Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado
Mi alma es un vampiro grueso,
granate, aterciopelado. Se
alimenta de muchas especies y de sólo una. Las busca
en la
noche, la encuentra, y se la bebe, gota a gota,
rubí por rubí.
Mi alma tiene miedo y tiene audacia. Es una muñeca
grande,
con rizos, vestido celeste.
Un picaflor le trabaja el sexo.
Ella brama y llora.
Y el pájaro no se detiene.
Árbol de magnolias
Árbol de magnolias,
te conocí el día primero de mi infancia,
a lo lejos te confundes con la abuela, de cerca, eres el aparador
de donde ella sacaba el almíbar y las tazas.
De ti bajaron los ladrones;
Melchor, Gaspar y Baltasar;
de ti bajaban los pastores y los gatos;
los pastores, enamorados como gatos,
los gatos, serios como hombres, con sus bigotes y
sus ojos de enamorados
Esclava negra sosteniendo criaturitas, inmóviles,
nacaradas.
Virgen María de velo negro,
de velo blanco, allá en el patio.
Eres la abuela, eres mamá, eres Marosa, todo eres,
con tu
eterna
juventud, tu vejez eterna,
niña de Comunión, niña de novia,
niña de muerte.
De ti sacaban las estrellas como tazas,
las tazas como estrellas.
Estuvo oculto en tus ramos el Libro del Destino.
Te has quedado lejos, te has ido lejos.
Pero, voy retrocediendo hacia ti,
voy avanzando hacia ti.
Te veré en el cielo.
No puede ser la eternidad sin ti.
Había nacido con zapatos. Rojos, finos, de taco alto
Había nacido con zapatos.
Rojos, finos, de taco alto,
que fueron la desesperación de todos los que vivimos juntos
en aquel tiempo.
Y en la cara tenía varias dentaduras, y lentes
celestes como
el fuego.
Al pasar, por la tarde, parecía el ángel de la
devoración con
pie punzó.
Mas, en realidad, amó la luz solar. Comía guindas,
llevándose
una a cada boca.
Y sentía temor y amor hacia el Maestro Tigre que
llegaba
en la noche a buscar doncellas
Y nunca la eligió.
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