domingo

ÁLVARO PIERRI



“PROLIJO ES UNA COSA Y CON CONTENIDO ES OTRA”

por Laura Monestier

(reportaje realizado cuando Álvaro Pierri, uno de los artistas uruguayos más relevantes de todos los tiempos, ya había dejado la cátedra en la que se desempeñó durante años en Montréal para ejercer la docencia en Viena)

¿Cuál es la situación de la guitarra en Viena, en relación a los instrumentos de  orquesta con más historia?

La situación de la guitarra en Viena siempre fue privilegiada ya que con París fueron los grandes centros de la guitarra desde fines del siglo XVIII y XIX. Giuliani se estableció en Viena durante muchos años. Por alli pasaron Mertz, Legnani y Paganini, quienes formaban dúos, Diabelli y Schubert mismo, quien tocaba la guitarra y además compuso obras con este instrumento. Incluso los editores publicaban versiones para  guitarra de lieders de Schubert antes de que apareciera la versión para piano para que la gente las fuera conociendo. Era un medio de difusión interesante.

En relación a los demás instrumentos te cuento que el concierto de Giuliani fue  estrenado en Viena. No había amplificación posible, de modo que los instrumentos  tocaban muy suavemente.

¿Cómo es tu vinculación actualmente en este sentido?

Desde que estoy en Viena mi relación con otros colegas como los miembros del  cuarteto Alban Berg y otros excelentes músicos de allí es muy interesante. He tocado  varias veces con Robert Wolf, que es primer flauta solista de la orquesta sinfónica de  Viena, y también con otros instrumentistas y cantantes.

Integro el Instituto para Streich und andere Salteninstrumente (que significa “cuerdas  y otros instrumentos de cuerdas” como la guitarra, el arpa y el laúd) que está basado en  una relación de respeto fantástica entre los instrumentos.

¿Qué movimiento de guitarristas hay ahora?

Viena es el lugar de mayor concentración de guitarristas en el mundo actualmente. La  escuela de música en donde estoy dando clases tiene más de tres mil alumnos; quizás la  más grande en alumnado.

¿Cuántos alumnos hay de guitarra?

Es difícil contestarte esto. Pero fijate que en el departamento de interpretación en donde  estoy, que es el de cuerdas -porque además está el departamento de cuerdas en el área  de pedagogía- tengo dos asistentes. Hay además otro colega de apellido Burllinger  que tiene un asistente. Y además hay otros colegas que están en otros departamentos por  diferentes razones, como un laudista muy bueno, Contini, profesores de bajo continuo,  etc. etc., y otros guitarristas muy buenos.

¿Qué egresos tienen?

En Podium Concert hubo siete u ocho egresos, más otros alumnos que cursaban las dos  áreas -de pedagogía e interpretación- que serán cinco o seis más. Solamente de guitarra debe haber ciento veinte alumnos, más o menos.

¿El caudal de egresos es bastante menor siempre a los ingresos de alumnos?

No es así. Va a ser muy difícil que alguien entre y que no tenga un nivel ya muy bueno  y que lo demuestre. El otro día se presentaron veintisiete y aceptamos a seis. Hay una  selección automática por el tipo de obras que tienen que tocar. Además deben aprobar el
examen de audición que se compone de un dictado tonal, otro atonal, rítmico,  realización de bajos, realización de melodías: todo esto es condición para la prueba  de ingreso.

El examen de egreso, en cambio, se divide en dos: uno interno y otro externo. Entre el  primero y el segundo hay una distancia mínima de un mes y máxima de tres meses.  Hemos reformado los programas. Deben tocar una Suite de Bach que no haya sido estudiada para el examen de graduación y una sonata, pero sobre todo obras  representativas de cada estilo: renacimiento, barroco, romántico, clásico,  contemporáneo y un concierto para guitarra y orquesta.

¿Cuáles son los centros musicales más importantes en Austria?

Primero Viena, y luego Salzburgo e Innsbruck, que están juntas. En el Mozarteum he  trabajado muchas veces en cursos especiales y magistrales, así como en la Academia de Verano en Salzburgo. La calidad y la cantidad de los músicos es una de las cosas que me estimuló para aceptar la invitación para participar en el concurso con el cual gané esta cátedra.

¿Cómo fue este concurso?

