domingo

NOCHE OSCURA (61) - SAN JUAN DE LA CRUZ


LIBRO SEGUNDO

DE LA NOCHE OSCURA, TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL ESPÍRITU.

CAPÍTULO 21 (1)

Declárase esta palabra, “disfrazada”, y dícense los colores del disfraz del alma en esta noche.

1 / Resta, pues, ahora saber, después que habemos declarado las causas por que el alma llama a esta secreta contemplación secreta escala, acerca de la tercera palabra del verso, conviene a saber: disfrazada, por qué causa también dice el alma que ella salió por esta secreta escala disfrazada.

2 / Para inteligencia de esto conviene saber que disfrazarse no es otra cosa que disimularse y encubrirse debajo de otro traje y figura que de suyo tenía, ahora o (para), por debajo de aquella forma o traje, mostrar de fuera la voluntad y pretensión que en el corazón tiene para ganar la gracia y voluntad de quien bien quiere; (ahora) también para encubrirse de sus émulos, y así poder hacer mejor su hecho. Y entonces aquellos trajes y librea toma que más represente y signifique la afección de su corazón y con que mejor se pueda acerca de los contrarios disimular.

3 / El alma, pues, tocada del amor del Esposo Cristo, pretendiendo a caerle en gracia y ganarle la voluntad, aquí sale disfrazada con aquel disfraz que más al vivo represente las aficiones de su espíritu y con que más segura vaya de los adversarios suyos y enemigos, que son demonio, mundo y carne. Así, la librea que lleva es de tres colores principales, que son blanco, verde y colorado, por los cuales son denotadas las tres virtudes teologales, que son fe, esperanza y caridad; con las cuales no solamente ganará la gracia y voluntad de su Amado, pero irá muy amparada y segura de sus tres enemigos.

Porque la fe es una túnica interior de una blancura tan levantada, que disgrega la vista de todo entendimiento. Y así, yendo el alma vestida de fe, no ve ni atina el demonio a empecerla, porque con la fe va muy amparada -más que con todas las demás virtudes- contra el demonio, que es el más fuerte y astuto enemigo.

4 / Que por eso San Pedro no halló otro mejor amparo que ella para librarse de él, cuando dijo: Cui resistite fortes in fide (1 Petr. 5,9). Y para conseguir la gracia y unión del Amado, no puede el alma haber mejor túnica y camisa interior -para fundamento y principio de las demás vestiduras de virtudes- que esta blancura de fe, porque sin ella, como dice el Apóstol, imposible es agradar a Dios (Hebr. 11,6), y con ella es imposible también dejarle de agradar, pues Él mismo dice por el profeta Oseas: Desponsabo (te) mihi in fide (Os, 2,20); que es como decir: Si te quieres, alma, unir y desposar conmigo, has de venir interiormente vestida de fe.

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