La Nena buscaba un pulso donde nacer de nuevo. Casi huérfana en el pozo de una época equivocada andaba atenta a cualquier sapo que se le pareciera. Alguien manejó bien las cosas y la adoptó un grupo de semejantes -pero maestros- que la alimentó para siempre con un poco de buen arte.
En aquellos meses de recién nacida, la bestia que incineraba el lomito de mis sueños todavía andaba suelta y me llevó mucho tiempo encontrarla en el espejo. Casi tanto como atraparla y domesticarla. Ahora me ataca sólo bajo mi control y estoy queriendo enseñarle a escribir.
Apenas me alcanzaban las manos para escurrir un verso, pero mi mundo ya era poesía cuando entré en ElMontevideano. Hoy sólo voy a contar que en nuestra Torre de los Panoramas -que se convertía en un boliche homosexual por las noches y hacía de burdel en la película de Jesús- fue donde me empezaron a crecer las alas. Alas que pegan estirones a destiempo, pero que no han parado nunca de crecer.
Me gustaría poder despedirme bien hasta la próxima vez que logre exprimir alguna línea, pero el alma que me viste hoy no guarda finales en su bolsillo.
1 comentario:
Esta su alma tan presa de su seducción que la nena lo dejó vacío/a?
Leyendo el espacio rutinariamente, creo que tiene el conocimiento necesario que le permitiría no caer en el fondo de ese bolsillo que menciona.
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