domingo

LOS SECRETOS DEL PODER (5) - RICARDO AROCENA


MUERTE EN LA TARDE

A esta altura ya no caben dudas, ni las denuncias pueden ser descalificadas como fruto de “teorías conspirativas”.  Siempre se sospechó, pero ahora está comprobado que los servicios secretos norteamericanos complotaron contra los principales dirigentes del movimiento por los derechos civiles, entre ellos Malcolm X. Este fue asesinado el 21 de febrero de 1965 en el Auditórium Ballroom de Manhattan, durante una reunión de la Organización de la Unidad Afroamericana.

Decenas de miles lo acompañaron hasta su última morada, el orador fue el actor y activista Ossie Davis, que dijo “Aún existen quienes siguen considerando que es su deber, como amigos del "pueblo negro", decirnos que le repudiemos, que huyamos aún de la presencia de su recuerdo, para salvarnos a nosotros mismos borrándole de la historia de nuestros tiempos turbulentos. Y nosotros sonreiremos. Ellos dirán que estaba lleno de odio, un fanático, un racista que solo podía traer el mal a la causa por la que lucháis. Y nosotros contestaremos y les diremos: ¿Alguna vez hablaste con el hermano Malcolm? ¿Alguna vez le tocaste o conseguiste que te sonriera? ¿Le escuchaste alguna vez de verdad? ¿Estuvo personalmente asociado alguna vez con la violencia o con cualquier disturbio público?, porque si lo hubieras hecho le conocerías, y de haberlo conocido, sabrías por qué debemos honrarle. Malcolm fue nuestro orgullo, nuestro orgullo negro viviente, éste es el significado que ha tenido para su pueblo. Y al honrarle a él, honramos lo mejor de nosotros mismos. ”.

Por su parte Martin Luther King envió un telegrama a Betty Shabazz, la viuda, en el que expresa su dolor. “Aunque no siempre coincidimos en los métodos para resolver los problemas de la raza, siempre tuve un profundo afecto por Malcolm y considero que tenía una gran habilidad para poner el dedo sobre la existencia y la raíz del problema. Fue un elocuente portavoz de su punto de vista y nadie puede dudar honestamente de que Malcolm tuvo una gran preocupación por los problemas a los que nos enfrentamos como raza. Aunque sé que este es un momento difícil para usted, estoy seguro de que Dios le dará fuerza para soportarlo. Le recordaré en mis oraciones y que, por favor, sepa que tiene mi más sentido pésame. Considéreme siempre un amigo y si puedo hacer algo para aliviar la pesada carga que se ve obligada a llevar en este momento, por favor, siéntase libre de llamarme”.

Ya en ese momento sobrevolaba la sospecha sobre la participación en el crimen de las fuerzas de seguridad, los que así pensaban, argüían que era por lo menos extraña la libertad con la que los asesinos habían actuado. En 1970 cobraron estado público el COINTELPRO y otros programas secretos de FBI, que dejaban en evidencia los intentos de ese servicio de desarticular las organizaciones por los derechos civiles durante los años 50 y 60.

Los documentos revelan que entre los infiltrados estaba John Ali, el principal dirigente de Nación del Islam y acérrimo enemigo de Malcolm X, quien la noche anterior al asesinato se había reunido con Talmadge Hayer, uno de los individuos condenados por el crimen. Este último reconoció que en el atentado habían participado en total cinco personas, entre los cuales no estaban Norman Butler y Thomas Johnson, sus compañeros de militancia, que también fueron arrestados, pero siempre manifestaron su inocencia. Igualmente debieron soportar largos años de cautiverio.


HISTORIAS CRUZADAS

Hacia fines de los 70, el propio Congreso norteamericano reconoció que tanto el asesinato de John F. Kennedy como el de Martin Luther King, fueron resultado de sendas conspiraciones. El líder del movimiento por los derechos civiles fue abatido de un tiro por un francotirador mientras saludaba desde el balcón del Motel Lorraine, en Memphis. Fue condenado James Earl Ray, quien en un principio se auto incriminó, pero posteriormente se retractó ante un “Comité selecto de la Cámara sobre asesinatos”. La familia de Martin Luther King lo cree inocente y apoyó públicamente sus esfuerzos para obtener un nuevo juicio.

Finalmente, el propietario de un restaurante de Memphis, llamado Loyd Jowers, fue encontrado culpable por la justicia civil de integrar un grupo conspirativo para asesinar al líder negro; el jurado, llegó también a la conclusión de que “las agencias del gobierno, formaron parte del crimen”.

Pero la cosa no quedó ahí, unos años después el New York Times publicó que un ministro de la Iglesia llamado Ronald Denton Wilson afirmaba que su padre y no el condenado Ray, era el verdadero asesino y agregaba que lo había ultimado porque estaba convencido de que el pastor estaba vinculado al comunismo internacional.

Jesse Jackson, quien estaba con King en el momento de su muerte, sugirió la participación de los servicios: “el hecho es que hubo saboteadores para interrumpir la marcha dentro de nuestra propia organización, (…) encontramos que una persona muy importante, estaba en la lista de pago del gobierno. Así que la infiltración interna, los saboteadores por afuera y el ataque a la prensa… Yo nunca creeré que James Earl Ray tenía motivo, el dinero y la movilidad para hacerlo él solo. Nuestro gobierno estaba muy involucrado para poner el escenario…”

Las denuncias de conspiración en el asesinato de John Fitzgerald Kennedy son más conocidas, por lo cual simplemente transcribimos algunas reflexiones del periodista Javier García Sánchez  quien acaba de publicar: 'Teoría de la conspiración. Desconstruyendo un magnicidio: Dallas 22/11/63', un meticuloso ensayo de 600 páginas: “La mayor parte de la gente piensa: "seguimos como al principio, sin tener ni idea de quién mató a Kennedy"… y ése es precisamente el principio de la conspiración: lo que quieren es que digas: "seguimos sin saber quién mató a Kennedy". Y si, si se sabe. De los 8 tiradores se sabe al menos el nombre de 5. ¿Qué más quieren? 

Nunca van a admitir lo sucedido. Tenga en cuenta que hubo una masiva participación de instituciones norteamericanas como el Pentágono, la CIA, el FBI… y gente muy "respetable" y con mucho dinero, grandes accionistas de Wall Street…y eso el pueblo americano nunca lo podría aceptar. Creo que el pueblo americano nunca entendería una relación entre la mafia y la CIA. Admitir que las supuestas "fuerzas del bien", es decir,  el Gobierno, las instituciones, el Senado, estaban entre la Mafia y la CIA es muy duro para ellos: es una realidad en la que la CIA y la Mafia hacen pagos en heroína… ¡Los tiradores de Dallas cobraron en heroína! Pagarles en dinero era muy peligroso. Se les pagaba con heroína. En maletas. Y esto lo pagaba la mafia. Perdón, la CIA. Eso para un pueblo que se ufana de ser tan demócrata es muy difícil de digerir… prefieren hacer como que no se sabe nada y dejan dormir al fantasma. Al fantasma de Oswald, me refiero. Por eso mi libro no está dedicado a John Fitzgerald Kennedy, sino a Lee Harvey Oswald.”

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