martes

C. G. JUNG / RICHARD WILHELM


EL SECRETO DE LA FLOR DE ORO

DÉCIMA ENTREGA

LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES

2. El movimiento circular y el centro. (1)

La unión de los opuestos1 sobre un nivel más elevado no es, como ya se destacó, ningún asunto racional, y tampoco cosa del querer, sino un proceso de desarrollo psíquico que se expresa en símbolos. Históricamente fue siempre representado por símbolos y ain hoy se manifiesta en el desarrollo individual de la personalidad a través de figuras simbólicas. Ese hecho resultó, para mí, de las siguientes experiencias: las fantasías espontáneas, de las que tratamos más arriba, se ahondan y concentran paulatinamente en imágenes abstractas que aparentemente representan "principios", verdaderos archai gnósticos.

Cuando las fantasías son principalmente expresadas como pensamientos, entran en escena formulaciones intuitivas de leyes o principios oscuramente presentidos, que de inmediato son dramatizados o personificados. (De esto habremos de tratar todavía más abajo.) Si las fantasías son dibujadas, surgen símbolos que pertenecen principalmente al tipo llamado mandalaMandala quiere decir círculo, en especial círculo mágico. No sólo están los mandalas expandidos por todo el Oriente, sino que también entre nosotros se hallan abundantemente atestiguados durante la Edad Media. Los cristianos especialmente han de ser situados a principios de la Edad Media, en su mayor parte con Cristo en el centro y los cuatro evangelistas, o sus símbolos, en los puntos cardinales. Esta concepción debe ser muy antigua, puesto que también es representado así por los egipcios Horus con sus cuatro hijos. (Horus con sus cuatro hijos tiene, como se sabe, relaciones muy próximas con Cristo y los cuatro evangelistas.) Más tarde encontramos un evidente mandala, altamente interesante, en el libro de Jakob Boehme sobre el alma. Es enteramente visible allí que se trata de un sistema psicocósmico con una fuerte trama cristiana. Lo llama él "el ojo filosófico" o "el espejo de la sabiduría", con lo que se da a entender manifiestamente una summa del saber secreto. En su mayor parte, los mandalas tienen forma de flor, cruz o rueda, con una clara propensión al cuatro, que recuerda la tetraktys pitagórica, el número básico. Se hallan también tales mandalas, como diseños en arena para usos rituales, entre los indios pueblos.

El Este posee naturalmente los más bellos mandalas, en especial el budismo tibetano. En estos mandalas estan representados los símbolos de nuestro texto. He encontrado asimismo dibujos mandálicos entre enfermos mentales, y por cierto entre gente que, con seguridad, no tiene la menor idea de las vinculaciones aquí mencionadas.

Entre mis pacientes he observado algunos casos de señoras que no dibujaban los mandalas, sino que los bailaban. Para eso existe en la India el término naandala nritya = danza mandala. Las figuras de la danza expresan idéntico significado que los dibujos. Los pacientes mismos poco pueden declarar acerca del sentido de los símbolos mandálicos. Solamente son fascinados por ellos y de alguna manera los hallan, con respecto al estado anímico subjetivo, plenos de expresión y efecto.

Nuestro texto promete "revelar el secreto de la Flor de Oro del gran Uno". La Flor de Oro es la Luz, y la Luz del Cielo es Tao. La Flor de Oro es un símbolo mandálico con el que me he encontrado a menudo entre mis pacientes. Es dibujada ya en vista general, en consecuencia como un ornamento geométrico regular, ya también en vista particular como flor que crece de una planta. La planta es, a menudo, una imagen en colores luminosos ígneos, que crece de una oscuridad subyacente, y lleva encima la Flor de Luz (un símbolo similar al árbol de Navidad).

En tal dibujo se expresa simultáneamente el origen de la Flor de Oro, pues según el Hui Ming King se halla ahí la "vesícula germinal", que no es otra cosa que el "Castillo Amarillo", la "terraza de la vitalidad", el "campo de una pulgada de la casa de un pie", la "sala purpúrea de la ciudad de jade", el "oscuro desfiladero", el "espacio del Cielo anterior", el "castillo del dragón sobre el fondo del mar". También es llamada "la zona limítrofe de las montañas de nieve", el "desfiladero primordial", el "reino del supremo goce", la "tierra sin límites" y el "altar donde son producidos conciencia y vida". "Cuando un muriente no conoce este lugar germinal", dice el Hui Ming King, "no encontrará la unidad de conciencia y vida en mil nacimientos y diez mil eras del mundo".

El principio, en el que todavía todo es uno, y que por ende aparece como la más alta meta, yace sobre el fondo del mar, en la oscuridad de lo inconsciente. En la vesícula germinal conciencia y vida (o "esencia" y "vida" = sing - ming) son todavía "una unidad", "inseparablemente mezcladas como la simiente del fuego en el horno de refinar". "Dentro de la vesícula germinal está el fuego del soberano". "En la vesícula germinal han comenzado su trabajo todos los sabios". Adviértanse las analogías relativas al fuego. Conozco una serie de dibujos mandálicos europeos donde algo así como una simiente vegetal, rodeada por envolturas, nada en agua penetrando en ella el fuego desde las profundidades, lo que genera crecimiento y causa de tal modo el nacimiento de una gran flor de oro, que crece de la vesícula germinal.

Esa simbólica se refiere a una especie de proceso alquímico de refinación y ennoblecimiento; lo oscuro da nacimiento a la luz, del "plomo de la región del agua" crece el oro noble, lo inconsciente se hace consciente bajo la forma de un proceso de vida o crecimiento. (Una analogía completa de esto es el yoga Kundalini de la India.)

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