domingo

UNA CONVERSACIÓN CON LEOPOLDO MARÍA PANERO


"LOS MUERTOS NO ESTÁN LOCOS"

por Ofelia Huamanchumo de la Cuba*

Entrevista al extinto poeta español Leopoldo María Panero (1948-2014), la que ofreció a su autora en el Patio central del Palacio Ducal de los Borja en Gandía, Valencia, España, durante el Festival de las Fallas, marzo 2008.

Como cada año en el mes de marzo se celebra en la Comunidad Valenciana de España el Festival de las Fallas. Se trata de un acontecimiento que se organiza en varias ciudades valencianas por las Fiestas de San José y que consiste en montar sobre tablados callejeros enormes conjuntos de figuras, de madera, cartón, o papel maché, con carácter burlesco, dispuestas de manera tal que en el momento crucial del festival puedan quemarse públicamente. Hace diez años, en marzo de 2008, el poeta Leopoldo María Panero (Madrid, 1948 – Las Palmas de Gran Canaria, 2014) participó en un recital poético que formó parte del programa cultural –con poesía, teatro, danza, canto y video– que acompañaba la exposición de la única Falla a base de cristal –y no del tradicional material combustible– montada en aquella especial oportunidad por la firma Palmer Giles Vidres en el patio central del Palacio Ducal de los Borja, en Gandía. Habiendo sido el autor más ponderado del conocido grupo de los Nueve Novísimos poetas españoles y estando ya refugiado en esos años en una unidad psiquiátrica en Gran Canaria, Leopoldo María Panero pudo ofrecer a lo largo de cinco veladas nocturnas –encerrado en una jaula de más de trescientos años de antigüedad, como parte del montaje artístico– una lectura de sus poemas y una conversación amena sobre diversos aspectos de su vida y su obra, entrevistado por un moderador. Por fortuna, como yo participaba en una performance teatral del mismo programa cultural, tuve la suerte de estar cerca de él en esos días, durante los cuales accedió amablemente a intercambiar ideas y conversar, haciendo derroche de malditez, locura y poesía.  A continuación, aquella entrevista final, que fuera publicada ese mismo año en algunos portales de internet.
Leopoldo, ¿para ti, qué es una falla?
Es algo que quema. Yo tengo un poema mío que se llama “La Tea humana”: una bruja ardía y recrujía y a los dos calentaba con su fuego… Un niño, un padre, estaban ambos atizando las llamas en la noche… Una bruja… En esto el niño al padre le pregunta por qué queman a brujas, padrepadre? Y el padre le responde: no hay calor en la noche para que ardan y velen en la noche por nosotros, hijo.
¿El tema del padre está latente en ti, como en tu última publicación “Papá, dame la mano que tengo miedo”?
No, pero hay una frase de Mallarmé que quiero traducirla yo del francés, sobre la destrucción.
¿Qué significa?
No sé lo que significa pero se entiende. ¿Los diablos qué significan? [risas] ¡Amanecer en el infierno, jo…!
¿Tienes algo en contra del fuego?
Yo no, el diablo es el que tiene algo contra el fuego. Todo es por la posición del universo con el dos, que es el número del diablo, de la lotería. El fuego no quema.
¿Por eso te gusta tanto el tabaco?
Sí, yo tengo un poema que dice… He fumado mi vida y del incendio sorpresivo quedan en mi memoria las ridículas colillas… Hay un poema de Mallarmé… tu flame rechine… ¿Tienes fuego? [Enciende otro cigarrillo, después de dejar el anterior a la mitad]. Con el tabaco los dientes que a mí me quedan parecen los de Rita Roni, que era una persona brutal que enseñaba los dientes. Vade Satán… la muerte nos sonríe, alegre como nuestra última noche. Por la mañana, cuando el sol sale a perseguir la manada, bailamos con el diablo y sin dientes sonreímos, nada peor que mi sonrisa y así el demonio, yo ofrezco esta sonrisa seca… En el tiempo de Nostradamus no había tabaco ni nada.
¿Tú sabes quiénes fumaron primero en el mundo?
