sábado

URUGUAY COMO PROBLEMA Y OTROS TRABAJOS - ALBERTO METHOL FERRÉ


VIGESIMOQUINTA ENTREGA

La integración de América en el pensamiento de Perón (3)
(Conferencia del 22-VIII-1996)
La verdad es que la Argentina en el año 1946 era un pequeño país, era un país de dieciséis millones de habitantes. Hubo un último impacto inmigratorio, el de italianos dopo guerra. La ampliación del mercado interno no fue alimentada aquí con una masiva inmigración incesante, como en el proceso industrial norteamericano. Uno de los rasgos del desarrollo norteamericano no solamente fue el proteccionismo industrial, que allá nace desde los padres de la patria, con Hamilton, sino que además de eso fue realimentado necesariamente por un flujo de millones de inmigrantes, en una escala sin igual en la historia mundial durante todo el siglo XIX. En su marcha hacia el oeste eso creó una ampliación incesante del mercado interno, permitiéndole generar industrias de escala.
Al comienzo esas industrias fueron también financiadas por las exportaciones agropecuarias. En Estados Unidos uno de los conflictos entre el Norte y el Sur no fue sólo el de la esclavitud, sino, fundamentalmente, el de las tarifas proteccionistas. El Sur era librecambista porque quería mandarle el algodón a las fábricas inglesas y comprarle a Inglaterra, en cambio, los fabricantes del Norte querían la protección para su industria. La gran batalla del Norte y del Sur fue entre los librecambistas agroexportadores del sur contra los proteccionistas industriales del norte. Un aspecto generalmente ocultado, pero que está en la esencia de esa lucha, de la que los negros no se beneficiaron demasiado. Recién en los años '60 de este siglo se produjo una gran reivindicación de la igualdad de los derechos de las minorías negras en los Estados Unidos, simbolizada por Luther King.
Perón en el año 1947 ya intenta los acuerdos de la unión aduanera con el Presidente de Chile, González Videla. Perón nunca creyó en un mercado internista, puro; era consciente que había que estimular a aquellas industrias que pudieran ser económicas. Pensaba la protección a la industria con (1º) salarios altos y gran número de empleados y (2º) el uso de la materia prima nacional. El despliegue industrial argentino estaba condenado a toparse con límites muy estrechos, porque no surge ninguna potencia industrial sobre una sustitución de importaciones apoyándose en un mercado de 16 o 20 millones de habitantes.
Tempranamente en la política de Perón se plantea el dilema de la imposibilidad de un mercado-internismo puro. Él tenía una expresión que repitió continuamente “No somos una economía completa”. No disponemos de toda la gama de recursos posibles para fundar una sustitución de importaciones total. Perón nunca creyó en el “mercado-internismo”. Esto fue el resultado de su fracaso en la política exterior. Sabía que era indispensable generar una ampliación de mercado que permita ser competitivos. Por esto nace el planteo de la unión Nuevo ABC en el año 1951.
El Nuevo ABC del año 1951 Perón lo plantea en forma pública el 22 de setiembre de ese año, fecha del aniversario de la Independencia del Brasil. Ese día ofreció un gran banquete en honor al embajador Lusardo, que era su amigo y enviado especial del presidente Getulio Vargas.
Nada influyó más en Perón que su percepción de la experiencia varguista de los años '30. Generalmente piensan muchos en ejemplos transoceánicos; yo, creo que Perón tuvo un modelo en Getulio Vargas, quien produjo una irrupción de un nacional popularismo industrializador en Brasil. Incluso fundó allí el Ministerio de Trabajo. Vinieron asesores brasileños, pedidos especialmente por Perón a Vargas, así como luego la política de planificación y de metas que inicia Perón va a repercutir en el Vargas de la Presidencia de 1951. Hay una interacción mutua primero de Vargas sobre Perón, luego de Perón sobre Vargas y es allí, en el aniversario del Grito de Ipiranga, que Perón propone y así lo registra la prensa: la unión argentino-brasileña.
Realmente fue un salto audaz, impresionante, porque la conciencia histórica de la Argentina y la conciencia histórica del Brasil no tenían aún ninguna preparación. Estaban predispuestas para lo contrario. Esa fue una de las enormes dificultades que tuvo Perón. El mismo peronismo no comprendió bien en su época esta dimensión de Perón. Pensó que era como una cosa lateral, cuando en realidad estaba jugándose el destino de la industrialización argentina, de la posibilidad de no quedar atrapado y sin salida. El fracaso del Nuevo ABC va a llevar a la Argentina a cuarenta años de una noria incesante, que se va a romper con el derrumbe de la Argentina en los años '80. Martínez de Hoz, viendo que todo el aparato industrial argentino en su conjunto no era competitivo, suponía revertir tal situación bajando los aranceles y poniéndolo a la intemperie de una competición con industrias mucho más elaboradas. Sólo podía advenir el arrasamiento de la industria argentina -sin ninguna otra posibilidad. Distinta es la rebaja de aranceles cuando se abre simultáneamente un mercado preferencial interno mucho más amplio, como es el caso del Mercosur.

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