domingo

EXCLUSIVO DESDE MÉXICO / DOS ASEDIOS A TANGO NEGRO


I / LUCÍA IZQUIERDO / BAILAR UN TANGO PARA NO MORIR EN EL RECUERDO
 EL EXILIO Y LA POESÍA DE SAÚL IBARGOYEN

Dicen que el Tango es tanto o más antiguo que el ser humano, pues existe desde que surgió el primer dolor del alma; pero fue hasta 1889 que su acepción en la RAE intentó describirlo como "fiesta y baile de negros y de gente de pueblo en América". Tuvieron que pasar cien años más para que el Tango fuera entendido como "baile argentino de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro, difundido internacionalmente" pero ¿que es el tango? Y más aún ¿qué es el “Tango negro”?

Tango tiene una raíz portuguesa, llega a América del (mal llamado) dialecto criollo afro-portugués, una onomatopeya que surge del “tam tam” o candombe que era un instrumento usado en los bailes negros, así que cuando se decía toca tambo o toca tango se refiere a tocar el tambor, a llevar las pulsaciones internas directo a las vibraciones de un instrumento, de ahí a nuestro cuerpo… de ahí al mundo. Así en Buenos Aires se llamaron tangos a las casas de los suburbios en donde los negros, los pobres, los mal queridos sociales, se encontraban para bailar y olvidar su marginal condición en el siglo XIX.  

Una mezcla de códigos cerrados sazonados con el dolor del alma, el tango se germinaba en casas de los barrios bajos, en los boliches de carreros, en conventillos del sur, pero poco a poco ha abandonado el arrabal y dominado los centros, ahora hasta se dan clases y hay concursos que aparecen en los medios masivos de comunicación; encontramos tango hasta en Hollywood y de ahí a todo el mundo.

Pero no he respondido a la pregunta ¿qué es el tango negro? Quizá imaginemos que tiene sazón uruguaya, un poco del alma de Saúl Ibargoyen y del arrabal, una voz unida al sincopado carnal, canción entre susurros de poemas que se dicen al oído mientras éste se desangra bailando, no sabe si ha iniciado o terminado qué compás, susurra, grita, danza y gimotea el “tango negro” que acaba de empezar. ¿Qué es? aún no estoy segura, pero sean invitadas y algunos también invitados a danzar un “Tango Negro”.

Cuando tuve en mis manos el primer ejemplar del libro de Saúl que lleva este título y que pude decir mío, no pude reaccionar inmediatamente ante una edición no sólo cartonera, sino además pirata. Ésta había sido elaborada por los alumnos recurrentes del taller de Saúl que se llevaba a cabo cada miércoles en el café la Selva de Coyoacán… o en cualquier café del que no nos corrieran con nuestros versos en mano.

Lo cierto es que esa edición cartonera representaba no sólo la estrecha relación del contenido con el arrabal, con Gardel; con la podredumbre interna; aquella edición que aún conservo, es una metáfora biográfica del autor y de la lucha que ha surcado, porque como el mismo autor dice "uno nace en una patria, pero hace matria donde puede y la lleva consigo a todos lados"; y esa es la que vale.

Saúl Ibargoyen nació en Montevideo, Uruguay el 26 de marzo de 1930. Es novelista, poeta, cuentista, traductor, periodista, editor, coordinador de talleres, luchador social y un asiduo bebedor de café con un toque de canela y agua gasificada.

Debido a la dictadura cívico-militar de su país de origen,[1] radica en México desde 1976, aunque fue hasta septiembre del 2001 cuando le fue concedida la nacionalidad.

Desde "1954 hasta el presente, ha dado a conocer más de 40 títulos de poesía en Uruguay, México, Cuba, Canadá y EUA."[2] ¿Por qué si tiene tantos títulos hemos entonces decidido centrarnos en su "Tango Negro"? Bien, Tango Negro es un hipotexto que tiene una aparente raíz en una canción de Juan Carlos Cáceres que dice a la letra:

Tango Negro (candombe)

Tango negro, tango negro, te fuiste sin avisar, los gringos fueron cambiando / tu manera de bailar. Tango negro, tango negro, el amo se fue por mar, se acabaron los candombes en el barrio ‘e Monserrat. Más tarde fueron saliendo en comparsas de carnaval pero el rito se fue perdiendo al morirse Baltasar. Mandingas, Congos y Minas repiten en el compás, los toques de sus abuelos borocotó, borocotó, chas, chas Borocotó, borocotó borocotó, borocotó borocotó, borocotó, chas, chas. / Tango negro, tango negro, la cosa se puso mal, no hay más gauchos mazorqueros / y Manuelita que ya no está. Tango negro, tango negro, los tambores no suenan más / los reyes están de luto ya nadie los va a aclamar.

