miércoles

JOSEPH CAMPBELL - EL HÉROE DE LAS MIL CARAS (120)


6. HISTORIAS POPULARES DE LA CREACIÓN (2)


El arreglo del mundo, la creación del hombre y la decisión sobre la muerte son temas típicos de los creadores primitivos. Es difícil saber con cuánta seriedad o en qué sentido eran creídas estas historias. La forma mitológica no es tanto de referencias directas como oblicuas: es como si el Viejo hubiera hecho esto o lo otro. Muchos de los cuentos que aparecen en las colecciones bajo la categoría de historias de la creación eran vistos más como cuentos de hadas populares que como un libro de génesis. Esta mitología juguetona es común a todas las civilizaciones, desde las más altas hasta las más bajas. Los miembros más simples de las poblaciones pueden considerar las imágenes resultantes con idéntica seriedad pero en lo principal no puede decirse que representan la doctrina o el “mito” local. Los maoríes, por ejemplo, de los cuales tenemos una de las más espléndidas cosmogonías, tiene la historia de un huevo que un pájaro depositó en el mar primario: el huevo se abrió y de él nacieron un hombre, una mujer, un niño, una niña, un puerco, un perro y una canoa. Todos se subieron a la canoa y se dirigieron a Nueva Zelanda. (54) Esto es, claramente una parodia del huevo cósmico. Por otra parte, declaran los nativos de Kamchatka, aparentemente con toda seriedad, que Dios habitó originalmente el cielo, pero luego descendió a la tierra. Cuando caminando con su calzado para la nieve, el suelo nuevo cedió bajo sus pies como hielo suave y delgado. La tierra ha sido dispareja desde entonces. (55) O también, de acuerdo con los kirguises del centro de Asia, cuando dos hombres primitivos cuidaban de un gran buey y habían estado sin beber durante mucho tiempo y casi se hallaban muertos de sed, el animal les consiguió agua abriendo el cielo con sus grandes cuernos. Así es como se hicieron los lagos en el país de los kirguises. (56)


Una figura de payaso que trabaja en continua oposición a los buenos deseos del creador, aparece muy a menudo en el mito y en el cuento popular y es culpable de los males y dificultades de la existencia de este lado del velo. Los melanesios de la colonia de Nueva Bretaña hablan de un oscuro ser, “el primero que estuvo aquí, quien dibujo dos figuras masculinas en el suelo, abrió su propia piel y roció las figuras con su sangre. Arrancó dos hojas grandes y cubrió con ellas las figuras, que se convirtieron en dos hombres después de algún tiempo. Los nombres de los hombres eran To Kabimana y To Karvuvu.


To Kabimana se fue solo, se subió a un cocotero que tenía frutos de color amarillo claro, cortó dos todavía verdes y los tiró al suelo, se rompieron y se convirtieron en dos hermosas mujeres. To Karvuvu admiró a las mujeres y le preguntó a su hermano cómo las había conseguido. “Sube a un cochero -dijo To Kabinama-, corta dos frutos verdes y tíralos al suelo”. Pero To Karvuvu tiró los frutos con la punta hacia abajo, y las mujeres que salieron de ellas tenían las narices feas y aplastadas.” (57)


Un día, To Kabimana hizo un pez Thum de madera y lo puso a nadar en el océano para que en adelante fuera un pez vivo. Este pez Thum llevó los peces Malivaran hacia la playa, donde To Kabimana simplemente los recogió en la orilla. To Karvuvu admiró al pez Thum y quiso hacer uno y cuando aprendió cómo, hizo en su lugar un tiburón. Este tiburón se comió los peces Malivaran en vez de llevarlos a la playa. To Karvuvu, llorando, fue hacia su hermano y le dijo: “Quisiera no haber hecho ese pez, no hace sino comerse a todos los otros”. “¿Qué clase de pez es?” -le preguntó su hermano-. “Bueno -contestó-, hice un tiburón”. “Eres un sujeto desagradable” le dijo su hermano-. “Lo que has hecho será causa de que sufran todos nuestros descendientes mortales. Este pez se comerá a todos los otros y a la gente también.” (58)


Notas


(54) J. S. Plack, Manners and Costums of the New Zealanders (Londres, 1840), vol. I, p. 17. Ver este cuento como un mito cosmogónico sería tan inadecuado como ilustrar la doctrina de la Trinidad con un párrafo del cuento infantil “Marienkind” (Grimm, Nº 3).

(55) Harva, op. cit., p, 109, que cita a S. Kraseninnikov, Opizanie Zemli, Kamkatki San Petersburgo, 1319), vol. II, p.101.

(56) Harva, op. cit., p. 109, que cita a Putanin, op. cit., vol. II, p. 153.

(57) P. J. Meier, Myhtem und Erzühlungen der Küstenbewohner der Gazelle-Halbinsed (Neu-Pommern) (Antropos Bibliothek, Band I, Heft I, Münster i, W., 1909), pp. 15-16

(58) Ibid., pp. 59-61.

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