jueves

ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (97) - HÉCTOR GARBARINO

 

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996               

1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

 

Discusión (10)

 

H.G.: Es cierto, Mercedes, tu has traído algo importante, y es todo el aporte de la física contemporánea, las manifestaciones de Prigogine de que nuestra energía es energía cósmica, los psicoanalistas no queremos saber nada. Yo creo justamente que las energías narcisistas del Ser de las que hablamos, en sus orígenes, son energías cósmicas que se nercisizan cuando se hacen humanas. Por eso me parece muy bueno ese aporte, que no se había hablado hasta ahora. El hecho que tenga una conciencia moral, que esté trayéndole culpa, me parece que no es un obstáculo para pensarlo, él tenía también sus aspectos neuróticos, por eso es que se parece bastante a una neurosis sin serlo, estrictamente. En cuanto a la cura, es un problema difícil, lo que ha logrado Raquel me parece muy importante, que se aliviara el sufrimiento de ese hombre, al hacer más comprensible lo que lo unía a su amante. En cuanto al superyó también actúa, pero no es sólo él, el paciente tiene su narcisismo yoico y su narcisismo del Ser también, una cosa no quita a la otra.

 

Carmen Medicci: Un agradecimiento a los dos, porque evidentemente esto suscita muchas discusiones, quedando muchas de ellas pendientes. Esto me recuerda además las primeras experiencias cuando usted hizo sus primeras presentaciones del Ser en la psicosis, que promovió muchas dudas, y creo que al igual al hablar del Ser en la neurosis también nos va a dejar con muchas dudas que hoy comenzamos a dialogar. Esto como ustedes bien dijeron, es un inicio, no es común que los pacientes puedan traer esto, es como un inicio de un proceso de investigación que hoy con valentía se animaron a traer. Creo que lo que nos pasa en la discusión se asemeja en algo a lo que dice el paciente, en la página nueve: “pensaba en la teología de los estados incompletos, ninguna de mis dos vidas me complace, por eso mantengo las dos”. Escuchando al paciente, nos estamos escuchando a nosotros mismos. Hay momentos que nos acercamos a estados que como no podemos explicarlos desde la palabra, tenemos vivencias, emociones o sensaciones, pero nos falta el criterio de la razón, es como que sabemos que están, pero la dificultad en poder encontrarse palabras nos hace inclusive dudar de lo que está. Estamos como intentando el mismo ejercicio que él. En esa línea yo me pregunto, y acá es un punto para pensarlo, incluso hay un deslizamiento en el trabajo cuando ustedes dicen que hay cosas que trascienden al individuo o al paciente: ¿por qué pensar que lo que el paciente trae lo trasciende como individuo, si en definitiva son aspectos de él? Yo no veo que lo estén trascendiendo a él, son otros aspectos de él en una estancia primerísima, pero que forman parte de su historización, no lo entiendo que quede afuera, queda adentro, pero de un adentro que todavía nos falta ponerle más palabras. Ese es un punto para tratar de entender, porque me llamó la atención cómo ustedes manejan eso.

 

Lo otro, yo comparto. Mercedes, la línea esta: hay algo que como psicoanalistas nos sentimos más avenidos con la sexualidad, ¿qué nos pasó con todo esto otro? En el trabajo me quedaría preguntando otras cosas más: el peso de lo filogenético y lo ontogénco en relación al cosmos, algo que todos debemos tener y traer, que me preguntaría cómo incorporarlo también en esta línea; otra pregunta es de si podemos hablar de unión con el cosmos o que cuando nacemos somos el cosmos, no lo veo como unión ni como fusión, ninguno de los dos términos me termina de dar una respuesta, sino que somos cosmos.

 

H.G: Unión hace pensar en dos cosas que se unen, es una palabra que más bien puede confundir. Ahora, en cuanto a lo de transindividual, a mí me parece que sí, en tanto que individuos neuróticos esas experiencias no las tenemos, podemos sospecharlas, pero hay que ver la dificultad que produce en todos nosotros aceptar estas situaciones. A mí me parece que son evidentes, y a otras personas, por suerte también. Transindividuales, Freud lo decía, lo aprendimos de él, nosotros somos los segregados del universo, pero el “sentimiento océanico” era ajeno a él. Freud tenía una estructura neurótica, fóbico-neurótica, y a él lo que le interesaba era definir al neurótico, pero tuvo la honradez intelectual de reconocer que eso podía ser cierto, pero que él no lo sentía, y es lo que nos pasa en general a nosotros, sólo lo vivimos a través de los pacientes. Así que me parece que trasciende al individuo. Es cierto, la dificultad de ponerla palabras a esto, como dice el paciente es sin palabras. Hay que ponerle lenguaje a lo que originariamente no tiene lenguaje. Esto es una dificultad evidente. ¿Pero por qué no poder expresarlo de alguna manera?

 

Estos pacientes tienen un aparato psíquico abierto como para dejar ver las energías cósmicas, sentir que uno es el investido, porque el problema es que somos el centro del mundo. Entonces para estos pacientes, cuando están en esta situación, por el contrario, el centro de vuelve el universo, el cosmos. Estos son objetos, no sujetos, y son investidos con energía cósmica.

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