domingo

ERICH FROMM - “EL AMOR ES UN FENÓMENO RELATIVAMENTE RARO”



Por Mike Wallace (1958)

PRIMERA ENTREGA

Estamos con el Dr. Erich Fromm, uno de los psicoanalistas más influyentes en el mundo. Un hombre cuyos trabajos han sido acogidos como importantes pasos hacia adelante desde las teorías de Sigmund Freud. Hace poco, el Dr. Fromm dijo: “Nunca ha habido una sociedad mejor que la de los EEUU de 1958″, pero, añade, “Si EEUU continúa en la dirección que ahora está tomando, entonces está en serio peligro de destruirse a sí misma”. ¿Qué quiere decir usted con esto?

Bueno, lo dije, por supuesto, en términos relativos. La historia del hombre hasta ahora no es como para alardear atendiendo al punto de vista de nuestras ideas. Y lo que quiero decir, es que en comparación con la mayoría de las demás sociedades, nuestra sociedad de hoy día ha conseguido cosas dignas de ser destacadas: riqueza material, más grande que cualquier otra nación, una relativa liberación de la opresión, una relativa movilidad, una difusión del arte, música ó del pensamiento, el cual es también bastante único. Así, que diría, que comparado con el siglo XIX, comparada con los momentos históricos previos, esto es una sociedad tan buena ó mejor que cualquiera que se haya podido hacer. Pero eso no significa que sea necesariamente algo bueno.

Bien, eso es. Al mismo tiempo usted hace esa contradictoria declaración, ya que también dijo, a principio de esta semana: “Si EEUU continúa en la dirección que está tomando, entonces está en un serio peligro de destruirse a sí misma”. ¿Cómo es eso? ¿De qué forma?

Bueno, Mr. Wallace. Yo diría, yo lo pondría generalizando, debido a que nuestro empeño en dominar la naturaleza y en producir más bienes, hace que hayamos transformado los medios en fines. Hemos querido producir más en el siglo XIX y XX para dar al hombre la posibilidad de una vida humana más digna; pero en realidad, lo que ha pasado es que la producción y el consumo se ha convertido en fines, ha dejado de ser medios para convertirse en fines, así que estamos produciendo y consumiendo como locos.

Bien, me gustaría captar su punto de vista, con esto de fondo. Me gustaría captar su punto de vista como psicoanalista con ejemplos concretos, ó lo que nos está sucediendo como individuos. Por ejemplo, ¿Qué diría usted que le está sucediendo al hombre, al estadounidense, en referencia al trabajo?

Creo que su trabajo, es en gran parte, un sin sentido, ya que ya no está relacionado con el trabajo. Nos estamos convirtiendo en parte de una parte de la maquinaria total, de la maquinaria social, gobernada por una gran burocracia… y creo que el estadounidense inconscientemente odia muy a menudo su trabajo, porque se siente atrapado en él, prisionero de él, porque siente que está gastando la mayor parte de su energía en algo que no tiene sentido en sí mismo.

Teniendo sentido en sí mismo, nosotros, nosotros utilizamos el trabajo como una forma de ganarnos la vida, y en ese sentido es digno, prudente y necesario.

Sí, pero eso no es suficiente para ser feliz, si uno pasa 8 horas al día haciendo algo que en sí mismo no tiene sentido ni interés, salvo que de eso gana dinero.

Teniendo significado e interés el trabajo, quizás estoy haciendo hincapié sobre esto de forma innecesaria, ¿pero qué quiere decir concretamente? Cuando un hombre trabaja en una fábrica, con una llave inglesa, por ejemplo, ¿qué significa? ¿Qué significado profundo le podemos encontrar a eso?

Bueno, existe un placer creativo, por ejemplo, en el artesano de la Edad Media, ó en un país como Méjico, que todavía lo tiene, a saber, el placer de crear algo. Usted encuentra unos pocos trabajadores capacitados que todavía obtienen ese placer: quizás en un aserradero puede que un trabajador que trabaje con una máquina complicada tenga una sensación de que está creando algo. Pero si uno es un vendedor, que vende mercancías inútiles, se puede sentir a sí mismo como un fraude, y odiar sus mercancías como…

Mmm-hm. Pero usted habla de mercancías inútiles. Si vende cepillos de dientes, automóviles, o televisores…

Vale, lo inútil es un término relativo. Por ejemplo, si para alcanzar la cuota, uno tiene que hacer que la gente compre cosas, las cuales sabemos que no deberían comprar, y entonces en efecto, en los términos de las necesidades de esa gente, son inútiles, incluso si para ellos mismos crean que son útiles.