Podemos decir que Tango Negro, tanto la canción como el poemario se caracterizan -en palabras de Sebastián Rivero Scirgalea- como una poética del cuerpo, "“Esta poética del cuerpo considerada en su doble sentido -que en diversos poemas funciona de vaso comunicante de la 'enunciación' y lo 'enunciado'- es uno de los ejes vertebradores del libro.  Hasta la propia ‘Musa’ se manifiesta como un ser corporal, un ser también destinado a la muerte física.”[3] Es la seductora lucha entre una pareja que danza y cohabita con lo seductor y lo destructivo; es también una metáfora de los sucesos que llevaron a Saúl Ibargoyen al exilio. Podríamos hablar de la referencia a Innana en el sentido simbólico más profundo: como diosa del amor y también de la guerra; todo puede cohabitar en el arrabal de un tango que vibra al ritmo del padre bandoneón.

El poemario se divide en tres partes: "Tango Negro", "Los poemas de Marcela" y "Del otro aquí, del otro allá". Más fuerte que la elegía asociada con la soledad y la muerte, se perciben los cuerpos enlazados en la danza, en el asco, en "cinturas y manos y licores y sórdidas harinas acechantes"[4]. Son esos cuerpos enlazados que muestran cómo uno puede estar completamente adherido al otro y, sin embargo, estar completamente ausente; buscando dominar al otro para no ser dominado por éste.

En el amor, igual que la guerra, "“Nos llaman a enredarnos a dolernos / A bailarnos a cuajarnos totales y únicos / De a dos y de a todos / A danzar hasta el fin / Nuestro tango tango negro.”[5] En una invocación que pide asemejarse a las danzas mortuorias de la Edad Media; un baile de ultratumba que iguala a los hombres en estrato social, como lo destacó el historiador J. Huizinga, el tango en estos casos, al igual que la danza medieval, tiene un cometido de sátira social. El absurdo en que habita el mundo posmoderno se pone zapatillas en esta pista, nos muestra que el México contemporáneo no es tan diferente del Uruguay de los 70. ¿Hemos abandonado toda esperanza? ¿Dónde está el afuera de este "bailadero social"? El sinsentido es también un cambalache[6] que se expone en el poemario enmarcado por una serie de dedicatorias que parecen más un guiño al lector lo suficientemente obsesivo como para revisarlo, pues dedica los poemas a aquellos que le han influenciado por su lucha interna, por sus mecanismos o recurrencias poéticas o simplemente a quienes la historia no ha hecho justicia [7]:

Isidore Ducasse Conde de Lautréamont, poeta uuruguayo-francés. Su personaje esencial "Maldoror, ser sobrehumano, arcángel del mal, lucha bajo diferentes formas contra el Creador, a menudo ridiculizado como Dios en el burdel".
Oliverio Girondo  Poeta argentino de quien Saúl retoma la numeración caótica.
Jorge Enrique Adoum Entre Marx y una mujer desnuda" Su obra siempre ha tratado temas sociales y por ella fue nominado al Premio Cervantes.".
Pablo de Rokha (Carlos Díaz Loyola)  Es considerado uno de los 4 grandes de la poesía chilena (junto con Pablo NerudaVicente Huidobro y Gabriela Mistral). También es considerado un poeta vanguardista, Saúl retoma en Tango Negro la posibilidad de hacer de la mayor amargura algo poético.
Carlos Gardel  Es el representante del tango más conocido a nivel mundial. En 2003, a propuesta del gobierno uruguayo, la voz de Gardel ha sido registrada por la Unesco en el programa Memoria del Mundo, dedicado a la preservación de documentos patrimoniales.
Alfredo Le Pera Sorrentino  Sao PauloBrasil. Fue un letristaescritor y periodista autor de la letra de los más conocidos tangos cantados por Carlos Gardel.
Rumí También conocido como «Mawlana», «Mavlana» o «Mevlânâ», que significa «Nuestro Señor» en árabe. Fue un célebre poeta místico musulmán persa y erudito religioso.
Kabir  Poeta, músico, místico, filósofo y santo de la India. Desdeñó credos, denominaciones, ascetismos y religiones llevando la filosofía oriental a un nuevo rumbo. Para Kabir la vida se reduce a un juego entre el alma de cada hombre  y Dios; lograr la unión de ambos es la misión de la vida terrenal.
Omar Khayyam   Matemático, astrónomo y poeta persa, nacido en Nishapur (actual Irán). La traducción literal de su apellido es "fabricante de tiendas", profesión que alguna vez ejerció su familia. La multidisciplina nutrió sus letras.
Carlos Pedemonte  Este caso particular me parece interesante, pues Saúl insiste en que el dios Azar nos juega movidas de largo aliento, y Carlos Pedemonte fue su cuñado; un fallecido guitarrista y compositor uruguayo que tenía, al igual que su padre un gran conjunto tanguero. Sin embargo, mientras hacía mi recorrido histórico para encontrar a los sujetos representativos a quienes Saúl dedicaba determinado movimiento poético, me encontré con Carlos Pedemonte y Talavera. Clérigo y político peruano. Fue electo arzobispo de Lima en 1826, aunque no fue ratificado por la Santa Sede, y debió renunciar en 1827. Es decir, fue exiliado del mundo que conocía (igual que Saúl). Durante su destierro en Lima -1868-1870- fue acusado de firmar un documento que le costó un litigio absurdo y el fracaso del Laudo Arbitral. Sin embargo, y pese a que fue el primer rector de la Universidad de Trujillo, Saúl Ibargoyen jamás, antes de este texto, había escuchado hablar de él pese a la serie de elementos comunes que los unen.

