Un ensayo inédito del psicólogo y educador uruguayo Arnaldo Gomensoro
INTRODUCCIÓN
De meros “educandos” y meros “pacientes” a agentes autónomos de su propio destino.
Lo importante no es lo que los otros han hecho de mí, sino lo que yo haga con lo que los otros han hecho de mí.
Jean Paul Sartre
En el presente ensayo intentaremos ahondar en dos características de nuestra época que merecen, para nosotros, un radical cuestionamiento. Nos referimos, concretamente, a la crisis en que se debate la labor educativa, tanto a nivel familiar como institucional, y a la escasísima efectividad de los tratamientos psicoterapéuticos y psiquiátricos que pretenden superar los tras-tornos emocionales y mentales que sufren sus respectivos pacientes.
Para intentar comprender y enfrentar ambos fenómenos hemos considerado importante desarrollar un distingo, para nosotros esencial, que agrupa a los seres humanos en dos categorías bien definidas: la categoría de los “quietos” y la categoría de los “inquietos”.
Cuando aplicamos esta categorización a los protagonistas de la relación educativa y de la relación terapéutica (educadores y educandos, terapeutas y pacientes) se nos aclara el porqué de la esterilidad creciente de los planes y de los programas educativos, y del escasísimo éxito de los tratamientos psicoterapéuticos y psiquiátricos standardizados.
Adelantando, a modo de sumario, las partes que compondrán este ensayo, digamos lo siguiente:
En una primera parte, abordaremos la caracterización de lo que llamamos “seres quietos” y “seres inquietos”, con precisiones sobre la naturaleza, grados y modalidades de la quietud y de la inquietud.
En la segunda parte, sostendremos que las tareas educativa y terapéutica sufren una radical desvirtuación cuando quedan en manos de educadores y terapeutas dominados por inclinaciones “quietistas”. Es decir, sostendremos que, aunque suene a escandaloso, los quietos no pueden (y, en consecuencia, no deberían) ni educar ni curar, pues su acción es, y no puede dejar de ser, “despersonalizante”.
En la tercera parte, nos enfrentaremos a la dificultad sobreagregada de que, a su vez, los educandos y los pacientes, cada vez más predispuestos a la quietud por el influjo alienante de la sociedad de consumo, se convierten en “víctimas” y “cómplices” de los educadores y de los terapeutas quietistas. Cerrándose, así, el círculo vicioso del aquietamiento creciente, en ellos, de toda posible vocación para desarrollarse en el sentido de una progresiva autonomía existencial.
En la cuarta parte, explicitaremos el marco referencial radicalmente alternativo al que nos adherimos y que permitiría a los educadores y a los terapeutas convertirse en militantes comprometidos con el progresivo “inquietamiento” rebelde de los educandos y de los pacientes, haciendo, como quería Paulo Freire, de la educación y de la terapia prácticas concretas de la liberación. Finalmente veremos como este proceso de una educación y una terapia auténticamente liberadoras se desarrollará, esquemáticamente, a lo largo de cinco momentos: l) toma de conciencia crítica y autocrítica; 2) liberación de servidumbres; 3) adhesión a nuevos valores; 4) responsabilización; 5) compromiso existencial.
Antes de entrar en materia, empecemos por aclarar que utilizaremos, para este ensayo, un encuadre sociológico muy poco ortodoxo. En efecto, el parámetro que hemos elegido no sólo no sigue, sino que cuestiona los enfoques académicos clásicos y se afilia a una interpretación de los hechos en base a lo que Carlos Vaz Ferreira llamaba “sentido común hiperlógico”. Es obvio que Vaz Ferreira reconocía que el sentido común más común está contaminado de prejuicios, mitos y supersticiones irracionales. Y que, consecuentemente, tal sentido común debe ser superado. Lo malo es que su superación resulte tan poco convincente cuando se lo sustituye por los sofisticados encuadres académicos, muy frecuentemente dogmáticamente prejuiciosos. Aparte de que se vuelva muy difícil, a partir de ellos, aterrizar los planteos en la realidad “real”, en la realidad común y corriente de todos los días.
Por el contrario, el sentido común hiperlógico a que se refiere Vaz Ferreira nos cura de ciertas virosis culturalistas y nos acerca al saber, más fresco y más ingenuo, cultivado por las llamadas “sabidurías populares”.
Este saber resulta mucho más fácil de entender y de comprender, utiliza un lenguaje sencillo evitando expresamente caer en el aristocratismo ronifco de las elites cultas y, democráticamente, aspira a hacerse accesible a todo aquél que tenga interés en cultivar un diálogo reflexivo.
El encuadre que manejaremos será, pues, el de una sociología fácil pero no “facilista”, simple pero no “simplista”.
2 comentarios:
quiero imprimir el ensayo completo, ya se lo expliqué por mail ;) chekee su .es o bien encontrar la manera de enviarlo como archivo.
Querida Rochie, para imprimir el ensayo, arriba a la izquierda, junto a la palabra Scribd, encontrará la palabra More.
Al clickear sobre ella, se desplegaran algunas opciones, entre ellas, la de print.
También, si cambia el modo de visualisación del texto hacia uno más pequeño, podrá salvarlo en su computadora entre otras interesantes opciones, que desde ya.
Gracias de corazón por querer difundir.
Un abrazo
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