Duró un año y medio. Hubo tres etapas. Se presentaron sesenta y siete colegas de todo  el mundo. Fue muy interesante. Al final quedamos cinco y finalmente lo gané yo. Tuve  que dar clases, tocar, elaborar programas. Y digo muy interesante porque me hizo revisar  muchas cosas. De todas maneras para presentarse había que tener un currículum de  peso. Mi experiencia en Canadá me fue de utilidad; además empecé a dar clases muy  jovencito, de modo que toda esa experiencia me fue muy útil.

¿La experiencia de Canadá se pareció a la de Viena?

Ellos tienen un sistema totalmente diferente, que va por etapas. El primer diploma puede durar x  tiempo dependiendo de cómo el alumno va dosificando las cosas.

El sistema es diferente, pero no la estructura sobre la cual se apoya la organización del aprendizaje integral.

¿Cómo es este aprendizaje?

Claro, la persona que va allí no va a estudiar guitarra y “otras cosas” que están al lado. Tengo que tener la perspectiva de que aunque el instrumento sea en nuestro caso la materia principal, las otras son fundamentales. Si el alumno va evolucionando en  guitarra pero se atrasa en acústica o en introducción a la música del siglo XVIII, va a ser
mucho más difícil poder hablar con ese alumno.

¿Cómo encarás el estudio de una obra con los alumnos?

El abordaje de las obras tiene que ser prioritariamente integral y siempre con esa visión  global, ya que debemos saber que somos multisensoriales. No podemos dejar de pensar  en la armonía cuando estamos en la melodía o en la estructura rítmica, estilo,  ornamentación. Hay que situar la obra desde la circunstancia del compositor y desde la circunstancia socio-cultural en relación a nosotros. Cuando el alumno entiende cómo  podría ser la obra comenzamos a pensar en los dedos.

Con los demás profesores el alumno va a aprender facetas de la música pero nosotros  tenemos la síntesis. El alumno tiene que hacer la síntesis pero debemos enseñarle a  hacerla ya que nosotros tenemos que hacerlo en tanto músicos activos.

O sea que cuando tú lo das en forma integrada el alumno lo asimiló en su metodología  de aprendizaje y lo va a hacer también él en forma integrada.

¿El tema de la fragmentación del conocimiento en la enseñanza es un tema de Conservatorio?

Hay una herencia de la mentalidad heredada en el siglo XIX, sin duda, pero también  mucho antes los músicos eran compositores y ahora no necesariamente lo son. Ahora la  mayoría estudia interpretación pero no consideran igual la importancia de improvisar o componer, por ejemplo.

¿Qué rol cumple en tu metodología de trabajo?

Lo primero que les hago hacer es improvisar. A ver … tres acordes o lo que sea…

-En clase…

En clase. Te sirve para despertar y estimular el sistema psicomotor en todos los sentidos.

¿Qué tipo de alumnado va a la cátedra?

Van de todos lados. Hay mucha gente de Europa del Este, por ejemplo. Y te puedo asegurar que tanto los húngaros como los checos y los poloneses tienen una formación musical de base desde que son niños. Cuando van al secundario tienen una materia que es algo así como el punto principal en música; además la enseñanza les es impartida de una manera muy organizada. Está dada muy en serio. Ellos siempre pasan los tests con uno. Tienen una base impresionante. Y aun el nivel de los alumnos menos disciplinados, al que han accedido por su educación, es muy bueno.

¿Cúal es el perfil de alumno que preferís a la hora de trabajar? El ideal desde lo que tú enseñás.

No prefiero a ninguno. Yo no puedo preferir. Lo importante es aprender, como en la  vida, que uno tiene más facilidad para una cosa que para otra pero justamente a  identificar en qué somos más fuertes y en qué tenemos que hacer hincapié para tener  más recursos.

Un poco de inteligencia emocional también…

¡Claro! Por supuesto. El profesor no puede ser el “hace todo”. Ahí existe una escuela  profesional de alto nivel y debo pensar en esos términos. La persona que viene aquí es una persona como yo pero es una persona: ELLA. Yo no le puedo imponer nada;  aunque pudiera no debo y no quiero. Lo que sí tengo que hacer es ayudarlo con la  experiencia que yo puedo tener, ayudarlo a que él pueda desarrollar lo mejor que tiene y lo que QUIERA hacer. Hay marcos de funcionamiento: cosas que tenemos que  hacer y que están muy bien pensadas y que siempre estamos revisando para ver si las  podemos mejorar -lo que es fundamental en la vida. Crear una autocrítica.