Escribiendo sobre los hombres en América, usted ha dicho frecuentemente, usted ha hablado frecuentemente sobre lo que usted califica “la orientación de marketing”. ¿Qué quiere usted decir con “orientación de marketing”, Dr. Fromm?

Con eso quiero decir, que nuestro principal camino de relacionarnos con los demás es como las cosas se relacionan con lo que existe en el mercado. Queremos intercambiar nuestra propia personalidad, o como uno dice algunas veces, nuestro “paquete de personalidad”, por algo. Ahora bien, esto no es tan cierto para el trabajador manual. El trabajador manual no necesita vender su personalidad, no necesita vender su sonrisa. Aunque lo que se podría llamar “camellos de símbolos”, es decir, toda la gente que trata con cifras, papeles, hombres, a los que manipula para usar una mejor o más bonita palabra, manipula a los hombres, signos y palabras. Hoy todos esos, no solo tienen que vender sus servicios, sino que encima, tienen que vender sus propias personalidades, más o menos. Hay excepciones.

Así, que su sentido de su propio valor debe, por consiguiente, estar sometido al mercado, en el sentido a lo que el mercado está dispuesto a pagar por eso…

Exacto, como un bolso que no se vende porque no hay suficiente demanda de bolsos, ese bolso, económicamente hablando es inútil. Si el bolso pudiera pensar, tendría un sentimiento de inferioridad bastante grande al no haber sido comprado, se sentiría inútil. Por eso, el hombre que se considere a sí mismo como una cosa, si no tiene éxito cuando se vende, sentirá que es un fracasado.

Muy bien, vayamos a las relaciones sociales, a los sentimientos hacia nuestros vecinos, hacia nuestros amigos, ¿qué está pasándole al hombre en estas esferas?

Bien, en primer lugar, yo diría que nuestras relaciones sociales son relativamente superficiales. De hecho tenemos miedo de intimar con la gente, muchas personas incluso con sus esposas o maridos. Y sustituimos o preferimos esconder este miedo de intimidad real bajo una aparente simpatía, lo cual está bien, aunque de todos modos, muy superficial. Aunque creo que hay otra respuesta a esta pregunta que me gustaría decir. De hecho, si nos fijamos en el americano medio, las estadísticas nos muestra que la mayoría de ellos de lo que están realmente interesados es en los asuntos privados, es decir, preocupados en su salud, su dinero, su vida familiar. No están interesados en la sociedad. Hablan de ella, pero sabe, si uno habla de estar preocupado por algo, algo por lo que uno pierde el sueño, algunas veces quiero decir. Y los americanos nunca pierden el sueño por los asuntos relativos a su sociedad y de su país. Es decir, han separado su vida privada de su existencia en la sociedad como miembro de ella, y lo deja al cuidado de los especialistas del gobierno.

¿Usted piensa que eso le está pasando al hombre americano, y por supuesto que estamos hablando aquí no sólo del hombre americano, sino de la mujer americana también, Dr. Fromm, en relación con su política, a sus creencias políticas?

Sí, en efecto, tenemos de la misma forma relegada nuestra propia responsabilidad de lo que suceda a los especialistas de nuestro país, los cuales se supone que lo hacen, así que el ciudadano no siente que pueda juzgar, y incluso eso, debería juzgar y tomar alguna responsabilidad. Creo que hay un buen número en los últimos acontecimientos que demuestran esto.

Como por ejemplo…

Como por ejemplo que estamos ante la posibilidad de una guerra de unas proporciones de destrucción que hace que toda la existencia de nuestra nación y del mundo entero esté en juego. Y aún más, la gente lo sabe, lo leen en los periódicos, la gente lee que con el primer ataque 100 millones de americanos podrían morir. Y aún así, se habla de ello como si se estuviera hablando de algo que va mal con el carburador del coche, quizás. De hecho, se presta más atención al peligro de una epidemia de gripe que al peligro de una bomba atómica, porque…

¿No cree que eso es un poco una exageración, Dr. Fromm?

