domingo

IRMA HOESLI - MOZART: LAS CARTAS DE UN GENIO DE LA MÚSICA (14)


DRAMÁTICA (4)

En el siguiente fragmento Mozart se despide en Munich del conde Seeau:

…él me preguntó si me iba a Francia, yo le dije que me quedaría en Alemania, pero él entendió en Munich, y dijo riendo de alegría: qué bien, ¿así que se queda aquí? Yo dije que no, que me hubiera quedado con mucho gusto, que en honor a la verdad sólo tenía interés en lograr algo del elector para poder servir luego a Vuestra Excelencia con mis composiciones, sin interés alguno. Hubiera sido un placer para mí.

El mal entendido referido a la partida y la inesperada confesión de Mozart causa estupor, pensar y confusión en el conde. Esto se nota claramente en un gesto inconsciente del conde:

…al oír estas palabras, él empujó su gorro de dormir. (1)

Para el tenor Raff compone Mozart un aria que el cantante recibe con mucho placer. Su sorpresa se refleja en un gesto significativo:

…después que hubo cantado la otra parte se quitó los anteojos y, mirándome de hito en hito, dijo: ….¡hermoso, hermoso! (2)

En el comerciante Schmalz cree encontrar Mozart “un hombre bueno y atento”. Se equivocaba, y lo demuestra no sólo la torpeza de su conversación, penosamente tartamudeada, sino un gesto revelador: el hombre no sabe hacer una buena reverencia:

…yo le alcancé la carta, la leyó e hizo una pequeña curvatura con su cuerpo y… no dijo nada. (3)

De manera parecida ilustra Mozart la actitud condescendiente del elector:

…y cuando yo dije que me afanaría por lograr éxito para Su Alteza, el elector me palmeó el hombro y dijo: Oh, no me cabe la menor duda de ello… (4)

Un tal conde Wolfeck está entusiasmado por el virtuosismo de Mozart en el piano:

…el conde Wolfeck daba vueltas por el salón y decía: En mi vida he escuchado algo parecido. (5)

Ya de niño se graba los gestos significativos. Muestra gráficamente la vanidad del rey de Nápoles al lado de la gran amabilidad de su esposa:

El rey es un napolitano de maneras groseras y en la ópera siempre está encima de un banquito para parecer más alto que la reina. La reina es hermosa y cortés, pues me ha saludado por lo menos seis veces, en el Molo (que es un paseo público), de la manera más amistosa. (6)

No se nos ha revelado nada fundamentalmente nuevo. La repentina caracterización por gestos y acciones responde a lo directo del diálogo. Mozart no reproduce el diálogo previamente resumido y entremezclado con reflexiones. Por lo tanto tampoco caracteriza a las personas o a las situaciones colgándoles vagos atributos para dar luego sólo opiniones subjetivas, como sería lo que sigue: “Tengo la impresión de que mi música le gustó al conde Wolfeck. Parecía conforme, hasta entusiasmado.” De la manifestación inmediata surgen fuerzas físicas y espirituales. Se aumenta la claridad y el efecto escénico se acrecienta aun más.

“Haríamos bien en recordar que en una ópera, sobre todo en una ópera cómica, el actor reclama sus derechos junto al autor y al músico. No en vano Mozart vuelve siempre sobre la importancia de la “acción”. Por ello es que no siempre expresa en su música el completo efecto, sino que a veces sólo lo sugiere, dejando al cantante la misión de completarlo libremente mediante recursos retóricos y mímicos. Si bien mantiene al actor tan invisiblemente sujeto a su bosquejo que no puede equivocarse, cuenta también tanto con su concurso individual que sin él el cuadro quedaría incompleto.” (7)

No sólo en el desarrollo de “escenas” se ve la mano del dramaturgo. A menudo surge de la sintaxis de una oración aislada la fuerza tensa que exige el drama. La prosa mozartiana está llena de conjunciones que enlazan las más diversas relaciones. Nuevamente el escritor épico, el que alinea una frase paratáctica a continuación de la otra, cede el paso al dramaturgo. Mientras para el primero esa independencia de las partes, de la que ya hablamos, encuentra adecuada expresión en la parasintaxis, en la cual cada oración tiene sentido aisladamente, el dramaturgo se afana, por lo contrario, de acentuar la dependencia de las partes a resultado por medio de ligazones causales, también dentro del período, de manera manifiesta, concluyente.

Notas

(1) A su padre, Munich, 3-X-1777, I, 228.
(2) A su padre, Mannheim,28?-II-1778, I, 422.
(3) A su padre, Mannheim, 14-X-1777, I, 239.
(4) A su padre, Augbursgo, 15-XI-1780, II, 10.
(5) A su padre, Augsburgo, 24-X-1777, I, 265.
(6) A su hermana, Nápoles, 5-III-1770, I, 59.
(7) Abert, II, pág. 331.

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