EL MAGO DE LOS TECLADOS
por Jacobo Celnik
Keith Emerson, uno de los mejores teclistas del mundo, habló con Panorama de las Américas acerca del pasado glorioso junto a Emerson, Lake & Palmer, a 42 años de la creación del grupo, una de las bandas más importantes de todos los tiempos. En 2010 la banda se reunió por última vez para celebrar su cuarenta aniversario, en un concierto que dejó más interrogantes que respuestas y cuya grabación fue lanzada en DVD. En septiembre pasado, el teclista entregó a su compañero de banda Carl Palmer el premio Virtuoso durante los primeros Prog Rock Awards, celebrados en Inglaterra, y sorprendió al ocupar el segundo lugar del premio a Toda una Vida, otorgado por los votantes a su “rival” Rick Wakeman, teclista de Yes. Memorias de un músico que llevó los teclados a la cúspide del rock, gracias a su talento y visión.
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Han pasado 42 años desde que llegó a la gloria con Emerson, Lake & Palmer. Antes de eso usted había participado en la banda The Nice, donde hizo aportes fundamentales para el establecimiento del rock progresivo como género.
Fundé The Nice en Inglaterra en 1967 como banda soporte de P.P. Arnold, quien era una de las coristas de Ike y Tina Turner. Ella quería una banda de soul, lo cual nos permitió tocar la música que queríamos. Hacíamos arreglos de veinte a treinta minutos de jazz, algo de la música de los Beatles, clásico. Yo trabajaba ideas constantemente con Lee Jackson y Brian Davidson, y junto a otros músicos finalmente logramos establecernos como cuarteto. Creo que ese sincretismo que logramos fue clave para expandir las fronteras del rock.
¿Qué los influenciaba?
Básicamente usamos lo que pasaba y estaba de moda en el momento como jazz, rock y clásico y lo juntábamos para convertirlo en una gran pieza de música. Cuando P.P. Arnold tuvo que regresar a Estados Unidos, una casa disquera decidió contratarnos y logramos establecer un acuerdo que en su momento era muy bueno y muy diferente a las condiciones que se les plantea a las bandas hoy en día: podíamos hacer la música que nosotros queríamos sin presiones.
¿Cómo terminó su teclado como instrumento líder en The Nice?
La evolución de la banda llegó a un punto muy importante, pero a finales de 1968 perdimos a nuestro guitarrista; nunca me imaginé que un teclado pudiese liderar un trío de rock. Yo me encargué de comprobar que sí podía funcionar y ello me permitió involucrarme más con la composición.
Fue por aquella época cuando conociste a Greg Lake, quien cantaba con King Crimson. ¿Qué recuerdas de ese momento?
Cuando el teclado se convirtió en instrumento líder, esa evolución me hizo ver que necesitaba un cantante, alguien que le diera melodía a la banda, mucho más de lo que teníamos en ese momento. Al conocer a Greg Lake en San Francisco, creo que él era uno de los pocos músicos en Inglaterra en ese momento que tenía tres cualidades: era uno de los mejores cantantes del momento, un extraordinario bajista y un guitarrista muy bien formado. Greg quería salirse de Crimson y formar una nueva banda; es decir, no había posibilidad de involucrarlo con The Nice.
Ese encuentro con Greg marcó el final para The Nice…
Sí, nos entendíamos muy bien con Greg. Ensayábamos, pasábamos juntos mucho tiempo y de ahí surgió la idea de formar una banda. Buscamos a un baterista que se acoplara al estilo de música que queríamos hacer. Teníamos algunas opciones, pero finalmente llegó Carl Palmer, de Atomic Rooster, y fue entonces cuando todo comenzó para ELP.
Tras establecerse como banda, en 1970, ELP se presentó en el Isle of Wight Festival. ¿Qué tan importante fue ese show para el futuro de la banda?
Yo recuerdo que nosotros no le dimos mucha importancia a ese evento. Sí sabíamos que era un gran evento y para nosotros era un honor estar allí. Antes, ninguno de los tres había tocado en festivales y representaba un momento especial. Pero si se ve desde otro punto de vista, haber estado allí fue importante por la posibilidad de darse a conocer de forma masiva. Recuerdo que nos fue muy bien, recibimos muy buena aceptación por parte del público.
Durante los años 70 ELP grabó discos increíbles y muy adelantados en su tiempo como Tarkus, Pictures at an Exhibition, Brain Salad Surgery y Trilogy. ¿Cuál es su favorito y por qué?
Yo creo que todos fueron importantes en establecer el eclecticismo de la forma como yo lo quise usar para mi forma de trabajar. Pictures at an Exhibition, inspirado en la obra de Mussorgsky, es una hermosa obra de arte musical, siempre tuve una gran fascinación por arreglar piezas clásicas de compositores. Pictures tenía grandes tonos y armonías, y tanto Carl como Greg se dieron cuenta de que “rockear a los clásicos” era una alternativa, porque nos gustaba. Y entonces ¿por qué no tocar lo que nos gustaba?
¿Y Tarkus?
