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ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (91) - HÉCTOR GARBARINO

 

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996 

1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

 

Discusión (4)

 

H.G.: Muchas gracias por su intervención. Usted hablaba de lo reprimible. En realidad el Ser no es reprimido, no estamos hablando de represión. No es la represión de que se ocupa la neurosis. Nosotros lo único que decimos es que esta instancia originaria con el cosmos queda subsumida por el desarrollo del yo. Nunca decimos que queda reprimida, porque no queda reprimida. En la teoría que estamos desarrollando es simplemente sometida, subsumida, que después necesita de ciertas complacencias del yo para que vuelva a resurgir. Esto es cuanto a lo reprimible.

 

Por otro lado, no comparto en absoluto la interpretación de este gallo como un pene erecto. Este sueño viene a continuación del sueño edípico y de la resistencia que tuvo el paciente a la interpretación edípica. Como que este sueño, al contrario, trata de confirmar su necesidad de instalarse en otro espacio y otro tiempo. Cuando usted habla, está hablando de una unión con el Cosmos como la que podemos tener cualquiera de nosotros contemplando una puesta de sol, nada que ver con eso, absolutamente nada que ver. Es necesario una transformación espacio-temporal que cualquiera no la tiene, y que es un don que tienen algunos pacientes. No estoy hablando en orden, sino a medida que van surgiendo las ideas. Yo creo efectivamente en lo que usted menciona sobre filosofía, religión y arte. Lo que nos han mostrado las psicosis y los pacientes graves, es punto de unión y comunicación con el arte, la religión y la filosofía. Por algo siempre se habló de genio y locura, es muy corriente que los poetas hayan terminado locos. Al contrario, lo que nos ha parecido es que la instancia del Ser y el narcisismo del Ser es un punto de unión entre las patologías mentales graves, ahora incluimos también las neurosis, y la creatividad.

 

Tampoco estoy de acuerdo con la relación entre enamoramiento y psicosis. Es cierto que Freud señaló que el enamoramiento era una enfermedad, pero lo señaló justamente porque el yo, que es lo que le preocupaba a Freud, se disminuía enormemente y se ponía en función del otro, pero no porque fuese un hecho psicótico.

 

Otro punto que planteaba Capo, referido a que el modelo cósmico es un modelo terrestre, realmente no lo entiendo. Porque si uno parte de que no hay otra realidad que la nuestra, esta de sujetos y objetos, usted tiene razón. Pero lo cierto es que hay otras realidades que no son la nuestra y en las cuales se instalan estos pacientes, querámoslo o no vamos a tener que admitirlas. Cuando el paciente habla de un vuelo cósmico, esto no tiene nada de terrícola, todo lo contrario. El habla que no tiene palabra, que no tiene pensamiento, cuando se instala en el narcisismo del Ser, parece que este paciente hubiera leído la teoría, nos decíamos con Raquel, porque la relata muy bien, sin palabras, donde el pensamiento intoxica, sintiéndose en una situación fuera de este mundo.

 

Es cierto que nosotros siempre hemos relacionado estos aspectos a la mística, lo que observamos del Ser en la psicosis lo relacionamos con la mística, con la creatividad, porque tienen puntos de unión. Ambos buscan anular el yo, el místico lo busca activamente, hace tremendos esfuerzos y sacrificios, basta leer a San Juan de la Cruz para notar eso, todas las estaciones que hay que hacer, pero claro la diferencia está en que uno lo busca activamente, y ambos buscan la unión con el todo, es cierto. ¿Pero qué inconveniente hay en admitir que este paciente busca esa unión, llámenla religiosa, creativa o artística? Es interesante lo que el paciente trae de García Lorca, los poetas han descripto mucho mejor el narcisismo del Ser de lo que lo hacemos nosotros. Muchos poetas, yo he leído en Bécquer, en Goethe y en otros. Cuando Lorca dice “me paseo por las ramas y las ramas se pasean por el río, entre los juntos y la baja tarde, qué raro que me llame Federico”. Si usted oye bien, está diciendo qué extraño es ser yo cuando uno está fuera del yo, uniéndose a todas las cosas existentes y continuándose y extendiéndose en ellas. Me parece que eso es evidente. Es decir, que los creativos también, y a veces los creativos tienen episodios psicóticos, apuntan a lo mismo. Esto no quita que este paciente neurótico, cuando concurre con sus conflictos tenga con la amante una situación similar. No veo por qué es una objeción.

 

Lo del Ser de Anaximandro, el Ser de los griegos, no es el Ser de que hablamos nosotros, obviamente. Parménides decía que el no ser no tiene razón de ser, que no existía, para nosotros existe. Además el Ser nuestro es un Ser psicoanalítico, no es un Ser filosófico. Usted dice que el Ser llega a tener un destino de extinción, lejos de eso llegan a una plenitud estos pacientes. Es por eso que este paciente necesita de la mujer, porque necesita afirmarse en lo humano ante el temor de la extinción. Lejos de eso llegan a una plenitud estos pacientes. Es por eso que este paciente necesita de la mujer, porque necesita afirmarse en lo humano ante el temor de la extinción que sería la angustia del no Ser. El paciente instalado en el Ser teme caer en la angustia de no Ser, y seguramente por eso necesita de la mujer. Él lo dice varias veces, temo caer en el abismo, tengo que agarrarme porque me caigo en el abismo, eso se refiere a la angustia de no Ser, pero cuando está en el Ser, está en una situación que es un goce de otro orden, que no tiene nada que ver con el goce sexual, es un goce del infinito.

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