por Manuel Ansede
“Yo las
nacionalidades no las entiendo, porque las tengo todas en mi body”. La química María Vallet Regí, como sugieren sus
apellidos, es hija de catalanes, pero nació en 1946 en Las Palmas de Gran
Canaria, cerca del pueblo donde su padre trabajaba como notario. Uno de sus
hermanos nació en Logroño. Y ella vive en Madrid desde pequeña. Para completar
la vuelta a España, se casó con un vasco, del que se quedó viuda con 32 años y
tres niños.
“En la ciencia no
hay nacionalismos”, sostiene Vallet. Su grupo, de la Universidad Complutense de
Madrid, colabora con científicos de medio mundo. Son expertos en los llamados
biomateriales: materiales que se pueden implantar en un ser vivo. Es uno de los
campos que más pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de la humanidad.
Vallet ha recibido
2,5 millones de euros de la UE para buscar un tratamiento contra el cáncer de
huesos
Hace dos años, el
Consejo Europeo de Investigación otorgó a Vallet 2,5 millones de euros para su
último objetivo: encontrar un tratamiento efectivo contra enfermedades graves
de los huesos, como el cáncer, las infecciones y la osteoporosis. El equipo de
Vallet intenta desarrollar una tecnología para cargar fármacos en los poros de
unas partículas minúsculas, capaces de buscar específicamente las células
tumorales. Sus misiles teledirigidos miden 0,1 millonésimas de metro. “Si todo
funciona bien, será maravilloso”, afirma.
Vallet es una de
las científicas más reputadas de España. En 1977 ya había publicado una
investigación en la revista Nature, el templo de la ciencia mundial. Ahora recuerda
con sorna sus tiempos en la universidad. “Cuando estaba en tercero, me aburría
mucho la química que daban y me puse a estudiar decoración de interiores, hice
las dos cosas”, rememora entre risas. España perdió una interiorista, pero ganó
una científica. En junio, un jurado con cinco premios Nobel le concedió el premio Rey Jaime I de
Investigación Básica, dotado con 100.000 euros.
Usted defiende que
hay que tener cuidado con los avances en salud, para no llegar a un punto en el
que vivamos mucho, pero con problemas graves como el alzhéimer.
No me harto de
decirlo. Las primeras prótesis de cadera se empezaron a poner alrededor de
1950. Antes, la gente se rompía la cadera, los metían en la cama y hasta que se
morían, que solían ser dos semanas. La gente a principios del siglo XX tenía
una esperanza de vida de 40 años. A finales, de unos 80. Y ahora en este siglo
vamos hacia los 90. Con el avance de la medicina, como el desarrollo de
antibióticos e implantes, vivimos mucho más. Te rompes una cadera o una rodilla
y ya no te mueres. Te ponen un implante y ya está. Pero hay una cosa que
todavía no tienen solución: el cerebro. Podemos hacer personas estupendas, de
chasis, pero con demencia senil, con alzhéimer, con párkinson. A lo mejor hay
alguien a quien le interesa llegar a eso. A mí no me interesa. A mí que me
dejen irme antes.
"Yo sería la
primera en firmar una ley de eutanasia"
¿Le preocupa que
lleguemos a una sociedad en la que los jóvenes se tengan que dedicar a cuidar a
los viejos con alzhéimer?
Claro. Yo no quiero
que me tengan que cuidar, ni mis hijos ni mis nietos.
Una ley de
eutanasia podría ayudar.
Ojalá. Yo sería la
primera en firmar. Hay unas éticas que hay que tener en cuenta, pero en el caso
concreto de llegar a una situación en la que ya no te enteras de nada, yo de
verdad prefiero morir. No quiero machacar al que viene detrás. Si una persona
sufre, es horroroso. Y si no sufre, pero no se entera de nada, es una pena
estar viendo esa decrepitud de la gente.
Entonces, a usted
le gustaría tener una ley que le permitiera decir: "Cuando llegue a 90
años y tenga alzhéimer, aplicadme la eutanasia".
Lo firmaría ahora
mismo.
En la portada de su
libro Biomateriales (editorial
Catarata) aparece la mano de un cíborg tocando la mano de Dios de La Capilla
Sixtina. Esto que se lee a veces en la prensa de que las personas seremos
cíborgs en el futuro ¿es una chorrada o tiene una base científica?
Yo al cíborg le
llamo Robocop. Y se puede hacer, realmente. Excepto el
cerebro, puedes poner todo. En estos momentos se pueden implantar placas
craneales metálicas para reemplazar el cráneo tras un accidente de moto,
prótesis de barbilla, de mandíbula, laringes, tráqueas, pulmones trasplantados,
corazones, marcapasos, prótesis de codo, válvulas cardiacas, discos
intervertebrales...
"Hay universidades
privadas que forman a gente muy buena. Y hay otras que realmente venden el
título"
Con biomateriales y
órganos de otras personas se podría crear un Robocop descerebrado.
Totalmente, sí.
Tenemos piezas para dar y tomar.
Hace cinco años, la
Comisión de Expertos para la Reforma del Sistema Universitario Español aseguró
que casi el 60% de los profesores deuniversidad“tiene una actividad investigadora nula o casi
inexistente”.
Así es. El 60% da
clases y ya está. Pero es que la universidad no es, en absoluto, una academia.
En una academia o en un colegio pueden dar clases y ya está, pero la
universidad es otra cosa. En la universidad, el profesorado tiene que
investigar, formar y dar clases, pero por desgracia mucha gente solo da clases.
Se les olvida lo de formar y lo de investigar.
¿Qué opina de la
proliferación de universidades privadas?
A mí me parece un
desastre, pero tanto las privadas como el exceso de universidades públicas.
Hubo un momento en el que se multiplicaron las universidades. Yo creo que es
mucho mejor aglutinar y apostar por la calidad que diseminar para que cada
pequeño sitio tenga su universidad. El exceso de universidades no es bueno.
¿Aboga por
concentrar recursos? ¿Mejores universidades y menos?
Exactamente, eso es
lo que a mí me gustaría.
¿Y una persona
joven de Badajoz que quiera estudiar una carrera concreta?
Buenas becas.
¿Buenas becas para
que pueda estudiar en Madrid?
En Madrid, en
Barcelona, en Córdoba o donde esté la facultad. En EE UU, la mejor universidad
para una determinada carrera está en un sitio, pero para otro tema la mejor
está en otro lado. No tiene por qué estar todo lo bueno concentrado en un mismo
lugar, pero hay que formar a la gente de la mejor manera posible, para que sean
los mejores.
¿Hemos llegado a un
punto en el que puedes comprar un título, pagando una matrícula cara en una
universidad privada?
Yo creo que sí, por
desgracia. La mayoría de las universidades son serias en su docencia, así que
creo que no es, en absoluto, una regla, pero hemos visto casos. En todas partes
hay agujeros. Hay universidades privadas que se han especializado y forman a
gente muy buena, con másteres ya muy dirigidos al mundo del trabajo. Y hay
otras que realmente venden el título.
(27-8-2018)
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