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¿POR QUÉ LA OBRA DE ELADIO DIESTE ES REFERENTE EN EL URUGUAY Y EN EL MUNDO?


por Cecilia Presa

Las pintorescas y llamativas construcciones con paredes y techos curvos hechos de ladrillo, de Eladio Dieste, son la marca registrada de una obra que combinó un sentido estético valorado por arquitectos de todo el mundo, con un método constructivo eficiente y sustentable propio de un ingeniero que rechazaba la noción del arte por el arte en sus obras.

Montevideo, Canelones, Durazno, Salto e incluso Artigas –de donde Dieste era oriundo– tienen impregnado en su paisaje el sello distintivo de este ingeniero civil: la cerámica armada.

En 2017 se celebran 100 años del nacimiento de este hombre que se valió del racionalismo de la forma y los cálculos, del humanismo ético de las construcciones con materiales locales y de un modernismo difícil de encasillar en una corriente, para crear más de 160 edificaciones con una gran variedad de programas.

"Creo que una de las cosas más originales y que impresionan que hizo papá es la concepción del proyecto en su conjunto, en todos los aspectos: los formales y los estructurales, sin fisuras", explicó a El Observador Esteban Dieste, el único de los 12 hijos de Eladio que es arquitecto y trabajó en la empresa de su padre: Dieste y Montañez.


Sustituir al camino constructivo clásico de una columna, una viga y una losa con un material liviano, resistente y económico –como es el ladrillo– fue el planteo teórico de construcciones que, en palabras del propio Eladio Dieste, tenían un fuerte "sustento ético" por detrás. 

El arquitecto y exintendente de Montevideo Mariano Arana lo citó para explicarlo: "Él decía que las obras se sostienen por la forma; 'el cálculo viene después para verificar'".

De Uruguay al mundo

"La obra de Eladio Dieste tiene una particularidad: es única", definió el arquitecto venezolano Ciro Caraballo, un reconocido experto en patrimonio histórico que encabeza desde su oficina en México la asesoría externa de la Unesco para declarar la obra completa de Dieste como Patrimonio Mundial. 

Desde 2016 forma parte de una lista indicativa de sitios y obras que potencialmente pueden pasar a formar parte de este cuadro de honor.

"Hace un año que se viene trabajando en esto y todavía nos queda año y medio más", explicó Caraballo, quien dijo que este tiempo se debe a que Unesco evalúa obras de Dieste que tengan representatividad de los sistemas estructurales, funcionales, su calidad estética y formal, además de que estén ubicados en distintas localidades de Uruguay.

Gran estudioso y admirador de Eladio Dieste, Caraballo también señaló que el primer paso para que una obra sea declarada Patrimonio Mundial es que se la declare patrimonio nacional por gobiernos o intendencias. Hasta ahora solo cuatro edificios cumplen este requisito: la iglesia de San Pedro en Durazno, la iglesia Cristo Obrero de Atlántida, el depósito del puerto de Montevideo y la Casa Dieste. En este tema trabaja la Comisión de Patrimonio del Ministerio de Educación.

Mantenerlo moderno

La Unesco también exige estudios técnicos de deterioro de las estructuras y un plan de manejo en cada caso, en el que se establezca un ámbito de protección.

"Entre las obras de Dieste la única que se está estudiado con esa profundidad es la iglesia Cristo Obrero de Estación Atlántida", explicó Caraballo. Esto se debe a que en 2016 la imponente iglesia culminada en 1960 recibió fondos del programa Keep it modern de la fundación californiana Getty, para analizar en profundidad la estructura de la obra y detectar patologías en su estructura. Allí trabajaron equipos multidisciplinarios pertenecientes a las facultades de Arquitectura e Ingeniería de la Universidad de la República (Udelar), miembros de la Universidad Católica y expertos del exterior.

Estudios adicionales

"Increíblemente todavía no podemos precisar exactamente cuántas obras de Dieste hay. Me atrevo a decir que en total tranquilamente son arriba de 160", dijo Pablo Canen, uno de los docentes de la cátedra de Historia de la Arquitectura en Uruguay en la Udelar, que coordinó la primera sistematización de información sobre las obras de Dieste en 2015.

En el marco de esta materia, un grupo de más de 200 estudiantes realizó un inventario de 40 obras de Dieste basándose en planos, memorias y fotografías de la constructora Dieste y Montañez, además de otras fuentes. Tienen identificadas otras 40 sobre las cuales planifican trabajar con un nuevo grupo de alumnos de Arquitectura.

Pero por más extensos que parezcan, estos inventarios son solo una primera aproximación a los requisitos de Unesco. "Serviría para hacer un plan de manejo de la obra de Dieste o para saber dónde están las que requieren de una atención en torno a mantener sus valores", ejemplificó Leonardo Gómez, otro de los docentes de la cátedra, que contó que eso sucedió con el denominado Paisaje cultural industrial de Fray Bentos, donde se encuentra el Frigorífico Anglo, que desde 2015 forma parte de la lista de Patrimonio Mundial de Unesco.

Muchas de las obras relevadas por el equipo de arquitectos fueron modificadas en función de su uso y varias presentan grandes desgastes. Gómez señaló que aunque esto es una dificultad, porque se pierde parte de la riqueza arquitectónica,"son edificios que están vivos, que se usan, y eso está bueno".

Al respecto, Mariano Arana refexionó: "Tuvimos la suerte de tenerlo acá y la desgracia de que no hiciera más obras inequívocamente arquitectónicas".

Ingeniero humanista

Si bien es cierto que lo funcional, el uso sustentable de los recursos y lo que llamaba “economía cósmica” eran grandes preocupaciones de Eladio Dieste, este ingeniero era por sobre todo un humanista. Consideraba que la funcionalidad de las obras respondía, en sus propias palabras, “a toda la riqueza que tiene lo humano, cuyas completísimas necesidades y apetencias no son fáciles de reducir en palabras”. Esto lo dijo en una entrevista realizada en 1990 por el arquitecto Mariano Arana, quien se sigue emocionando cuando recuerda la personalidad de Eladio Dieste. 

“Era un hombre de una gran sensibilidad respecto a la gente (...) Una vez en México estábamos reunidos con varios arquitectos y dijo que estaba emocionado y quería recitar unos versos. Cuando terminó le preguntamos de quién eran y nos dijo: ‘Son míos’. Era muy bueno. Después investigando lo confirmé y pude leer algunos de sus poemas”, contó Arana y añadió: “Él creía mucho en la armonía del universo como una concepción cristiana muy profunda”.

(El Observador / 11-5-2017)

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