa del pueblo y repelús.
Alma: ¿La arrearon pa putón?
Begoña: Qué va, chicharroncito. Ella había quedado boba después que la violaron y los diablos engrillaron al pulpero y al Mozo y le trozaron los dedos de los pies a la patro pa cocinarse un caldo.
Alma: ¿Cómo así?
Begoña: ¿Cómo qué? Que en lugar de trozarla pa reliquia se cocinaron un elixir pa la juventud eterna. El Espíritu Santo es eterno. ¿O estás tonta? ¿Yo borracha y tú tonta? Cómo vuela la nieve.
Alma: Vale Dios.
Begoña: Vale todo. Y la gente se come a la gente tan campante y nadie dice mu. Los esclavos disfrazados de libres sabemos de qué va eso.
Alma: Usted tendría que bailar una noche conmigo antes de que me vaya. Pero en la pura luna.
Begoña: Yo tengo los pies muertos.
Alma: Eso se le remedia.
Begoña: Con Frontiñán ves nieve. Pero Dios ya no vuela.
Alma: Yo oigo los pericones y los valsecitos. Y si nos escapamos a puro estrellerío le volverían las alas de los pies.
Begoña: Y al pobre Pepe Artigas habría que devolverle los cielos que soñó cuando se despatarraba a fumar en lo alto de la torre. Un blandengue quijotesco.
Alma: Quijotesca su madrina.
76 / ELOGIOS
Federica les invadió la barbacoa para dejarle una invitación de En trozos al Rey y aceptó brindar con un General Traicionado:
-Tuve dos opiniones entusiasmadísimas sobre el multimedia, Franco.
-En el blog hay muchas más.
-Pero eso es resaquita. Con una nota a doble página los haría ganar un Pingüino de Oro y llenar todo el año La casona de San Telmo. ¿Cómo van tus fiestas, divino?
-Esperándola, marquesa.
-Dicen que las hacés con caretas y orgías, estilo Kubrick.
-Obviamente -se le alquitranó la placidez al hombre con vocación teresiana. -Aunque espero que no haya muertes súbitas.
-Me contó Maldito Rodríguez que en Cannes o en Saint-Tropez oyó hablar de una apuesta que le ganó un porteño a un francés llevándole a tocar tres bolivianos desnudos y muertos de hambre a una fiesta donde todo el mundo estaba vestido.
-¿Sin avisarles a los indios?
-Claro.
-Tenía que ser porteño.
-¿Y los tipos tocaron? -se desorbitó el gnomo. -¿Después que se dieron cuenta de la joda tocaron igual?
-Tenían hambre. ¿Y cómo les está yendo con el alma cimarrona? No pregunto por las fiestitas porque veo que ya hubo juego muy brusco.
-Morite, Federica.
-Merci bien.
-Es un elogio, estúpida. Porque vos ya naciste masacrada.
-En qué sentido.
-Para tratar de saber eso hay que pagarle mucho a un psiquiatra. Y ellos te venden versos pero casi nunca entienden cómo te masacraron en la primera celda.
-Peor es que se te caiga el alma por el aujerito del culo.
-Yo por lo menos escribí unas cuantas canciones que le chantaron la tristeza a los pibes. Y tus videos son freezer.
-Ta. Me voy a la mierda.
-No te desanimes, flaca. Sos ideal para En trozos.
Entonces la productora se sirvió otra copa y le hizo una guiñada a Franco recuperando una incandescencia parecida a la fe:
-¿A vos también te parece que soy carne de plató, gramillero?
-Para mí sos la máxima paella que puede imaginarse la lengua de un lubolo.
-¿Más que la Culo de Ballena?
-Pero por favor, reina. ¿Qué tiene que ver lo tuyo con una olla popular?
-Y sin embargo el espectáculo de Ana Gasquén está escrito para que actúe la Culo de Ballena -hizo coincidir un pedorreo almorránico con otro trompudo Johnny. -¿Te molesta, mi amor?
Begoña vuelve a llenarse la copa sin contestarle.
Francisco: Y qué tertulias chuscas que nos damos desde que el Protector de los pueblos idólatras llenó todo de sangre. Pardiez: bastó que su Majestad el blandengue nos ordenara ser libres para que termináramos despilfarrando la galanura y el comercio y la paz. Y a brindar por los corsarios cimarrones de nuestro Pepe Botella, que desvalijan a los embajadores del progreso hablando en jacobino.
Micaela: Nuestro Señor Jesucristo también nos ordenó ser libres, padre.
Begoña: Y morar en la purificación.
Francisco: Pues para eso recibimos a Lecor bajo palio, señoras. Para crucificar a los falsos mesías que adornan los escudos del País con vinchas de charrúas piojosos.
Begoña hace fondo blanco y se vuelve a llenar la copa.
