domingo

JULIO CÉSAR CASTRO (JUCECA) - LA VUELTA DE DON VERÍDICO



PUERTA MAÑERA

Hombre que supo tener problema con las puertas, aura que dice, Olivino Pomposo.

Él siempre solía decir:

-Pa mí, los ranchos tenderían que ser sin puerta, porque puerta siempre es pa lío.

-Si no tiene puerta le dentra frío.

-¿Por dónde le dentra frío?

-Por la puerta.

-¡Entonces pa qué la quiere!

Pa peor, tenía una puerta muy mañera. Si pa dentrar al rancho la empujaba, ella se ponía de que era de abrir pa fuera. Si la empujaba pa salir, clavau que ella abría pa dentro. Había días que Olivino Pomposo no sabía si estaba dentrando, o saliendo del rancho.

Una noche que llegó de un baile, medio entonau en vino, muerto e sueño, fue a dentrar y la puerta se le había trancau por dentro. Olivino armó un cigarro, se le quedó mirando un rato, serio, hasta que en una agarró y le dijo de todo. Ella como si nada. Dio la güelta y dentro por una ventana, prendió el farol, y por no tener cuestiones con mesejante cansancio, se acostó sin decir palabra.

Al otro día, tempranito, fue a salir, y va y se encuentra con que la puerta se había trancau por fuera. Le encajó bruta patada. Salió por la ventana, fue al galponcito, agarró un hacha y le hizo volar toditas las trancas.

La puerta quedó como loca, abriendo y cerrando pa cualquier lau no se sabe si de contenta o desorientada nomás.

Olivino Pomposo se fue pal boliche El Resorte. Taban la Duvija, el tape Olmedo, el pardo Santiago y Nomediga Recuerdo, tomando unos vinitos pa despuntar el vicio. Olivino Pomposo contó lo de la puerta, que taba muy atacada y que ya no era vida, y que cuando uno no se lleva con las cosas más mejor es separarse. Fue Nomediga Recuerdo el que opinó:

-Esa puerta ha sido hecha con madera cortada en viernes y por la mañana.

Olivino se quedó pensando un momento y dijo:

-Viernes, sí señor, por la mañana se cortó, es verdá.

-Capaz que de árbol con hongo en el suelo, clavel del aire en la rama y araña abajo e la cáscara.

-Tenía, sí señor, dijo Olivino al momento.

-Taba clavau.

La Duvija dijo de dir a verla y allá fueron todos a curiosiar. La hallaron tendida abajo del ombú, tomando el fresco. Olivino hizo como que no la había visto, agarró el hacha y se fue pal monte a cortar madera pa hacerse una puerta nueva. Le quedó de lo más bonita.

Salió unos días con una tropa, Olivino Pomposo, y cuando diba viniendo, dende lejos, vio que el rancho no estaba. Salió matando caballo pal lau del boliche El resorte. Taban la Duvija, el tape Olmedo, Nomediga Recuerdo, el pardo Santiago y dos más. Cuando Olivino contó que le habían robau el rancho, Nomediga Recuerdo opinó:

-Capaz que ha hecho puerta nueva con madera media verdota.

-Muy seca no estaba, no señor.

-En fija que tiene piso e tierra y la dejó tocando.

-De tierra, sí señor. Y baja quedó, es verdá.

Fueron todos a ver. En lugar de la puerta había bruto árbol, y allá arriba el rancho.


Acostada contra el ombú estaba la puerta vieja. Al lado tenía una regadera.

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