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MUCHOS
TIPOS DE PRISIONES:
LA
MUJER QUE QUEDA AL ÚLTIMO
“NUESTRA
SEÑORA
DETRÁS
DEL MURO”
Cómo
la herida generacional de ser despojados de
la
Madre provoca que generaciones subsiguientes
vivan
agachadas como si aun los estuvieran
aplastando
cuando ahora son, de hecho, libres (4)
La capillita Sixtina de Nuestra Señora de Guadalupe (5)
Los
que recuerdan
Pues, recuerden, por
ejemplo, que aunque hasta el asesino José Stalin y su devoto círculo interno de
matones intentaron borrar a la Santa Madre a través de Asia, Rusia y gran parte
de Europa del Este hasta donde pudieron, así como algunos de los talibanes de
Afganistán intentaron borrar por medio de explosiones de pólvora, literalmente,
a los ancestrales Budas de piedra tallados en las montañas de Barniyan,
curiosamente destruyendo las enormes esculturas pero dejando intactas sus
venerables siluetas completas en las faldas de la montaña: no hay Buda, sólo la
silueta del Buda, incluso más misterioso y entrañable que anteriormente.
Recuerden, como les mencioné antes, y de nuevo es cierto: cuando lo Sagrado se entierra
en lugar de que viva sobre la superficie, a menudo es incluso más irresistible,
pues entonces se percibe como un tesoro enterrado.
Así que los esfuerzos por
clausurar a Nuestra Señora siguen en el mundo: incluso por medio de intentos
que se hicieron y se hacen en varias culturas, pretendiendo moler hasta el
polvo la veneración de lo que está detrás de las pinturas, murales, estatuas,
petroglifos, cairns o montículos, grutas sonoras, altares de piedra… la
gran fuerza de Nuestra Madre, de lo Sagrado, de cualquier manera perdura.
Y aun más, cuando ha sido
aplastada, raptada, borrada, cubierta, Ella, como cualquier otra Persona Santa,
se va por debajo, volviéndose aun más fuerte, como un río que ruge y se mueve
vertiginosamente bajo la superficie, llegando después al cuenco en el fondo de
los rápidos clase 4, golpeando y llenando mientras vuelve a explotar, y de
nuevo de vuelta a la superficie, e incluso con más poder, más brío que antes.
Tienes que cavar
profundamente para enterrar a la Santa Madre. Hasta
el fondo, al centro de la Tierra, y luego derecho al otro lado del planeta no
bastaría para enterrarla, ni para hacer que la gente la olvide, un templo en
movimiento de devotos que han pasado décadas, milenios, siendo reconfortados
por Ella y por todo lo que está consagrado con Ella, a Ella y por Ella.
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