SAÚL IBARGOYEN: DESDE
RUSIA CON AMOR
¿Serán canción para tu voz mis palabras?
Saúl Ibargoyen
La literatura es celebración. También es despertar. La literatura
transgrede las fronteras, las razas los malestares sociales. La literatura
trasciende la muerte. “¿Qué vida tiene la vida o qué muerte la muerte?”, dice
Alberto Caeiro, en unos de sus versos (a través de la pluma de un tal Feranando
Pessoa). ¿Y si hablamos de literatura, qué vida o qué muerte? La respuesta se
encuentra en las flores y los cantos, seguro, en la vida y la muerte a través
de la poesía. Es el sueño interminable, vinimos a soñar a través de la palabra.
Vinimos a “soñar la muerte” acompañados de los libros.
Escribe Quevedo en su poema “Desde la torre”, que con pocos, pero doctos
libros juntos, se entra en conversación con los difuntos, y se escucha con los
ojos a los muertos”. Es cierto: los libros nos permiten conversar con los
autores amados a pesar del misterioso umbral que separa lo que es, de lo que se
espera que sea. Leemos, escuchamos a los muertos.
Es así que este pasado domingo seis de septiembre, a pesar de la aparente
insalvable distancia que nos separaba del poeta y narrador Saúl Ibargoyen, fue
posible conversar con él, revivirlo de algún modo. No sólo lo hicimos en
castellano, idioma que vio nacer al escritor uruguayo-mexicano; sino que se
consiguió una sinfonía multicultural, donde los versos de “El escriba de pie”
resonaron en italiano y ruso dentro de los recintos virtuales de la Feria
Universitaria de Pachuca.
No nos detuvo una emergencia sanitaria. No nos lo impidió nada ni nadie.
Estuvimos con Saúl en tres idiomas (cuatro, si agregamos el idioma universal de
los poetas). Saúl nos acompañó en voz de Mariluz Suárez, dramaturga,
traductora; su pareja de tantos años, tantos vuelos, tantos viajes. Resurgimos
a Saulo de tanto global, capitalista aplastamiento. En medio de la pantalla, la
voz de Mariluz fluyó como un nocturno. Se hizo el evento: “Contemplo la piel de
la noche / Esa delicada acumulación de sombras / Detrás está tu rostro, como un
río / Y somos el agua”.
Así inició la fiesta. Los versos de Saúl escaparon de los fríos pixeles
para compartirnos emociones, anhelos, búsquedas. Fuimos a través del ritmo.
Así, durante cuarenta minutos extirpamos la agitación, el estruendo; les dimos
la espalda. Pues como el propio Saúl solía comentar: “no hay mejor manera de
combatir el ruido, que escribir un verso rítmico”. Junto a él, combatimos el
ruido.
Luego, sin apenas notarlo, nos hallamos repitiendo, en un eco universal,
los versos de Ibargoyen en una melódica, deliciosa versión en ruso. Escuchamos
al mexicano Misael Rosete, en el idioma de Pushkin y Mayacovsky, interpretar
versos ibargoyeanos. Desfilaron galaxias y viajes siderales ante los
espectadores. Se hicieron los versos entre supernovas.
Como un gran detalle (para un escenario ya de por sí gozoso), fuimos
testigos de una magnífica lectura de textos, desde Rusia, en la voz de cuatro
inteligentes mujeres. Descubrimos “sombras” con la poeta Anna Rodiovna,
cautivados por su dulce timbre; disfrutamos “las gotas de lluvia” en María
Diomima, teniendo como escenario una espléndida biblioteca. Dejamos de pensar
“que las lluvias pudieran volver como si ese su tiempo se hubiera destruido”,
gracias a la interpretación de la bella Yulia Voronina. Fuimos testigos de “un
sueño con zapatos”, en la delicada voz de Tamara Aleksandrovna. Fue un convite
de letras.
Cualquier acto que reúna a un grupo de convocados a compartir poesía es ya
un banquete de los sentidos. Este, desde luego, no fue la excepción. Las cosas
marcharon de maravilla. Se trató de un domingo único. Entre banderas y
estiletes, entre zapatos y grafías ibargoyeanos, anduvimos llorando felices,
“pa’ delante”.
Es verdad que después se leyeron algunos poemas míos al ruso, en voz de
Rosete; y que me atreví a traducir e interpretar un poema de Saúl al italiano.
Pero esos son detalles minúsculos. Lo que queda es la esencia de Ibargoyen en
la sala virtual, cuando recalca: “Deben saberlo los constructores de muros.
Será un mundo para todos, o no será un mundo para ninguno”. Y el verso se
repitió, en la lengua de Passolini y Pavese, sólo para recalcar la importancia
del futuro.
Al final, no quedó más que agradecer a la FUL., y de manera especial a
Marisa D’Santos, poeta, narradora y gran promotora cultural, la dedicación, el
empeño para coordinar este evento dentro del marco de la feria universitaria y
traer, de este modo, al poeta uru-mex a la tierra de los mortales desde la
sublimación tecnológica (en una especie de telecomunicación celestial). No
quedó sino agradecer también la atención de los estudiantes hidalguenses que
siguieron la lectura con interés, seguro con cierto asombro. Porque, aunque la
posmodernidad se niegue a reconocer la importancia de la lectura, como bien lo
hizo saber Wislawa Szymborska: “A algunos les gusta la poesía”.
Este seis de septiembre trajo consigo al gran poeta latinoamericano, nos
obsequió la generosidad de sus versos desde la transgresión de la muerte. Nos
contemplamos en sus ojos; miramos “en estos ahoras de ceniza cómo caen piedra
abajo, los ojos (que) son sólo polvo de una estatua innominada”. El evento
pudo, y puede presenciarse, a través del link https://www.uaeh.edu.mx/ful/2020/eventos/284, por
si se está dispuesto a sumergirse en las agitadas y tranquilas aguas
ibargoyeanas. Esperamos que quienes lo vean disfruten, tanto como nosotros, los
cantos y las letras allí contenidas. Que hagan que las palabras del inolvidable
“escriba” sean canción para su voz.
Valga entonces este encuentro virtual universitario como pretexto para bailar un tango poético con dedicación a los esperanzados “do mundo”. Recordemos a Saúl Ibargoyen, eterno en su persona, su ritmo, sus escritos. Está con nosotros, es un hecho. Después de todo: “¿Qué vida tiene la vida o qué muerte la muerte?”.
(*) Ulises Paniagua (México, 1976). Narrador, poeta y dramaturgo. Ganador del Concurso Internacional de Cuentro de la Fundación Gabriel García Márquez, en Colombia (2019). Ha sido considerado en una antología, en Rusia, como uno de los más interesantes poetas contemporáneos de Latinoamérica. Posee dos posgrados en la especialidad de imaginarios literarios. Es autor de dos novelas, siete libros de cuentos y cuatro poemarios. Ha sido divulgado en antologías, revistas y diarios nacionales e internacionales, incluyendo Nocturnario, El búho, Círculo de poesía, Nexos, Siempre!, El Sol de México, Ígitur, Letralia, Altazor y Jus. Es parte del catálogo de autores del INBAL. Publicado en la Academia Uruguaya de Letras, en España, Italia, Perú y Venezuela, su obra ha sido traducida al inglés, ruso, checo e italiano. Correo electrónico: sesilu7@yahho.com.mx.
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