martes

ESTÉTICA DE LA CREACIÓN VERBAL (74) - MIJAIL. BAJTIN

 3/1) El héroe lírico y el autor. (3)

 

b) (2)

 

Es posible una forma específica de desintegración de la lírica determinada por el debilitamiento de la autoridad de la postura interior valorativa del otro fuera de mí, por la disminución de la confianza hacia un posible apoyo del coro; de allí que aparezca una particular vergüenza lírica por uno mismo, la vergüenza del patetismo lírico, la vergüenza de la sinceridad lírica (la excentricidad lírica, la ironía y el cinismo líricos). Se trata de una especie de ruptura de voz que se haya sentido fuera del coro. (No existe, desde nuestro punto de vista, una frontera rígida entre la llamada lírica coral y la individual; toda lírica vive tan sólo gracias a la confianza en un posible apoyo del coro, la diferencia sólo puede consistir en la definición de los momentos estilísticos y de particularidades técnico-formales; una diferenciación esencial empieza solamente donde se debilita la confianza en el coro; allí empieza la descomposición de la lírica. El individualismo se puede definir positivamente sin tener vergüenza por su determinismo únicamente en la atmósfera de confianza, amor y de posible apoyo del coro. El individuo no existe fuera de la otredad.) Lo cual tiene lugar en la poesía del decadentismo, así como en la llamada lírica realista (Heine). Los ejemplos aparecen también en Baudelaire, Verlaine, Laforgue; en la poesía rusa, sobre todo se refiere a Sluchevski y Annenski: las voces fuera del coro. Son posibles diversas formas de locura santa (iurodstvo) en la lírica. Siempre cuando el héroe empieza a liberarse de la obsesión por el otro-autor (quien deja de tener autoridad), cuando los momentos semánticos y objetuales llegan a ser inmediatamente significantes, cuando el héroe de repente se halla en el único y unitario acontecimiento de ser a la luz del sentido preconcebido, los cabos del círculo lírico dejan de coincidir, el héroe pierde la identificación consigo mismo, empieza a ver su desnudez y a tenerle vergüenza, el paraíso se destruye. (En parte, la lírica en prosa de A. Biely, con cierta mezcla de locura santa. Ejemplos de lírica en prosa, en que la fuerza organizadora es la vergüenza por uno mismo, aparecen en Dostoievski. Esta forma se aproxima a la confesión-rendimiento de cuentas orientada a la lucha con lo humano.) Así es la lírica con su relación entre el héroe y el autor. La posición del autor es fuerte y autoritaria, y la independencia del héroe con su orientación existencial es mínima, el héroe casi no vive sino que se refleja únicamente en el alma del autor activo que es el otro que se posesiona del héroe. El autor casi no tiene que superar la resistencia interna del héroe, un paso -y la lírica se presta a ser una forma pura y abstracta del posible acogimiento de un héroe posible (porque solamente el héroe puede ser portador del contenido, del contexto valorativo en prosa). El aislamiento en el acontecimiento del ser en la lírica es completo, pero no hay que subrayarlo. La distinción entre la lírica declamada y cantada carece aquí de importancia: se trata de la diferencia de grado en la independencia temática del héroe.

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