La segunda parte del poemario es un canto a aquellas musas que lo ampararon en la lucha, a aquellas que desde el poema "Invitación" nombra para que le acompañen a bailar el Tango Negro. Reafirma la sensación de desenfreno en la estructura poemática con la intercalación de versos largos y cortos, y dentro de los largos, se practica una división rítmica que le confiere un sonido de golpe tanguero. La reivindicación que hace Saúl del verso y lo musical en la poesía es una vibración constante en este libro.

¿Pero qué tiene que ver todo eso con la idea del exilio y la literatura? No sólo porque Saúl haya escrito este poemario desde su resignificación patria en el exilio, sino porque uno de los tópicos constantes del libro es que en el "kaos" del mundo, el hombre se encuentra desamparado ante la muerte; no una muerte como idea abstracta, sino concreta, corporal, esa muerte que ocurre a tu alrededor, a tu gente, a aquellos que conociste y que sabes que no volverás a ver, porque murieron luchando.

Es esa muerte de sentido en donde sabes que te vas quedando solo, exiliado de todo lo que conoces, menos de tus recuerdos, esos te seguirán carcomiendo. Es en este contexto en que la Musa (corporal y moribunda) no da respuestas, danza, danza y puede salvar lo perecedero, a pesar de aquél que ya no quiere recordar.

De ese baile mortuorio queda “La memoria que ya extraviaste / Será vera memoria / Entre las sombras nuevas.”[8].  Entre el aquí y el ahora que recuerdan que "Saúl Ibargoyen pertenece a la estirpe de los poetas verdaderos, una especie mucho menos abundante que lo que el número de poesía en circulación y la crítica de ciertos críticos permitirían suponer, (…) en consecuencia, suele padecer el embate del silencio que le dedican quienes están afiliados a lo novedoso y no atienden a lo sustancial"[9], quienes piensan más en vender que en pertenecer, cuando lo que deberíamos atender es el lugar del arte en la sociedad, en la actualidad; como dice el mismo autor "La importancia del arte en la actualidad, en un mundo tan revuelto, tan sangriento como el que nosotros estamos viendo en función del desarrollo agresivo del capitalismo salvaje hay que verlo también en cuanto a un proceso que no solamente puede dividirse en etapas, sino en función de su utilidad (…) ¿cuál es el papel del poeta contemporáneo?"[10], del arte contemporáneo.

Es momento de dejar la indiferencia, de levantar la pluma no sólo pensando en la belleza de la palabra, sino en su utilidad, en marcar con vísceras el ánima de nuestra Matria, como alguna vez el tango marcó la diferencia en la pista de baile.

El burdel ha abierto sus puertas, el padre bandoneón marca ya el ritmo, entreteje una melodía que aunque se repita una y otra vez, siempre es diferente: aumenta tu ritmo cardiaco mientras el zapato de charol y el taco alto comienzan un cortejo por lo bajo; no te detengas, que las metáforas rítmicas guíen tu pulso, tus pies, tus aplausos y sobre todo tu alma; porque nuestro tango negro es una danza poética que inicia en las vísceras y termina en lo más profundo de tu inconsciente, entre las rendijas del piso encerado con lágrimas sinceras, con sangre de maestros, de trabajadores de Luz y Fuerza del centro, de estudiantes críticos; justo al lado de la melancolía que ocultas hasta de ti mismo. El tango negro nació para vivir entre las páginas de tus recuerdos y crear nuevas formas de expresión, nuevas maneras de escribir y danzar tu mundo.


Tango negro, Laberinto ediciones, col. Poesía de largo aliento, México, 2013, 70 pp.
Ver también 2ª. ed., Lo que vendrá, Col. A fuego lento, Montevideo, 2011, 54 pp.