Bueno, ojalá lo fuera, porque lo que veo es relativamente poca gente que experimente, que sienta, el peligro con el que nos enfrentamos, y que sienta la responsabilidad de hacer algo.

O quizás, cuando usted habla de la responsabilidad de hacer algo, puede que sencillamente sea: que encontramos muy difícil hacernos oír en esta sociedad amorfa en la que vivimos. Cada individuo querría hacer algo pero encontraría difícil hacerse oír.

Bien, creo que usted señala algo importante sobre uno de los defectos fundamentales de nuestro sistema, y es que los ciudadanos tienen muy pocas posibilidades de tener influencia alguna de hacer oír su opinión en la toma de decisiones. Creo que, en sí mismo, esto nos lleva a un hacer de una política aletargada y tonta. Es cierto que uno tiene que pensar primero antes de actuar, pero también es cierto que si uno no tiene posibilidad alguna de actuar, el pensamiento de uno se convierte en algo vacío y tonto.

Hablemos sobre el hombre en relación con el amor, su matrimonio.

Bueno, yo diría que el amor es algo sobre lo que todo el mundo habla, y que la necesidad de amor es uno de las necesidades básicas del hombre, a saber, la experiencia de unión con otra persona, de llegar a ser uno con otra persona. Y aún más, diría que el amor hoy es un fenómeno relativamente raro, que tenemos una gran dosis de sentimentalismo, que tenemos una gran dosis de ilusión sobre lo que es el amor, a saber, como algo en lo que uno cae, cuando la cuestión es que uno no cae en el amor realmente, uno tiene que estar en el amor. Y esto significa que el amor llega a ser… la habilidad de amar llega a ser una de las cosas más importantes en la vida.

¿Por qué es tan difícil para nosotros amar como seres humanos? ¿Que va mal en nosotros bajo su punto de vista?

Porque estamos preocupados con cosas. Nos preocupamos de tener éxito, nos preocupamos por el dinero, nos preocupamos de los instrumentos. Y las cosas más importantes de las que hablamos los domingos son cosas en las que prestamos muy poca atención. El amor no es fácil. Todas las grandes religiones postulan que el amor es uno de los más grandes logros. Si fuera tan fácil, o tan fácil como la gente piensa, ciertamente, los líderes de las grandes religiones hubieran sido bastante ingenuos.

Bien, usted hace mención a lo que nosotros pensamos, ó sobre lo que nosotros hablamos de alguna forma los domingos. ¿Qué me dice del hombre en su relación con la religión?

Bueno, aquí creo que tenemos el mismo fenómeno. Nos encontramos en América ante un renacimiento religioso, como mucha gente dice. Diría que este renacimiento religioso; el 90% de él es el peligro más grande con en el que la verdadera experiencia religiosa se ha tenido que confrontar alguna vez.

¿Por qué?

Porque lo que se intenta con este llamado “renacimiento religioso” es una especie de mezcla entre el Dale Carnegie de “Cómo ganar amigos y tener éxito” y las normas de la Biblia, del Antiguo y Nuevo Testamento. Y de una forma más ó menos inteligente, aunque algunas veces no de forma tan inteligente, la gente intenta combinarlas. Bien, esto es en realidad todo lo contrario del espíritu de nuestra verdadera tradición religiosa. Lo podría decir de otra forma, Mr. Wallace, podría decir esto: el hombre de hoy está preocupado con la producción y el consumo como un fin en sí mismo, y tiene muy poco tiempo para dedicarse a sí mismo, a la verdadera experiencia religiosa. Así …

Cuando usted habla de “verdadera experiencia religiosa”, ¿qué quiere decir con eso, Mr. Fromm?

Quiero decir con eso, la capacidad de sentir profundo amor, profunda unicidad con tu compañero, con la naturaleza, y si yo fuera religioso en un sentido convencional, diría, con Dios. Pero no importa si uno usa o no a Dios, lo que importa es qué experiencia tiene la persona.

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