por Hugo Giovanetti Viola
SEGUNDA ENTREGA
En el concierto de febrero apareció Nacho Giovanetti integrando Minimal Tango. ¿Qué significó esa incorporación?
Con Nacho se está produciendo un intercambio de amistad y de música que creo que nos hace crecer a los dos. Actualmente estamos recomponiendo arreglos, reorquestando composiciones y componiendo juntos: es un apoyo mutuo que le aporta más intensidad y profundidad a Minimal Tango. Y eso proviene de que cada uno confíe mucho en el otro. La fe es una fuerza muy poderosa.
¿Y esa tensión casi roncaleada que genera Minimal Tango y hace evocar un poco al particular ataque instaurado pioneramente por Il Giardino Armonico milanés es producto de una búsqueda consciente?
No creo que pueda considerarse consciente, aunque yo tengo escuchado bastante rock y el heavy metal me entusiasma. Mi idea básica es integrar una diversidad de todo tipo, y demoré en atreverme a plasmar sin molestia el colorinche cultural y estético en el que nadamos. Y también nos influye las posibilidades que nos aporta técnicamente la música electrónica, incluso a nivel acústico: los frulati, los multifónicos, los efectos de aire, etc.
En la conversación que tuvimos el día que nos conocimos a vos te gustó mucho el término contraconquista que inventó el escritor cubano José Lezama Lima para definir el rol que le corresponde al arte americano (y en el caso del tango al mestizaje del arte rioplatense) en el actual panorama global. ¿Compartís ese término?
Bueno, cuando lo escuché al toque me pareció fascinante, pero te confieso que lentamente me alejo un poco de ese entusiasmo.
Se trataría más bien de una síntesis que de una contraconquista.
Tal cual. Hay un cortometraje del gran maestro checo Jan Svanmajer donde se concibe al hombre como a una arcilla que se va moldeando a sí misma, y los órganos del cuerpo aparecen de a poco en un proceso tan trabajoso que te impresiona mucho.
¿Vos te sentís así cuando estás pariendo tu música?
A veces sí.
¿Por qué pensás que la fe es una fuerza muy poderosa?
Es que para mí la fe es mucho, casi todo. No se puede vivir dignamente sin tener por lo menos un poquito de fe. ¿Fe en qué? No sé. En Indiana Jones (y conste que Spielberg no es santo de mi devoción) hay una escena que me impresiona mucho, y es la del paso en el vacío que tiene que dar el arqueólogo para llegar al grial. En las anotaciones que le dejó el padre dice que para sortear ese obstáculo hay que tener fe, y él se decide a superarlo con una fe enorme y termina apoyando el pie en lo que era un puente invisible. Es que había un puente realmente, pero para tocarlo había que tener unos sendos huevos y es muy emocionante para mí. La fe es eso.
¿Sabés que escuchando a Minimal Tango y a Nacho en Garufa! se siente que para ustedes la música es cuestión de vida o muerte?
Es que yo creo que esos desafíos de vida o muerte son la música misma. Creo que estamos en una situación privilegiada y desesperante al mismo tiempo, que ese contraste grita, calla, se hace sentir, quiere ser escuchado. Y creo que somos muchos los que queremos acercarnos al fuego que hemos estado perdiendo.
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