Los indios. Fumaban marihuana y ya está. La pipa de la paz era de marihuana. La cocaína y la heroína me gustan mucho. [Silencio] Hasta cierto punto, a mí me quisieron matar de sobredosis los del manicomio de Canarias. Lo que no me gusta es que se asusten del diablo. El diablo qué les ha hecho.
¿Pero tú crees que el diablo es un ser o es que está metido en algunas personas?
En Canarias hay una persona que dice que está poseído, ¡estoy endemoniado! grita todo el día, dice que tiene al diablo en el cuerpo. Yo le invoco al diablo con la mayor protección.
¿El diablo es lo mismo que el demonio?
Claro. ¿El del mono? [Se ríe]. No, el diablo me sirve, si no me sirviera para algo la gran Inmanyá, diosa demoníaca, la hubiera mandado a tomar po’l culo hace tiempo. ¿Los diablos qué significan? [Se ríe] ¡Amanecer en el infierno, jo…!
¿Te gusta Canarias?
No, me gusta más Gandia. Por el sol, por el levante. En Canarias me traen la Coca Cola caliente todo el día, joder. Y en España están obsesionados con el sexo, joder, por una parte están todos enredados en su vicio, pero en el fondo, subliminar e inconscientemente, están todos obsesionados con el sexo. Yo tengo un poema mío que dice Peonza en la mano del dios de los muertos. Pero se mueve como una peonza a la americana… Y en ese país aunque no creen en dios son más humanos y más hombres que en el resto de España. En el manicomio de Canarias ni en cualquiera no se puede alzar ni un poco la voz, el efecto timbre, como decía Chomsky. [Pide un poco de hielo para su café].
¿Tú crees que un manicomio podría tener algo poético?
Algo poético no; en España, no. Yo conocí a un chico que se llamaba Orestes Romero y era falangista, hijo de guardia civil y de apellido Cristo Rey, estaba conmigo en Canarias, creo que estuvo en un manicomio en París. Y estaba más loco todavía que yo.
¡Uy, estaba grave entonces!
[Risas] Estaba grave. Pero los muertos no están locos.
¿Tú necesitas un psiquiatra ahora?
No, yo no he creído en la psiquiatría en mi vida.
¿Por qué no crees en la psiquiatría?
Porque no existe.
¿Pero si la nombras, existe, está?
Si dices algo eso pasa por tu boca, si dices carro un carro pasa por tu boca. Y la risa es la única forma de matarte. Tengo un silogismo de Ionesco: todos los gatos son mortales, tu suegra es mortal, entonces tu suegra es un gato [risas].
Antes dijiste que los muertos no estaban locos.
Exacto. Correcto.
¿Quiénes entonces están locos?
Los españoles.
¿Tú eres español?
Sí, soy español de Madrid.
O sea que, siguiendo el silogismo de Ionesco, tú estás loco.
No, yo no estoy loco.
Pero tú has dicho que los españoles están locos. La mayoría, entonces.
Los españoles están locos. Todo el mundo está loco, más o menos. La paranoia es de verdad. ¿Por qué no me lincharon en Francia? Nosotros queríamos ir a juicio con los periódicos, la radio y la televisión, contra el rey. Para proclamar la república y abolir las bases populares yanquis por odio a la CIA. Con rey o sin reyes, hay leyes. Y el rey es un déspota ilustrado, se dedica a merendar bebés y a castrar niños.
¿Quieres declarar algo en contra del Rey, o de las leyes?
No, que en la CIA ni creen en la penitencia ni en el ‘diyún’, que es un alucinógeno. Yo soy un mago, tengo poderes. Yo inventé telepáticamente una ley. Y es que los guardia civiles no puedan viajar en avión más que en uniforme.
¿Podrías contarnos algo más de tus experiencias políticas?
En París no me lincharon, ni me tocaron ni un pelín. Pensaban matarme en el hotel Los Alpes, pero me salí a la calle y se acabó la muerte. Yo no había editado un solo libro en Francia. Mallarmé entre catorce y veinte libros de poesía y puteado como si fuera un perro. Toda la CIA en Francia. Y los masones me intentaron matar en el 77 en Barcelona, era una secta ridícula pero alababan la muerte y eso no tiene ninguna gracia. Lo masones adoran al diablo. Y los curas también, por lo visto, no tienen nada de santos.