Notas
[1] Que se extendió entre el 27 de junio de 1973 y el 28 de febrero de 1985. Fue un período durante el cual Uruguay fue regido por un gobierno cívico-militar no ceñido a la Constitución y surgido tras el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973. Dicho período estuvo marcado por la prohibición de los partidos políticos, la ilegalización de los sindicatos, medios de prensa, la persecución, encarcelamiento y asesinato de opositores al régimen.  Para más datos véase: http://www.1811-2011.edu.uy/B1/content/la-dictadura-c%C3%ADvico-militar-1973-1985
Saúl Ibargoyen, El poeta y yo, EON,  México, 2003. Pp. 4
http://www.tulancingocultural.cc/letras/saulibargoyen/tangonegro.htm
4 Saúl Ibargoyen, Tango Negro, La propia cartonera, Montevideo, 2010. Pp. 7
5 “Séptimo compás” 

6 Cambalache es un tango argentino compuesto en 1934 por Enrique Santos Discépolo para la película El alma del bandoneón, estrenada al año siguiente. Allí lo interpretó Ernesto Famá con el acompañamiento de la orquesta de Francisco LomutoLa canción, originalmente compuesta durante la Década Infame a la que denuncia en sus letras. La obra se vio además afectada por una resolución del Ministro de educación Gustavo Martínez Zuviría, quien prohibió los voseos y el lunfardo en los tangos. Tal medida fue derogada por Juan Domingo Perón, luego de una entrevista con el propio Discépolo.
7  Los datos de los autores fueron extraídos de: http://www.biografiasyvidas.com
8  Saúl Ibargoyen, Tango Negro, La propia cartonera, Montevideo, 2010. Pp.40

9 Saúl Ibargoyen, El poeta y yo, EON,  México, 2003. Pp12

II / JUAN CARLOS CASTRILLÓN / SOLO DE VOZ PARA UN TANGO NEGRO


¿Para qué describir con tan triste ceniza
Con tan absurdo arte
Con tan torpe hazaña escrituraria
Esta inmedible expansión
De cada una
De todas las sombras?
Saúl Ibargoyen


El tango, ese ritmo prohibido que nació del arrabal proletario a fines del siglo XIX, definido por el poeta Enrique Santos Discépolo como pensamiento triste que se baila, esa música maldita que conquistó a medio mundo en menos de 30 años, es la que el maestro Ibargoyen invita a danzar o a bailar según se guste a casi todas las seres humanas que pueden ser en la Invitación espeluznante que abre el libro. La enumeración caótica juega un proceso acumulativo de imágenes sorpresivas y deslumbrantes. El ritmo del lenguaje tumultuoso se vuelve trepidante, como en todo buen tango.


Ibargoyen es un experto descriptor de alguien que él tan bien conoce, pero que siempre se escapa, alguien que los hombres -en nuestra ancestral ignorancia- nunca terminamos de entender: la humana femenina, la eterna generadora de poesía, la musa de carne y hueso, ese inmenso misterio que exije ser develado, a costa de la sangre, el semen, la saliva y la costra salada de los ojos.


¿Cuantas mujeres están presentes en la poesía del maestro Uruguayo-Mexicano? Las nombra, las crea, las recrea, las invoca, las convoca, las provoca... Las mujeres de Ibargoyen -por lo menos en sus páginas- nunca son fatales, a pesar de los continuos desencuentros, porque su mirada siempre está traspasada por una infinita ternura. Esa ternura legendaria, que en tiempos rastreros como los actuales pasa a ser patrimonio de seres iluminados:


Sin adjetivos madres o tías o ahijadas o madrastras o abuelas
O hermanas o primas o amantes o amadas o viudas o solteras
O mancebas o suripantas o concubinas o sirvientas o esclavas
O simplemente solas o luminosas o jefas de estado
O iluminadas o perversas o pródigas o distraídas o sutiles
O torturadoras o místicas o brutales o desérticas o neblinosas
O hacedoras o rebeldes o mundialmente apegadas a este escuálido planeta
Denominado mundo
Así como la sal de la mar océano se aferra
A su oxígeno enturbiado y feraz


Finalmente -y estas preguntas van afiladas para ti, lector de estas extrañas poesías-: ¿Qué es, cual es, en qué consiste, qué representa, qué significa el Tango Negro? ¿Es la vida misma, la muerte propia, el preludio, el baile ensimismado del coito de las especies? ¿Es el Amor que crece y nos enseña a sobrevivir como mínimos individuos? Porque la danza también es un gran misterio, ejercicio lúdico, sabroso, erótico, divertido, guapachoso, pero igualmente ritual místico transformador donde el cuerpo y el espíritu se mezclan en un poderoso contubernio. El Tango Negro es pura poesía, el canto más audaz de esta década.


Tango negro, Laberinto Ediciones, 3ra. ed., México, 2013.

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