lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana) - 77


SEXTA PARTE: DESCUBRIENDO A EN EL CAMINO: EL LADO OSCURO DE LA RELIGIÓN Y LA ESPIRITUALIDAD


20: LA SOMBRA DEL GURÚ ILUMINADO (2)


George Feuerstein

El hecho de que la iluminación no modifique la estructura fundamental de la personalidad suscita la importante cuestión de si ocurre lo mismo con aquellos rasgos que pueden der calificados de neuróticos. Personalmente creo que sí. El objetivo de los verdaderos maestros -caso de que existan- debe ser la comunicación de la Realidad trascendente. Su conducta siempre será, en lo que respecta al mundo externo, un asunto de estilo personal.

Por supuesto, los devotos creen que su idealizado gurú de ilusiones y que sus aparentes particularidades cumplen con alguna función didáctica. No obstante, un mínimo de reflexión basta para demostrarnos que esta opinión no es más que una fantasía y una proyección.

Hay maestros que dicen que su conducta refleja el estado psicológico de las personas que les rodean y que sus curiosos arrebatos de cólera son el simple reflejo de sus acólitos. Quizás ocurra que los maestros iluminados son como camaleones. En cualquiera de los casos, sin embargo, su conducta sigue ajustándose a pautas personales. Hay maestros que se sientan sobre un montón de basura, consumen carne humana (como el maestro tántrico Vimalananda) o meditan sobre cadáveres, pero se trata, en estos casos, de personalidades que difícilmente considerarían siquiera la posibilidad de desarrollar su intelecto o de aprender música como vehículo de transmisión de su enseñanza.

La personalidad del adepto está, con toda seguridad, más orientada hacia la trascendencia del ego que hacia su propia satisfacción personal. No obstante, este no es el camino típico de la autorrealización (entendida en sentido más restringido que el de Maslow como el impulso hacia la actualización de la totalidad psicológica basada en la integración de la sombra). En términos junguianos la sombra es el aspecto oscuro de la personalidad, el conjunto de sus contenidos reprimidos. La sombra individual está indisolublemente ligada a la sombra colectiva. Esta integración, por otra parte, no tiene lugar de una vez por todas sino que es un proceso que se desarrolla a lo largo de toda la vida y que puede ocurrir antes o después de la iluminación. Pero la estructura de la personalidad tiene una relativa estabilidad y, por consiguiente, si la integración no constituye un programa consciente de la personalidad del sujeto preiluminado es improbable que forme parte de su personalidad después de alcanzar la iluminación.

Ciertos adeptos contemporáneos afirman que durante la iluminación la sombra se ve inundada por la luz de la supraconciencia y que el ser iluminado carece de sombra. Pero esta afirmación es difícil de aceptar cuando se refiere a una personalidad condicionada. La sombra es el producto de un número cuasi infinito de permutaciones de procesos inconscientes esenciales para la vida humana tal como la conocemos. Por consiguiente, mientras haya vida seguirán existiendo contenidos inconscientes ya que es sencillamente imposible ser conscientes del todo.

La desindentificación del ego que tiene lugar durante la iluminación no concluye definitivamente el proceso atencional sino que tan sólo pone fin al anclaje de la atención al ego. Por lo demás, el ser iluminado sigue pensando y sintiendo, lo cual deja inveitablemente un residuo inconsciente aun en el caso de que no exista el menor apego interno a estos procesos. La única diferencia es que este residuo no se experimente como un obstáculo para la trascendencia del ego porque para el iluminado este es un proceso continuo.

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