Lo que define a la actitud docente…

Sí. Y desgraciadamente no es así en todos lados. Mucha gente se acomoda y se transforma en funcionario de la vida. Yo no puedo. Creatividad tiene todo el mundo. Y organización también puede tener todo el mundo. Pero si alguien se ha volcado más hacia una faceta que a la otra, bueno, seguramente vamos conversar para ver qué pasa. Pero lo fundamental es la experiencia colectiva, el tocar entre los alumnos y compararse sanamente resulta invalorable en la  formación.

¿Los guitarristas tienen tendencias en todos lados a no querer tocar o ser un poco  autistas?

Sí, los guitarristas tienen tendencia al autismo.

Y eso los separa de la realidad, del marketing comercial y artístico…

Tampoco podemos pretender que todos sean primeras figuras…

¿Cómo te sentís cuando el solista varía el tratamiento de la obra y se transforma en camarista?

Yo me siento muy bien cuando está muy bien. Hacer música de cámara es una actividad fundamental. Si todos aspiran a ser primeras figuras va a ser muy difícil.

Además no es necesario…

Y además es muy pernicioso. Para ser muy buen solista tenés que tener una idea  tridimensional o cuatrimensional de lo que estás haciendo ¿no es cierto?

¿Estas dimensiones qué incluyen?

Incluyen todo lo que puede significar relieve, el plano primario de percepción y todo lo que puede ser estímulo para las demás percepciones. Si uno se pone a tocar de una manera chata no va muy lejos.

Cuando uno hace música de cámara tiene un rol entre otros. Si tocás en trío tenés un  tercio de la cosa. Uno tiene que  trabajar para el producto que va a recibir el público y no para esconderse detrás de otros o para invadir el espacio de los demás. Hay que tener claro tener claro lo que vamos a hacer con determinada obra. En cámara a veces se acuerda en opinión.

¿Y cuáles son las dimensiones a considerar en cualquier tipo de obra, ya sea solista o camarista?

La dimensión historia, la dimensión del discurso en sí como tal. La música es un arte  temporal: estoy manipulando sensaciones y percepciones. La dimensión del conciente  colectivo está dependiendo de las personas que estén allí.

Tengo que asumir que esas personas están allí porque les interesa algo parecido a lo que me interesa a mí, ¿no es cierto? También tengo que asumir que los  niveles de recepción están condicionados por las vivencias de cada uno. Que  pueden ser mayores o menores, más ricas para acá o más ricas para allá, pero la unanimidad tiene que emerger del hecho de que estemos tocando todos juntos. Que el que esté tocando y los que están oyendo entremos todos (gesto de abrazo) a comprender lo que está pasando.

Todo fenómeno de vivencia tiene su dimensión afectiva, que está condicionada  culturalmente. Si voy a tocar a Australia, Estados Unidos o Japón las circunstancias de  cada país determinan mucho la percepción. Yo me siento privilegiado de estar expuesto
a culturas diferentes donde cada vez, ves más lo común y lo específico de cada lugar.

Por eso hay que aprender las circunstancias del compositor en todo sentido y también  qué relación tiene con mi propia circunstancia cuando estoy tocando.

En síntesis: si soy yo quien está tocando o si está tocando otro no es lo más importante. Lo  importante es que estemos tocando juntos, sintiendo juntos, pensando juntos.

Tiene que ver con la comunicación, el dar y recibir…

Si, pero se oye también, la comunicación se oye, aún haciendo ruido.

Lo que marca un problema de concepto. Para que exista un resultado global tiene que ser visto desde una perspectiva también global.

Yo creo eso. Y no creo que el objetivo sea que uno toque y los demás aplaudan.  ¿No es cierto? Creo que hay que ir a vivir un momento importante de la vida, porque cada minuto cuenta. No para quedar en la ceremonia x. No es eso. Lo que importa es lo  que pase. Si voy a un concierto como espectador y no pasa nada entonces no sirve, aunque todas las notas estén bien tocadas. Prolijo es una cosa y con contenido es otra.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+