domingo

LOS RECOVECOS DE MANUEL MIGUEL (49) - Desbocada reinvención de la vida de Manuel Espínola Gómez



Hugo Giovanetti Viola

Primera edición: Caracol al Galope, 1999.
Primera edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes, 2016.


DUODÉCIMA PUERTA: ENTRAÑA Y LÍMITE (4)

Manolo se fue al otro día de Moscú y yo seguí yirando hasta el sábado, erizado por revelaciones tan estimulantes como la de que el pueblo soviético había tenido que esperar una década y pico para ver el alunizaje por televisión.

-En el 69 prohibieron la trasmisión para no desanimar a la vanguardia de la revolución mundial, camarada -me hizo una guiñada el guía mientras hacíamos cola en una de las heladerías callejeras instaladas a todo bombo por Gorbachov. -Fue un gesto inolvidable.

Isabelino Pena y la Mermelada no volvieron a aparecer hasta el viernes de tarde. Yo acababa de prepararme un vodka on the rocks y trataba de esculpir mentalmente un poema en homenaje a la moribundez agrisada de Tolstoi, y cuando escuché los golpes en clave 1 / 4 / 2 supe que Tomatito iba a entrar en mi pieza.


Pero el visitante introducido por el detective liliputiense y la vieja de lentes amariposados no es Tomate De Deus.

-Marmeládov -trato de no caricaturizar mi reverencia. -Adelante, consejero. No puede existir mayor honor para ningún novelista del mundo que emborracharse con usted.

-Qué hermoso -brinda él, después que nos sentamos alrededor de una botella llena de noche blanca. -Qué hermoso es el dolor de los que amamos mucho. Gracias a Dios volvimos a encontrarnos anoche en Arbat viejo con mi ahijada la pecosa y ella me perdonó. Y hoy los ayudé a buscar a Tomatito por las covachas de borrachos más asquerosas de todo Moscú pero no hubo manera: se lo tragó el horror. ¿O el amor? ¿Qué sabemos del doblón invencible que arde en la podredumbre de cada soledad? ¿Sabe cómo conocí a esta dama? Mendigando por Arbat, como ayer. Pero esa noche yo no mendigaba ninguna copeica. Y cuando me enfrenté a aquella medusa que parecía una Ofelia representada por el espía más astuto y miserable de la KGB me arrodillé a rogarle que me arrastrara de los pelos hasta que mi cabeza quedara crucificada contra los adoquines. Y ella me contestó: Ni siquiera tengo nombre. Acabo de nacer a la vergüenza pública y no puedo dejar de apiadarme por todo. Y yo le contesté: Entonces voy a llamarte la Mermelada, hija. Vale más la dulcísima mariposa de tu letrina que el placer de mi muerte.


Nos quedamos muy callados. Y recién cuando traje la segunda botella de la heladera me animé a reclamarle al detective que fundamentara con precisión su teoría sobre el eje central de mi cronotopo. El hombrecito llenó los vasos y casi canturreó:

-El trabajo del Ejército de las Gárgolas Fiscalizadoras amparadas por el Jehová pre-cristiano y Yemanjá del Mar Dulce se desarrolla en dos frentes complementarios (aunque muy desconcertantemente barajados, of course). Puerta 2: usted mismo (acusado por el medusón invasor) pone a prueba a Manolo y él lo desencajona de la muerte-en-París-con-aguacero, emponchándolo con el OJO de María Carmen Portela. Puertas 6 / 8 y 11: aparece Ray de Deus (sosías espiritual de la Gárgola parisina) poniendo a prueba a Manolo, a Mozart y a Álvaro Pierri. Puerta 5: Tomatito se infiltra en Solís y desafía a Manolo con un bromazo olímpico. Puertas 7 / 1 / 3 / 4 y 9: Tomatito roba el retrato de la guazú-virá y desafía a Manolo y al General con lobizones carreteros  presagios lacrimales fantasmagorías fabinianas y sirenas del Mataojo. Lo difícil en estos casos fue entender que el personaje operaba con una retroactividad narrativa no prevista del todo por usted.


-¿Y en la puerta 10 qué pasa? -lo picaneo después de retener un gran trago de plata bajo la lengua.

-Ahí aparece ella -hace la clásica seña del auto-stop Isabelino Pena. -La maja de los porros.

-Perdón -interrumpe Marmeládov. -¿Pero esa contrahechura novelesca no raya en lo churrigueresco?

-Puede ser. Y con toques de churriguerismo a la rusa, además -se incorpora el detective, y le mete una mano en el busto a la vieja (que se deja escarbar con dignidad) y termina por sacar el retrato que Manolo le grafitó a la sobrina de la Pito de Oro.

-Aquí está el tesoro -bufa. -El grafito utilizado por Tomate De Deus (alias la Mermelada) para conjurar a Yemanjá y orinarle la vida a Manuel Espínola Gómez. Su amado. Y AQUÍ ESTÁ EL TRAVESTIDO MALIGNO CRIOLLO QUE NOS ROMPE LOS COCOS POR TELÉFONO. EL HIJO DE PERRA. AQUÍ. AQUÍ SENTADO FRENTE A NOSOTROS. Y acabo de entenderlo gracias al testimonio del primer encuentro que tuvo con ella, ilustre consejero.

Entonces la Mermelada / Tomate De Deus empieza a dejar caer mansas estrías de llanto que se coagulan como pecas boreales debajo de sus lentes, y tengo la certeza (por primera vez en mi vida) de que el mal no es eterno.

-Por fin me descubrieron -dice al rato, muy erguida. -Sientesé, detective. S’il vous plaît. Ya no ataco.

Isabelino Pena se acomoda el panamá y se guarda el grafito en el bolsillo interior del saco.

-El problema principal fue haberme acostumbrado desde tan chico a disfrazar la desesperación con vineta -demora en agregar el Maligno Criollo. -Y el segundo fue haberme enamorado (después que murió Chapete y volvimos a Solís) del polifocalístico. Aunque ni siquiera sé si soy un travesti vocacional. Lo que sé es que empecé a vestirme de mujer recién cuando entendí que aquí en el socialismo TODO ESTÁ DISFRAZADO. Es mucho peor que allá. Allá los marginales que se fajan para eyacular CULTURA INVESTIGATIVA sueñan a la intemperie. Pero son segregados del palacio con más delicadeza. Pobre viejo Bajtin: ningún genio tan grande como él fue obligado a comer tanta mierda burocrática. Ninguno. Estoy seguro. Ni Sócrates. Ni Van Gogh. Ni Cervantes. Ni Mozart.

Y de golpe nos encandila una especie de implosión meteórica revoloteante y escuchamos berrear a Marmeládov, transformado en un cuervo de ojos celestes:

-Las gargolitas / las gargolitas / siempre nos van a mear / mientras no reine / mientras no reine / la belleza principal.

Entonces la Mermelada / Tomate De Deus levanta los lentes para que contemplemos la triplicación insolada de la PAX rebrillando en el humo de sus pupilas y nos informa:

-Resucité, muchachos. Yo también vi el logotipo en el hibernadero. Y ahora voy a tratar de sobrevivir de vuelo junto con Marmeládov. Pero quiero advertirles que mi última maldad fue pedirle a Yemanjá que le robara al ángel del museo de Manolo la paloma invisible. Así que van a tener que seguirla peleando allá en Montevideo. Quevachaché. Espero que me perdonen. Y saludos al Viejo.

Después de trasmuta en cuervo y se escapan por la ventana con el consejero, para que terminemos de emborracharnos escuchando disminuir las pedorreras de la avenida Kutuzov.

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