En el marco de unas vacaciones de invierno semiparalizadas por el escalofrío de una pandemia global, dos porfiados y luminosos ámbitos instalados por la siempre sacrificada infraestructura cultural uruguaya nos permitieron estrenar el short-cut que inaugura nuestra saga esteña.
El 2do FESTIVAL DE CINE DEL MAR
Con profundo agradecimiento a las autoridades nacionales y departamentales que hacen posible este proyecto -señala en el catálogo del evento su Director General, Fernando Luis Goldsman- y con un puñado de empresarios privados que nos respaldan, lanzamos en Punta del Este la Segunda Edición del festival Cine del Mar. Tenemos la convicción de estar realizando un generoso aporte, que, seguramente, progresará y se hará muy grande, sirviendo de pilar para tiempos venideros. Nuestra intención desde la primera edición ha sido promover el cine de Uruguay; tan rico en sentimiento, valores y folklore de un pueblo grandioso. En esta oportunidad las autoridades del Hotel Conrad se han sensibilizado con la muestra y apoyan con los medios materiales, para poder exhibir los films seleccionados, talleres y conferencias que tendrán lugar oportunamente. Si bien la propuesta buscar reunir especialmente realizaciones con temática y locaciones marítimas, la muestra no se restringe a esto, sino que abre su espectro a otras vertientes del cine nacional y regional. También en esta oportunidad, estamos instalando un premio a la mejor realización que se filme en Punta del Este y tanto el jurado elegido como los integrantes del staff de la producción, estamos entusiasmado con la propuesta.
Entre el 8 y el 12 de julio fueron exhibidos en el hotel Conrad 13.500 antes de la invasión de Nelson Caula, la antología ecológica De ver verde, El niño pez de Lucía Puenzo, Haroldo Conti, Homo Viator de Miguel Mato, Joya de Gabriel Bossio, Gigantes de Valdés de Alex Torssemberger, el documental Laetitia la princesa gaucha filmado para la televisión francesa, La batalla del Río de la Plata de Michael Powell y Emeric Pressburger, La zona de Rodrigo Plá, Matar a todos de Esteban Schroeder, Pasto de Martín Presente y Valentín Macedo, Perejiles de Federico González, Sangre del Pacífico de Boy Olmi, así como una selección de cortos de Walter Tournier y el short-cut Esto lo aprendí de Onetti de Álvaro Moure Clouzet.
LA FUNDACIÓN ESPÍNOLA GÓMEZ
(Ximena Oyanedel, Hugo Giovanetti Viola, Alvaro Moure Clouzet)
Finalmente, el lunes 13 de julio, en el hermoso local que albergará en muy poco tiempo las obras donadas al Estado por Manuel Espínola Gómez -uno de nuestros juglares plásticos de primer nivel mundial- también pudimos estrenar Esto lo aprendí de Onetti, gracias al apoyo técnico que nos ofreció el Ministerio de Cultura.
En el subsuelo del futuro museo ya funciona una puesta teatral, y la intención de los principales propulsores de la Fundación, la tapicista Magalí Sánchez, el plástico Jorge Soto y la cineasta Ximena Oyanedel, es ir fundando desde ya un espacio plurilingüístico que reme en contra de la corriente negra del consumismo salvaje.
En 1980, al realizarse una célebre retrospectiva en Galería Latina que se constituyó en un cachetazo simbólico a la dictadura, Manolo declaró a la prensa que este tipo de conjunciones celebratorias y difusorias de la investigatividad simbólica, “caldean una vida”.
Y Onetti siempre nos recordaba que la literatura había que parirla “robándole horas al sueño y al amor”.
Damos gracias a Dios y a todos los que nos permitieron homenajear, tanto en Punta del Este como en Montevideo, a dos de nuestros máximos capitanes del vuelo nacidos en julio de 1909 y 1921, respectivamente. Porque las granizadas virósicas no saben lo que hacen pero la heroicidad cultural sí: preserva el pan del cielo.
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