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CÉSAR VALLEJO - AUTÓGRAFOS OLVIDADOS

CUADRAGESIMOCUARTA ENTREGA


STEPHEN M. HART / ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS AUTÓGRAFOS DE POEMAS HUMANOS ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ (2)


Poemas humanos (22)


‘Ello es que el lugar donde me pongo…’ (21 de noviembre, 1937) (33-34)

En este poema, como James Higgings ha señalado, Vallejo describe su vida como ‘una interminable rutina trivial de vestirse y desvestirse’, y su casa como ‘una especie de prisión, símbolo del mundo intrascendente donde se encuentra atrapado’. (118) Las varias acciones descritas en el poema -tales como lavarse, canturrear, comprarse el periódico- a primera vista indican la conformidad social del sujeto, pero simultáneamente revelan su angustia filosófica. (119) Esta incertidumbre existencial se refleja en la forma del poema, caracterizada por tres salidas en falso. En efecto existe casi un primer borrador de la totalidad de la primera estrofa del poema, que decía así: ‘Antier preguntaron por mí / hoy contestaron sin que yo pregunte / y acabarán por escuchar quitarme / el pantalón, desde la calle / poner un libro sobre muchos libros…’ (V1, vv. 1-5; Silva-Santisteban, III, 280). De toda esta primera estrofa solamente se conservaron dos imágenes: el pantalón y el libro. El resto se eliminó. El poema en su tercer comienzo (después de otro verso que se quiebra: ‘Antier me he quitado…’; V1, v. 7) se inicia ahora con gran soltura: ‘Ello es que el lugar donde me pongo / el pantalón, es una casa donde (…)’ (V1, vv. 8-9). En efecto el poema, después de dos salidas en falso, se lanza precipitosamente a su final; de aquí en adelante sufre pocos cambios sustanciales. Pero los cambios no son, por eso, menos notables. La expresión, ‘me quito la camisa’ (V2, v. 3; Silva-Santisteban, III, 278), en un principio era ‘me quito la guija’ (V1, v. 10), y ‘en alta voz’ (V2, v. 3), anteriormente decía: ‘en voz alta’ (V1, v. 10). La alusión al acto de escribir ‘con la escribilla’ (V1, v. 14) se tachó para dejar aparecer una expresión mucho más tajante: ‘Ahora mismo hablaba / de mí conmigo’ (V2, vv. 5-6). También de un interés puramente editorial parece ser la sustitución de ‘plazo’ por ‘buen periódico’ (V1, v. 33). Algunos de los cambios logran crear un ambiente poético mucho más concreto y cotidiano; tal es el efecto producido por la tachadura de ‘silbar’ y su sustitución por ‘canturrear’ (V1, rev., v. 17): ‘queriendo canturrear, un poco, y distraerme (…)’ (V2, v. 9). En efecto aquellos segmentos del poema que consiguen combinar eficazmente una fluidez poética con cierto tono coloquial se integraron en el texto después de la redacción de la primera versión del poema. En aquel verso en que se alude a ‘un suelo, un alma, un mapa de mi España’ (V2, v. 4), por ejemplo, como el autógrafo demuestra, la alusión al mapa fue una corrección posterior. El borrador original simplemente se refiere a ‘un suelo, una (sic) alma, un cuadro…’ (V1, v. 11). Más tarde en el poema, la alusión al ‘mapa que / cabeceaba o lloraba, no lo sé’ (V2, vv. 15-16) -detalle magnífico, por lo demás- también se añadió después de la redacción del primer borrador.

Algunos cambios parecen obedecer al deseo de evitar la redundancia. Así que parece lógica la decisión tomada por Vallejo de transformar el verso ‘donde vive / con su muerte mi cucharita amada’ (V1, rev., vv. 26-27) en ‘donde vive / con su inscripción mi cucharita amada’ (V1, rev., vv. 26-27); subrayado mío) por ‘no puedo evitar de decir a Georgette’ (V1, rev., v. 31) en el primer verso de la segunda página del manuscrito parece motivada por el deseo de evitar la repetición (véase ‘hablaba / de mí conmigo’, V2, vv. 5-6). Tal parece ser también el caso del adjetivo ‘húmedo’ que fue tachado en el borrador original (V1, v. 39); ‘algo húmedo’ así se convirtió en ‘algo’ simplemente: ‘quiero decir, su oficio, algo / que resbala del alma y cae al alma’ (V2, vv. 33-34; subrayado mío). Ya que Vallejo se refiere a las lágrimas es posible que pensara que la referencia a ‘algo húmedo’ habría tenido una connotación excesivamente obvia. Algunas de las correcciones realzan notablemente la fluidez de estilo. Tal es el caso de ‘así se dice en el Perú perdonen’ (V1 rev., v. 35), que luego fue revisada en la transcripción dactilográfica: (‘así se dice en el Perú -me excuso)’ (V2, v. 29). El nivel de desesperación expresado por el poema es patente en la primera versión de ‘a fin de no gritar o de llorar’ (V2, v. 31); originalmente decía ‘para no llorar’ (V1, v. 37). Hay un indicio que nos permite indagar un poco más en la causa del tremendo pesimismo expresado por el poema. En un sentido obvio es la guerra civil española que actúa como trasfondo para la proyección del dolor personal de Vallejo. En la última estrofa el dolor parece que domina completamente el discurso del sujeto lírico. Se inicia así: ‘Hoy es domingo, y por eso / me viene a la cabeza la idea, al pecho el llanto / y a la garganta, así como un gran bulto’ (V2, vv. 45-47). El domingo al cual se alude aquí, según Higgings ha sugerido, ‘no es sino el vestigio de una fe redentora que ha perdido vigencia (…) una tradición caduca, de la cual, sin embargo, el hombre no consigue librarse’. (120) Es interesante notar que el primer borrador, en vez de usar la imagen ‘gran bulto’, contenía en un principio el vocablo ‘aborto’ (V1, v. 53), lo que nos permite especular que los abortos que había sufrido su mujer en los años treinta lo habían marcado a Vallejo psicológicamente y de manera irrevocable. (121) Por recato quizás esta vez Vallejo decidió suprimir la referencia, pero el primer estado del autógrafo nos permite vislumbrar otro aspecto de la psique vallejiana. Es legítimo proponer que el dolor de Vallejo no solamente funciona como una angustia metafísica y por ende abstracta sino que es una emoción producida por circunstancias muy concretas y, por lo demás, lamentables. Aquí se establece un vínculo muy estrecho entre el dolor del pueblo español (guerra civil) y la desesperación personal del yo poético (incertidumbre, angustia, enfermedad). En efecto la historia no se proyecta en ‘Ello es que el lugar donde me pongo…’ como ajena a la vida del poeta; según Vallejo sugirió en un artículo con palabras sumamente relevantes para este poema: ‘La historia no se narra, ni se mira, ni se escucha, ni se toca. La historia se vive.’ (122)


Notas

(118) César Vallejo en su poesía, 92.
(119) Según Jean Franco ha sugerido: ‘Singing, speaking, reading the newspaper, thinking, washing, tidying are activities which publicly suggest his conformity, whilst also suggesting secret desesperation’; César Vallejo: The Dialectics of Poetry and Silence, 215.
(120) César Vallejo en su poesía, 95.
(121) Véase la nota 105 para másinformación.
(122) ‘El secreto de Toledo’, Artículos y Crónicas (1918-1939), 146-49 (149).

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