¿Tú has sido falangista?
En mi puta vida. Yo he sido del PC, del Partido Comunista. Ahí nos obligaban a ponernos otros nombres. Yo era el camarada Alberto, y creo en dios, pero yo falangista no he sido en mi vida.
¿Los que son falangistas no creen en dios?
Los del Partido Comunista no creen en dios, y los falangistas sí, por lo visto.
¿Cómo llegaste al comunismo?
En el Liceo italiano que estaba en Madrid. Era un colegio mixto. Mi profesor de historia era materialista histórico. De literatura social demócrata. Era el tiempo de Franco, pero como era el Liceo Italiano iban a poner espías ahí adentro [estalla en risas]. Aprendí italiano y no me daban la penitencia, ni nada. Yo entré al partido comunista en el 6° de bachillerato y siempre llevaba en la cartera libros del marxismo y tal.
¿Y eso no estaba prohibido en aquella época?
No, yo estuve en la comisaría varias veces, y por tráfico de drogas también. En la cárcel de Zamora por tráfico de drogas; por político, no. En ese entonces había leyes contra el consumo. Ahora no, ahora resulta que los curas no creen en la Divina Providencia, en el infierno, en el progresillo. Hay que escribir que estas cosas ponen en crisis las bolsas. Ahora, no, ahora la preocupación son los mercados europeos y asiáticos. ¿Acaso no van a sacar dinero los americanos para matar a Panero, ese viejo?
¿Te obsesiona el tema de la muerte?
El tema del dinero también me obsesiona.
¿Por qué?
No sé. El dinero se multiplica. Y a mí me querían robar el dinero multiplicado.
¿Quién te lo quería robar?
Una gentuza. Es una red que se mantiene, de chusma. Pero como decía Chomsky, el lingüista norteamericano, no le han tocado ni un pelín los de la CIA.
¿Y eso a qué se debe?
Porque es un artista. Yo también lo soy; hay libros míos, ¿no? ¿O no?
¿El dinero puede reemplazar al amor?
La madre de mi novia, una bruja, se casó con su marido por dinero. De las mujeres, italianas o francesas, la parte izquierda es la que siente menos. A los hombres es el ojo derecho, es la zona longitudinal que parte el cuerpo en dos… Pero no, todo es por la posición del universo con el dos, que es el número del diablo y de la lotería. Las viejas sólo sabemos alabar al demonio… De los ángeles nos burlamos porque nos recuerdan nuestros amores…
Es un poema sobre mujeres…
Hay un verso mío que es Fue llagar en tu cuerpo al ver tu cuerpo tan desnudo… Hoy es tu alma un despojo… tan solo por los dos. Es un poema dedicado a esa amiga mía rica, que se llama Marabá. [Busca en su libro y lee:] Amanecer en la Biblia, tiende la mano la mujer sobre la pálida frente del niño que nos mira y no llora, estamos en Betlhem antes del tiempo, afuera llora el puerco. La noche es tibia como madre o perro. Tiene pelos la noche y resuma su sangre como mosto para el vino, alguien parte los panes en la mesa; afuera, grita y grita el puerco. Hay sangre en la mesa y de ese pan derramado brotan gotas como ojos que nos miran. La carne se remueve entre los platos como abriendo su boca para hablar. Afuera, como un niño, llora el puerco. Dos mujeres de pronto en la cocina se miran y se tocan, y no creen aún en lo que ven. Crepita el fuego mientras y el reloj lo mismo, y las mujeres se tocan y se tocan y se lamen los ojos para ver. Afuera llora y se lamenta el puerco. Un tenedor se abre en el dintel mostrando sus enseñas a los hombres, pasan y pasan combatiendo a boca, se enseñan las manos y los hombros y señalan al cielo y a la tierra, mientras en los largos corredores de la noche errando ciego aún y torpe entre caídas y bajo las estrellas va caminando el cuerpo… El poema El Anticristo también está bien…
¿Quién es el anticristo?
