domingo

LOS CANTOS DE MALDOROR (137) - CONDE DE LAUTRÉAMONT (ISIDORE DUCASSE)


CANTO SEXTO

1 (2)

Los cinco primeros relatos no fueron inútiles; constituían el frontispicio de mi obra, el fundamento de la construcción, la explicación preliminar de mi poética futura: y me debía a mí mismo, antes de cerrar mi valija y partir hacia las comarcas de la imaginación, informar a los sinceros aficionados a la literatura, con el bosquejo rápido de una generalización clara y precisa, del fin que me había propuesto perseguir. Por lo tanto, es mi opinión que ya la parte sintética de mi obra está completa y suficientemente parafraseada. Por ella estáis informados que me he propuesto atacar al hombre y a Aquel que lo creó. Por ahora y para más adelante ninguna otra cosa necesitáis saber. Nuevas consideraciones me parecen superfluas, pero no harían sino repetir en otra forma, quizás más amplia pero idéntica, el fin enunciado de la tesis cuyo primer desarrollo verá el fin de este día. Se infiere, pues, de las observaciones precedentes, que mi intención futura es emprender la parte analítica, lo que es tan verdadero que hace sólo algunos minutos expresé el ardiente anhelo de que fueseis aprisionados en las glándulas sudoríparas de mi piel para verificar la fidelidad de lo que afirmo con conocimiento de causa. Ya sé que es necesario apuntalar con gran número de pruebas el argumento contenido en mi teorema; pues bien, esas pruebas existen, y ya sabéis que no ataco a nadie sin tener serios motivos. Me río a carcajadas cuando pienso que me reprocháis esparcir amargas invectivas contra la humanidad, de la que soy uno de los miembros (este solo reparo me daría la razón), y contra la Providencia: no me retractaré de mis palabras, y contando lo que he visto no me será difícil justificarlas, sin más ambición que la verdad. Hoy voy a construir una novelita de treinta páginas; esta medida quedará en lo sucesivo más o menos estacionaria. A la espera de ver pronto, un día u otro, la consagración de mis teorías aceptadas por tal o cual forma literaria, creo haber al fin encontrado, después de algunos tanteos, mi fórmula definitiva. Es la mejor, pero se trata de la novela. Este prefacio híbrido ha sido expuesto de un modo que no ha de parecer, quizás, bastante natural, en el sentido de que sorprende, por así decir, al lector, que no se da cuenta exacta al principio de adónde se le quiere conducir; pero este sentimiento de viva estupefacción, del cual uno debe generalmente tratar de sustraer a los que consumen su tiempo leyendo libros o folletos, yo hice toda clase de esfuerzos para provocarlo. Realmente no podía haber hecho otra cosa a pesar de mi buena voluntad: será sólo más tarde, aparecidas ya algunas novelas, cuando llegaréis a comprender mejor el prefacio del renegado, de rostro fuliginoso.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+