Francisco (dedicándole una reverencia burlona a Alma): Y ahora que ya no damos más tertulias porque Maldonado es una tumba de médanos y todavía te apetece escaparte con los Caribes del Sur yo te voy a ordenar que bailes, mandinguita. Un pericón. Hala, haz por escucharlo que te quedarás esclava mientras los realistas sigamos siendo los dueños de la decencia.
Alma se levanta y sube la cabeza con los ojos cerrados hasta que empieza a soñar el Pericón de José Pierri Sapere.
Micaela: Una tertulia no es una toraida, padre. Dejadla en paz.
Begoña: Esta casa está muerta.
Francisco (grita): Oxte, locas. Y que la yegua madrina baile ya o se la vendo al Mayor de las tropas de Gorriti y antes traigo a la infantería lusitana para que la embanderillen. Y que baile con los colmillos en flor, como si se los estuviera ofreciendo a los Borbones y a los Braganza juntos.
Alma baila el pericón tratando de sonreír y Francisco la va rodeando con ojos enamorados, mientras Begoña vuelve a hacer fondo blanco.
Begoña (arrastrando la lengua): ¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será / cuando yo diga de vero: vivo ya porque no muero?
Francisco: Y pensar que la teología asegura que las bichas no tienen alma. Me voy a emborrachar a la pulpería de los guardianes de los derechos hispanos.
Alma: ¿Lo espero con el agua de jazmines, señor?
Francisco: No. Contemplad la nieve con ña Begoña, que hoy tiene mucho Frontiñán para soñar otra invasión británica.
74 / RENUNCIAR
-Y mirá que no es que odie de verdad a Santa Teresa -machacó el Rey al otro día, cicatrizando bocabajo del aquelarre místico. -Y mucho menos a Onetti.
-Me imagino. Te sabés de memoria los pedazos de los libros lo mismo que el León y Juana y Lucía. Y la negra se los debe saber, también. Son como tragas en un liceo de giles donde nadie les pone nota.
-Eso lo saqué del blog, enfermo. Todavía me puedo memorizar una canción en media hora.
-Y yo hoy tengo un milagro pipicucú para que os refociléis antes de la lectura -se frotó las tetillas casi emocionado el gnomo. -Ayer llegué temprano al ensayo y me tiré a sestear en la cucheta de Zen y de golpe oigo a Juana que viene hablando por teléfono y se para en el corredor y suelta al gato.
-La dama de los coágulos.
-Y fue justo en ese momento que se animó a largarle al novio lo de la baraja luminosa que le repartió la vida cuando Leonardo renunció a firmar con Maldito y ella se decidió a escribir sobre Ana Gasquén.
-El alma cimarrona.
-Y ahí parece que el tipo le preguntó si estaba muy fumada y la mina levantó presión como la Julianne Moore en Freedomland y se las cantó todas. ¿Mucho porro? ¿Y qué tiene que ver? ¿Vos te creés que te podés enamorar del reino por un porrito de mierda? La cosa es ser libre, Seba. ¿O nunca oíste hablar de Artigas? No, soberbia un carajo. Los que se sienten dueños de la verdad y de las Casas Blancas y las cumbres son otros. Nosotros les queremos mostrar las estrellas a los que se están muriendo de hambre y de miedo, loco. Y mirá que te llamé porque al final no pienso acompañarte a Buzios a filmar turistas con burbujitas y a hablar del Evangelio de Judas con los que creen en la nada. Chau. Y eso no quiere decir que no te quiera, además. Lloro lo que se me canta. Igual no vas a creerme y vas a seguir odiando a Leonardo Regusci y a Zen y a la banda y al Laboratorio y a San Juan de la Cruz y al cabezazo que le encajó Zidane al diablo. Porque vos elegiste ser del mundo, loco. Te molesta mi amor. Te molesta mi amor. Te molesta mi amor.
-Pobrecita. Lástima que también me tenga que odiar a mí.
-No te pongas marica.
-Hace tiempo que elegí ser un marica en lugar de un Federico. ¿Sabés que me gustaría conocer a Ojos de Plata? Porque esa debe ser la única apóstol de laTorre capaz de no despreciarme la lepra.
-Bueno, esperá porque todavía me falta contarte lo increíble -se le pusieron las tetillas más radiantes que coloradas a Franco. -¿Vos podrás creer que recién después que Juana apagó el celu me di cuenta que el gato me había estado chupando leche invisible durante toda la conversación y yo lo acariciaba, nomás?
-Y cómo te sentiste.
-Como si me quisieran.
75 / CANÍBALES
Salen Francisco y Micaela mientras se apaga la parte derecha del escenario y se ilumina la reja. Alma coloca el botellón mediado y dos copas en el banquito y se sienta en el sillón. Begoña avanza con inseguridad de velero hasta dejarse caer en la mecedora.
Begoña (después que Alma llena una copa y se la alcanza): Salud, azúcar moreno. Por su majestad la nieve y los esclavos que nos disfrazamos de libres.
Alma (sirviéndose): Hoy brindo con un dedito.
