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CUATRO POEMAS DE ELIANA LUCIÁN VARGHA


Licenciada en Letras, técnica universitaria en Corrección de Estilo, maestranda en Lenguaje, cultura y sociedad por la Universidad de la República (UdelaR) y profesora de Idioma Español por el Instituto de Profesores Artigas (IPA). Cuenta con posgrados en Filología Hispánica por la Cátedra Dámaso Alonso y en Lingüística y Lexicografía Hispánica por la Real Academia Española. Entre sus publicaciones destacan Las palabras en juego y Para escribir mejor (Santillana).

En la actualidad se desempeña como asistente técnica en el Programa de Lectura y Escritura en Español (ProLEE), integra el equipo de investigación lexicográfica de la Academia Nacional de Letras como becaria AECID, y es profesora adjunta de Instrumentos y Recursos del Corrector de Estilo en la Facultad de Humanidades (UdelaR) y de Lenguaje y Comunicación en Educación Social (IPA). Integra la Comisión Directiva de la Sociedad de Profesores de Idioma Español del Uruguay (SPEU) y el Consejo Editorial de la revista Diacronía-Sincronía de dicha institución.

Escribe desde que tiene uso de razón y recién ahora, cuando se acerca a sus 40 años, siente que tiene algo propio para expresar, algo que fue destilándose a través de su vida.


I

Cuando la palabra escapa futuro
y la idea refugia pasado
cuando el cuerpo dibuja naturalezas muertas
y la boca salpica mezquindad
cuando el ojo filtra telón oscuro
y el pie delata rigor mortis
cuando estoy tan lejos de lo que soy
cuando soy nada en donde estoy
en ese preciso instante
ahora
¡me salvo!


II

No
yo no bebo el metal de las sonrisas
ni soplo donde soplan las voces
no llego a la puerta de tu fiesta
ni bailo en el risco del dolo.
No
yo no me vuelo con  el viento
ni juego a los dados de tu sol-edad
no abrazo con mi boca colmillos
ni desafino porvenires en la mirada.
No
yo no me pierdo en personajes
ni sueño la caída libre del héroe
no acaricio la locura del hambre
ni amortiguo el dolor del pasado.
No
ya no.


III


Me estoy derramando
de
            rra
                        man
                                   do
en este salón solitario
y no hay Marqués de Sade
que me acorrale
no hay ancestro húngaro que me contenga
no hay lengua humana que me absorba
no hay
            no hay
                        ay


 IV

 «Soy un omnívoro de la vida»
cuando me cachetea 

no le pongo la otra mejilla
le doy la cara entera

con la boca abierta

hasta los pulmones del grito
del llanto
de la risa

con el corazón de pie 

alerta al próximo movimiento
sin cuenta regresiva
ni pasión por la campana

acá estoy 

quiero más
siempre más

acá estoy

hasta que ya no haya
caída

y más

1 comentario:

Marcelo Sosa Guridi dijo...

Genial, gracias por publicarla. La buena poesía merece difusión.

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