Es un disco conceptual que es producto de mis trabajos previos con The Nice en The Five Bridges Suite, que fue grabado en vivo; viéndolo hoy en día, fue algo arriesgado. Tarkus me permitió usar el Moog y creo que estableció de forma concreta para el mundo de la música lo que hoy conocemos como rock progresivo.
Hace un par de años, Greg Lake le dijo en la Revista Q que “ELP no era una banda democrática” y ello haciendo referencia a Tarkus, no solo por la música que se hizo allí sino por el armadillo con ruedas de tanque en la carátula. ¿Qué opina de eso?
No sé en qué contexto habrá dicho eso. De hecho, yo dudaría de esas palabras. La banda fue exitosa porque todos jugamos un gran rol conduciéndola. No es una cuestión solamente de componer la música; es estar seguro de que estás haciendo bien las cosas. Tienes un buen manager, cuentas bancarias, compromisos legales… Además, la banda siempre estaba ocupada dando shows y con el resto de cosas que las involucra. Si usted nos imagina a nosotros tres, cada cual protegía su propio lado, pero como banda el interés era general, no particular. Como banda lo teníamos todo cubierto y gracias a eso es que nuestro conocimiento individual del negocio de la música fue exitoso.
Entonces eran una democracia…
Yo siempre he sido demócrata y abierto a debatir ideas, no a imponerlas; Carl y Greg también trabajan así. Mucha de la música que yo componía pasaba por la aprobación de una “junta” compuesta por ellos, así que mucha de la música que yo quise hacer no se hizo porque se debía hablar y discutir. La música es algo natural: sales y tocas, sea por plata, por diversión, como sea, pero es una diversión. Yo no sé si Greg o Carl se sentían igual que yo, pero aparentemente cuando se hizo Tarkus no hubo contradicciones ni oposiciones. Todos estuvieron de acuerdo y por algo el disco salió. El gusto musical de Greg es muy abierto; de hecho él me introdujo a Aaron Copland, y Carl, a Bartók, entonces no creo que el problema fuese una pieza de veinte minutos enfocada en música clásica y menos aún la portada del disco.
Durante la gira de 1977, después de grabar Works, la banda no pasaba por su mejor momento. Luego, por presiones de la disquera, lanzaron Love Beach. ¿Usted cree que el resultado de este disco reflejó el estado anímico de la banda?
Love Beach fue un intento por pasar de ser una banda progresiva a ser una banda pop-rock enfocada en hacer singles de tres minutos. Yo no estaba tan contento con la transición, pero las casas disqueras se estaban volviendo más comerciales y necesitaban singles exitosos. Nunca me sentí bien con eso. El hecho está en que nunca logramos éxitos con ese álbum y en algunas entrevistas que di en la época estaba muy negativo al respecto. Pero oyendo el disco detenidamente no creo que sea malo, es bueno y tiene canciones que me gustan como “Canario”.
¿Por qué formó la Keith Emerson Band?
Es una gran banda, somos muy felices y hemos hecho giras increíbles donde nos hemos compenetrado de forma maravillosa. Me hacía falta sentir el poder de unión que genera un grupo. La historia con ELP va quedando en el pasado y hay que mirar hacia adelante. Volver a tocar por ejemplo Tarkus de la forma como la concebí es increíble, sin necesidad de increpar a Greg o Carl por alguna diferencia. Como dije, tuve que hacer muchas concesiones en cuanto a lo que escribí para ELP y ahora puedo interpretar esa música como originalmente la pensé. Obviamente hay mucho de ELP y The Nice en el catálogo de la KEB, pero también trato de motivar a los miembros de la banda a que compongan sus propias canciones.
¿Qué sensación le dejó la reunión con ELP para el High Voltage Festival de 2010?
Fue un concierto algo precipitado. Solo ensayamos durante un mes y el resto del tiempo estuvo dedicado a revisar detalles técnicos de la presentación. Fue un buen show, pero dudo que podamos volver a tener reuniones de este estilo. Greg está en su gira en solitario, promocionando su libro autobiográfico y Carl está con Asia de tiempo completo, así que esta reunión estuvo bien para conmemorar una fecha importante en nuestras vidas.
Están remasterizando los discos clásicos del catálogo. ¿Qué aportes nuevos tienen?
Hay mejoras sustanciales en el sonido, aunque para románticos como Greg esto suele opacar las piezas como originalmente fueron concebidas. Soy un abanderado de los avances y me gusta que esto pase. Hay demos, temas inéditos, fotos, notas interesantes de los procesos de grabación, sonido 5.1. Steven Wilson está haciendo un gran trabajo con el viejo catálogo del rock progresivo.
¿Qué opinas de los Prog Awards?
Son iniciativas interesantes que mantienen vivo el legado de un tipo de rock que no es masivo, pero que sí ha dejado grandes nombres de músicos en la historia del rock. En la medida en que se le dé continuidad está bien. Creo que la ceremonia fue sobria y fue muy agradable reencontrarme con grandes amigos a quienes no veía desde hace mucho tiempo.
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