Begoña (alargando la copa hacia la ventana): Cata la diferencia entre llevar un pericón atrancado en el buche y esa Torre del Vigía en el coño. Para siempre.
Alma: Para siempre ni el diablo.
Begoña (carcajeando histéricamente): Ayer soñé que era la reina de las nieves y que un bufón más feo que el diablo escribía un romance sobre mí.
Alma: Y que ladren los que ladran, como le place decir a mi novio.
Begoña: Cuando invadieron los ingleses había una pulpería frente al Marco. Y venía siempre una garza rosada a custodiar a la patro. La patro era tan santa que de camino a misa las palomas se le paraban en el sombrero y en los hombros.
Alma: ¿Y nunca la cagaban?
Begoña: Ni de coña, mujer. Y en la armada de los herejes había tres oficiales católicos: dos escoceses y un irlandés. Y apenas vieron el ángel rosado haciendo guardia en el Marco entendieron que la pulpera era la santa del pueblo y repelús.
Alma: ¿La arrearon pa putón?
Begoña: Qué va, chicharroncito. Ella había quedado boba después que la violaron y los diablos engrillaron al pulpero y al Mozo y le trozaron los dedos de los pies a la patro pa cocinarse un caldo.
Alma: ¿Cómo así?
Begoña: ¿Cómo qué? Que en lugar de trozarla pa reliquia se cocinaron un elixir pa la juventud eterna. El Espíritu Santo es eterno. ¿O estás tonta? ¿Yo borracha y tú tonta? Cómo vuela la nieve.
Alma: Vale Dios.
Begoña: Vale todo. Y la gente se come a la gente tan campante y nadie dice mu. Los esclavos disfrazados de libres sabemos de qué va eso.
Alma: Usted tendría que bailar una noche conmigo antes de que me vaya. Pero en la pura luna.
Begoña: Yo tengo los pies muertos.
Alma: Eso se le remedia.
Begoña: Con Frontiñán ves nieve. Pero Dios ya no vuela.
Alma: Yo oigo los pericones y los valsecitos. Y si nos escapamos a puro estrellerío le volverían las alas de los pies.
Begoña: Y al pobre Pepe Artigas habría que devolverle los cielos que soñó cuando se despatarraba a fumar en lo alto de la torre. Un blandengue quijotesco.
Alma: Quijotesca su madrina.
76 / ELOGIOS
Federica les invadió la barbacoa para dejarle una invitación de En trozos al Rey y aceptó brindar con un General Traicionado:
-Tuve dos opiniones entusiasmadísimas sobre el multimedia, Franco.
-En el blog hay muchas más.
-Pero eso es resaquita. Con una nota a doble página los haría ganar un Pingüino de Oro y llenar todo el año La casona de San Telmo. ¿Cómo van tus fiestas, divino?
-Esperándola, marquesa.
-Dicen que las hacés con caretas y orgías, estilo Kubrick.
-Obviamente -se le alquitranó la placidez al hombre con vocación teresiana. -Aunque espero que no haya muertes súbitas.
-Me contó Maldito Rodríguez que en Cannes o en Saint-Tropez oyó hablar de una apuesta que le ganó un porteño a un francés llevándole a tocar tres bolivianos desnudos y muertos de hambre a una fiesta donde todo el mundo estaba vestido.
-¿Sin avisarles a los indios?
-Claro.
-Tenía que ser porteño.
-¿Y los tipos tocaron? -se desorbitó el gnomo. -¿Después que se dieron cuenta de la joda tocaron igual?
-Tenían hambre. ¿Y cómo les está yendo con el alma cimarrona? No pregunto por las fiestitas porque veo que ya hubo juego muy brusco.
-Morite, Federica.
-Merci bien.
-Es un elogio, estúpida. Porque vos ya naciste masacrada.
-En qué sentido.
-Para tratar de saber eso hay que pagarle mucho a un psiquiatra. Y ellos te venden versos pero casi nunca entienden cómo te masacraron en la primera celda.
-Peor es que se te caiga el alma por el aujerito del culo.
-Yo por lo menos escribí unas cuantas canciones que le chantaron la tristeza a los pibes. Y tus videos son freezer.
-Ta. Me voy a la mierda.
-No te desanimes, flaca. Sos ideal para En trozos.
Entonces la productora se sirvió otra copa y le hizo una guiñada a Franco recuperando una incandescencia parecida a la fe:
-¿A vos también te parece que soy carne de plató, gramillero?
-Para mí sos la máxima paella que puede imaginarse la lengua de un lubolo.
-¿Más que la Culo de Ballena?
-Pero por favor, reina. ¿Qué tiene que ver lo tuyo con una olla popular?
-Y sin embargo el espectáculo de Ana Gasquén está escrito para que actúe la Culo de Ballena -hizo coincidir un pedorreo almorránico con otro trompudo Johnny. -¿Te molesta, mi amor?
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