domingo

PAPÁ GORIOT (4) - HONORÉ DE BALZAC


EL REALISMO DE BALZAC (4)

Esta innovación de Balzac ha tenido una gran importancia en la novela moderna. Entre otros, la han adoptado Joyce Cary y William Faulkner. Refiriéndonos especialmente a Goriot debemos conocer las estadísticas de A. G. Canfield, en Personajes que reaparecen en la comedia humana, y las sutiles observaciones de Pierre-Georges Castex. Según el primero, el número de personajes que reaparecen se eleva a veintitrés en la edición original y el número aumenta a cincuenta debido a las correcciones y agregados que Balzac hizo a sus obras. En Gobseck, aparecida en 1830 con el título de Los peligros de la inconducta, la condesa de Restaud, para salvar a su amante, entrega al usurero los diamantes que su marido, sobre aviso, va a rescatar momentos más tarde. Esos diamantes, en Goriot, el conde los pone a la vista de su mujer desesperada. El lector que no conoce Gobseck, dice Castex, se interesa en el episodio en la medida que el héroe de Goriot sufre el contragolpe y el conocedor de Balzac siente un placer especial al rememorar los acontecimientos ya ocurridos y que preparan y aclaran los actuales hechos. A través de toda La comedia humana existen reapariciones y sucesos de esta índole, que revelan el deseo de Balzac de manejar un mundo de personajes “conocidos” por él y que terminan por ser familiares y casi reales para el lector.

El principal de todos los personajes que reaparecen en La comedia humana es Eugenio de Rastignac, que en cierto sentido es Balzac. Rastignac aparece por primera vez en 1831 en La piel de zapa, en la que es un vividor, como dice Castex, “a la vez cínico y prudente”, es decir, que quiere gozar de la vida sin mayores complicaciones. Este vividor es citado por Balzac en su manuscrito de Goriot junto con otros personajes parecidos de la misma época, Ronquerolles, Enrique de Marsay y Máximo de Trailles. Este vividor se llama entonces Eugenio de Massiac, pero Balzac tuvo la idea de identificarlo con Rastignac. Atrasa entonces en cinco años la fecha de los acontecimientos, pues la historia de Goriot transcurre a principios de 1824, y muestra el aprendizaje del personaje que el lector ha conocido ya maduro en La piel de zapa. Rastignac reaparece luego en numerosas obras de Balzac. “Eje de La comedia humana”, dice Castex, “en la cual interviene en una veintena de novelas, Rastignac es también eje de Goriot. Es el amigo del viejo fideero, el favorito de Vautrin, el confidente de Mme. Beauséant, el candidato virtual a la mano de Victorina Taillefer. Asiste a las enojosas o funestas aventuras de Vuatrin, desenmascarado; de Mme. De Restaud, que se destierra; de Goriot, que muere. Se desentiende de tales espectáculos para asociar su destino a la estrella ascendente de la casa Nucingen. Así se desarrolla, en una novela consagrada en principio al estudio de la pasión paterna, un tema completamente diferente. Del que M. Bardeche señala la importancia, tratando de demostrar que los diversos dramas contados en Papá Goriot colaboran en el tema único del libro, que es la educación de Rstignac”.

Pero la importancia de Goriot y de sus sufrimientos no disminuye por la presencia de Rastignac, como podría suponerse ante la opinión de M. Bardeche. Para el lector de la novela, que no ha leído otras de Balzac, Goriot es una obra autónoma, en la que los sufrimientos de un padre frente a sus hijas indiferentes es lo más importante. El hecho de que en esa novela Eugenio de Rastignac haga una suerte de aprendizaje puede interesar a los lectores de la obra completa de Balzac, pero no tanto a los de Goriot,

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