viernes

GASTON BACHELARD - LAUTRÉAMONT (19) -


II. EL BESTIARIO DE LAUTRÉAMONT

(traducción de Angelina Martín del Campo)

VIII (1)

Esta noción de primitivo en poesía requeriría estudios profundos y difíciles, más psicológicos que literarios. Se engañaría uno bastante si se buscaran los elementos en una poesía de troveros y de trovadores. Abordando el problema por la vía psicológica, no tardaría uno en percibir -insostenible paradoja- que la primitividad en poesía es tardía. Sin duda eso proviene del hecho de que, en el reino del lenguaje más que en otra parte, los valores intelectuales, los valores objetivos, los valores enseñados se vuelven rápidamente opresivos. La poesía primitiva que debe crear su lenguaje, que siempre debe ser contemporánea de la creación de un lenguaje, puede verse entorpecida por el lenguaje ya aprendido. La ensoñación poética misma rápidamente es una ensoñación sabia, incuso una ensoñación escolar. Uno debe desembarazarse de los libros y de los maestros para encontrar la primitividad poética.


Se necesita pues un verdadero valor para fundar una poesía proyectiva antes de la poesía métrica, como ha hecho un rasgo de genio para descubrir -tardíamente- bajo la geometría métrica la geometría proyectiva, que verdaderamente es la geometría esencial, la geometría primitiva. El paralelo es completo. El teorema fundamental de la geometría proyectiva es el siguiente: ¿Cuáles son los elementos de una forma geométrica que pueden ser impunemente deformados en una proyección dejando subsistir una coherencia geométrica? El teorema fundamental de la poesía proyectiva es el siguiente: ¿Cuáles son los elementos de una forma poética que pueden ser impunemente deformados por una metáfora dejando subsistir una coherencia poética? Dicho de otra manera, ¿cuáles son los límites de la causalidad formal?



Cuando se ha meditado sobre la libertad de las metáforas y sobre sus límites, se da uno cuenta de que ciertas imágenes poéticas se proyectan unas sobre otras con toda seguridad y exactitud, lo que equivale a decir que en poesía proyectiva no son más que una sola y misma imagen. Por ejemplo, al estudiar el Psicoanálisis del fuego nos hemos dado cuenta de que todas las “imágenes” del fuego interno, del fuego escondido, del fuego que incuba bajo las cenizas, en suma, del fuego que no se ve y que por consiguiente reclama metáforas, son “imágenes” de la vida. El vínculo proyectivo es entonces tan primitivo que se traduce sin esfuerzo, con el convencimiento de ser comprendido por todos; las imágenes de la vida en las imágenes del fuego y viceversa.

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