Yo. Por lo visto, yo [risas]. El anticristo es la bestia misma, el 666, que es el número que está en la Biblia, ¿o no la has leído? El naranja es el anticristo.
¿Y el anticristo no necesita purificación?
Yo no soy el anticristo, tía, yo soy Leopoldo María Panero, y si quieres te enseño el DNI [risas].
¿Por qué entonces el naranja es el anticristo?
Debe ser por la sangre menstrual, tanto a la tinta blanca como a la tinta roja, tanto a la vida húmeda como a la vida seca. La cinta roja es el menstruo y la cinta blanca el esperma. Mercurio lo escribió esto.
¿Y el anticristo también tiene una marca de la bestia?
…Y nadie podía comprarse ni venderse aunque tuviera el número de la bestia…. La marca de la bestia era Jesucristo por lo visto. Yo no creo ni nunca he creído en Jesucristo en mi vida, Jesucristo nunca existió, era un predicador judío itinerante. [En el fondo suenan unas campanas]. ¿Las campanas qué tocan? ¿A un muerto? Yo he leído el poema a las horas, de Rilke; el tiempo es dios, según Einstein. Es el sol dios, que también hipnotiza. Jesuschrist!!!! Búfalo, dime ahora que has hecho, Jesús era un hombre apuesto. Mataba 1, 2, 3, 4 ,5 6, 7, pigeonsjustlikethat, y cabalgaba un semental de plata. Dime ahora lo que has hecho con tu hermoso muchacho de ojos azules, señora muerte…
¿Y la Biblia, qué te dice la Biblia?
Me aburre.
Entonces, hablemos de otros textos. Cuéntame de tu próxima publicación.
Voy a publicar ahora en Madrid un libro nuevo de poesía en editorial El Señor de las Arenas, con Carmen Abad, que se titula Mi lengua aún mata. Poemas escritos todos en Canarias.
¿Y tiene algo de poesía maldita?
Ojos de Fotofo fue el poeta maldito [silencio largo]
¿De todos los poetas españoles quién te parece el más maldito?
Raymond es un cantante socialista catalán [silencio largo].
¿Algún otro autor te dice algo?
Yo estaba con García Márquez en Barcelona y dijo: Aquí les presento a un mexicano que es más español que todos ustedes, ¿cómo se llama?: Alfonso de España. Y era que ése le ponía los cuernos a su mujer que gobernaba. Y al entrar le preguntaban: ¿Y dónde está tu mujer? [Estalla en risas] Yo conozco un silogismo: Lo que no has perdido, lo tienes. Si no has perdido los cuernos, luego los tienes.
¿Esto fue un chiste o sucedió de verdad?
Mi chiste favorito es besar la mano [me besa la mano izquierda y estalla en risas].
¿Hay algo más que quieras contarme, Leopoldo?
No, ya no hay nada que contar. [El poeta encuentra en el libro, por fin, el “Octavo Poema de la Vieja”, citado por fragmentos varias veces durante la conversación, y lo lee, esta vez completo:] Las viejas sólo sabemos alabar al demonio… De los ángeles nos burlamos pues nos recuerdan nuestros amores…  Carne arrugada y fofa sólo puede ser follada por el pellejo de una bestia… Paseando entre las tumbas gritamos Pape satán, pape satán aleppe, y la muerte nos sonríe alegre, como nuestro último baile… Por la mañana, cuando el sol sale a perseguir la manada bailamos con el diablo, y sin dientes sonreímos: nada peor que mi sonrisa. Y así al demonio le ofrezco esta ofrenda de hojas secas.
*(Lima-Perú, 1971). Actualmente vive en Alemania, dedicada a la docencia, la investigación académica y la literatura. En poesía ha publicado las plaquetas: Fabiola (1997), Selección rescatada (2014), Die Formen meiner Liebe (2014); y las antologías: Viejas palabras – Poesía rescatada: Lima, 1990-2000 (2015); y Del Alpe y del Ande – Reunión poética bilingüe de Alemania y Perú (2015). Además, forma parte de Como si no bastase ya ser. 15 narradoras peruanas (ed. de Nataly Villena, 2017).
(Vallejo & Co. / 7-4-2018)

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+